Sólo lo relevante y esencial para celebrar el aniversario

    CARTA DEL DIRECTOR |

    Por Miguel Ángel Diez

    También, de ensanchar el contexto, de ejercitar la memoria. Este año con un plus adicional. Sin falsa modestia afirmamos que “El desafío del gerente general y de su equipo”, además de una fascinante aventura intelectual para quienes la realizaron, es la gran investigación de management 2010 en el país (y posiblemente de la década).
    El punto de partida fue: el desarrollo y los resultados de cualquier empresa dependen siempre de la eficacia y eficiencia de los individuos que están en la cima de la estructura. A su vez, tales atributos residen en la calidad y productividad de sus procesos de relaciones interpersonales y de toma de decisiones. Y estos procesos son influidos por características personales de estos individuos.
    Este es el tema central que ha desvelado a Santiago Lazzati quien, a lo largo de varios años, por medio de muchas entrevistas y reuniones con gerentes generales, ha tratado de identificar qué es lo que más le preocupa y le ocupa al gerente general.
    Para dar una idea de la magnitud del esfuerzo vale recordar que se hicieron consultas sobre asuntos específicos del temario con siete directivos de empresas de primera línea y se realizaron 10 entrevistas en profundidad con los número uno de empresas industriales, de servicios, comerciales, multinacionales y nacionales, cuya versión editada se ofrece en las páginas siguientes. Pero además, se realizó una encuesta confidencial que fue contestada por 54 empresarios que están al timón de sus empresas. En total, entonces, de una u otra manera, 71 directivos de primer nivel han hecho sus aportes a esta investigación, que se despliega en detalle a partir de la página 72.

    Futuro del management
    Otro capítulo de esta edición aniversario de agosto explora el management de la incertidumbre (que se desarrolla a partir de la página 134). Como sostiene Marcelo Manucci, quien firma el primer ensayo de la serie, el contexto se mueve de manera vertiginosa, cambia las condiciones de vida de los proyectos, desafía los modelos de negocios y transforma las perspectivas de las empresas. Estamos frente a un nuevo paisaje competitivo, con reglas volátiles, sin mayores garantías de resolución y sin garantes que lideren una nueva dinámica de procesos económicos.
    Lo más significativo de esta situación es que la inestabilidad del contexto lleva a las empresas a tomar decisiones. Los equipos directivos se enfrentan a algunos desafíos: ¿cómo moverse en esta nueva década para sostener una posición competitiva?; ¿cómo leer las situaciones del contexto para anticipar movimientos frente a acontecimientos inéditos?; ¿cómo diseñar alternativas de desarrollo en la inestabilidad estructural de la economía?; ¿cómo pensar a largo plazo con un margen de previsibilidad tan estrecho?; ¿alcanza con sostener la rentabilidad del presente para mantener la participación en el futuro?

    La larga crisis global
    Hace menos de dos años, la tecnocracia europea soñaba con dar por terminada la hegemonía estadounidense establecida por los acuerdos de Breton Woods (1944) y componer un sistema que pudiera expresar un poder compartido por las grandes potencias, basado en fuertes regulaciones estatales.
    Hoy, lucha desesperada por mantener a flota la Eurozona, evitar el colapso del euro y el derrumbe de algunas economías nacionales. ¡Qué cambio de fortuna!
    La incertidumbre preside todo intento de anticiparse, de planificar, de armar soluciones sostenibles.
    Está claro –dice Jorge Beinstein en el ensayo que comienza en la página 36– que la gran turbulencia no se reducía al desinfle de la burbuja inmobiliaria estadounidense propagándose hacia el resto del mundo. Era un salto cualitativo de un proceso global mucho más complejo y de larga duración. La caída fue suavizada sobre la base de mayores déficits fiscales que generaron fuertes endeudamientos públicos. Una crisis que no se parece a ninguna otra en el prolongado ciclo moderno.
    En una conferencia dada a comienzos de junio, en Viena, (ver página 36) George Soros fue terminante: “El colapso del sistema financiero es real y la crisis está lejos de terminar. De hecho, sólo hemos ingresado en la fase dos de esta tragedia, cuando los mercados financieros comienzan a perder confianza en la credibilidad de los deudores soberanos, cuando los problemas fiscales de Europa se agravan y los Gobiernos son presionados para reducir sus déficits… empujando a la economía mundial hacia la recesión”.
    Casi al mismo tiempo que Soros, el reconocido analista financiero John Butler señalaba que en realidad la crisis con más de dos años de duración nunca fue superada sino que sólo ha cambiado de forma. Por su parte, Nouriel Roubini (gurú de moda desde que estalló la crisis) se ha incorporado a la ola dominante entre los expertos. En un texto publicado a mediados de julio afirmaba que: “La economía mundial, artificialmente impulsada desde la recesión de 2008–2009 por un estímulo fiscal y monetario en gran escala y rescates financieros, va camino de una profunda recesión este año, al ir desapareciendo los efectos de esas medidas. En el mejor de los casos, afrontamos un período prolongado de crecimiento anémico”. El bando de los pesimistas crece rápidamente.

