Análisis I Portada

    ANÁLISIS | Portada

    Por Andrea Miranda y Leandro Africano

    Loma Negra

    Las tres dimensiones de la sustentabilidad

    Para esta firma del grupo Camargo Corrêa, operar preservando el medio ambiente es un valor indiscutible, un concepto integral que viene aplicándose tanto en instalaciones existentes como en toda nueva obra que se realiza. Y es fundamental capacitar a todo el personal, porque el cuidado depende también de las personas que las operan, mantienen y cuidan.


    Gustavo Romera

    Así lo explica Gustavo Romera, gerente de Seguridad, Salud y Medio Ambiente de Loma Negra (SSMA).
    Si bien hace años se trabaja en el cuidado del medio ambiente, ahora se ha profundizado con la implementación de la política de sustentabilidad definida por Camargo Corrêa e implementada luego en Loma Negra con mucho éxito. No hay proyecto alguno que antes no pase por el tamiz de las tres dimensiones que dispone la sustentabilidad: lo ambiental, lo social y lo financiero. Si algún proyecto no pasa con éxito esa evaluación, no es implementado.
    Desde 2006, en forma continua y creciente, se adoptan nuevos y diferentes programas que contribuyen al cuidado del medio ambiente. Es así que la fuerte concientización y divulgación de los valores corporativos, sumados a grandes inversiones en filtros y dispositivos de contención, a la medición constante de efluentes, a la definición de metas y estándares y a la elaboración de planes concretos de gestión, representan la primera meta cumplida.
    Dentro de este plan, se pueden enumerar acciones como el uso de combustibles alternativos, uso racional de energía, remediación de canteras con reforestación, colación de mediciones continuas de emisiones, corrección de filtros y tratamiento de residuos, entre otras.

    Compromiso e inversión a largo plazo
    Si bien estos temas aún no están instalados en la mayoría del público a la hora de elegir un producto o servicio, en poco tiempo más esto será definitivamente incorporado. Parte de los consumidores tiene una evaluación y concientización cada vez mayor acerca de los productos que adquiere. Y esta tendencia se verá pronto en nuestro país.
    El público argentino comienza a ser exigente, y es muy bueno que así sea. El público acompaña o a veces empuja a las autoridades a que efectúen el control correspondiente, pero es importante distinguir la exigencia genuina y basada en conocimientos –con la cual la empresa se alinea–, de la que no lo es.
    Dado que, en general, el público local puede ser un poco desconfiado al principio –básicamente por desconocimiento del tema–, es fundamental que en las comunidades donde se radica cada emprendimiento se logre una muy buena relación con la comunidad en general, a partir de una comunicación genuina y transparente que ayude a generar conciencia en las personas. Luego, cuando empresas serias y comprometidas demuestran hechos concretos, se espera que ese velo de desconfianza vaya cayendo.
    Aunque es difícil medir el grado de preocupación de las empresas en cuestiones ambientales, lo cierto es que muchas ya hablan del tema y están comprometidas no solo de palabra sino con hechos concretos. Y puedo asegurar que las empresas más grandes que se van comprometiendo pueden contribuir mucho a que el resto se sume al compromiso, por ejemplo, exigiendo y transfiriendo las mejores prácticas a sus proveedores.
    Con respecto al negocio, el tema no pasa por una visión de beneficios a corto plazo. De una manera u otra, estamos definiendo el futuro de las generaciones venideras y la subsistencia de las empresas mismas. Si bien hoy algunos pueden considerar la inversión en medio ambiente como un costo o un gasto, en Loma Negra lo vemos como una inversión cuyo retorno es la salud de la gente, de las especies y de la naturaleza. Se invierte plata y se recupera vida.
    Ya no se puede discutir si se hace una instalación cuidando o no el medio ambiente: hay una única alternativa. No se hace algo ambiental porque se “exige”, se hace porque no se debe dañar el medio. Nuestra visión y compromiso hacen que aun en aquellos lugares en que no hay suficientes exigencias adoptemos nuestro propio estándar –de primer nivel, similar al europeo o estadounidense–, que muchas veces supera el legal: esa es nuestra visión de una gestión sustentable para nuestros negocios.

