Cuidar el planeta es el único negocio posible

    ANÁLISIS | Portada

    Por Gustavo Baiman

    Para las empresas, lo relacionado con el cuidado del medio ambiente no se reduce a una cuestión de conciencia ecológica. Tampoco es solo un pronunciamiento ideológico. Se trata, principalmente, de la sustentabilidad de los negocios. No hay empresarios “verdes”, sino buenos ejecutivos que actúan con responsabilidad corporativa.
    De la misma forma que se planifica la gestión sobre los recursos humanos o la producción, actualmente es necesario tener una gestión clara sobre los temas referidos al medio ambiente. Así como una mala decisión financiera puede causar un daño importante, implicar endeudamientos, la quiebra, o incluso la cárcel en casos extremos, una mala decisión en materia medioambiental puede ocasionar algo similar.
    Estas fueron algunas de las conclusiones a las que se arribaron en el seminario sobre Sistemas de Gestión Ambiental, organizado el mes de mayo pasado por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. De este encuentro participaron, entre otros, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, quien disertó sobre “La Justicia y la Ley General de Ambiente”, y el especialista en gestión empresaria y estrategia, José Manuel Pano, de JHI Consulting, que trató el tema “Gestión del riesgo ambiental”.

    Un nuevo paradigma
    Términos como biosfera, tecnosfera y sociosfera ya no son extraños; se corresponden con un nuevo paradigma que presta especial atención al medio en el cual se desarrollan las acciones. Este concepto obliga a medir los proyectos a mediano y largo plazo, considerando los valores sociales. En dicho marco, las empresas encuadran la cuestión ambiental como parte de la responsabilidad corporativa.
    En este esquema, la gestión ambiental forma parte del sistema general de gestión de la compañía. Esto significa que existe un conjunto de procesos y procedimientos que permiten organizar, planificar, controlar, medir e informar los resultados de las acciones tomadas.
    “El rasgo característico es el desarrollo sustentable. Hay que crear valor preservando los recursos. No es un tema ideológico sino de gestión. Así como en la empresa se gestionan distintos recursos, como los financieros o los humanos y las materias primas estratégicas, hoy corresponde gestionar el ambiente. Desde hace 40 años, el planeta está pasando factura. Nos damos cuenta porque lo estamos viviendo; lo vemos, por ejemplo, en el aumento de la temperatura o en las reiteradas inundaciones. El medio ambiente no puede quedar afuera de la planificación de una empresa. Es un área crítica donde hay preguntas que no pueden dejar de responderse, como cuál es el impacto ambiental que se causa o cómo minimizar los riesgos”, sostiene Pano, de JHI Consulting.
    Incorporar los temas medioambientales a la planificación estratégica de la empresa implica calificarlos como una gestión de riesgo, dentro de lo que se podría considerar riesgos no previsibles. Si bien hay formas de medir el impacto ambiental, existen situaciones imprevistas, como cualquier tipo de accidente, sobre todo en algunos sectores de la industria. Resulta imprescindible elaborar un mapa de riesgo ambiental certero que permita tomar decisiones de gestión del riesgo y realizar trabajos de mitigación.
    “Existen básicamente cuatro tipos de riesgo: el financiero, el estratégico, el operacional y los no previsibles. Y existen, además, amenazas del ámbito interno y externo. La cuestión ambiental está dentro de los riesgos no previsibles ubicados en el ámbito interno. Así como se puede prever que van a cambiar las tasas, o que puede variar el tipo de cambio, o que un producto puede transformarse en obsoleto, hay que saber que pueden existir problemas con el medio ambiente, que a diferencia de los otros, no se pueden prever. Por eso es que hay que manejarlos como una gestión de riesgos no previstos. Aunque son acontecimientos difíciles de medir, actualmente, por ley, es una obligación considerarlos”, afirma Pano.