    La incertidumbre de lo desconocido
    Sobrevivir con estilo, sostiene Mariela Mociulsky (a partir de la página 52), fue siempre condición de necesidad y posibilidad para la vida. Las expectativas de bienestar solían relacionarse con la vida y en cambio, las condiciones básicas, con la “supervivencia”. Conocida y reconocida, la tendencia a la búsqueda del bienestar o wellbeing se encuentra difundida y es disputada y resignificada como territorio de promesas de parte de las marcas.
    Diversos consumos culturales nos muestran un “fin del mundo” muy próximo, y a la vez, existe una inclinación a resaltar el valor de la capacidad de supervivencia. Por un lado, películas para adultos y niños funcionan como grandes metáforas de lo que implica sobrevivir (por ejemplo 2012, El día después de mañana, Madagascar, La era del hielo, Walli-e y series de gran éxito como Lost o Flash Forward) y por otro, libros, sitios, tutoriales, cursos, se proponen brindarnos herramientas para desarrollar en nosotros aquellas habilidades que mejor nos permitan sobrevivir y armonizar, solapando en cambio, las que nos lleven a entrar en conflicto con el entorno.
    Pero, ¿qué significa esta preocupación por sobrevivir? ¿Cuáles son los peligros que nos amenazan? ¿De dónde provienen? ¿Cómo nos condicionan? ¿De quiénes podemos aprender a sobrevivir mejor?

    Aniversarios y agua escasa
    También en esta edición aniversario comienza una interesante colección de breves ensayos sobre la longevidad de las empresas. Para los historiadores, la empresa moderna tiene su punto de partida, como máximo, hace 500 años. Otros escritores creen que, en verdad, existe desde la revolución industrial en el siglo 18.
    Un reciente estudio de la holandesa Ellen de Rooij del Stratix Group de Amsterdam revela que la expectativa de vida de las empresas en el mundo occidental es de apenas 12 años y medio de existencia.
    De ahí el mérito que tienen empresas locales o que operan en el país, que tienen 25, 40, 50 y hasta 100 años de existencia. Sobre todos estos casos nos ocuparemos desde ahora en Mercado, en ésta y en ediciones sucesivas.
    Por último, esta edición dedica un dossier a precisar un escenario de creciente escasez de agua (desde la página 196) y sus consecuencias sobre la vida social y económica. No hay actividad que no la necesite para crecer y sostenerse. Sin embargo, cada vez es más escasa y de menor calidad. La dificultad para conseguirla, el deterioro de su calidad y el aumento de la demanda están creando desafíos importantes a gente que hasta ahora pensaba que contar con agua limpia y barata era lo normal.
    Para muchas empresas, la eficiencia en el uso del agua es una exigencia de largo plazo para mantenerse en el negocio, una gran oportunidad de negocios o ambas cosas a la vez. En un mundo donde la demanda de agua va camino de superar a la oferta, muchas compañías se desviven por encontrar el agua que necesitan para manejar sus negocios.