ESTRATEGIA | Empresas
Así sostiene un análisis de Knowledge@Wharton que pone énfasis en lo que hacen tres empresas, Coca-Cola, Nestlé y General Electric.
Durante años, expertos en geopolítica trazan escenarios bélicos vinculados a un paulatino agotamiento de fuentes hídricas.
Esto lo subraya la Alianza pro Gestión del Agua (AGA), señalando que “la corriente demanda del insumo en ciudades, industrias o el agro se torna insostenible en muchas regiones y continuará aumentando en años venideros”. Según un grupo que proyecta el recurso a 2030 (GPR 2030), “en apenas 20 años, las necesidades globales estarán 40% sobre las fuentes accesibles. Para entonces, un tercio de la población residirá en lugares cuyo déficit superará 50%”.
Si bien la superficie terrestre es casi toda agua, más de 97% es salada. A su vez, menos de 30% del agua dulce es potable y, entretanto, casi 70% del recurso está en forma de glaciares o nieves. Por ende, los acuíferos subterráneos contienen casi toda el agua potable, cuya tasa de agotamiento ha pasado, en 1961/ 2000, de 125 billones de metros cúbicos a 285 billones por año. Así estima el Boletín de investigaciones geofísicas (BIG).
Las aguas de superficie, una mínima fracción del total, también corren riesgo. Según señalaba Nature (octubre-diciembre 2010), “existen múltiples tensiones. Por ejemplo, sobrecultivo, contaminación o especies depredadoras –la humana inclusive– amenazan ríos y lagos que surten a 80% de la población mundial”.
Proactividad
La mayor productora mundial de bebidas sin alcohol y agua mineral embotellada, Coca-Cola, suele ser acusada de prácticas insostenibles en materia hidroecológica. No obstante, el gigante hace de la conservación de aguas una clave para su modelo de negocios.
Si bien las prácticas de la compañía han sido criticadas por grupos como Resource Center (India) o Corporate Accountability International (Responsabilidad Empresaria Internacional, California), Coca-Cola insiste en que sus esfuerzos conservacionistas se iniciaron bastante antes de que se lanzasen esas campañas. Por ejemplo, la empresa elevó 6% su eficacia hídrica en 6% en el bienio 2003/04 y redujo el volumen de agua empleado para producir.
En 2007, se propuso establecer un conjunto de aspiraciones atinentes a “restituir a comunidades y naturaleza agua equivalente a la empleada en sus procesos industriales”. Según la compañía, involucró en 2009 a 25 comunidades en 70 países. Ese año, neutralizó 22% del agua usada en bebidas.
Sin duda, a Coca-Cola le queda mucho más por hacer. A criterio de Lisa Manley, directora de Comunicaciones, “las embotelladoras en 900 plantas de 170 países hicieron relevos (2009) entre mujeres y descubrieron que la escasez de agua potable las obliga a recorrer crecientes distancias para obtenerla”.
En general, “las embotelladoras no han respondido como debieran”, apuntaba Nature. Pero litigar con organizaciones sociales lleva a un callejón sin salida. Nestlé Waters lo intentó cuando el municipio floritano Dade (Miami) difundió mensajes radiales afirmando que su agua potable era superior y más barata que la embotellada. La acción radicada por las multinacional en 2008 solo consiguió que un grupo activista (Co-op America) la tachara de miserable.
En la actualidad, Nestlé Waters lidera esfuerzos conservacionistas en Florida y Maine. “Durante los últimos 12 meses –señala Kim Jeffrey, director ejecutivo–, la firma se encuentra al frente de un grupo proactivo en lo tocante a agua potable. Mientras tanto, la división agua y energía de General Electric surge desde 2008 como otra fuerza de primera línea en conservación hídrica.
Jeffrey Fulgham, director de Sustentabilidad en GEPW –factura US$ 20.000 millones anuales–, recalca una diferencia entre agua y otras fuentes renovables o no. “En tanto los hidrocarburos, el sol o el viento tienen opciones, el agua no. Tenemos que limitarnos a los recursos existentes y potenciales”.
Al respecto, Fulgham señala que “muchos países imponen regulaciones al derrame de químicos, desechos mineros, etc.”. Estas normas, añadidas a la triplicación de demanda hídrica hacia 2050, creando un negocio, la recuperación de aguas tratadas. Por ejemplo, GEPW incrementó gastos anuales de US$ 700 millones en 2005 a 1.500 millones en 2010”.