Tendencias (parte ii)

    * Elecciones en Gran Bretaña. Por primera vez en dos décadas -dicen las encuestas- el laborismo tiene una opción de triunfo en las elecciones generales que habrá que celebrar este año. Los laboristas se despojaron de todo lo que fue irritativo durante la década anterior. Se presentan como una versión

    moderada de los tories, pero lamentablemente sin ideas nuevas. Mayor, el actual primer ministro, echó por la borda el lastre “thatcherista” y puede ganar si la recuperación económica lo ayuda un poco.

    * Cumbre europea en Edimburgo. A mediados de diciembre de este año, los jefes de Estado de la Comunidad Europea declararán solemnemente que el mercado único estará en marcha desde el 1º de enero de 1993. La cita será en Edimurgo, la vieja capital escocesa, y la única ciudad realmente europea de Gran Bretaña. En verdad, el mercado único -es bueno tenerlo en cuenta- empieza recién el año próximo.

    * Otro tratado de libre comercio. Inadvertidamente, acaba de comenzar el acuerdo entre México, Venezuela y Colombia para liberar totalmente el comercio mutuo. El proceso se superpone, de una parte, con el fortalecimiento que se intenta del Pacto Andino (al cual pertenecen Colombia y Venezuela); y de la otra, al proyectado mercado común norteamericano que debería concretarse este año entre México, Estados Unidos y Canadá. En cuanto al Mercosur, siguen cayendo los aranceles, aunque subsiste el temor de las dilaciones que puede suponer la situación económica brasileña.

    * La nueva vía en Suecia. El final de la era social demócrata llegó con ímpetu. El nuevo gobierno se lanzó a una carrera privatizadora, a una reforma integral del sistema impositivo y de las prestaciones de bienestar social, en línea con mayor austeridad pública y mayor desempeño del sector privado.

    Los vínculos con la Europa continental crecen y su adhesión a la CE parece inevitable. En verdad, discretamente, la legislación sueca está más en línea con las directivas de Bruselas que la de Italia, que es miembro pleno del selecto club.

    * La Europa Central. No queda más remedio que hablar de la ex Europa Oriental, un engendro del pasado. Polonia, Hungría y Checoslovaquia prefieren ser otra vez la Europa Central, y refuerzan sus vínculos con Alemania y Austria. Lo mismo pretenden hacer Eslovenia y Croacia, si logran la secesión de Yugoslavia. Los tres países bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, pueden optar por acceder el área de influencia germana o bien conformar un nuevo grupo: el de los países escandinavos. Rumania y Moldavia hablan de federación. Ucrania opta por ser independiente, y convertirse en la nueva frontera oriental.

    * El destino del GATT. La Ronda Uruguay del GATT, se pinte el caso como se quiera, ha fracasado en sus objetivos. La responsabilidad primaria parece ser el proteccionismo agrícola, intransigente en el caso de los europeos, aunque no menos presente en japoneses y hasta en estadounidenses. Pero el fracaso es más grave de lo que se piensa porque faltaba mucho todavía para liberalizar el comercio de bienes, sin contar el área de los servicios. Antes de otro intento, hará que remodelar el GATT, proceso que se avecina con todas las instituciones que emergieron de la Segunda Guerra. La posibilidad de intensa lucha -o de guerra abierta- entre superbloques comerciales, se acentúa. En 1989 -último dato completo disponible- se intercambiaron bienes por US$ 3.080 millones (US$ 2.147 millones en productos industriales, US$ 405 mil millones en materias primas y alimentos, y US$ 415 mil millones en minería). El intercambio de servicio fue de US$ 695 mil millones (US$ 325 mil millones en transporte, US$ 200 mil millones en viajes, y US$ 260 mil millones en otros servicios -incluyendo los financieros-).

    * ¿”Revival” comunista? En las recientes elecciones de Polonia -la primera de renovación parlamentaria, tras la caída del comunismo- se presentaron 65 partidos. El voto fue muy fragmentado. El partido que más apoyo obtuvo, la Unión Democrática del ex primer ministro Tadeusz Mazowiecki, obtuvo 12,8% de los sufragios. El segundo partido, Alianza Democrática Izquierdista (ex comunismo), consiguió 11,65%. Sumando todos los votos de partidos marxistas y opuestos al libre mercado, el porcentaje llega a 20%. Si la democracia y el capitalismo no logran satisfacer las expectativas exageradas que se han creado, sin seguro de desempleo y red de seguridad provista por un sistema de bienestar social, la frustración de los ciudadanos en la ex Europa Oriental

    puede ser grande y rápida. En dos o tres años podría surgir una nueva variante del socialismo democrático, distanciado de la economía de mercado, que se ofrezca como alternativa.