    José M. Pano
    Foto: Gabriel Reig

    Responsabilidad corporativa
    Las grandes empresas nacionales y las multinacionales son las que muestran mayor compromiso con los temas ambientales, no así las Pyme, que en su mayoría consideran estas cuestiones como ajenas a su pertenencia. En muchas organizaciones, la relación con el medio ambiente queda explicitada en la misión y visión, donde se asume el compromiso de tomar medidas destinadas a conocer, medir, controlar y administrar, observando la normativa aplicable para mitigar el daño ambiental.
    Entre las principales acciones que las empresas deben tomar, se pueden destacar la observancia de las normativas nacionales, provinciales y municipales, la adhesión voluntaria a compromisos no obligatorios como la reducción de las fuentes de contaminación, la captura de efluentes contaminantes, la responsabilidad en plantear sistemáticamente objetivos de mejora en e-performance, la implementación de programas de reducción continua del riesgo medio ambiental, el compartir experiencias en ámbitos profesionales y llevar adelante programas de entrenamiento, entre otras.
    Cuando se habla de gestión medioambiental se hace referencia a que las autoridades máximas de la empresa están involucradas en el tema. El gobierno corporativo es el responsable de informar acerca de la gestión estratégica sobre el desarrollo sostenible de la compañía. El Directorio, que tiene la responsabilidad de asumir la administración de la sociedad y aprobar las políticas y estrategias generales adecuadas a los diferentes momentos, es quien implementa las políticas de control y gestión de riesgos y otras que tengan por objeto el seguimiento periódico de los sistemas internos de información y control. También tiene la responsabilidad de trazar los lineamientos generales de los programas a llevar adelante, definir la estructura organizacional del área a cargo, establecer objetivos y metas cuantificables, realizar controles, acciones preventivas y correctivas, y establecer mecanismos de mejora continua.
    “Las empresas que tienen sus casas matrices en Europa o Estados Unidos en su gran mayoría están adheridas a normas de gobierno corporativo, aunque no sea obligatorio. No suscribir a esto significa quedar afuera del mercado. Hay una fuerte presión por parte de las empresas grandes sobre la cadena de valor; para ser proveedor hay que cumplir con determinados estándares, entro otros, con los relacionados con el medio ambiente. Un dato a tener en cuenta es que ISO está redactando la serie 26000 que es la de conciencia ambiental, y quien no la tenga quedará afuera como pasó con la ISO 9000 y la ISO 14000”, dice Pano.

    El valor de una empresa
    El término desarrollo sustentable fue elaborado en el Informe Brundtland de Naciones Unidas en 1987, para definir las acciones que satisfacen las necesidades del presente sin comprometer las de las futuras generaciones. Más tarde, se creó otra definición para calificar los negocios sustentables: “triple bottom line”, que hace referencia al desempeño de una empresa en tres dimensiones: económica, ambiental y social. Para la valuación correcta de una empresa, es necesario usar esta “triple cuenta de resultados”, que considera los resultados económico, de gestión social y de gestión ambiental.
    “Actualmente, una de las variables que los auditoras van a considerar seriamente en la evaluación de una empresa es su contingencia ambiental. Por este tema, la Bolsa de Comercio empieza a admitir que las empresas valen menos de lo que dicen. En una reunión que hubo en febrero, las comisiones de valores europeas, más algunas de Estados Unidos, dijeron que hay que empezar a ver cómo se blanquean las cuestiones ambientales y sociales dentro de la valuación de lo que vale cada acción de las compañías. Porque, en verdad, las empresas no valen lo que dicen las acciones; a ese valor le falta el pasivo de la contingencia ambiental”, dice Pano.

    Cumplir la ley
    Asumir los temas medioambientales en la gestión de la empresa, además de corresponderse con los criterios de sustentabilidad, significa, simplemente, cumplir con la ley. Según la Ley General de Ambiente 25.675, las empresas están obligadas a realizar un relevamiento y efectuar un diagnóstico del impacto ambiental, así como tomar medidas de mitigación, elaborar un mapa de riesgo y garantizar la financiación de la eventual remediación a través de la contratación de un seguro ambiental de carácter obligatorio.
    “No es solo la Ley General de Ambiente. El artículo 59 de la Ley de Sociedades Comerciales dice que es responsabilidad de los administradores y los representantes obrar con la lealtad y diligencia de un buen hombre de negocio. En el año 2010 nadie pude decir que la diligencia de un buen hombre de negocio no incluye la cuestión ambiental, ni que no incluye la cuestión social. Obrar con lealtad y diligencia es tomar medidas destinadas para conocer, medir y administrar observando la norma aplicable; es inadmisible el desconocimiento del marco legal”, concluye Pano.

