En la década del ´70, como muchas otras grandes empresas, Alpargatas empezó a soñar el sueño del conglomerado propio. Primero se asoció a Shell para explorar y explotar un área petrolera en Tierra del Fuego. Luego entró en el negocio pesquero con una firma española y por último ingresó al mercado financiero, comprando 24,27% del Banco Francés y Río de la Plata y una participación en la aseguradora La Buenos Aires.
Veinte años después, Alpargatas está recorriendo el camino inverso. El emprendimiento petrolero resultó un fracaso. Exigió inversiones muy por encima de lo estimado (y de las posibilidades de Alpargatas) y al final sólo trajo pérdidas. El negocio pesquero también fue una constante fuente de problemas (un quebranto de US$ 15 millones en 1991), al punto de que el año pasado el grupo vendió su participación en el Banco Francés y en La Buenos Aires (por un total de US$ 42 millones) para saldar deudas, reestructurar sus pasivos y concentrarse en lo que sabe hacer mejor y en lo que sigue siendo un líder indiscutido: telas de algodón y calzado informal y deportivo.
Alpargatas parece haber entendido que la diversificación no es una panacea y está piloteando un fuerte proceso de reestructuración para consolidar su posición en el ámbito local, donde controla 70% del mercado de telas denim (jean) y 40% del calzado informal y deportivo. Con su nueva estrategia espera enfrentar, sin sofocones, la competencia con Brasil y la internacionalización de la economía argentina.
UNA TRAMA CON HISTORIA.
En 1883 un grupo de inmigrantes vascos y escoceses fundó la empresa Alpargatas para producir localmente el calzado más popular. Inicialmente importaba la loneta de Francia y el yute de España, pero en 1892 instaló los primeros telares para la fabricación de lonas en el país. Veinte años después comenzó a operar la primera hilandería y posteriormente completó su planta textil con equipos para aprovechar los desperdicios del algodón, elaborando trapos de piso, franelas y trapos rejilla (un mercado estimado en US$ 25 millones).
En 1933 la empresa incorporó sus líneas de calzado de goma vulcanizada, fabricado en sus plantas de la Capital Federal. En 1951 entró en actividad el establecimiento de Florencio Varela. En los años ´60 Alpargatas prosiguió su integración vertical con importantes inversiones en su empresa Fibramalva, dedicada a la producción, industrialización y comercialización de fibra de algodón.Aunque Alpargatas no tiene campos propios, sí dispone de centros de experimentación donde se prueban semillas y técnicas de cultivo que después se transfieren a los productores de algodón.
Hoy, el negocio textil y de calzado de Alpargatas cuenta con 11 establecimientos industriales en Buenos Aires, Córdoba, Formosa, Catamarca, Tucumán, Corrientes, La Pampa y San Luis. También tiene dos fábricas en Uruguay. Su facturación representó, el año pasado, 91% de las ventas de todo el grupo.
En textiles, su producto principal es la tela denim (jean), que representa casi 50% de su producción.
Alpargatas es el principal proveedor de denim del mercado argentino. Abastece, entre otras marcas, a Lee, Levi´s, Wrangler, Calvin Klein, Gloria Vanderbilt, UFO, Angelo Paolo y Guess. Además, se espera que la demanda de este tipo de tela aumente significativamente en los próximos años, ya que el consumo promedio por habitante en la Argentina es de 0,7 jeans por año, mientras que en Chile es de 0,75, en Brasil de 0,85 y en Estados Unidos de 1,83. Alpargatas también es un exportador de tela de jean. Provee a J.C. Penney, C&A (Europa), Brittania (Levi´s), Gitano y otros.
Aunque ya casi no produce la alpargata tradicional, el calzado sigue siendo su fuerte. En 1991 esta división, que incluye las marcas Topper, Nike, Flecha, Bull (Hush Pupies), Pampero, Disney y Snoopy, representó 48% de las ventas totales de Alpargatas, equivalente a US$ 156 millones.
El crecimiento de Nike (una licencia que posee desde 1989) ha sido vertiginoso: saltó de 15.000 pares vendidos en 1987 a 641.000 en 1990. Por otra parte, la experiencia ganada en la producción de zapatillas Nike le permitió a Alpargatas modernizar sus propias líneas, especialmente con la marca Topper, que ya se comercializa internacionalmente. México y Japón compraron la licencia para su producción.
Si bien éste es el rubro en el que Alpargatas está mejor parado, la competencia con Gatic (Adidas) es feroz. Controlan, respectivamente, 40% y 48% del mercado de calzado informal y deportivo del país.
CRISIS DE CRECIMIENTO.
Paradójicamente, los últimos 20 años, que marcaron la modernización y expansión de Alpargatas, también fueron un período signado por las crisis y los problemas recurrentes.
El tradicional management de la familia Frazer fue sustituido por un equipo de profesionales.
Eduardo Oxenford, durante años el hombre fuerte de IDEA, fue el primer CEO; Javier Gamboa, egresado de Wharton y Standford, fue uno de los pilares de la reestructuración y presidente de Alpargatas hasta 1990; Ralph Clutterbuck, egresado de Standford, era el hombre destinado a conducir al grupo hacia el siglo XXI, pero fue secuestrado en 1990 y desde entonces sigue desaparecido.
El legado de este equipo, sin embargo, es una herencia ambivalente. Por un lado, ofrecieron constantemente al consumidor productos nuevos, de alta calidad. Basta recordar la línea de toallas y cubrecamas Palette, las zapatillas para chicos Snoopy, Pampero, Disney y el calzado deportivo Nike, que se exporta a Estados Unidos. Por otro lado, la acelerada expansión de Alpargatas, en base a promoción industrial y a la diversificación hacia el petróleo, la pesca y las finanzas, produjo en el grupo un permanente estado de inestabilidad económica y financiera.
