DE DONDE VIENEN LOS DOLARES.
En el primer semestre de 1992 el saldo comercial (US$ 6.189 millones de exportaciones contra US$ 6.191 millones de importaciones) fue prácticamente neutro y en ese lapso el Banco Central compró US$ 3.275 en el mercado libre. Si bien no hay una correlación automática entre el saldo del balance comercial y la compra de dólares por parte del BCRA -advierte el economista Ricardo López Murphy-, no deja de constituir un elemento de juicio importante.
La conclusión es que los ingresos de capitales determinan el actual exceso de oferta en el mercado de cambios y, por lo tanto, si hubiera un aumento de la incertidumbre que frenara el ingreso de capitales, el exceso de oferta desaparecería y se cerraría la más importante fuente de expansión monetaria, con efectos contractivos sobre la actividad económica.
Ante esta hipótesis, se advierte que los desafíos y presiones que comenzó a recibir el programa de convertibilidad desde distintos sectores obligarían al gobierno a redoblar los esfuerzos para consolidar el superávit fiscal y acelerar la reforma estructural. Estas son medidas necesarias para despejar la incertidumbre y las expectativas negativas acumuladas en junio, julio y agosto.
MAS ACERO.
La producción de acero en bruto de América latina llegó a 20,3 millones de toneladas en el primer semestre de 1992, lo que significó un aumento de 4,9%. Otro dato de importancia es que este incremento se inscribe en un proceso de caída de la producción mundial de 2% anual. Brasil, que es el país líder de la siderurgia regional, produjo 11,79 millones de toneladas en el primer semestre, con un aumento de 7,6%. La Argentina, en cambio, produjo 1,3 millones de toneladas, lo que representó una caída de 13%.
COSTO FINANCIERO DE EXPORTAR.
Si bien es cierto que en los últimos meses se ha producido una importante baja de la tasa de interés interna, también lo es que aún queda mucho camino por recorrer. Mientras que los bancos chilenos consiguen fondos para prefinanciar exportaciones con un costo de Libor más 7/8, los bancos argentinos los consiguen a Libor más 1,25 o, incluso, más 1,5%. Otro inconveniente es que a ese costo se le suman comisiones que reflejan el alto costo operativo de la banca local y los elevados encajes del Banco Central. Un aspecto positivo es que se ha estirado el plazo de la prefinanciación hasta un año y con fondos provenientes de los depósitos en dólares (argendólares).
CUESTION DE PROPORCIONES.
Uno de los argumentos que exhibe la industria automotriz argentina para oponerse a la intención gubernamental de aumentar el cupo de vehículos importados es el siguiente: hace tres años, el sector fabricó 90.000 unidades, en 1992 la producción de Sevel, Renault, Autolatina, Scania, Iveco y Mercedes Benz llegaría a 280.000 unidades, con una venta total (incluyendo a los importados) de 320.000 vehículos. Es interesante hacer una comparación, para mantener el sentido de las proporciones. Releyendo el libro Mis años con General Motors, escrito por su ex presidente Alfred P. Sloan, hay una interesante cita de estadísticas. GM fabricó 392.000 unidades en 1919, es decir, hace 73 años.
ALTA TASA DE INVERSION.
El secretario de Programación Económica, Juan J. Llach, estima que durante este año la tasa de la Inversión Interna Bruta Fija será de 28% del Producto Bruto Interno, lo que significaría una tasa prácticamente igual a la de 1991. Estos niveles son importantes porque en los últimos años la inversión había bajado del escalón del 10 % del PBI, lo que significaba que el país se “comía” el stock de capital. Según Llach, esos niveles de inversión significan que el boom del consumo se está convirtiendo en un boom de inversión. Por otra parte, el PBI crecería en 1992 cerca de 7%, una expansión que se sumará a la de 6% de 1991.