ANÁLISIS | Perspectiva
Por Rubén Chorny
De un interesante cruce de los resultados de las elecciones primarias del domingo 14 de agosto con el ranking de las economías provinciales elaborado una semana antes por Abeceb.com, surge que el único distrito donde Cristina Kirchner no logró imponerse fue uno de los de mayor autonomía fiscal y con más cantidad de obras de infraestructura: San Luis.
Rodríguez Saá se impuso en su jurisdicción con 55% contra 22,31% de la mandataria nacional. Y eso que no se privó de alcanzar la independencia fiscal apelando a una presión tributaria bastante mayor al promedio.
Esta provincia cuyana integró, con Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza, el lote con mayor generación de recursos fiscales propios en el indicador construido por la consultora, aunque supera a las dos últimas en presión fiscal.
En estos tres casos, la victoria de la Presidenta tuvo guarismos más moderados, en comparación con los altos porcentajes obtenidos justamente en las jurisdicciones más dependientes de recursos del poder central, como Formosa (70%), San Juan (66%), Santiago del Estero (80%).
En La Rioja, que es una de las más dependientes, el peso electoral de la Casa Rosada se atenuó (50%) por la influencia política que ejercen los Rodríguez Saá en el peronismo local.
También Chaco, siendo una de las provincias que aplica mayor presión fiscal, a la vez es altamente dependiente de los aportes de la Casa Rosada, lo cual detectó el electorado apoyando con 61% de los votos a Cristina Kirchner.
El caso San Luis
La administración puntana exhibe una baja relación del gasto corriente respecto de los recursos que recauda, lo cual le libera un excedente de capital para aplicar a inversiones que activan su economía, de modo que la expansión de la red vial (las autopistas ocupan 22% contra 4% en el resto del territorio nacional), la aeroportuaria, los hospitales y escuelas sitúan a la provincia al tope de la infraestructura en todo el país.
El secreto no lo es tanto, porque no llega a destinar cinco de cada 10 pesos que percibe, cuando el promedio nacional es de ocho. Abanderada de esa elevada porción de erogaciones ha sido tradicionalmente Buenos Aires.
La explicación se encuentra en el impacto que tienen los salarios dentro de los gastos corrientes, que en la plantilla bonaerense supera la media nacional.
Tierra del Fuego es la que mayor porción de la torta de ingresos destina a gastos corrientes, en general, y sueldos, en particular. Le sigue Neuquén, donde el oficialismo local ganó su elección y en las primarias lo hizo el nacional, con 55%.
Al observar los indicadores de producto bruto per cápita destacan las provincias patagónicas y las mineras, un sesgo proveniente de las actividades extractivas. El incremento de la masa salarial supera a la media nacional.
Actividad económica
Gracias a ser la sede administrativa del país y a concentrar la actividad financiera y de las casas matrices, la Ciudad de Buenos Aires reúne el mayor producto bruto, con US$ 30.000 millones y ubica la masa salarial en un nivel parejo con el de las principales provincias productivas, como Santa Fe, Buenos Aires, Mendoza y Córdoba.
Aún así, y tras consagrar claramente ganador al jefe de Gobierno en segunda vuelta hace apenas un mes, el electorado porteño privilegió a la Casa Rosada por sobre el líder del peronismo federal, con el que daba la sensación que iba a aliarse la fuerza gobernante en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Al menos ese era el clima político reinante en las únicas tres comunas donde Eduardo Duhalde se impuso a Cristina Kirchner: Recoleta, Núñez, Belgrano-Colegiales y Palermo. En las otras 15, de distinto perfil socioeconómico y grado de politización, resultó un paseo de la mandataria.
Eje San Luis-La Pampa
La Pampa secunda a San Luis tanto en autonomía fiscal cuanto en obras, y así fue como los mandatarios de ambas se presentaron en una fórmula presidencial que enfrentó a Cristina Kirchner-Amado Boudou y quedó tercera (detrás de Udeso) en los pagos pampeanos.
Si se toma la eficiencia fiscal como indicador que condensa la presión tributaria, la recaudación, la independencia, el peso del gasto corriente y el impacto salarial, según Abeceb.com el valor más alto, o sea, el de mayor exposición, lo obtiene Jujuy, con 24 puntos. Le siguen Catamarca y Corrientes, con 22. Neuquén y San Juan 20 y Tierra del Fuego 19.