    * Xenofobia. Se insinúan graves conflictos étnicos este año. Además de la profundización de la crisis yugoslava, entre serbios y croatas, serbios y albaneses musulmanes, armenios y azerbajíes, hay otros puntos de conflicto listos a emerger. La frontera entre Hungría y Rumania es un polvorín. Una

    gigantesca encuesta europea (133.000 casos) revela intensidad del odio en toda Europa. Los gitanos siguen siendo los más odiados y despreciados en todo el continente. Especialmente en Alemania, Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria, pero también en España y sur de Francia. El antisemitismo expreso se manifiesta en Polonia y en Francia. Los movimientos neonazis crecen en toda Europa Occidental, Arabes y turcos son odiados en la Europa Central y Oriental. La xenofobia francesa se concentra en los inmigrantes norafricanos, argelinos, marroquíes y tunecinos. Catalanes y vascos son mirados con desconfianza por el resto de los españoles. Galeses y escoceses no gozan de mucha simpatía entre los ingleses. A los polacos no les gustan los extranjeros -ninguno-. Alemanes y polacos se odian sin disimulo.

    * Puede subir el precio del oro. Cada una de las repúblicas que están surgiendo de la desintegración de la URSS necesita consolidar su sistema monetario y contar con respaldo propio. Ha comenzado la carrera por acumular las mayores reservas de oro para respaldar la emisión y garantizar el comercio internacional. La consecuencia es que las exportaciones de la URSS -segundo productor mundial- cesarán. La oferta será menor, y lo más probable es que suba el precio del valioso metal.

    * Los tigres asiáticos. China y Corea del Sur crecieron, como promedio, tres veces más rápido que el grupo de países industrializados durante la década de los ochenta. A un ritmo de crecimiento superior a 7% anual, las emergentes economías asiáticas duplican su tamaño cada diez años. Para el año 2000, un habitante de Hong Kong será más rico que un británico, el antiguo amo colonial. Un habitante de Singapur tendrá mejores ingresos que un italiano. Los tigres ya no son cuatro: Taiwan, Hong Kong, Singapur y Corea. Hay otros cuatro listos para alcanzar en breve el mismo status: Tailandia, Malasia, Indonesa y China.

    * La paz asiática. La amenaza soviética (¿o rusa?) ya no sería el factor aglutinante -en el campo militar- en el anillo del Pacífico y el resto de Asia. Sin embargo buena parte del arsenal comunista en Europa ha sido trasladado a Siberia y la potente flota naval y dotación aérea en el área sigue sin cambios. A pesar de ello, China respira aliviada, y tal vez decida concentrarse en otra dirección. Japón no necesita más de Estados Unidos, y aspira a desempeñar un rol más protagónico. Washington quiere reducir el gasto y la presencia militar que tiene en la zona. Sin embargo, la mayor inestabilidad puede provenir de esa parte del mundo, donde habita 60% de la humanidad. El gasto militar japonés es el tercero en el mundo en importancia. Los chinos tienen la tercera flota submarina existente. Hay indicios de que Corea del Norte pronto estaría en condiciones de contar con poder atómico.

    * La hora de los tabúes mexicanos. Hay tres factores -además de la democratización de la política- que ningún gobierno mexicano se había atrevido a tocar. Los tres son símbolos de la Revolución y patrimonio del PRI. El presidente Carlos Salinas de Gortari, que ha llevado a cabo una exitosa

    reforma económica y algunos cambios positivos en el clima político, la emprende ahora contra los tabúes. Se modificará el sistema de ejidos, o de propiedad comunal de la tierra por parte de los campesinos. Se normalizarán -oficialmente- las relaciones con la Iglesia Católica. Y se permitirá que Pemex, la petrolera estatal, haga contratos de servicios con empresas extranjeras.

    * Yeltsin y Miyazawa. En Tokio se sigue con atención todo lo que ocurre en Moscú. Si como todo indica, Boris Yeltsin es el hombre fuerte de Rusia y del antiguo imperio soviético, será el interlocutor ideal para gestionar la devolución del archipiélago de Hokkaido al norte de Japón, en poder comunista desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Hay posibilidades de que dos islas retornen

    pronto a control japonés y otras dos, con transferencia gradual de soberanía, en un plazo más largo.

    El precio será un ambicioso programa de inversiones japonés en áreas críticas de la economía rusa.

    * Arroz importado. Este será el año. Por primera vez, Japón autorizará la importación de 500.000 toneladas de arroz. La autosuficiencia del vital alimento fue un dogma desde la posguerra, a pesar de que el producto local cuesta seis veces más que el precio en el mercado internacional. Además de la apertura económica que significa y de la concesión en materia de subsidios agrícolas que implica liberar tierras de sembradío, permitirá una disminución en el valor de la construcción.