¿Qué puede esperar la Argentina de la CE?

    Según la óptica oficial, el país no tiene -por imperio de circusntancias dadas y de hechos que condicionan- más remedio que una íntima vinculación con Estados Unidos. Desde esa óptica, no habría más camino que un rígido alineamiento con la política externa de Washington, como manera más eficiente de preservar esa “relación especial”, todavía en los papeles. Las cifras, según como se las agrupe y el ángulo de enfoque con que se las observe, suelen ofrecer sorprendentes revelaciones.

    Si la existencia de bloques comerciales es un hecho indiscutible y perdurable, el principal socio comercial argentino es la Comunidad Económica Europea. A pesar de las profundas diferencias que se mantienen en materia de subsidios agrícolas a la producción europea, el superávit en el comercio bilateral es el más abultado que mantiene la Argentina en su relación vis a vis con los principales bloques. Lo que sigue es un informe especialmente preparado para Mercado por Pablo Doudchitzky, quien se ha dedicado a seguir este tema con especial atención.

    SOCIO MAYOR.

    Por octavo año consecutivo, a partir de 1983, la CEE encabezó en 1990 los destinos de las exportaciones argentinas, con un total de US$ 3.740,6 millones (30,28% del total). El saldo favorable para la Argentina en su comercio con la CEE (importaciones por US$ 1.118,8 millones), alcanzó a US$ 2.621,8 millones, 311,69% del superávit total de nuestra balanza comercial.

    La composición de las exportaciones argentinas a la CEE privilegió nuevamente a las manufacturas de origen agropecuario, con un total de US$ 1.732,87 millones, y las materias primas agropecuarias (US$ 1.277,01 millones), de las cuales encabezan el lote semillas y frutos oleaginosos (US$ 158,25 millones), fibras de algodón (US$ 85,67 millones), hortalizas y legumbres sin elaborar (US$ 65,66 millones), y cereales (US$ 63,91 millones).

    Con respecto las manufacturas de origen industrial, las de mayor valor agregado se exportaron a la CEE por un total de US$ 728,64 millones, destacándose metales comunes y sus manufacturas (US$ 213,16 millones), productos químicos y conexos (US$ 131,9 millones), derivados de combustibles

    minerales (US$ 83,26 millones) y textiles y confecciones (US$ 59,45 millones).

    El análisis de las tendencias muestra que en el futuro el mercado comunitario demandará de la Argentina productos agropecuarios cada vez más diversificados, frutas y hortalizas de contraestación y pescados y mariscos. Para llevar a cabo esas ventas hará falta una activa política exportadora que incluya acciones de marketing en Europa.

    Durante el primer semestre de 1991, la CE compró productos argentinos por valor de US$ 1.953,4 millones (34,17% del total). El incremento de exportaciones a la CE fue de 6,9% con respecto del mismo período del año anterior. Como resultado de la apertura económica, el tipo de cambio y la reducción o eliminación de aranceles, aumentaron las importaciones de la CE a US$ 797,8 millones (59,3% más que en 1990). Con todo, la CE es la zona económica que menos ha reducido el saldo comercial favorable a la Argentina. En los restantes casos, la caída fue de 39,1% en el caso de Aladi, 73,3% por parte de Canadá, 111,7% Estados Unidos, 60,8% Japón, y 60,2% la URSS. El promedio general de reducción fue de 36,2%.

    FACILIDADES CHEYSSON.

    El ex comisionado para Asia y América latina, Claude Cheysson, puso en funcionamiento el E.C. International Investment Partners, una experiencia piloto en materia de financiación especialmente concebida para la promoción de empresas conjuntas entre operadores económicos locales y europeos, y dirigida principalmente a las pequeñas y medianas empresas. Las Facilidades Cheysson ofrecen una contribución financiera a las inversiones que realicen conjuntamente compañías de la CE con empresas locales que se canalizan a través de instituciones financieras locales corresponsales de las europeas autorizadas por la CE. Por ejemplo, bancos europeos con filiales en la Argentina: la Banca Nazionale del Lavoro, le Banque Nationale de Paris, el Banco Holandés Unido y el Deutsche Bank. Bancos locales que han sido seleccionados al efecto: el Banco Roberts y el Banco Europeo para América Latina.

    La contribución financiera puede destinarse a:

    * Identificación de proyectos y socios potenciales (respecto de países y sectores con potencial de inversión y de empresas de la CE con la tecnología y recursos financieros necesarios para joint ventures). Esta ayuda, en forma de subvención, está disponible sólo para las instituciones financieras, cámaras de comercio, asociaciones profesionales y organismos públicos, con exclusión de las empresas individuales, y cubre hasta 50% del costo, con un límite de 100.000 Ecus (unos US$ 120.000 actuales);

    * Operaciones previas a la creación de las empresas conjuntas o joint ventures (la identificación de socios para un proyecto de inversión individual y para facilitar la toma de decisiones previa al establecimiento de las mismas, como estudios de factibilidad y de mercado, construcción de unidades productivas piloto y fabricación de prototipos). Esta ayuda, en formas de anticipo sin intereses, está disponible para las empresas locales o europeas que proyecten una joint venture, hasta 50% del costo, con un límite de 250.000 Ecus.

    * Cubrir las necesidades de capital (en empresas conjuntas nuevas o ampliaciones de otras ya existentes). Esta ayuda se efectúa en forma de suscripción de parte del capital social, o préstamos en forma de participación, cubriendo hasta 20% del capital de la empresa conjunta, con un límite de 500.000 Ecus.

    * Formación y asesoramiento de cuadros. Esta ayuda está disponible para las empresas conjuntas ya creadas, en forma de préstamo en carácter de participación hasta 50% del costo y un límite de 250.000 Ecus.