Empresas buenas, malas, confiables

Las firmas de todo tamaño arriesgan su reputación cada día. Por bien que parezcan andar las cosas –ganancias crecientes o productos exitosos– un peligro serio puede en un instante dañar el prestigio de una compañía y arrojar sus negocios a un remolino del cual le costaría años salir. Ni siquiera una buena función de relaciones públicas alcanza ya para proteger la imagen.

17 noviembre, 2012

Contenido exclusivo para usuarios registrados.

Para continuar leyendo esta nota, Ud. debe ser suscriptor.

Suscríbase a Revista Mercado

Conocé todos nuestros planes.

Suscribirme ahora

Si Ud. ya es suscriptor, ingrese con su usuario y contraseña.

Compartir: