Los socios de disney en la argentina

    Para la mayoría de los adultos, el ratón Mickey, el pato Donald y Pluto son parte de los recuerdos infantiles. Pero para Javier Irarrazaval, el mundo de Disney es una realidad cotidiana. Este chileno de 35 años acaba de ser designado vicepresidente de la compañía que puede exhibirse como el mayor y más exitoso fabricante de fantasías del planeta, y que en 1991 facturó US$ 6.182 millones.

    Abrazado a Mickey y Minnie, durante un desayuno de trabajo realizado en el Hotel Plaza junto a los 51 licenciatarios de Walt Disney Company de Argentina, Irarrazaval festejó su nombramiento y dio algunas cifras sorprendentes.

    Como un afortunado Aladino (tema del próximo largometraje de dibujos animados), desde que en julio de 1990 Irarrazaval tomó las riendas de la división consumer products en Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay, los royalties de la región se multiplicaron vertiginosamente. En la Argentina solamente, la facturación anual creció 700% en dos años, y el número de licenciatarios se duplicó. En el sector comercial los productos Disney mueven aproximadamente US$ 50 millones por año.

    Stephen de Kanter, vicepresidente senior y director para América latina, reveló que la participación de la Argentina en la facturación de toda la región trepó de 2% en 1990 a 12%. “No hay ningún país que haya logrado eso. Ojalá tuviéramos más gente como Javier”, se enorgullece De Kanter.

    Irarrazaval vive desde hace 22 años en la Argentina pero no ha perdido su tonada chilena. Entusiasta y comunicativo, parece el representante perfecto de Mickey, La Sirenita y La Bella y La Bestia.

    Sin embargo, hace una década, cuando decidió colgar la carrera de administración de empresas que cursaba en la Universidad Católica de Buenos Aires (porque ya trabajaba para mantener a su familia), jamás imaginó que llegaría al puesto que tiene hoy.

    “En realidad, yo empecé en una empresa avícola. Producíamos alimento balanceado y huevos”, explica. Desarrolló su pasión por el marketing más tarde, en la editorial Tucumán, que publicaba libros infantiles, como Heidi y los Pitufos, y los distribuía en kioscos. Esta firma fue absorbida por la venezolana América, que en la Argentina publicaba, además de otras revistas, la conocida Vanidades y las historietas de Disney.

    “Como gerente general de la editorial Vanidades tuve que negociar los derechos de los comics con Disney”, recuerda. “Y aunque se los dieron a la editorial Abril de Brasil, Stephen de Kanter me llamó un día para que me hiciera cargo de la división consumer products del Cono Sur.” Irarrazaval no dudó. “Disney es irresistible”, dice.

    Informe: Nicolás Penchaszadeh.

    LAS MARCAS LIDERES.

    Una de las estrategias de Disney Consumer Products, aquí como en el resto del mundo, es asociarse a marcas líderes para potenciarse mutuamente. Un buen ejemplo es la línea Disney de las zapatillas Pampero que fabrica Alpargatas. Stani estampa dibujos de Mickey y sus amigos en los paquetes de caramelos. Bagley ya lanzó en el interior del país galletitas y alfajores Disney, y a fin de mes estarán en los comercios de la Capital Federal.

    “La simbiosis de Bagley y Disney es fantástica”, dice Héctor Igot, gerente de negocios de Bagley.

    “Somos un producto de primera calidad con una licencia de primera línea.”

    Javier Irarrazaval agrega: “Nosotros damos valor agregado a una buena marca”.

    SOLO BAJO LICENCIA.

    Trabajar sólo con licencias le ha dado excelentes resultados a Leonardo Stanislavsky y sus hijos Ariel y Eduardo. Desde hace diez años conducen la empresa Cromy, que fabrica álbumes de figuritas, juegos y papelería infantil; también importan chocolates y golosinas. Con una planta de 2.000 metros cuadrados en La Rioja y 200 empleados, Cromy factura aproximadamente US$ 10 millones al año y vuelca 85% de su producción al mercado argentino; el resto se exporta a Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay.

    La relación con Disney comenzó hace cinco años. Sus éxitos indiscutidos fueron los álbumes de Mickey y La Sirenita. Como Disney ha decidido estrenar una película de dibujos animados todos los años, las perspectivas para Cromy son muy alentadoras. Cada largometraje es una nueva oportunidad.

    A LA CAMA CON LA BELLA Y LA BESTIA.

    Picapau controla casi 40% del mercado de sábanas para chicos y factura US$ 3 millones al año. La licencia Disney para fabricar sábanas, acolchados y almohadones ha sido una carta ganadora y constituye 85% de su producción.

    “La licencia es un factor muy importante, porque el mercado es muy competitivo”, dice Daniel Youssefian, socio-gerente de la empresa. “Disney es un clásico. No tiene mucha competencia en la Argentina. Productos como los Simpsons son efímeros”, asegura.

    Además de los personajes clásicos de Disney, Picapau ahora también fabrica sábanas y acolchados con La Sirenita y La Bella y La Bestia.