    La Argentina, a mitad de camino

    Según un estudio realizado por International Business Report (IBR) de Grant Thornton, la comunidad de negocios de la Argentina es percibida como una de las menos amigables con el medio ambiente, según los propios empresarios encuestados localmente. Solo dos países consideran a sus comunidades de negocios como menos amigables aún: Grecia y Turquía.
    Sin embargo, a pesar de esta percepción negativa, los empresarios del sector privado argentino presentaron uno de los porcentajes más altos (con 80% de respuestas positivas) de predisposición para tomar iniciativas e introducir prácticas de cuidado ambiental, aun cuando estas tengan un impacto negativo en la rentabilidad. En este sentido, la Argentina es superada solo por Tailandia (99%), Chile (89%) y Turquía (83%).
    El estudio indica que, a escala mundial, a pesar de la crisis internacional, la mayoría de las empresas se muestran dispuestas a introducir prácticas para el cuidado del medio ambiente incluso si estas afectaran negativamente la rentabilidad.
    Arnaldo Hasenclever, Co-Managing Partner de Grant Thornton Argentina, explica que a pesar de la crisis, la rentabilidad es claramente solo uno de los factores que determinan las decisiones de las empresas del sector privado: “Deberíamos ver una alentadora señal en los deseos de construir negocios sostenibles. Creo que las empresas que persisten en considerar al medio ambiente en sus planes durante la crisis estarán en mejor posición para aprovechar ventajas competitivas cuando la situación se recupere”.

    Toyota

    Entre desarrollo y defensa ambiental

    La empresa japonesa trabaja con un “sistema de gestión ambiental” mediante el cual se planifica estratégicamente el consumo de energía, de agua y de generación de residuo, entre otros temas. Las políticas que llevan adelante de innovación y mejora continua tienen como eje central la preservación de los recursos naturales.


    Eduardo Kronberg

    En Toyota se considera prioritario contribuir a lograr una armonía entre el medio ambiente y el ser humano. En este sentido, tiene como objetivo central tomar medidas proactivas tendientes a reducir el impacto ambiental de los vehículos a lo largo de su ciclo de vida: desarrollo, producción, mantenimiento y disposición final de los residuos.
    La firma trabaja con estándares cada vez más estrictos, a lo largo de todas esas etapas. Y es la primera compañía en la industria automotriz en fabricar en serie autos con tecnología híbrida.
    La firma se desempeña bajo los principios de la “Carta a la Tierra”, que constituye la política ambiental global emitida por la casa matriz de Japón para todas sus operaciones en el mundo. En ella se establece como prioridad el cuidado del planeta.
    “Toyota trabaja con base en planes de acción quinquenales en donde se establecen objetivos para los principales aspectos que la compañía ha definido en su Sistema de Gestión Ambiental: consumo de energía, consumo de agua y generación de residuos. Para cada uno de estos temas, se fijan metas y objetivos en todas las áreas, desde abastecimiento y producción hasta logística y venta. Nos regimos por los pilares de mejora continua; se persiguen niveles rigurosos en relación al aprovechamiento racional de recursos, restricción de sustancias peligrosas y riesgosas, reducción de la generación de residuos a través de la reutilización y reciclado, disminución y control de emisiones gaseosas, entre otros”, dice Eduardo Kronberg, gerente de Relaciones Públicas de Toyota Argentina.
    En 1999, Toyota Argentina certificó su Sistema de Gestión Ambiental con la norma ISO 14001 para el proceso productivo en su planta de Zárate; es la segunda empresa automotriz argentina que certifica bajo esta norma. En marzo de 2003, esa certificación se amplió a las áreas comerciales y administrativas. Actualmente, 39 concesionarios oficiales están certificadas bajo esa norma. En el caso de sus proveedores, más de 50% ya certificaron el Sistema de Gestión Ambiental bajo la norma ISO 14001.
    Para la empresa, una gestión responsable brinda beneficios, no solo ambientales y sociales, sino que trae aparejados otros como calidad, seguridad, reducción de costos y además aporta activos intangibles como credibilidad, confianza y solidez.
    “La compañía tiene un fuerte compromiso con el desarrollo sostenible a través de innovaciones que permitan equilibrar el crecimiento económico con la protección del medio ambiente. Es parte de la filosofía de Toyota trabajar buscando mejorar continuamente los procesos y las actividades que se llevan a cabo. Bajo los pilares del ‘kaizen’, que significa ‘mejora continua’, se realiza la búsqueda implacable de la mejora de la calidad”, afirma Kronberg.
    El área responsable de centralizar los temas vinculados al medio ambiente es Asuntos Ambientales. Al mismo tiempo, existe en la compañía un comité de Responsabilidad Social Empresaria en el que participan otras áreas con el propósito de unificar criterios y estrategias que se extienden luego a todos los públicos de interés: clientes, empleados, socios comerciales, comunidad y sociedad global. Este departamento especializado tiene a su cargo el desarrollo de las tareas concernientes al medio ambiente ligadas a las operaciones administrativas y comerciales, de producción y externas.
    “Es un objetivo primordial tomar medidas proactivas que permitan garantizar que los automóviles sigan siendo un modo de transporte compatible con el desarrollo de la sociedad”, concluye Kronberg.