    Kimberley-Clark

    Un extenso listado de objetivos cumplidos

    Visión 2010 es el programa de la empresa que apunta a la mejora continua en la gestión del medio ambiente, fomentando la sustentabilidad en los productos y procesos. En 2006, este programa se inició con una serie de nuevos objetivos en su tercera fase de cinco años. Pronto se darán a conocer las nuevas metas de la extensión de este programa.


    Fernando Hofmann

    “En Kimberly-Clark Argentina entendemos la responsabilidad social como un modelo de gestión que engloba, de manera coordinada y consistente, la visión integral del negocio y la relación con los grupos de interés. Es por ello que para Kimberly-Clark, debe contemplar a todos sus públicos y todos sus ámbitos, aportando al bienestar de la comunidad, los empleados, los clientes y consumidores, los proveedores y el medio ambiente”, explicó Fernando Hofmann, director de Asuntos Legales y Corporativos de Kimberly-Clark Región Austral
    “Con la implementación de Visión 2010, Kimberly-Clark Argentina redujo en 14% el consumo de energía en los últimos tres años, aun con incremento de capacidad instalada de alrededor de 40%. En ese mismo período, también redujo tres veces el consumo anual de agua en sus procesos de fabricación de papel, que es 50% menor que los consumos de referencia a escala mundial. La compañía además logró reciclar 95% de los residuos generados en los procesos productivos de las plantas de producción”, apuntó Hofmann.

    Metas establecidas
    Los objetivos fijados se establecieron según determinadas variables:
    • Uso de energía: reducir el consumo de energía para alcanzar los objetivos de eficiencia energética específica en los procesos.
    • Emisiones de carbono: reducir las emisiones en dióxido de carbono equivalente por unidad de producción, mejorando la eficiencia energética.
    • Desechos de fabricación: evitar por completo que los desechos de fabricación acaben en rellenos sanitarios, y reducir estos desechos por unidad de producción en 10%.
    • Uso de agua dulce: reducir el uso total de agua dulce en las instalaciones de fabricación de Tissue para consumidores y K-C Professional al alcanzar los objetivos específicos del uso eficiente del agua en las instalaciones
    • Calidad de las aguas residuales: mantener la calidad de las aguas residuales tratadas acorde con la mejor tecnología demostrada.
    • Coherencia entre los sistemas de gestión del medio ambiente y de seguridad: establecer un sistema único para gestionar los problemas medioambientales y de seguridad de acuerdo con las normas de la Organización Internacional para la Estandarización (ISO) en cada instalación operativa de Kimberly-Clark.
    Kimberly-Clark Corporation, por quinto año consecutivo, lideró la categoría de productos personales dentro del Índice Mundial de Sustentabilidad Dow Jones (Dow Jones Sustainability World Index o DJSI World). Las valoraciones del DJSI World se basan en el rendimiento económico, medioambiental y social a largo plazo de las principales compañías en 57 industrias. En 2009, ocupó el primer lugar entre el grupo de 16 compañías de productos personales.
    “Nuestra estrategia corporativa se sostiene en las estrategias de sustentabilidad de las unidades de negocio, las cuales refuerzan nuestro compromiso y persiguen proactivamente ofrecer una ventaja competitiva. Es claro que los programas de responsabilidad social tienen resultados y beneficios tangibles e intangibles. Pero es importante destacar que los resultados serán siempre superiores cuando la responsabilidad social y la sustentabilidad estén alineadas con el negocio de la compañía y formen parte de su ADN, abarcando todos los ámbitos y todos sus públicos.
    Las acciones de responsabilidad social mejoran la reputación de la compañía, esto a su vez mejora la relación con los diferentes stakeholders. Atrae nuevos inversores, genera bienestar en los empleados, mejora la relación con la comunidad en la que opera (la cual le da la validez para operar), fideliza a los consumidores, genera una buena relación con los proveedores, logra reconocimiento y respeto de otras empresas, el Gobierno y el tercer sector, lo que confluye a generar relaciones y sinergia con estos actores; entre otras cosas. Y por supuesto, afecta a los beneficiarios directos de la acción y las personas que forman y formarán parte de sus vidas”, puntualizó Hoffman.

    Molinos

    Constante mejora de procesos productivos

    La empresa está firmemente comprometida tanto con la preservación del medio ambiente como con el cuidado de la seguridad y la salud de sus empleados, contratistas, visitantes y de la comunidad en general. En este marco, la dirección de la empresa asume e impulsa su política de seguridad, higiene y medio ambiente.


    Adela Sáenz Cavia

    Los principios más destacados de esa política incluyen: procurar el uso racional de recursos, optimizar el uso de la energía y eliminar o minimizar las emisiones y/o vertidos al aire, agua y suelo, alentando de este modo la aplicación de elementos de ecoeficiencia.
    De este modo lo explican Adela Sáenz Cavia, gerente de Relaciones Institucionales y Gustavo Magnavacca, gerente de Seguridad, Higiene y Medio Ambiente.
    El cuidado del medio ambiente no es una novedad para Molinos que continúa mejorando su desempeño ambiental a través de acciones concretas tanto desde el punto de vista operativo como desde la gestión, siempre apuntando a minimizar los impactos de sus actividades sobre el ambiente y al uso racional de recursos naturales.
    Como meta destacada, y que conlleva importante cantidad de acciones positivas en tal sentido, podemos mencionar la certificación del sistema de gestión ambiental –en base a la norma ISO 14001– en tres de sus ubicaciones –Lucchetti (pastas), Bodega Nieto Carrodilla (vinos) y San Lorenzo (aceites vegetales y subproductos a granel)– y la implementación paulatina de dicho sistema en el resto de sus establecimientos industriales.
    Otros dos ejemplos concretos: en el área de graneles, la construcción de un turbina para cogeneración de energía permitió liberar a la red provincial de Santa Fe un consumo superior a 16 millones de Kwh por mes; y en el área de marcas, trabajamos en los packagings de los productos, buscando hacerlos más sustentables a través de su rediseño (reducción de espesor de botellas de aceite, de gramajes de papel, de espesores en los bolsones de polietileno termocontraíble, etc.).

    La mirada del consumidor
    En la compañía, la preocupación por la sustentabilidad está presente siempre más allá de que su actividad industrial no se considere contaminante o riesgosa para el ambiente. Molinos es parte activa de las comunidades donde vive y desarrolla sus operaciones. Se nutre de ellas para elaborar y brindar productos alimenticios confiables y de alta calidad y dentro de esa elaboración cuida constantemente los impactos que tiene su actividad.
    El desempeño en materia ambiental es un valor que la compañía ofrece en cada uno de los productos –elaborados protegiendo el medio ambiente– que llegan al consumidor.
    A su vez, es un valor que los consumidores exigen cada vez más. En los últimos 10 años ha crecido el interés de la comunidad gracias a una intensa educación que están recibiendo las nuevas generaciones respecto a los temas asociados a la actividad industrial y al impacto de las acciones del hombre sobre la naturaleza.
    En Molinos, este interés se traduce en la búsqueda constante por mejorar los procesos productivos a fin de minimizar los impactos de la actividad sobre el ambiente y alcanzar un uso racional de recursos naturales. Estas iniciativas incluyen una variedad de tareas que van desde medir los impactos hasta concientizar internamente a nuestros colaboradores sobre el tema.
    En nuestro caso, el reconocimiento del público por la marca es excelente, aunque tal vez por tratarse de alimentos el foco está puesto, sobre todo, en la calidad.

    Sustentabilidad
    Para la compañía, el cuidado del medio ambiente es una inversión, ya que define en gran parte la sustentabilidad del negocio y de sus operaciones en el largo plazo. En Molinos, donde siempre hablamos de inversiones a largo plazo, este concepto se aplica especialmente sobre el medio ambiente: cada vez que se planifica una inversión para innovación en productos o procesos se piensa en el tema de los impactos como parte del proyecto. Los mercados están mirando al desarrollo sustentable como un activo clave. El trabajo que venimos haciendo en materia de medio ambiente mejora cada vez más el valor y posicionamiento de la compañía.

    Tetra Pak
    El compromiso de los actores


    Estela Reale

    El cambio climático está demostrando que transgredir las reglas de la naturaleza es una decisión riesgosa y que la alternativa más responsable y adecuada es trabajar en armonía con ella. Entendemos –afirma Estela Reale, gerente de Comunicaciones Cono Sur de la empresa– que el cuidado ambiental implica el compromiso de todos los actores involucrados: consumidores, empresas y Estado. En este esquema, es muy importante que haya un Estado presente que regule la actividad a través del consenso y el respeto por parte de todas las instituciones.
    En Tetra Pak, enfocamos nuestros esfuerzos en proteger el clima utilizando recursos renovables –trabajamos junto a la WWF (World Wide Fund for Nature) para garantizar el cumplimiento de los más altos estándares en materia de renovabilidad de recursos– y en disminuir nuestra contribución al cambio del clima.
    Desde hace muchos años desarrollamos acciones que buscan concientizar sobre la importancia de proteger el medio ambiente. Puntualmente, dirigimos a los consumidores acciones de concientización sobre el reciclado de envases. El programa “Protegé el medio ambiente jugando con Tetra Pak” es una iniciativa educativa que acerca a las escuelas un kit de recursos didácticos para abordar, de manera creativa y entretenida, contenidos vinculados a las problemáticas medioambientales a fin de elevar el conocimiento de este importante atributo diferencial de los envases.
    Observamos que, a partir de la mayor conciencia sobre la problemática ambiental, el consumidor está cada vez más interesado y permeable a adquirir productos que respeten el medio ambiente; los valora como muy positivos y percibe un diferencial más a la hora de elegir un producto sobre otros.
    En Tetra Pak, sin duda, la problemática del medio ambiente es uno de los pilares y como tal forma parte de nuestras estrategias de negocio a largo plazo. Para nuestra organización, proteger el medio ambiente es también proteger lo bueno para nuestras operaciones, mejorando la performance y resultados, en términos de recursos y procesos altamente eficientes.

    Coca-Cola
    Desarrollo sustentable


    Silvina Bianco

    La empresa ha iniciado un camino hacia la sustentabilidad, con el objeto de satisfacer las necesidades de la generación presente, sin comprometer a las generaciones futuras. “Desde hace años, la compañía trabaja a escala global junto con sus grupos embotelladores en una estrategia de sustentabilidad en relación al entorno laboral, el bienestar, el cuidado del ambiente y la comunidad, con metas específicas para cada uno de esos pilares”, explicó Silvina Bianco, responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales de Coca-Cola de Argentina.
    “En el país, hemos diseñado un plan con metas concretas y los planes para alcanzarlas en el corto y largo plazo, integrados a los objetivos de cada empleado. En Coca-Cola, creemos que la sustentabilidad es un proceso que se construye día a día. Es parte de nuestra misión. Apuntamos a hacer real y tangible, a través de metas concretas para cada pilar que responden a la “Visión 2020”. “Viviendo positivamente” es nuestra plataforma de desarrollo sustentable, que sintetiza esta visión y este compromiso de avanzar a la par de las comunidades en las que desarrollamos nuestras actividades en el largo plazo”, agregó Bianco.
    El crecimiento sostenido busca únicamente la rentabilidad económica mientras que el desarrollo sostenible busca hacer crecer el negocio a largo plazo acompañado del crecimiento de las comunidades donde se desarrollan las actividades.
    “Con el objetivo de un desarrollo sustentable, es que la compañía trabaja internamente para optimizar sus procesos de producción a la vez que promueve programas que apuntan al cuidado del ambiente, la comunidad, el bienestar integral de las personas e iniciativas de concientización con los asociados. Estos esfuerzos vienen creciendo año a año no sólo en número de beneficiarios sino también en el fortalecimiento de las organizaciones con las que operamos y en el enriquecimiento mutuo tanto en competencias como en experiencias de vida. Esta es la forma de crecer en estos tiempos, en colaboración, desde las relaciones con el otro, enriqueciéndonos con las distintas perspectivas que cada uno aporta en este trabajo en conjunto”, concluyó Bianco.

