Foco en el triple desempeño

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    Por Carina Martínez


    Mariano Cornejo

    De acuerdo a Mariano Cornejo, director de Comunicaciones y Medios de Telecom Argentina, la gestión de RSE en Telecom se organiza de forma de coordinar y facilitar la gestión de sustentabilidad y su reporte. Y, en segundo término, conduce el programa de inversión social privada en las comunidades con que interactúa. Además, Cornejo asegura que las empresas respetan el marco legal y generan un programa de RSE y sustentabilidad, “conscientes del beneficio integral que conlleva un mejor impacto social y ambiental no solo en el rendimiento económico sino en la imagen y reputación corporativa”.

    –¿Hasta dónde llega el compromiso corporativo respecto de la sustentabilidad?
    –En Telecom proponemos que la gestión del negocio se desarrolle bajo un compromiso integral, que abarca el desempeño responsable en aquellos lugares donde estamos presentes, en relación con empleados, proveedores, clientes e inversores. Es una mirada transversal e integral, que busca ser siempre realista.
    Nuestro Código de Conducta y Ética Empresaria expresa los principios generales que ilustran la misión empresarial y describen la manera correcta de realizarla. Una de las premisas fundamentales es utilizar los recursos responsablemente.

    –¿Considera que las compañías están haciendo todo lo posible para minimizar el impacto de sus actividades?
    –Los efectos del cambio climático constituyen un desafío que las sociedades debemos afrontar y podemos contribuir principalmente reduciendo las emisiones de carbono. El sector de las TIC puede tener un rol fundamental. Los temas que se imponen son, entre otros, la eficiencia energética en la operación propia, en la cadena de valor y en la oferta de productos y servicios. Las soluciones de teletrabajo, la videoconferencia, la telemedicina son ejemplos de la contribución de nuestro negocio a la sustentabilidad ambiental.

    –¿Influye la presión de la opinión pública y los consumidores en este tema?
    –La empresa es consciente de su impacto en la comunidad y promueve la escucha activa para comprender las expectativas y las exigencias de los distintos grupos de interés. Las generaciones más jóvenes demuestran una mayor valoración y conciencia ambiental. Esto se traducirá en encontrar soluciones de negocio, de impacto social y ambiental, que puedan responder a sus expectativas e intereses.

    –¿Cuáles son las acciones que la empresa realiza en cuanto a sustentabilidad?
    –Un negocio sustentable es aquel que potencia el crecimiento sostenible de la sociedad en la que se desarrolla, tomando como base de apoyo las propias capacidades de la empresa.
    Algunos ejemplos de gestión sustentable son, en la operación interna, el cuidado por el ahorro de energía, campañas de concientización interna y externa, el green building en el contact center de Rosario, el poseer una clara matriz legal ambiental para nuestra operación e industria. En el negocio, algunos ejemplos son la oferta de factura digital para nuestros clientes de Personal, o los productos y packaging eco-eficientes.
    También hemos implementado un set de indicadores de desempeño ambiental que nos permitirá comprender nuestros logros y establecer objetivos de mejora.
    Telecom, además, promueve el progreso y la sustentabilidad social al enfocarse en la educación, la tecnología y la inclusión con su programa de inversión en la comunidad.
    De este modo, conduce un círculo virtuoso: asume la responsabilidad de mejorar en función de las expectativas de su público y crece como compañía, en el triple bottom-line económico, social y ambiental.

    –¿Presenta Telecom informe de sustentabilidad? ¿Contribuye este a la calidad de la gestión y aumentar la transparencia?
    –Desde hace cuatro años Telecom presenta su reporte de RSE, bajo los lineamientos de la guía Global Reporting Initiative (GRI). Esta experiencia, que se renueva año tras año, permite rendir cuenta de los avances de la empresa y trabajar en forma sinérgica con todas las áreas operativas de la compañía, para internalizar la responsabilidad social como una estrategia integral al negocio.
    El ejercicio anual del reporte permite realizar la gestión y la comunicación transparente de la RSE. Nos da un marco de referencia estratégico para evaluar cómo estamos en nuestro triple desempeño, pero también nos permite valorar y destacar las prácticas responsables con cada stakeholder. Además, logramos establecer metas anuales de mejora en las tres dimensiones, para cada uno de los grupos de interés.

     

     

    El doble rol de las empresas

    Uno es conocido; el otro, no tanto. El primero es cumplir con las normas en la materia y realizar las acciones e inversiones necesarias para minimizar el impacto medioambiental. El segundo, menos desarrollado pero tan importante como el primero, es convertir a cada organización en espacios de constante promoción y educación en el cuidado del medio ambiente.

    Por Gustavo Troia (*)

    Por iniciativa de la ONU y como sucede desde 1972, el pasado 5 de junio, el mundo celebró el Día Mundial de Medio Ambiente. Fue una jornada en la que se presentaron miles de proyectos para minimizar el impacto de la sociedad en el medio ambiente. El desafío es conseguir que este espíritu pro-ambiental dure todo el año.
    Todas las compañías que, como Cervecería y Maltería Quilmes, consideren que los negocios no son concebibles aislados de la sociedad deben asumir y desarrollar este segundo aspecto, de transformar a la organización en foco de promoción del cuidado ambiental.
    Las empresas tienen la responsabilidad de compartir con los empleados y sus familias información, para que estos también se conviertan en agentes de cambio medioambiental, tanto dentro como fuera del trabajo. ¿Por qué? Simple. Todas las actividades humanas, personales o corporativas, impactan en el medio ambiente. Así las cosas, cualquier esfuerzo cuenta. Desde el más simple, como apagar la luz cuando no se utiliza, hasta el más complejo, como modificar la matriz energética de una planta de elaboración a través de la utilización de biomasa.
    En ese orden, para trabajar efectivamente sobre la cuestión medioambiental es necesario trazar una política que no solo incluya, sino que también involucre a todos los empleados, que esté íntimamente relacionada con el negocio –para que sea sustentable en el tiempo– y que exija la definición de planes de acción con fechas y metas concretas. Quienes están cerca de la operación diaria son capaces de detectar oportunidades e implementar pequeños cambios que marcarán la diferencia.
    Para generar un compromiso genuino con el medio ambiente, en Cervecería y Maltería Quilmes anualmente lanzamos competencias en las que pedimos que se presenten pequeñas iniciativas medioambientales de impacto inmediato, como por ejemplo, no imprimir los viernes para ahorrar papel. Por lo general, todas estas ideas son replicables fácil y simultáneamente en múltiples operaciones. Y los resultados de crear una cultura medioambiental que cruce toda la organización resultan contundentes. Gracias a esto, en los últimos 10 años fue posible reducir en la compañía 42% del consumo de agua, 19% del de energía, recuperar seis veces más emisiones de CO² de lo que hacíamos antes y superar 96% del reciclado de residuos y subproductos.
    Hay que proponerse lo máximo posible, sin confundir esto con lo mínimo necesario. Los objetivos medioambientales de Cervecería y Maltería Quilmes son públicos, claros y mensurables. Para 2012, en relación con los mismos indicadores de 2009, queremos reducir 10% de las emisiones de CO², 10% del consumo de energía, 30% en el consumo de agua, y asimismo aspiramos a reciclar 99% de nuestros residuos y subproductos. Los 4.850 empleados que trabajamos en la compañía conocemos esos propósitos, adherimos a ellos, compartimos la responsabilidad y nos esforzamos para alcanzarlos.

    (*) Gustavo Troia es vicepresidente industrial de Cervecería y Maltería Quilmes.