    Xerox

    Negocio inteligente: estrategia sustentable

    La firma tiene como práctica mejorar los aspectos de sus productos con respecto al impacto medioambiental y a la sustentabilidad. Además, implementa una fuerte política de inversión en sus centros de innovación, como Palo Alto Research Centre, con el objetivo de desarrollar tecnologías más amigables con el medio ambiente.


    Federico Otzet

    Hace más de 40 años que Xerox se involucra en los temas relacionados con el cuidado del medio ambiente, desde el diseño de sus productos hasta la selección de sus insumos. El objetivo es ser rentables ofreciendo productos de calidad, respetando las buenas prácticas medioambientales.
    Una de las metas de la compañía es reducir el uso de energía. Un ejemplo es la fabricación del tóner EA (de emulsión agregada), que produce menos desechos y utiliza 25% menos de energía para imprimir que los anteriores, además de ofrecer mejor calidad de impresión. 80% de los productos nuevos que Xerox lanzó en 2007 cumplieron con los requerimientos más estrictos de la norma Energy Star establecida por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
    “Xerox trabaja para preservar la biodiversidad mediante la administración responsable de los bosques, ofreciendo a sus clientes opciones de papel ‘ecológico’. Como uno de los distribuidores más importantes de papel para impresoras y copiadoras de oficina, la empresa trabaja para lograr un ciclo de papel sustentable. Xerox obtuvo la certificación Chain of Custody (cadena de custodia) del Forest Stewardship Council. Además, ha aplicado a sus proveedores las más estrictas normas para la obtención del papel”, dice Federico Otzet, gerente de Marketing de la división Office para Xerox Latinoamérica Sur.
    Por otra parte, la empresa utiliza los productos químicos de manera cuidadosa y responsable, buscando las alternativas que sean menos dañinas para el medio ambiente. A la vez, intenta reducir la cantidad de desechos por consecuencia de sus operaciones y el uso de sus productos.
    Entre 2002 y 2007, Xerox redujo el consumo de energía en 19% y logró una disminución de 21% en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) en todo el mundo. Para el año 2012, la firma se había impuesto como meta disminuir 10% su emisión de GEI, objetivo que ya este año superó ampliamente, al haber llegado a 18% menos desde 2002. Ahora la empresa elevó su meta a una reducción de 25% para 2012.
    Xerox trabaja continuamente para mejorar cada aspecto de sus productos con respecto al impacto medio ambiental y la sustentabilidad. Se asocia con clientes, proveedores y competidores para promocionar prácticas de negocio sustentables, para desarrollar un porfolio completo de papeles sustentables y para ser una de las primeras compañías en incorporar la especificación Energy Star en sus productos.
    “Como dijo recientemente la CEO, Ursula Burns, las soluciones ‘verdes’ y las estrategias sustentables son un negocio inteligente para todos. Cuanto más ‘verdes’ seamos, tanto más podremos reducir costos y estimular la eficiencia. Cuanto más reduzcamos los costos, tanto más productivo puede tornarse un negocio. La constante inversión de Xerox en sus centros de innovación, como el Palo Alto Research Centre (PARC) de California, está orientada al desarrollo de nuevas tecnologías que deben cumplir con la posición asumida por la empresa con respecto al cuidado del medio ambiente. Productos como el tóner EA o el reciente lanzamiento del ColorQube son fruto de esta búsqueda. La posición que asume Xerox como empresa global con respecto al medio ambiente parte directamente de las decisiones de la más alta gerencia de la corporación. ‘Verde’ no es una función corporativa ubicada en una unidad separada, dedicada a la responsabilidad social; Ursula Burns es activa defensora de todas las iniciativas a favor del cuidado del medio ambiente y los lineamientos se trasladan a las distintas unidades de negocios de la empresa, a sus filiales y a sus 14 fábricas en todo el mundo”, concluye Otzet.