    Aluar
    Armonía entre todas las metas

    Aluar entiende que el cuidado sistemático del ambiente contribuye significativamente a mejorar la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras. Desde el área de Relaciones Externas de la empresa explicaron a Mercado que “el modelo de desarrollo sustentable de Aluar se define y gestiona en base a compromisos explícitos con los clientes, la comunidad, los empleados, los accionistas y los proveedores. Y están presentes en los ejes tácticos del gerenciamiento de la compañía, tales como la seguridad en la administración de riesgos, la calidad en el servicio a clientes externos e internos, la protección del medio ambiente y la gestión de los recursos humanos de la empresa.
    Para la compañía, el paso del crecimiento sostenido al desarrollo sostenible “se implementa y consolida de la mano del liderazgo que ejerce la alta gerencia al adoptar y asumir como propios los mencionados compromisos, consignándolos y desarrollándolos en una política de gestión integrada explícita”.
    Es en este contexto que la protección del medio ambiente es uno de los valores prioritarios en la gestión de la empresa. En tal sentido, Aluar se compromete a realizar sus operaciones industriales en el marco del proceso de desarrollo sostenible; de forma tal que las necesidades del crecimiento económico, del progreso social y de la protección del medio ambiente son consideradas armónicamente en las decisiones y la gestión de la compañía.
    El compromiso se extiende además a implementar y mantener un sistema de gestión ambiental, certificado por tercera parte, conforme a los requisitos de la norma ISO 14001. De este modo, se establece un proceso sustentable de mejora continua en el desempeño ambiental de la organización.
    “El prestigio de Aluar en el mundo como proveedor confiable de aluminio, así como el reconocimiento de sus empleados, proveedores, organizaciones de la comunidad, agentes financieros y agencias del Gobierno a su desempeño y conducta empresaria devienen sin duda de la aplicación diaria de los compromisos contenidos en la política de gestión”, señalaron desde el área de Relaciones Externas de la empresa.

    CCU
    Tres pilares para el futuro

    “En CCU nos gusta el trabajo bien hecho, por el bien de las personas. Y nos hemos propuesto como misión gratificar responsablemente a nuestros consumidores, en todas sus ocasiones de consumo, mediante marcas de alta preferencia. Esa es la misión que se ha trazado la compañía y que guía su trabajo para desempeñarse de manera sustentable”, señaló Ricardo Olivares Elorrieta, gerente de Recursos Humanos y Asuntos Corporativos y Legales de CCU Argentina.
    De esta manera, la compañía se asienta en tres pilares estratégicos sobre los cuales construye su futuro: rentabilidad, crecimiento y sustentabilidad, que implica asegurar el máximo beneficio para sus accionistas, y de la misma forma garantizar que su operación no comprometa el desarrollo económico, social y ambiental de futuras generaciones.
    “CCU Argentina tiene claro que debe desempeñar un rol de liderazgo en la mejoría de los entornos donde actúa y en el bienestar de sus consumidores y empleados en particular, y entre todos los públicos con los que interactúa, en general. Lo hace entendiendo su trabajo en tres dimensiones: una social, una económica y una medioambiental”, agregó el gerente de la compañía.
    Con ese criterio, la empresa desarrolla sus programas de consumo responsable de alcohol; los planes y herramientas medioambientales, y los modelos de gestión que conducen a la compañía con una visión de crecimiento armónico en el largo plazo. “El ser una empresa socialmente responsable es una opción que CCU Argentina toma libremente y que trasciende a la obligatoriedad eventualmente impuesta por una legislación, adoptando políticas y acciones que ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas”, explicó Elorrieta.
    Las compañías y su gente sólo pueden crecer y desempeñarse positivamente en sociedades saludables. La tarea para lograr esto recae también sobre las empresas y CCU lo expresa en su foco por generar y mantener la confianza, cercanía y respeto de sus trabajadores, clientes y consumidores, accionistas, proveedores, autoridades, líderes de opinión y comunidad en general.

