La fuerte reactivación que experimentaron los negocios con acciones a partir de la segunda mitad de marzo, contribuyó a que las oficinas de los Fondos Comunes de Inversión (FCI) volvieran a ser visitadas por una cantidad importante de inversores, que hasta esos momentos tenían colocados sus ahorros en dólares o en depósitos a plazo fijo.
Por las nuevas incorporaciones de cuota-partistas y la valoración de las acciones en la plaza, el patrimonio conjunto de estas entidades pasó de US$ 41,3 millones en febrero a US$ 92,5 millones en marzo, uno de los niveles más altos desde setiembre de 1989, cuando alcanzó a US$ 126,3 millones. De acuerdo con las disposiciones vigentes, los FCI no pueden tener más de un 10% de títulos públicos; el resto debe estar formado exclusivamente por acciones con autorización para negociarse en el mercado de capitales. Por esta razón, su desenvolvimiento se halla estrechamente emparentado con el mercado bursátil. La importancia de sus carteras, que en conjunto representan
el equivalente a los negocios totales con acciones durante un mes en la Bolsa, contribuye a brindarle el carácter de moderadores de los precios.
Es bastante normal que cuando la demanda registra subas muy significativas, los FCI efectúen ventas para concretar ganancias. Algo similar ocurre en épocas de fuertes bajas, pero lógicamente en sentido contrario. En esas condiciones, compran para retomar carteras vendidas con anterioridad, o simplemente tomar posiciones en un determinado papel.
Las fluctuaciones en el valor de sus carteras, ya sea por variaciones en las cotizaciones o cambios de un papel por otro, se reflejan en el precio de lo que técnicamente se denominan cuotas-parte, que en esencia representan el derecho de copropiedad indivisa del poseedor sobre la cartera total del Fondo. Esta es una de las características principales de estas entidades, ya que nadie puede solicitar su disolución, sino solamente proceder al rescate de la inversión efectuada mediante la venta de las respectivas cuotas-parte.
Por eso, el seguimiento de esta última permite evaluar el comportamiento de cada FCI a través del tiempo. Si bien existe un parentesco con el desarrollo de los negocios en la Bolsa, cada FCI tiene sus características, que en algunos casos están relacionadas con su envergadura, y en otras con la canalización de las compras hacia determinados tipos de acciones o sectores.
Durante el período abril de 1989 y marzo de 1990, el FCI más rentable resultó ser el FIMA, vinculado con el Banco de Galicia, que por coincidencia era también el de mayor envergadura.
Rentabilidad
de las principales entidades
(Abril 1990/marzo 1991)en dólares
Columbia 61,4
La Reconquista 58,9
FIMA 51,0
Finganar 50,0
Quilmes 49,8
Numancia 46,6
Citinver 45,5
DelVal 44,8
1784 39,4
Federal 27,9
25 de Mayo 25,6
Victoria 24,3
En los doce meses siguientes (abril 1990-marzo 1991) el más rentable resultó ser el Columbia (Banco Crédito Argentino), que obtuvo un rendimiento en dólares de 61,4%, seguido por el Reconquista (Banco Roberts) con el 58,9% y el FIMA (51%).
La novedad de marzo la constituyó el arrollador avance del DELVAL (Banco Río), que desplazó del liderazgo al FIMA. Ello se explica por el hecho de que de febrero a marzo el patrimonio de este último se incrementó 87,7% en dólares, mientras DELVAL lo hizo en 198,8%. Si bien es factible que este gran impulso obedezca a una agresiva campaña de captación de fondos, no debe
descartarse tampoco que a través de este mecanismo de inversión se hayan canalizado importantes dineros sobrantes del grupo Pérez Companc, al que el Banco Río pertenece. Esto último puede explicar también la circunstancia de que la valorización durante marzo de la cuota-parte del DELVAL resultó inferior a la del FIMA. Mientras la del primero subió en términos nominales 32,05%, la del segundo creció 46,03%; es decir, que lo que ganó el DELVAL en patrimonio lo perdió en rentabilidad.
Los de mayor patrimonio.
(al 31 de marzo) millones de
Delval 21,1
FIMA 18,9
Numancia 8,6
1784 7,9
25 de Mayo 5,6
Finganar 4,3
Citinver 3,9
Columbia 3,7
Quilmes 3,2
La Reconquista 2,6
Federal 2,3
Victoria 2,3
Cardinal 1,5
FIA 1,3
Estas entidades se regulan por la ley 15885, sancionada en 1962; por lo tanto, ya tiene una vigencia de 30 años, que de alguna forma exige su actualización. Sobre el particular, Franklin Williams, presidente de la Cámara que nuclea a estas entidades, expresó que la mencionada norma legal requiere ser modificada para permitir a los FCI adecuar su funcionamiento a las nuevas
modalidades operativas de los mercados. Es importante aclarar, sostiene, que no solicitamos ningún tipo de apoyo por parte del Estado sino simplemente la modernización de la ley como una forma genuina de contribuir al fortalecimiento del mercado de capitales.
La actualización debería ser complementada con la promulgación de una ley relativa a los Fondos de Pensión, como la que rige con éxito en otros países. También debería permitirse una mayor fluidez para el ingreso de capitales extranjeros que, de concretarse, daría un impulso importante al mercado de capitales de riesgo, de cuya vigorización tiene tanta necesidad el país.