La inclinación electoral por la Presidenta en esos distritos superó el promedio de diferencia que a escala nacional le sacara al Udeso y al duhaldismo.
La Patagonia vaya si existió…
Fue la región austral donde la actividad económica y el bienestar social se dieron la mano con las urnas. Tierra del Fuego y Santa Cruz, en ese orden, lideran el indicador de producción, que solo la Capital Federal supera a escala nacional.
Una de las explicaciones hay que buscarla en las riquezas extractivas.
También el comportamiento de la demanda, medido en términos de patentamiento de vehículos, además del consumo de cemento portland, el de electricidad industrial y las exportaciones, confirieron a Tierra del Fuego un motor de crecimiento parejo con las vecinas Chubut y Santa Cruz.
En las tres, Cristina Kirchner ganó con absoluta claridad. Ya reelecta Fabiana Ríos, en el extremo austral la primera mandataria logró 62% de los votos, 65% en su casa, Santa Cruz, y en Chubut duplicó la adhesión obtenida por el local Mario Das Neves, quien se presentó como compañero de fórmula presidencial de Eduardo Duhalde.
Misterios chubutenses
Lo sorpresivo de la derrota del gobernador chubutense en estas primarias es que bajo su gestión la provincia estuvo entre las primeras consumidoras de electricidad, gas, se destacó como exportadora y consiguió un alto grado de industrialización.
Pueden haber sido causas del relegamiento electoral el empate técnico con el kirchnerismo en el anterior comicio y el hecho de que el aliado de Das Neves se pusiera a las órdenes del Gobierno nacional apenas le fuera adjudicado el triunfo en el recuento por mínima diferencia.
No solo por el consumo de cemento y eléctrico industrial de la planta Aluar (el mismo que toda Córdoba) se destacó Chubut, sino que por calidad de vida, salud y educación (los indicadores que miden el bienestar socioeconómico) apenas fue superada por Tierra del Fuego, según Abeceb.com.
Como productora de hidrocarburos comparte con las otras cinco (Santa Cruz, Chubut, La Pampa, Neuquén y Tierra del Fuego) el mayor uso de gas del país, y se agrega San Luis al lote, aunque no se trata de una provincia hidrocarburífera.
Para el caso de las exportaciones provinciales, los indicadores permiten medir el grado de valor agregado en las mismas (calculado en relación a los dólares aportados por cada kg exportado) y su nivel de industrialización.
Chubut (US$ 6.408) y Santa Cruz (US$ 5.851) se ubican nuevamente el tope de las exportaciones per capita medidas en dólares por habitante, mientras que la CABA (129) y Formosa (67) quedan relegadas a los últimos dos lugares.
Para el caso de la industrialización de las ventas hacia el exterior, San Juan y Capital Federal obtienen los dos primeros puestos.
En relación al valor agregado que se incorpora a las exportaciones, La Rioja es la mejor posicionada, seguida nuevamente por San Juan.
Salir de pobres
Uno de los mitos que las recientes primarias derribaron fue la hipotética relación entre pobreza y clientelismo. En las jurisdicciones que presentan los indicadores más bajos del país, como Santa Cruz, Tierra del Fuego y Ciudad de Buenos Aires, el rédito electoral del kirchnerismo fue destacado.
En Santa Cruz no supera 1%, en el distrito fueguino llega a 2,5% y en Ciudad de Buenos Aires asciende a 3,1%.
Aun en la contracara en cuanto a la calidad de vida e indicadores de educación, como lo son San Juan y Corrientes, que ocupan los últimos dos escalones por sus magros desempeños, Cristina también obtuvo 65% en la primera con su aliado Gioja y 63% en la segunda, donde el justicialismo está lejos de prevalecer.
Corrientes aparece entre las más pobres, con 13,5%, seguida por Formosa, con 14,6%. Y Misiones junto con Santiago del Estero son las últimas en cuanto al nivel de educación, para el que se tiene en cuenta la cobertura de las escuelas públicas, la matrícula de estudiantes y la deserción escolar, entre otros factores.
Aún así, los escrutinios le sonrieron al Gobierno nacional en el extremo mesopotámico (64%) y en Santiago del Estero batió todos los récords (80%).
¿Educación por habitante o densidad educacional?
Al haber menos habitantes, La Rioja, Catamarca y Entre Ríos dejan la sensación estadística de haber sido las provincias que más establecimientos educativos construyeron, relegando a Ciudad de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires, precisamente por la alta densidad poblacional que poseen.