    Arcor
    En bonos de carbono

    Cuidar el medio ambiente y garantizar la seguridad de las personas es un compromiso clave para el crecimiento sostenido de Arcor y se aplica transversalmente en todas las operaciones y procesos industriales. Los departamentos de Medio Ambiente, Higiene y Protección Industrial (MAHPI) de cada establecimiento y la gerencia corporativa MAHPI lideran las actividades asociadas a este compromiso de la empresa.
    En 2009, Arcor logró el valor más bajo de carga orgánica en el efluente líquido generado en la planta de molienda húmeda de Arroyito, resultado del diseño y ejecución de mejoras en las instalaciones y en los métodos de trabajo para eliminar la pérdida de materia orgánica en efluente líquido. Y puso en marcha la planta de tratamiento del efluente líquido generado en el lavado de la caña de azúcar en el ingenio La Providencia, última etapa de una serie de inversiones (que incluye lavadores de gases de todas las calderas y una planta de tratamiento del efluente con cenizas de los lavadores de gases) que tienen como objetivo eliminar algunos impactos ambientales negativos y reutilizar una cantidad muy importante de agua, con la consecuente disminución del consumo de agua de río.
    El cambio climático es un hecho en la vida de todos los ciudadanos del mundo y está jugando un rol creciente en la competitividad de los negocios. En 2009 el grupo Arcor ingresó al mercado voluntario de bonos de carbono: concretó un proyecto de eficiencia energética en el ingenio La Providencia, Tucumán, donde se reemplaza el consumo de combustible fósil (gas natural) por biomasa (bagazo) a través de la instalación de una caldera de generación de vapor que utiliza 100% de bagazo como combustible. Este proyecto, el primero en la Argentina en realizar una certificación en el mercado voluntario de emisiones VCS, documentó una reducción de más de 100.000 toneladas de CO2 durante el período 2007-2008.
    El proyecto de bonos de carbono no sólo agrega valor económico a la empresa sino que es de gran relevancia como aporte al compromiso asumido por todo el grupo Arcor para la mitigación de las causas que provocan el efecto global de cambio climático.

    Quilmes
    Tras cuatro objetivos

    La relación de Cervecería y Maltería Quilmes con el medio ambiente y los recursos naturales es clave y vital. Las materias primas de la cerveza son ingredientes naturales como la cebada y el agua, por ejemplo.
    Además de cumplir con las normas locales y otros estándares internacionales, –explica Gustavo Troia, vicepresidente industrial de Cervecería y Maltería Quilmes– definimos cuatro objetivos medioambientales para alcanzar en 2012: reciclar 99% de nuestros residuos (hoy ya estamos reciclando 96%), reducir 10% el consumo de energía, reducir 10% el consumo de agua y reducir 10% las emisiones de CO2.
    Para lograrlo, reforzamos los procesos de reciclaje de plástico, cartón y vidrio y profundizamos el análisis del valor de otros subproductos para otras cadenas industriales: por ejemplo, la levadura y el bagazo de la cebada –desprendidos en el proceso de malteado y elaboración– son utilizados por el sector ganadero como complemento alimenticio; y el aserrín y los chips –desechados por el sector maderero–, como biomasa para generar la energía térmica necesaria para la elaboración de nuestras cervezas en Corrientes y Zárate (así reducimos el consumo de energías no renovables como el fuel oil o el gas).
    No sólo el área industrial entiende y se compromete con el tema sino también las 4.700 personas que trabajan en la compañía. Quienes trabajan en establecimientos industriales reciben capacitación permanente sobre la correcta gestión de residuos, aspectos e impactos ambientales de nuestra actividad, uso sustentable de los recursos naturales y la política ambiental que implementa la firma.
    Los argentinos demandan cada vez más información sobre cómo trabaja una compañía (estándares de calidad, sistemas de protección ambiental, programas de RSE y acciones comunitarias implementadas). Las compañías que, como la nuestra, tengan respuestas y propuestas para estas preguntas se verán beneficiadas.
    El cuidado del medio ambiente es una decisión estratégica para Cervecería y Maltería Quilmes. Queremos cumplir con nuestros objetivos medioambientales más allá de que hacerlo genere algún rédito económico. Si las oportunidades representan un negocio, la aprovechamos. Todo esto significa ecología, sustentabilidad y negocio. Esto es bueno. Para todos.