El aceite y la leche no son tan incompatibles como parecen. Mezclados, ocuparon la vanguardia del crecimiento en el ranking de la alimentación. Debajo del sempiterno líder Cargill, Mastellone, Sancor, Molinos, Refinerías de Maíz, General Deheza y Santa Clara aportaron sus abultadas facturaciones para redondear un comportamiento sectorial de excepción.
La industria frigorífica, las galletitas, las golosinas y las bebidas gaseosas constituyeron el segundo pelotón de avanzada. Las exportaciones, más precisamente al área del Mercosur, generaron buena parte del aumento en los ingresos, aunque la expansión reconoció en el consumo interno un preciado aliado.
Sin embargo, el análisis del ranking revela una ardua lucha entre las empresas líderes por ganar posiciones en el mercado. La Serenísima, por ejemplo, ascendió en el último año del quinto al segundo puesto merced a un incremento de US$ 44,2 millones en sus ventas. Su competidora Sancor, en cambio, resignó US$ 117,2 millones en el mismo lapso debido a las dificultades que
produjo el cambio en el régimen de pagos entre la cooperativa y los productores.
Otros dos colosos, Molinos y Refinerías de Maíz, se batieron duramente en esta incipiente etapa de precios libres y apertura a la competencia externa.
Molinos vendió US$ 112,4 millones menos que en 1990. Refinerías obtuvo una mejora de US$ 32,1 millones.
Otros bueyes que emprendieron a cornadas fueron los galletiteros Terrabusi y Bagley. La primera superó sus ventas en US$ 22,8 millones entre 1990 y 1991, escalando del 18º al 12º lugar, mientras que la segunda saltó del 32º al 14º, como consecuencia de vender US$ 81,3 millones más en idéntico período.
Los clásicos Coca Cola versus Pepsi, en las gaseosas, y Quilmes-Bieckert en las cervezas, depararon continuas emociones. La decana de las colas salió a pelearle la plaza de los jóvenes a Pepsi, que había protagonizado en la temporada pasada uno de los booms de marketing más significativos.
Coca Cola obtuvo US$ 57,1 millones más que en 1990, lo que le permitió ubicarse en el noveno lugar del ranking, tras haber ocupado el 20º.
Dentro de un clima de demanda creciente, Quilmes no cedió espacio, ya que facturó US$ 26 millones más que en 1990 y ascendió del 27º al 18º puesto. Bieckert vendió US$ 12 millones más que en el ejercicio precedente.
La trepada de Arcor desde el noveno al quinto puesto, gracias a un alza de US$ 41,7 millones en su facturación, configura uno de los hechos salientes del año, a los que cabría agregar, dentro del rubro de las golosinas, la ubicación de Stani en el lugar 32º y de Saint en el 52º.
Además de los líderes Cocinero, Ideal, Natura, Refinerías de Maíz, Mazola y otros de reconocida figuracion en el mercado interno, los aceites de exportación de General Deheza, Vicentín, La Necochea, Quequén, Chabas y Angulo le aportaron a la industria de la alimentación ingresos nada desdeñables.
Como curiosidad puede rescatarse la resurrección de los licoreros, de la mano de Hiram Walker, que cuadruplicó el volumen de sus ventas. Cusenier lo duplicó y Erven Lucas Bols mejoró 50%.