    3M
    Desarrollo sustentable
    3M es reconocida mundialmente por sus programas destinados a la protección del medio ambiente orientados a minimizar y controlar el impacto de sus actividades.
    Entre las iniciativas que llevan adelante se pueden destacar entre otras: el “Programa 3P” (Pollution Prevention Pays), que se orienta a la prevención de la contaminación mediante el desarrollo de nuevas tecnologías y productos, y el “Programa LCM” (Life Cycle Management) “Gestión del ciclo de vida”, por el cual, se analiza desde que el producto nace como idea hasta cómo afectará el medio ambiente, la salud y la seguridad de las personas.
    “Tras tantos años de experiencia de crecimiento sustentable, 3M aplicó la innovación al desarrollo de productos que ayuden a reducir el impacto medioambiental, no solo para la propia compañía, sino también para ofrecerle a sus clientes soluciones que los ayuden a cumplir sus propias metas medioambientales”, dice Romina Contini, gerente de Marketing Corporativo de 3M.
    La empresa cuenta con un vasto catálogo de productos que ofrecen soluciones “green” en todos los mercados en los que interviene. Además, fue una de las primeras elegidas para formar parte del índice de compañías sustentables: Sustainability Dow Jones.
    “Somos reconocidos como uno de los líderes en sustentabilidad. Ofrecemos una amplia gama de productos para diferentes aplicaciones, que están desarrollados con un concepto de sustentabilidad. Esto es posible porque en el proceso de fabricación se evalúa su impacto ambiental paso a paso”, concluye Contini.


    Romina Contini

    Carrefour
    Cuidar el ambiente es un buen negocio
    En Carrefour, sostienen que el desarrollo sustentable constituye una gran oportunidad para nutrir la marca y reforzar la confianza de los consumidores en los productos y servicios.
    Si bien el reto es comercial y económico, no se disocia de las responsabilidades sociales y medioambientales. El cuidado del medio ambiente es prioritario en la política de la compañía porque lo advierten como un factor de rentabilidad y de crecimiento empresarial y de las comunidades donde están presentes.
    Uno de los compromisos más importantes a los que se sumó Carrefour Argentina en el último año es el de reducir el consumo de energía eléctrica en la sede y tiendas en 20% de aquí a 2015, en comparación con 2004, proporción que supera los objetivos fijados por la Comisión Europea.
    “Pudimos comprobar que cuidar el medio ambiente es un buen negocio –dice Carlos Velasco, director de Comunicaciones–. En el caso del uso inteligente de la energía eléctrica, la aplicación del plan de automatización de cargas en 55 sucursales implicó una inversión de $3 millones. Dado el ahorro concreto de energía, el recupero de la inversión se prevé entre los 18 y 24 meses desde su implementación en cada caso. Carrefour continuará invirtiendo en su plan de ahorro de energía eléctrica y seguirá adelante con sus programas e iniciativas de RSE analizando detenidamente dónde invertir. Los tres ejes de su política de RSE son nutrición, educación y medio ambiente. Nuestro objetivo es mantener e incrementar la inversión y seguir creciendo. Nuestra misión es crear conciencia y movilizar a la comunidad para satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer el bienestar de las futuras”.


