Hipótesis sobre la caida de Noviembre

    Noviembre no fue un mes propicio para los inversores bursátiles, por lo menos hasta el viernes 22, cuando los precios llevaban acumulada una baja de 25% con respecto a los niveles de fines de octubre.

    Mucho se escribió sobre las razones que motivaron esta caída, hasta cierto punto prevista, debido a que la valorización de los meses precedentes había sido muy pronunciada.

    La baja se acentuó, precisamente, cuando el presidente Menem se encontraba cumpliendo con su visita oficial a Estados Unidos. Esta coincidencia llamó la atención de diversos sectores, que esperaban para esa época un nuevo movimiento alcista derivado de la posibilidad de que quedara definitivamente abierto el camino para la incorporación de la Argentina al plan Brady.

    Por eso, la caída de las cotizaciones fue al principio vinculada con un aparente fracaso de las negociaciones con los principales organismos internacionales de crédito. Otros, en cambio, la atribuyeron a la decisión de muchos inversores locales y del exterior de vender para hacerse de los fondos que les permitieran suscribir las acciones de Telefónica y Telecom que, según estaba previsto, debían salir a la venta el 9 de diciembre.

    Es factible que estas ventas hayan tenido alguna gravitación en la baja, pero nunca de una magnitud como la registrada, especialmente si la corriente de compras provenientes del exterior se hubiera mantenido en niveles similares o levemente inferiores a los de meses anteriores. La acentuada caída de la demanda externa, que en determinadas ruedas fue casi inexistente, coincidió con la presión de venta que ejercían algunos comisionistas que hasta pocas semanas atrás se caracterizaban por ser receptores de órdenes de compra del exterior.

    Esto hace suponer, entonces, que el mercado estaba jaqueado por la contracción de la demanda y la presión de la oferta, en ambos casos, tanto interna como externa.

    Estos hechos pueden tener otra interpretación que también estaría relacionada con el lanzamiento de las acciones de Telefónica y de Telecom, pero desde otro flanco.

    ¿ACCION CONCERTADA?.

    A fines de octubre, los precios de la mayoría de las acciones se encontraban muy por encima del llamado valor-libro, que algunos especialistas siguen considerando un barómetro fundamental para evaluar el estado general de las cotizaciones. Con una relación entre precio y valor-libro tan elevada (más de dos veces y media), surgía un interrogante: ¿Qué parámetros utilizaría el gobierno para fijar el precio de colocación de las acciones de las empresas telefónicas? Evidentemente, iba a mantener esa tendencia, con la particularidad de que, por tratarse de empresas de elevada rentabilidad futura, el precio de lanzamiento podría ubicarse en un nivel muy alto, lo que afectaría a los principales inversores locales y del exterior interesados en comprar esos paquetes.

    ¿Qué hicieron, entonces, para obligar al gobierno a morigerar sus retensiones? Sencillamente, impulsar hacia la baja los precios vigentes en el mercado accionario para que la relaci6n con el valor-libro disminuyera en forma significativa. Ante esta disyuntiva, las autoridades tendrían dos alternativas: postergar para febrero o marzo el lanzamiento de las acciones. o bien entrar en el juego de los grandes operadores, poniendo un precio de colocación más cercano al valor-libro de las acciones de ambas empresas.

    La primera posibilidad dificultaba en forma significativa el cierre de las cuentas fiscales del último trimestre del año, por lo que el gobierno intentó ratificar la fecha del 9 de diciembre, aunque este objetivo solamente pudo concretarse con Telefónica de Argentina, dado que algunos problemas legales habrían impedido hacer lo mismo con Telecom.

    Si bien una parte significativa de ambas emisiones se colocará por licitación -es decir, que los compradores tendrán plena libertad para fijar el precio que consideren más conveniente- el hecho de que el valor oficial de referencia para el lanzamiento no resultara muy alto les brindaba la posibilidad de realizar la compra a niveles más bajos.

    Si esta interpretación de los hechos es acertada, los precios en el mercado deberían ir recuperando gradualmente posiciones. aunque el viernes 13 expira el plazo para acceder a las opciones de diciembre, oportunidad en que, si el mercado no recupera posiciones, muchos inversores demasiado audaces o con una gran dosis de inexperiencia, habrán padecido en carne propia los riesgos de operar en este segmento del mercado sin adoptar los recaudos necesarios para evitar perder en su totalidad el capital invertido.