ANÁLISIS | Perspectiva
Por Javier Rodríguez Petersen
Laura Prado
En la primera mitad de este año se anunciaron y cerraron en América latina más de 600 fusiones y adquisiciones empresarias, bastante menos que las alrededor de 900 que se habían hecho en el mismo período del año pasado, pero un poco más que las de hace dos años.
Entre esos tres semestres, sin embargo, hay una diferencia fundamental de contexto: en 2007 la economía global todavía iba para arriba, pero en 2008 ya se había pinchado la burbuja y este año, directamente, una buena parte del planeta estaba en recesión.
La crisis golpeó al mercado de operaciones y fusiones de la región, pero lo hizo a destiempo y con un impacto amortiguado. Según un informe de ISI Emerging Markets, esas operaciones en América latina movieron US$ 59.603 millones entre enero y junio de 2007; en los mismos meses del año pasado, la cifra había subido 42% a US$ 84.710 millones; y en la primera mitad de este año se redujo a US$ 46.867 millones, con una caída de 45%. Todo 2008 cerró con operaciones por US$ 134.521 millones, una cifra global muy parecida a la de 2007 (129.000 millones).
En la región, “se notó una marcada desaceleración, pero con un rezago considerable respecto del resto de los países del mundo en desarrollo, por eso los montos siguieron incrementándose durante el primer semestre de 2008”, explica Laura Prado, analista de ISI.
La especialista destaca además que “la caída fue significativamente menor que la registrada en otras partes del mundo”. Y atribuye eso a que “el crecimiento anticipado y la fortaleza doméstica de los mercados latinoamericanos, en combinación con el incremento en la estabilidad económica y social de los últimos 10 años, resultan atractivos (comparativamente hablando) para los inversores extranjeros”. A lo que se suma que “las condiciones actuales, como el tipo de cambio favorable y los bajos niveles de valuación comparados con otras economías, especialmente con Estados Unidos, crearon oportunidades excepcionales de inversión en la región”.
Operaciones selectivas
De todos modos, después de ese primer semestre de 2008 en alza, las operaciones se volvieron mucho mas selectivas y los inversores, más cautelosos en cuanto a los montos. Prado resalta sin embargo que “no se dejaron de aprovechar oportunidades en sectores claves para las economías de la región o compras de empresas o activos de empresas en dificultades”, aunque siempre en inversiones que tuvieran “algún seguro de éxito en el corto plazo”.
Entre enero y junio, las actividades líderes fueron la manufacturera, la minería y los seguros, que en conjunto concentraron más de la mitad del total de operaciones. En un segundo rango se ubicaron el comercio minorista, los servicios públicos, el real estate y las tecnológicas, que sumaron una cuarta parte del total de negocios. El resto de las fusiones y adquisiciones se repartieron entre las áreas de logística, agricultura, servicios profesionales, construcción, hotelería, residuos, comercio mayorista, salud, educación, espectáculos y holdings.
Parecidos pero no iguales
El movimiento de fusiones y adquisiciones muestra notorias diferencias entre los distintos países de la región, por un lado por el tamaño de cada economía doméstica, pero también por otros factores. El año pasado, Brasil concentró casi la mitad del volumen en divisas, seguida por México (con 20%), Chile (13%) y la Argentina (8%), pese a que en la Argentina hubo un mayor número de operaciones que en México y Chile.
Los negocios de esos cuatro países sumaron US$ 122.019 millones sobre los US$ 134.521 millones que se movieron en toda la región. Las fusiones y adquisiciones de Colombia (5,5%) y Perú (4%) reunieron juntas otros US$ 11.418 millones; y todo el resto de la región representó apenas 0,8%,
La analista de ISI ubica a Brasil, Chile, Colombia, Perú y México como un grupo de países “con mucha más preparación que en otras oportunidades para enfrentar la crisis” gracias a que “sus mercados domésticos están más desarrollados y sus sistemas financieros, mucho más estables, con menos deuda y mayores reservas en moneda extranjera”.
Por otro lado agrupa a Venezuela, Bolivia y Ecuador, “que están sufriendo una reducción marcada en inversión extranjera debido a las estrategias políticas actuales que incrementan el riesgo para los inversores”.
Y por último sitúa a la Argentina, que, dice, “también está sufriendo una baja considerable en los niveles de inversión extranjera, en parte debido a la falta de transparencia en el ambiente regulatorio pero, además, por la falta de financiación y los intentos del Gobierno de controlar el mercado”. Según Prado, antes de invertir en el mercado local, los compradores necesitan considerar el impacto de los tipos de cambio futuros debido a que la valuación de las monedas puede resultar en una perfomance por debajo del presupuesto, pero eso se cruza con que la mayoría de los vendedores está en dificultades y hay, por lo tanto, “excelentes oportunidades de inversión”.
Lo peor ya pasó
Según Prado, en los distintos países de Latinoamérica y en líneas generales, en los últimos tiempos “se notó una entrada importante de grupos extranjeros comprando empresas en dificultades y apoderándose del mercado local”. Sin embargo, la analista aclara que “las empresas que han estado mas activas comprando y vendiendo en la región han sido empresas transregionales, es decir originarias de la región pero presentes en varios países”, mientras que simultáneamente hubo “un descenso de la injerencia de empresas europeas y estadounidenses”.
Las empresas brasileñas están primeras en el listado de compradores desde hace por lo menos dos años y medio. En 2007 habían encabezado 344 operaciones y estaban segundas las estadounidenses (empresas de ese país que cerraron 130 operaciones en América latina), terceras las colombianas (111 operaciones), cuartas las mexicanas (110), quintas las argentinas (104) y sextas las chilenas (102). El año pasado, las brasileñas lideraron 538 fusiones y adquisiciones, mientras las argentinas ocuparon el segundo lugar con 170 operaciones, por delante de las chilenas (159), las mexicanas y estadounidenses (156) y las colombianas (90). Y en la primera mitad de este año, detrás del liderazgo brasileño (103 operaciones) quedaron Chile (87), Estados Unidos (63), la Argentina (57), México (40) y Colombia (37).
Las compañías brasileñas también están primeras desde hace más de dos años en la lista de empresas vendidas o absorbidas. En 2007 habían sido objeto de 509 negocios, seguidas por las argentinas (195), las mexicanas (188), las colombianas (168), las de América central y el Caribe (134) y las chilenas (114). El año pasado, las brasileñas fueron objeto de 640 operaciones, seguidas otra vez por las argentinas (270), las chilenas (233), las mexicanas (215) y las colombianas (163). Y en lo que va de este año, hubo 133 fusiones y adquisiciones que tuvieron por objeto a compañías de Brasil, frente a 111 de Chile, 88 de la Argentina, 64 de México y 62 de Colombia.
De cara al futuro inmediato, Prado cree que hacia fines de este año se comenzará a ver un mercado un poco más activo y que el año que viene ya se notará un incremento importante. Por lo pronto, resalta que ya hay empresas que empezaron a retornar a la bolsa en busca de capitales para financiarse, especialmente en Chile y Brasil. Y subraya que “la creencia generalizada en el mercado de fusiones y adquisiciones es que lo peor de la crisis ha pasado y que se deben aprovechar las oportunidades de inversión mientras existan”.