Alpargatas fue el tercer holding, después de Celulosa y Acindar, que más se benefició con las desgravaciones impositivas que terminaron con la ley de emergencia económica. Según las estadísticas de Manuel Acevedo, Eduardo Basualdo y Miguel Khavisse, su participación en la promoción industrial fue de US$ 185 millones, equivalente a 52% de su patrimonio neto actual.
Un miembro suplente del directorio, quien pidió guardar el anonimato, explicó que la acelerada diversificación de los años ´70 fue una equivocación. “La asociación con Shell les produjo un desequilibrio fenomenal. Es como tener un almacén y asociarse con Wall Mart. Primero te dice: “En tres meses ponemos 16 outlets más”, y al poco tiempo o reventás o te licúan.”
A GOLPES SE APRENDE.
La hiperinflación encontró a Alpargatas en una posición difícil. No sólo estaba seriamente endeudada, sino que repentinamente había quedado descabezada por la súbita muerte de Oxenford, el secuestro de Clutterbuck y el retiro temprano de Gamboa.
Aunque duros, los últimos dos años han servido para reencaminar a Alpargatas por una senda que se perfila como de mayor solidez. En primer lugar, los nuevos estrategas del grupo, Patricio Zavalía Lagos (presidente), Enrique Ruete Aguirre (vicepresidente en representación del grupo Roberts) y Guillermo Gotelli (gerente general), decidieron sanear la situación patrimonial de la empresa y orientar nuevamente sus actividades hacia los negocios textil y de calzado.
Alpargatas ha tenido una intensa participación en el mercado de capitales. En 1988, con un programa de capitalización de deuda, lanzó un lote de acciones preferidas equivalente a US$ 21 millones que quedaron en manos de la Corporación Financiera Internacional, la Unión de Bancos Suizos, Security Pacific y el Chemical Bank.
En 1990 emitió dos series de obligaciones negociables, una por US$ 2.8 millones y la otra por US$ 22 millones, destinadas a capital de trabajo y refinanciación de pasivos, según un informe de la consultora Infupa. En noviembre del año pasado, hubo una tercera emisión de obligaciones negociables por un monto de US$ 70 millones.
A fines de agosto de este año, el directorio decidió autorizar la emisión de una serie de obligaciones negociables a corto plazo por US$ 20 millones.
En junio de 1991 también suscribió 60 millones de acciones ordinarias que generaron un ingreso de US$ 19,3 millones.
El año pasado Alpargatas también solicitó ante la Securities Exchange Commission (el equivalente estadounidense de la Comisión Nacional de Valores) la autorización para cotizar sus acciones en Wall Street, a través de los American Depository Receipts (ADR) que emitirá Morgan Guaranty Company de Nueva York.
El año pasado también fue el de la reestructuración para bajar costos y enfrentar la competencia de productos importados, especialmente de Brasil. Según una firma consultora, en 1991 Alpargatas despidió a un total de 1.000 empleados para bajar costos y aumentar su productividad; también hizo fuertes inversiones en management.
Actualmente la división Pesca está en plena reconversión. Ya vendió una de sus cuatro plantas y piensa desprenderse de tres de sus nueve buques.
A pesar de sus problemas, Alpargatas sigue estando a la cabeza de las empresas más grandes del país. Su facturación aumentó 7% en 1991, y en el ranking de MERCADO ascendió del puesto 28º al 26º. Diversos analistas sostienen que podría llegar a un acuerdo con Alpargatas Brasil (una empresa creada por el grupo argentino pero hoy totalmente independiente) para operar en el Mercosur.
Este año Alpargatas deberá demostrar si ha dejado atrás los números rojos (perdió US$ 16 millones en 1991) y el endeudamiento, y si está preparada para una nueva etapa de crecimiento.
María Eugenia Estenssoro.
CON LAS REDES VACIAS.
Alpesca, la empresa pesquera dedicada a la producción de merluza congelada para exportación, ha sido otro drenaje de recursos, no sólo para Alpargatas sino también para el Estado argentino. De promoción industrial recibió US$ 26.5 millones, según el libro ¿Quién es quién? Los dueños del poder económico. El año pasado, según esta fuente, Alpargatas “vendió las joyas de la Corona” (léase su rentable porcentaje en el Banco Francés y La Buenos Aires) para sanear patrimonialmente al grupo. Aunque diversos analistas sostienen que la pesca es un sector con interesantes perspectivas de largo plazo, Alpargatas no ha tenido suerte en este rubro. Asociada a National Sea Products de Canadá (49%), su empresa Alpesca igualmente perdió US$ 15 millones el año pasado y se encuentra en un duro proceso de reducción de personal (ya despidieron 750 personas), cierres de plantas y venta de tres de sus nueve buques. Aunque hasta el momento la compañía se ha negado a vender sus derechos de pesca, un alto directivo admitió en privado que a la larga también saldrán de este negocio.
SEMESTRE AFORTUNADO.
Las cifras de la primera mitad de 1992 fueron halagüeñas para Alpargatas, que parece haber dejado atrás los números rojos (perdió US$ 16 millones en 1991) y se muestra preparada para una nueva etapa de crecimiento.
Las ganancias por US$ 5,9 millones registradas en el segundo trimestre de este año revelaron una saludable tendencia ascendente, que sitúa en US$ 8,7 millones las utilidades del período enero-junio.
También crecieron las ventas: en el primer trimestre llegaron a US$ 106,4 millones, lo que equivale a un aumento de 10% con respecto al mismo período de 1991. La cifra acumulada para la primera mitad del año es US$ 192,4 millones, 20% más que en el primer semestre de 1991. De este total, 58%
provino de la división Calzado, en tanto que los textiles aportaron 40%.