Modelo gestionable, medible y reportable

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    Por Mauro Maciel


    Marcelo Iezzi

    “Los reportes de sustentabilidad muestran los programas que una compañía desarrolla como parte de su vocación por el desarrollo sostenible”, explica Marcelo Iezzi, responsable del departamento de consultoría de Desarrollo Sostenible de PwC Argentina. De esta manera introductoria el especialista explica cómo, por qué y para qué (por ahora) las grandes compañías han iniciado el todavía joven camino de informar sus reportes de acciones sustentables.

    –¿Por qué las empresas que presentan este tipo de reportes deciden adoptarlos? ¿Qué clase de beneficios generan?
    –Uno de los beneficios está asociado con la mitigación del riesgo. Hoy una compañía por no identificar determinados aspectos que sus grupos de interés están esperando, corre riesgos de operación o reputación, y, de algún modo, el hecho de llevar adelante las acciones sin comunicarlas no produciría la misma satisfacción en aquellos grupos. Es decir, que no se enterarían de lo que la empresa está haciendo.
    En ese sentido, los beneficios son la consolidación de una actividad, de la marca, la reputación, de incentivar a otros grupos de interés a sumarse en determinadas acciones de la compañía, de permitirse incluso ser parte de una cadena de proveedores de una organización mayor.
    El otro tipo de beneficios es hacia adentro. Como todo proceso, una vez definido, empezar a medirlo permite comenzar a mejorarlo, establecer objetivos, identificar recursos necesarios para alcanzar los objetivos, hacer un ciclo de mejora continua sobre esa actividad. Entonces, la compañía empieza a encontrar muchos beneficios que a veces son productos no esperados, pero forman parte del núcleo de la organización.

    –¿Cuál sería el proceso de implementación dentro de las organizaciones?
    –Al principio los planes se empiezan a delinear trabajando más intuitivamente que sistemáticamente. Luego se percibe que eso debe transformarse en una operación gestionable. Por eso la diferencia entre filantropía y acciones de RSE: la filantropía no es gestionable, sino que tiene lugar cuando una persona física decide hacer una donación en forma discrecional. La organización no funciona sobre bases discrecionales, sino sobre un sistema de operación, donde hay alguien a quien darle explicaciones, ya sea un accionista externo o interno.
    Esa es un poco la evolución natural que han seguido las empresas. El estado de madurez se alcanza cuando todos los sistemas terminan siendo gestionables, medibles, mejorables y reportables.

    –¿Hay etapas de control o instancias de auditoría? ¿De qué manera se llevan a cabo?

    –Como toda información que produce una entidad o una organización en particular, hay sobre los reportes una práctica que no se llama de auditoría, sino de verificación externa. El verificador en este caso lo que hace es dar cuenta de la veracidad sobre lo publicado. En ese sentido, existe una analogía con el trabajo de auditoría.
    Entonces, este verificador expone su propia reputación para que el tercero publique una documentación que considera cierta. El verificador puede ser una organización del estilo de la nuestra o puede ser una persona escogida por las organizaciones porque consideran que tiene determinado prestigio frente a ciertos grupos de interés.

    –¿Está presente el móvil del lucro en la presentación de este tipo de informes?
    –A veces parece que el objetivo es tener un reporte cuando en realidad el objetivo es hacer una gestión sustentable.
    En el Dow Jones Sustainability Index, que es donde cotizan las empresas que superan determinada evaluación de desarrollo sostenible, se muestra que tales compañías tienen determinadas condiciones que las hacen pasibles de poder formar un grupo que ofrece acciones sostenibles, sólidas, profundas, intensas. La cotización de ese grupo normalmente tiene mejor rendimiento que la cotización de las compañías que no operan ahí.
    Ese es un primer aspecto en cuanto a que hay mayor utilidad en una compañía que realiza una gestión de desarrollo sostenible que una que no lo es. El segundo aspecto es que hay una valorización de los intangibles en los últimos 20 ó 30 años que ha permitido que las compañías que cotizan en bolsa han hecho que el intangible hoy valga tanto o más que el tangible.
    Por último, en un estudio se pidió a dos grupos de analistas financieros que evaluaran a una misma compañía en base a la información contable y financiera, por un lado, y a la contable y financiera más la de desarrollo sostenible, a través del reporte, por el otro. Si bien la valuación era pareja en valor de compra de la acción, la recomendación de los analistas era comprar y sostener la acción en el largo plazo para la compañía que presentaba el reporte de sostenibilidad y comprar y salir rápidamente, en la otra.