    Carlos Velasco

    GE
    Ecología e imaginación
    “En GE tenemos un punto de vista integral sobre la Responsabilidad Social Empresarial que está formado por tres aspectos: la integridad, el cuidado del medio ambiente y la ayuda comunitaria. La preocupación que la empresa demuestra por el cuidado medioambiental hace que la compañía sea siempre pionera en el desarrollo de soluciones ‘amigables’ con la naturaleza”, dice Gabriela Cremaschi, líder del programa GE volunteers en la Argentina.
    La empresa lleva adelante la iniciativa Ecomagination, que es la combinación de ecología e imaginación. Con ella se busca reducir las emisiones de gases del efecto invernadero en 1%, disminuir la intensidad de sus emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) y a mejorar la eficiencia energética en 30 % antes del fin de 2012.
    “Mediante la iniciativa de Ecomagination, GE está duplicando su inversión en investigación y desarrollo desde US$ 700 millones en 2005 a US$ 1.500 millones en 2010. El cuidado del medio ambiente es un valor en la forma de trabajar en GE y eso nos lleva a ser más creativos en el desarrollo de nuevos productos ambientalmente eficientes. Además, nuestro compromiso es alentar a nuestros clientes a utilizar esta tecnología a fin de generar negocios y reforzar la importancia del cuidado del medio ambiente”, afirma Cremaschi.
    Las decisiones y acciones relacionadas con el medio ambiente las toma el management de GE en su conjunto. Los líderes cuentan con la visión integral de GE como compañía estratégicamente enfocada. No hay un procedimiento en el que solo uno decide y otros ejecutan. Al ser una compañía con servicios diversificados, se busca hacer sinergia y trabajar en equipo.

    IBM
    Preservación inteligente
    En la actualidad, IBM está dando a conocer e intenta poner en práctica la posibilidad de construir de un “mundo más inteligente”. Dentro de esta iniciativa, denominada Smart Planet, uno de los aspectos que se considera clave es el cuidado del medio ambiente, tanto desde las soluciones y servicios que venden como en cada una de las acciones que llevan adelante.
    “Sin dudas, el cuidado del medio ambiente es clave para la sustentabilidad del negocio. El surgimiento de sistemas inteligentes tendrá un efecto profundo sobre los desafíos que está enfrentando el planeta. Al tener esta característica, son mucho más eficientes y confiables y por esa razón, capaces de ahorrar energía y recursos. En un mundo cada vez más conectado e inteligente, el compromiso con la energía y el medio ambiente requiere tecnología innovadora y un conocimiento profundo del negocio. IBM ha demostrado su liderazgo tanto en sus propias operaciones como ayudando a sus asociados de negocio a trabajar con sus clientes para llevar adelante estos temas con una combinación única de experiencia de industria e innovación”, dice Ignacio Vaca de Osma, director de Marketing, Comunicaciones y Ciudadanía Corporativa de IBM Argentina.
    IBM tiene desde 2007 un proyecto denominado Big Green en el que, globalmente, invierte US$ 1.000 millones por año con el fin de transformar el nivel de eficiencia energética en TI. Esta iniciativa detalla un plan de acción para reducir el aumento en el consumo energético de los centros de cómputos y su impacto sobre el medio ambiente.
    “Si bien es un tema que cruza a toda la organización, hay áreas específicas a las cuales incumben los temas relacionados con el medio ambiente. El área de RESO (Real State and Sites Operations) se encarga de lo relacionado con el consumo de energía y la reducción del impacto ambiental que puede generarse dentro de los edificios. También, desde nuestras diferentes áreas de negocio, sobre todo hardware y servicios, brindamos a nuestros clientes soluciones y asesoría sobre cómo llevar adelante procesos para minimizar el impacto ecológico”, concluye Vaca de Osma.


    Ignacio Vaca de Osma

    Kimberly Clark
    Mejora continua en la gestión ambiental
    Kimberly-Clark cuenta con un importante programa llamado “Visión 2010” que apunta a la mejora continua en la gestión del medio ambiente, fomentando la sustentabilidad en los productos y procesos. Con la implementación de este programa, Kimberly-Clark Argentina redujo 14% el consumo de energía en los últimos tres años. También redujo tres veces el consumo de agua en sus procesos de fabricación de papel. La compañía además logró reciclar 95% de los residuos generados en los procesos productivos de las plantas de producción.
    “Para dar cumplimiento a los objetivos del programa ‘Visión 2010’ y siguiendo las normas internacionales de medio ambiente ISO 14001 y de Salud y Seguridad OHSAS 18001, Kimberly-Clark desarrolló el Sistema de Gestión de Medio Ambiente, Salud y Seguridad denominado EHS Management System. Este sistema está diseñado para estandarizar y aumentar la eficiencia de los sistemas de gestión de medio ambiente y seguridad, además de garantizar el cumplimiento de los programas existentes”, dice Fernando Hofmann, director de Asuntos Legales y Corporativos Región Austral.
    El sistema está basado en el ciclo PDCA (Planear, Hacer, Revisar, Modificar) e IEDIM (Identificar, Evaluar, Desarrollar, Implementar y Monitorear), los cuales proporcionan los fundamentos sobre los que se establecen componentes básicos.

