En la integración está la diferencia

    ESTRATEGIA | Alta gerencia

    Por Gustavo Baiman


    Laura Roldán
    Foto: Gabriel Reig

    En los últimos años el costo laboral tuvo un incremento significativo debido a los cambios en la regulación de la seguridad social. Los aportes que hacen las empresas al sistema de salud, seguro de vida y de riesgo de trabajo tuvieron un fuerte incremento al eliminarse los topes para las contribuciones del empleador. Si un empleado, por ejemplo, percibe un sueldo de $20.000 mensuales más bonos por resultados, la empresa tiene que aportar por el total de esa remuneración.
    Frente a este escenario, Mercer elaboró una propuesta para optimizar los recursos que las empresas destinan a la seguridad social. El foco de esta iniciativa está puesto en la integración de los riesgos de salud, vida y trabajo. Si bien cada uno de los seguros llega generalmente a través de distintos proveedores, administrarlos en conjunto, en forma de paquetes cerrados, simplifica las operaciones. En una encuesta que elaboró la consultora le preguntaron a las empresas qué valor le darían a la integración de la administración de los tres riesgos y más de 80% le dio una valorización positiva.
    “Las empresas hasta ahora veían a los sistemas de salud y a los seguros de vida y accidentes de trabajo como servicios independientes; nuestra propuesta es integrarlos. Es un servicio de valor que responde a distintas necesidades. Entendemos que los tres riesgos hablan de personas, tienen un común denominador que es la misma información, el empleado y su salario. En salud se agregan las cargas familiares y en la ART se le añade el ramo de actividad, pero siempre se trabaja sobre un mismo sueldo. Otro factor común es la empresa, que está poniendo recursos para cubrir estos tres riesgos”, dice Laura Roldán, directora de salud y beneficios de Mercer Human Resource Consulting.
    El departamento de Recursos Humanos, que es el área generalmente encargada de manejar los distintos sistemas, tiene una superposición de tareas administrando por separado las contribuciones. Se consumen muchas horas hombre, que terminan impactando en los costos de la compañía, en el manejo de los recursos destinados a las prepagas, obras sociales y aseguradores.
    “Se pierde la posibilidad de hacer sinergia y optimizar los recursos. Creemos que se puede ser más eficiente, evitando que falte dinero en un lado y sobre en otro. Por otra parte, cuando las empresas tienen que bajar costos afectando el número de empleados, el área de recursos humanos no escapa a la reestructuración; por eso tienen que buscar herramientas para desenvolverse con menos gente. La integración facilita un manejo más ordenado y simple”, dice Roldán.

    Servicio de valor
    La propuesta se complementa con el servicio de la consultora. Mercer tiene tres niveles de acción, el primero esta a cargo de una persona que está a diario en contacto con la cuenta y que conoce profundamente la empresas. Es quien se ocupa de altas y bajas, control de aportes, control de padrón y toda la parte administrativa en general.
    Además, hay un consultor senior asociado que se encarga de las negociaciones para la renovación o para el diseño de nuevos planes, y maneja todo lo que tiene que ver con los cambios de proveedores. El tercero es otro consultor que se encarga del planeamiento estratégico, revisa y analiza las distintas ofertas de las aseguradoras y prepagas.
    “En empresas de un tamaño importante este esquema llega a ser como una especie de outsourcing de lo que es la aplicación de riesgos, donde se le resuelven las cuestiones cotidianas, las administrativas y el planeamiento estratégico que tiene que ver con el diseño de los planes y cambios de compañías. Tenemos un plano más operativo, otro transaccional y uno intermedio que es más táctico donde hay muchos temas de atención al cliente. Lo transaccional es el usuario, lo táctico es el usuario y el área de recursos humanos, y lo estratégico es 100% recursos humanos”, afirma Roldán.
    Hay dos grandes puntos para bajar los costos laborales. Uno es la prevención, particularmente en riesgo de trabajo, donde Mercer participa activamente con auditorías y asesoramientos. Y el otro es el administrativo: dar bien las altas, que el dinero aportado llegue a destino en tiempo y forma, evitar los sobrantes en las contribuciones –esto se da con los sueldos más altos en el sistema de salud cuando lo aportado por la empresa excede la cuota del beneficio–, simplificar los cálculos, etc. El foco está puesto en generar un aprovechamiento de los costos establecidos por las leyes.
    De acuerdo a la escala de la empresa las opciones varían. En empresas pequeñas o medianas en general lo que mejor funciona son las soluciones estandarizadas. No hay volumen ni un grado de complejidad que requiera un servicio especial. En este caso lo que se aplica es un servicio menos personalizado, con un paquete cerrado, precios competitivos y una administración sencilla. En empresas más grandes las propuestas son más complejas, con un diseño determinado. Puede haber varias compañías de seguro para cada uno de los riesgos, más programas de prevención y más recursos informáticos y humanos.
    “En el segmento de las empresas grandes se miran básicamente tres cosas: mercado, las necesidades de la gente (en dónde viven, núcleo familiar, etc.) y conocer bien las diferentes ofertas de los proveedores. Todo esto de acuerdo a los recursos disponibles de la compañía. En ese mix es donde se busca la mejor solución para cada empresa, siempre y cuando tenga volumen necesario para trabajar en el diseño. Nosotros conocemos muy bien la oferta, sabemos las fortalezas y debilidades de todos los proveedores y las mejores combinaciones. Con estas herramientas podemos ofrecer un buen servicio”, dice Roldán.
    Si bien hay proveedores que ya tienen una oferta combinada de seguros de vida, salud y riesgo de trabajo que lo venden en paquete, muchas veces las empresas, por precio o por servicio, optan por contratarlos de forma separada. El trabajo de Mercer como integrador es ofrecer las ofertas de las distintas compañías como paquete cerrado pero previamente diseñado.
    “Lo interesante de esto es que al verlo todo en su conjunto, uno puede demostrar rápidamente el valor que agrega hacer mejores diseños de los programas con menos recursos, y el cliente queda satisfecho. Hay otro elemento que también ayuda a la contención de costos: como nosotros asesoramos a muchas empresas, Mercer tiene un buen poder de negociación con los proveedores que lo aprovechamos a favor de nuestros clientes”, afirma Roldán.

    La acción de comunicar
    Para que la integración tenga buenos resultados un aspecto importante es la comunicación hacia adentro. Se necesita explicar bien las modificaciones y los cambios legislativos y los beneficios de cada seguro. Otra variable para tener en cuenta son los cambios que se van dando en la planta de empleados. Una persona entra a la empresa como soltero y a los tres años puede estar casado y con hijos; esto modifica significativamente su situación en relación con las prestaciones médicas y seguros.
    “Hay que saber informar bien las contingencias y los cambios para que empleados y empleadores se sientan seguros de las decisiones que están tomando. A las empresas esto les cuesta mucho, es una cuestión muy técnica que escapa al conocimiento de su negocio. Nosotros tenemos experiencia, son áreas de nuestra especialidad. La integración que proponemos también facilita el factor comunicacional, se hace más fácil de explicar. Una vez al año se renegocian todos los programas, generalmente hay aumento de precios o un cambio de proveedor. A partir de esa renegociación se hace una comunicación, se busca la modalidad que sea mejor para la compañía, reuniones, mails, desayunos, encuentros grupales o personales, etc. La recepción por parte de las empresas de esa nueva idea integradora fue muy buena, se mostraron muy interesadas. Llevamos hechas muchas propuestas con muy buenos resultados”, concluye Roldán.