Lo mismo sucede con La Pampa en cuanto a la cantidad de hospitales.
Pero Córdoba sí presentó cantidad de establecimientos disponibles para internación cada 1.000 habitantes en relación con la población total de la provincia.
Buenos Aires y Mendoza ocuparon los dos últimos lugares.
Por lo menos en estos comicios, los votos no parecieron explicarse en indicadores sociales como salud, vivienda y educación, quizá la asignatura pendiente de gobierno y oposición para el próximo período electoral, crisis internacional mediante.
Otro enfoque revelador
El consumo creció más de 80% en las provincias más oficialistas
En Santiago del Estero, Formosa, Corrientes y Chaco, donde el actual Gobierno nacional obtuvo más de 60%, el crecimiento de las ventas de los supermercados avanzó más de 80% desde la crisis de 2009. Hay varias causas de diversa índole e importancia que pueden explicar este amplio triunfo.
En las recientes elecciones primarias, la presidenta Cristina Kirchner junto con el Frente para la Victoria, obtuvo más de 50% de los votos del total del país, lo que le asegura un buen futuro para las presidenciales del próximo mes de octubre.
Según la consultora Abeceb.com, desde el ámbito económico es posible encontrar varios factores que siempre son decisivos en el momento al momento de votar por la importancia que tienen en el bolsillo de la gente. Por ejemplo: la visión que tienen los votantes con respecto al futuro de la situación macroeconómica, del empleo y de la seguridad económica influyen directamente en el apoyo al partido gobernante de turno.
Lo mismo ha ocurrido en la Argentina en los últimos años: en las anteriores elecciones presidenciales de octubre de 2007, las proyecciones económicas eran buenas y las perspectivas de perder el empleo eran bajas. Como consecuencia, la confianza de los consumidores se encontraba en niveles elevados, llegando hasta los 48 puntos a escala nacional según el índice de la Universidad Di Tella. Así, el partido oficialista logró un amplio apoyo que superó 45%.
En cambio, en las elecciones legislativas que se desarrollaron en junio de 2009 el escenario no era tan favorable. La crisis financiera había impactado fuertemente en la actividad local y el desempleo estaba creciendo. Las perspectivas ya no eran tan favorables, y a ello se le sumaban las heridas todavía latentes a causa del conflicto entre el Gobierno y el campo por las retenciones. De esta manera, la confianza había caído hasta los 40 puntos, resintiéndose así el apoyo al Gobierno nacional: el Frente para la Victoria solo obtuvo poco más de 30% de los votos del total del país.
Visión positiva
Durante estos días la situación es bastante diferente: la confianza se ubica en niveles muy elevados, rozando los 60 puntos y superando los niveles previos a la crisis de hace dos años. El empleo se encuentra estable, y si bien hay ciertas cuestiones todavía no resueltas como la inflación, la visión general de los consumidores es positiva. Este envidiable contexto explica en gran parte porque el Gobierno obtuvo tan buena performance en las elecciones primarias.
Al analizar aquellas provincias en donde Cristina Kirchner obtuvo la más amplias mayorías, es posible encontrar puntos en común en la evolución de los salarios, el empleo y el consumo.
Por ejemplo, en Santiago del Estero, Formosa, Corrientes y Chaco, donde el oficialismo obtuvo más de 60%, el crecimiento de las ventas de los supermercados desde 2009 hasta 2011 superó 80%.
Con el desempleo ocurrió algo similar: el impacto de la crisis financiera internacional aumentó el número de desocupados en las provincias, pero las cifras comenzaron a descender durante 2010 y 2011. En aquellas provincias en donde los números bajaron fuertemente, como en Río Negro, Tucumán, Corrientes y Misiones, el oficialismo logró un alto respaldo popular.
Por supuesto, siempre hay lugar para algunas particularidades: en comparación con 2009 el desempleo aumentó en Santiago del Estero, Salta o Catamarca. Sin embargo, en estos tres distritos Cristina Kirchner ganó con más de 60%.
Asimismo, en aquellas provincias en las cuales el salario aumentó más fuertemente desde 2009, como en Tierra del Fuego, Chaco o Tucumán, la presidenta también logró obtener un buen caudal de votos. En Ciudad de Buenos Aires, en cambio, las remuneraciones crecieron menos que en el resto del país.