ESTRATEGIA | Empresas
Por Florencia Álvarez
El rojo y blanco de sus toldos y sus manteles con rayas en diagonal atraían al público. Luego se comprobó que esos colores y esas formas son símbolos de una puerta que se abre e invitan a pasar y, efectivamente, atraen al público.
T.G.I. Friday’s se instaló en la Argentina en 1996 con un primer local en Puerto Madero, y en 2003 abrió una sucursal en Alto Palermo. Actualmente se encuentran en pleno diseño de un plan de negocios para abrir uno o dos locales más de aquí al primer semestre del año próximo. Siempre en la franja norte de la Capital Federal o del Conurbano Bonaerense porque ya saben que no hay ni volumen ni segmento social adecuado como para instalarse en otra zona.
Tienen medio millón de clientes por año y una rotación de 190 empleados entre los dos locales. Fernando Hernández es el CEO local de la compañía y también colabora en países de la región como Chile y Ecuador. Tiene una amplia experiencia haciendo negocios, básicamente en el rubro de la gastronomía, pero también en otras áreas. Dice que la ventaja del negocio gastronómico es que “los clientes vienen solos, no hay que ir a buscarlos. Hay que ser muy malo para que la gente no vaya a comer. Y teniendo una marca como Friday’s, esto se acentúa mucho más”.
Alianza con proveedores
Según Hernández, en el último trimestre del año pasado, pese a la crisis, no ganaron ni perdieron. “Hicimos una buena proyección y salimos hechos. Pero en el primer trimestre de 2009 tuvimos un crecimiento de 7% promedio entre los dos locales”.
El secreto para seguir adelante fue mantener los precios. Para eso anudaron muchas estrategias comerciales con los proveedores de materias primas. Una forma de burlar a la inflación.
“Nuestros consumos son muy grandes y somos muy buenos clientes de muchos abastecedores. Por eso les dijimos que necesitábamos el mejor precio de mercado para poder continuar con el mismo volumen de compra y no tener que subir los precios al público. Y así fue, hicimos esos convenios y salimos de la mano”.
En el contexto de hoy hay dos aspectos a considerar: la situación económica local y la crisis global. El escenario socioeconómico argentino está inmerso en parte de la crisis global y parte de la crisis interna. La crisis no quiere decir que haya un estallido sino que día a día se vive con más austeridad en todos los aspectos.
Hernández analiza así el escenario nacional: “Antes, el argentino promedio de clase media, media alta, salía seis veces a comer afuera por mes. Hoy lo hace tres. Y se lee de la siguiente manera: si 50% de los argentinos vive en casa y 75% de ellos es de clase media tirando a alta, hoy no van a ir a comer un asado a un restaurante, lo comen en su casa. Lo mismo una pasta. Van a un restaurante a buscar aquello a lo que no tienen acceso directo: pescado, comida norteamericana, tailandesa, etc. Lo que pasa es que la comida de EE.UU. es mucho más famosa que el resto y esa es nuestra ventaja. Somos un oasis en el desierto”.
La cadena se destaca por su impronta de fun & food, por su decoración descontracturada y a la vez elegante, en la comida bien propia de EE.UU. y en la bebida. Cuentan con una carta de 55 platos súper elaborados haciendo gran hincapié en los sabores y en la relación con el público.
“Tenemos una estrategia de recursos humanos basada en el entrenamiento del personal. Acá puede venir una persona con mucha experiencia pero tiene que empezar de cero. Le damos nuestras pautas operativas para delinear una cultura de consumo del cliente, para que este se sienta viviendo una experiencia inmejorable. 75% de nuestros clientes son nuevos. Tenemos que enseñarle a nuestro personal qué es lo que quieren comer y qué puede interesarles beber”, finaliza Hernández.