    Monsanto
    Uso racional de los recursos
    “Somos concientes de que muchos de los recursos naturales son no renovables o limitados y, aun en los casos de abundancia de recursos, asumimos una política medioambiental mirando a largo plazo, velando por la preservación de estos para las generaciones futuras. Entendiendo que para el año 2050 la población mundial habrá crecido 40% y que ello implicará una mayor demanda de alimentos a la vez que representará menor superficie cultivable, hemos lanzado nuestro “Compromiso de Rendimiento Sustentable”. Con esto, nos comprometemos a producir más, conservar más y mejorar la calidad de vida de los productores”, afirma María Fernanda Pérez Cometto, jefa de Comunicaciones Externas, Internas y Responsabilidad Social de Monsanto Argentina.
    Monsanto cuenta con un departamento de Gestión Responsable de Producto, a través del cual promueve, comunica y monitorea iniciativas de buenas prácticas en cuanto a la propiedad y el uso de los productos y las tecnologías. Entre las acciones que llevan adelante se pueden destacar la utilización del sistema de envase Bag in Box que tiene solo 10% del plástico total que tiene un bidón, el reciclado de papel y plásticos, la reutilización de tarimas reparadas, la planta de tratamiento de efluentes líquidos y las prácticas de reducción de consumo de gas natural y electricidad.
    “Nuestro Departamento de Seguridad y Medio Ambiente traza todos los objetivos en materia ambiental vinculados con nuestro negocio, para hacerlo día a día de manera más sustentable, tomando conciencia del uso racional de los recursos y la preservación de estos. Paralelamente, hay una fuerte interacción con el área de Relaciones Institucionales, que lidera los proyectos en materia de responsabilidad social, también alineados a los objetivos medioambientales de la compañía”, concluye Pérez Cometto.

    Motorola
    Un llamado al reciclado
    El año pasado, a través del programa “EcoMoto”, Motorola recicló más de 2.500 toneladas de aparatos eléctricos. El objetivo de la compañía es reducir el impacto ambiental de sus productos en cada una de sus etapas de producción: diseño, manufactura, distribución, uso y descarte.
    “EcoMoto” permite a los usuarios arrojar equipos electrónicos fuera de uso, como celulares, equipos de banda ancha, radios, baterías y accesorios, en los buzones que se encuentran en los 39 centros de asistencia de Motorola distribuidos en todo el país. Por otra parte, casi 15% de la energía que usa la compañía alrededor del mundo es producida por energías renovables. El objetivo es incrementar esta cifra a 30% para 2020.
    Los empleados de Motorola Argentina participaron de la tercera edición del “Global Day of Service”, que en 2008 trató sobre sustentabilidad medioambiental, y contó con la participación de más de 10.000 empleados en 45 países que colaboraron con 329 proyectos de voluntariado.
    En cuanto a los productos, Motorola anunció el lanzamiento del MOTO W233 Renew, el primer teléfono celular del mundo hecho de material reciclado de botellas de plástico. Además, a través de una alianza con CarbonFund.org, Motorola compensa la energía necesaria para fabricar, distribuir y hacer funcionar teléfonos con inversiones en fuentes de energía renovables y reforestación.
    “Actualmente, los recursos naturales, la energía y el tiempo son más valiosos que nunca –sostiene Jeremy Dale, vicepresidente corporativo de Marketing de Motorola Mobile Devices–. Trabajamos conjuntamente con Carbonfund.org, de modo que podemos asegurar que MOTO W233 es el primer teléfono celular carbono neutro del mundo”.

