ESTRATEGIA | Empresas
Por Andrea Miranda
Emisión de moneda, depreciación, un gigantesco déficit comercial y el comienzo de las turbulencias que, con el cambio de década, forzarían la renuncia del presidente. En medio de todo ese contexto, un grupo de “hombres de negocios”, entre ellos un descendiente de uno de los hermanos de Manuel Belgrano, decidieron crear una compañía de seguros: El Comercio Compañía de Seguros a Prima Fija S.A. Era 1889, hace 120 años (poco después Miguel Juárez Celman renunciaría a la presidencia jaqueado por las protestas de los ahorristas e inversores, una figura trágicamente repetida en la Argentina).
“El origen de la compañía tiene que ver con la necesidad. Con el incremento del comercio internacional había que dar respuesta a los requisitos aparejados y a demandas locales tanto del comercio nacional como internacional: era necesario comenzar en materia de seguros”, resume hoy Antonio Altieri, vicepresidente de la aseguradora.
El directivo remarca que, desde sus comienzos, “la actividad del seguro tiene que ver con el resarcimiento de un siniestro o daño cuyo fondo surge de una masa de aportantes”. “Su fin es de tipo social, muy vinculado al cooperativismo”, añade. Y dice que, por este motivo, la actividad “tiene que estar muy regulada por organismos de control, porque si esos fondos son malgastados, cuando ocurre el siniestro no hay con qué cubrirlo”.
Afirma que, por eso, en la compañía valorizan “la prudencia como parte de una buena administración; prudencia en cuanto a los riesgos que se toman y en las erogaciones en general”. Y agrega que esto también implica “liquidar el siniestro de un modo justo”, uno de los ejes de la compañía. “Hay que ser eficientes y razonables con las indemnizaciones, y trabajar mucho sobre la prevención”, explica Altieri.
Un poco de historia
La compañía, una de las más antiguas del país, tuvo solo 12 presidentes en estos 120 años en el mercado. Nació casi en medio de la primera gran crisis económica de la Argentina, fue parte de la institucionalización del movimiento asegurador (en 1894 fundó, junto a otros, el Comité de Aseguradores Argentinos, antecesor de la Asociación Argentina de Compañías de Seguros) y atravesó –y sobrevivió– a todos los vaivenes económicos y políticos del siglo 20.
La aseguradora arrancó con los seguros contra incendio. Y recién en 1907 –cuando cumplía 18 años– inauguró la sección Vida, que se convertiría en el pilar del crecimiento de El Comercio. Sin embargo, varias décadas después, este segmento sería el gran perjudicado del sector: con los períodos inflacionarios e hiperinflacionarios que se sucedieron desde los 60 hasta el comienzo de los 90, los clientes se descapitalizaron, lo cual fue provocando un creciente desinterés en el rubro y fuertes caídas tanto en el número de pólizas como en la participación del sector en el conjunto del negocio, explica Altieri.
Hacia mitad del siglo pasado, la empresa comenzó su expansión hacia el interior del país: en 1952, la primera filial en Córdoba; en la década del 60, en Mar del Plata, La Plata, Rosario, Mendoza, Santa Fe, Bahía Blanca y Junín; y en 1971, las de Río Cuarto, San Miguel de Tucumán, San Martín y San Isidro. En 120 años, la red se amplió y se redujo al ritmo de las oscilaciones económicas argentinas. Actualmente, la compañía mantiene 15 agencias en todo el país.
La actualización
Con el soporte de su historia –y el know-how adquirido–, el perfil actual de El Comercio empezó a gestarse en los 90. La década comenzó con buenas tasas de crecimiento en el volumen de negocios y la firma incorporó a su cartera a la Aseguradora de Río Negro y Neuquén. Pero el gran cambio llegó en 1997, cuando fue adquirida por Newbridge Latin América e integrada al paraguas asegurador de Bristol Group, que incluye a Ultramar, La Tercera y ACG (Aseguradora de Créditos y Garantías, que conforma el núcleo del grupo junto a El Comercio).
Entre otras cosas, con la integración desembarcó en la compañía un nuevo presidente (Horacio Scapparone, que mantiene el cargo desde 1998 y es también CEO de Bristol Group) y una mayor diversificación y desarrollo de negocios, entre los que Altieri destaca los seguros integrales de comercio y de consorcio, los del hogar y todas las variantes de automotor, con productos como el de “asistencia al vehículo y siniestro express”, que apunta a resarcir rápidamente el daño.
Otro gran cambio, en 2005, fue la llegada de Altieri a la vicepresidencia de la compañía. Este hombre, con gran experiencia en sistemas, resalta que “la última década fue un etapa de actualización tecnológica tras un período en el que El Comercio había quedado rezagado en este aspecto”. Ese año es marcado como punto de partida de una nueva estrategia para que la aseguradora sea reconocida “como una de las compañías líderes del mercado”.
Dentro del portafolio de productos, el líder actual es el rubro automóviles, con 71% del total. Le siguen el combinado familiar e integral con 7%; vida y accidentes personales, con 5%; granizo, con 4%; incendios, con 4%; y 3% para transporte de mercancías, 3% para responsabilidad civil y 3% para otros riesgos.
Productores y asegurados
Un tema central fue ratificar y reforzar la estrategia histórica de la compañía de mantener a los productores y asesores como “único canal de ventas”. Y, paralelamente, también se puso el foco en mantener una intensa comunicación tanto con los productores como hacia los asegurados.
“Esta es una compañía multi-rama que focaliza su estrategia en las Pyme y los individuos y que desde hace muchos años trabaja en diferenciarse en servicio a los productores y asegurados. El productor es un distribuidor de nuestros productos y es el intermediario entre el lenguaje de la compañía y la necesidad del asegurado. Nos diferenciamos a través del servicio y no del precio”, remarca el vicepresidente de la compañía.
En esa búsqueda por destacarse en el mercado de diferenciación por servicio, agrega, el trabajo se centra en tres ejes: productos competitivos; tecnología “para que el productor y el asegurado estén bien atendidos” (como la oficina virtual para que unos puedan trabajar desde su casa, y ambos, cargar denuncias y ser atendidos inmediatamente); y la “atención personalizada al asesor”, tanto en las agencias repartidas en las distintas regiones del país como en un específico centro de atención al productor.
El Comercio hoy
Altieri menciona que si bien “los bancos y los seguros son negocios maduros y no hay mucho que crear”, lo que sí hay es espacio para mejorar y agilizar los procesos y bajar los riesgos y los costos. Y pone como ejemplo la implementación de sistemas como el BPM (business project manager) para el seguimiento de los trámites y la liquidación; y el sistema SOA, que ofrece una nueva forma de interconexión de sistemas.
El Comercio es la aseguradora con más años en el mercado y asegura estar “dentro de las 20 principales en seguros generales”. De vuelta en su edificio histórico de Maipú 71 –recién remodelado y al que regresó después de más de una década en otra sede– la empresa se plantea hoy el desafío de fortalecer y reposicionar la marca; empezando, claro, por el productor.