ESTRATEGIA | Empresas
Por Gustavo Baiman
Juan Sicardi
El objetivo a mediano plazo es incorporar al programa otras 60 familias más.
Contribuir al Desarrollo Local, es una ONG especializada en el diseño e implementación de programas de desarrollo productivo local. Los proyectos están enfocados a la formación de emprendedores, asistencia técnica a micro, pequeñas y medianas empresas, recalificación de trabajadores desempleados, desarrollo de proveedores de grandes empresas, generación y fortalecimiento de grupos productivos asociativos, formulación y ejecución de proyectos para organismos internacionales, programas de fomento exportador y formulación de planes estratégicos de ciudades y regiones.
“Somos un conjunto de profesionales de las ciencias económicas y sociales que nos dedicamos desde hace muchos años a llevar adelante emprendimientos productivos. Tenemos experiencia en desarrollar comunidades identificando las potencialidades que cada una de ellas puede tener. Contribuimos con nuestros socios que son las empresas que financian los proyectos y que vienen trabajando fuerte en los temas de Responsabilidad Social Empresaria”.
“Las empresas que quieren hacer algo por su comunidad necesitan de socios confiables que puedan diseñar un plan sustentable y después ejecutarlo. Entendemos el lenguaje de las comunidades y de las corporaciones, somos un nexo entre ambas, podemos garantizar buenos resultados a las personas que hacen una inversión social”, dice Juan Sicardi, presidente de Contribuir.
Cerdo de alta calidad
Entre las iniciativas que llevan adelante se destaca la producción asociativa de carne de cerdo de alta calidad. El foco está puesto en lograr emprendimientos autosustentables basados en productos de calidad y escala comercial apropiada al mercado local y regional. Este proyecto ganó el primer premio a la Gestión Solidaria del Campo 2009 que otorga Banco de Galicia y la revista Chacra.
El programa brinda capacitación, asesoramiento técnico y acompañamiento a 25 familias de bajos recursos de un barrio rural de la ciudad de Neuquén para generar emprendimientos de cría y engorde de cerdos. Son microempresas que trabajan de manera asociativa para crear capital social y generar economías de escala que faciliten la compra de insumos y la comercialización de los productos.
“Los chacareros de la zona que tienen una o dos hectáreas, en muchos casos crían cerdos cerca de los basurales y esto trae riesgo de muchas enfermedades. Son familias de bajos recursos y de bajo nivel de instrucción, con carencias importantes como la falta de agua corrientes y servicios sanitarios”.
“En esta comunidad, con todas sus carencias, nosotros vimos que había un potencial importante para mejorar la calidad de vida a través de una actividad productiva porque la gente tiene el terreno, la cultura del trabajo rural y están a 15 minutos de un mercado de 300.000 habitantes. Hace cuatro años formamos el primer grupo con 13 productores, rediseñamos las instalaciones y los capacitamos. Cada uno tiene sus animales pero trabajan de forma asociativa, comparten la asistencia técnica y comercializan y compran en conjunto”, afirma Sicardi.
El emprendimiento está financiado por un grupo de empresas petroleras: Total Austral S.A., Wintershall, Pan American Energy, YPF y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Los productores tienen asesoramiento técnico de distintas instituciones como la Universidad Nacional del Comahue, el Instituto de Tecnología Industrial (INTI) de Capilla del Monte, el Instituto de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Marcos Juárez y de la Asociación de Fomento Rural de la Colonia Nueva Esperanza. Una de las metas es extender la propuesta a unas 80 familias de la zona y aumentar la escala de producción de productos de calidad diferenciada.
“El trabajo es capacitar sobre la cría de cerdos, alimentación, reproducción y prevención de enfermedades, lo que se llama las buenas prácticas productivas. Antes los chacareros lograban de una madre seis lechones, con las nuevas prácticas logran 15 de alta calidad. Otra de las cosas que más valora el productor es que ahora no se siente solo, tiene sentido de pertenencia”, concluye Sicardi.