    Philips
    Uso eficiente de la energía
    Philips considera el cuidado del medio ambiente como uno de los ejes fundamentales del negocio. Está incorporado a sus valores y asume el compromiso de mejorar la calidad de vida de las personas.
    “Trabajamos por el cuidado del medio ambiente día a día, desde la iluminación eficiente de nuestro edificio hasta la participación en campañas que compartan este mismo objetivo”, dice María Alejandra Grignani, Corporate Marketing & Communications Senior Manager de Philips Argentina S.A.
    Desde hace dos años, la empresa desarrolla un programa de responsabilidad social que se llama “Cuidemos el medio ambiente ahorrando energía”. Tiene como objetivo generar en los más pequeños la toma de conciencia acerca del consumo eficiente de energía. Además, este año incluyeron al proyecto un programa de voluntariado corporativo.
    “Conmemoramos todos los años el Día Mundial del Medio Ambiente invitando a nuestros empleados a ver películas o documentales vinculados con la temática y nos ayuden a generar conciencia, fomentamos la compra interna de nuestros productos verdes y la realización de pequeños cambios de hábito que tengan un gran impacto en nuestro planeta. Colaboramos también con el hospital Garrahan desde hace ocho años sumándonos a todos sus programas de reciclado”, dice Grignani.
    La fabricación de productos “verdes” es uno de los puntos más dinámicos del negocio de Philips que tiene como objetivo colaborar directamente con la preservación del medio ambiente.

    Quilmes
    Mejor compañía de la industria
    En adhesión a una iniciativa de la ONU, Quilmes invitó a sus empleados a presentar microproyectos que contribuyan reducir las emisiones de CO2, los consumos de energía y agua, y a aumentar el reciclaje.
    Algunas de las propuestas presentadas fueron: “Viernes verdes”, que apunta a concientizar sobre la necesidad de reducir el consumo de papel evitando imprimir en el último día de la semana. “Compartí tu auto”, que implica la coordinación entre empleados para hacer viajes grupales y así reducir la emisión de CO2. “Reuniones al aire libre”, que propone acondicionar los espacios verdes de las plantas y oficinas de la compañía para utilizarlos en reuniones y así reducir el consumo de electricidad.
    Por otra parte, Quilmes aplica diversos proyectos y nuevas tecnologías que contribuyen a la disminución de las emisiones de CO2. En los últimos años logró disminuir 7% el consumo de agua para la producción de bebidas, la reducción de 4,5% de la necesidad de CO2, mediante la recuperación de mayor porcentaje de CO2 obtenido en los procesos de fermentación de cerveza y la disminución de 11% de energía térmica y 8% de energía eléctrica. Además, la empresa invirtió $10 millones para incrementar el uso de bioenergía en todas sus plantas.
    “El cuidado del medio ambiente es una de nuestras prioridades. Trabajamos diariamente para ser la mejor compañía de la industria en un mundo mejor. Por este motivo, implementamos proyectos innovadores y aplicamos tecnología de avanzada para cumplir con nuestros objetivos medioambientales, y ahora nos enorgullecemos de habernos sumado a esta campaña de las Naciones Unidas”, contó Bernardo Pinto Paiva, presidente de Cervecería y Maltería Quilmes.

    Tetra Pak
    Incentivar uso de envases de cartón
    Como empresa global, la firma considera que la responsabilidad en una industria de liderazgo se sostiene sobre la base de tres pilares: crecimiento rentable, responsabilidad social y sustentabilidad ambiental.
    Esta filosofía se ve reflejada en la implementación de diversos programas y en campañas educativas y solidarias relacionadas con el medio ambiente, la nutrición y la cultura.
    Para la empresa, la idea de sustentabilidad significa utilizar los recursos naturales sin agotarlos, de manera que las generaciones futuras puedan usarlos también. En este sentido, hace énfasis en el uso de recursos renovables y renovados, facilita las asociaciones para desarrollar la infraestructura desde el proceso inicial hasta el consumidor y trabaja de cerca con sus clientes y proveedores para asegurarse de que todos estén alineados hacia la búsqueda de dicha sustentabilidad.
    Los envases de cartón están hoy más indicados que nunca. Basados en una fuente renovable, el bosque, tiene un bajo impacto de dióxido de carbono sobre el medio ambiente a lo largo de su ciclo de vida, comparado con otros tipos de envases. El envase Tetra Brik es, por su propia fuerza, portador de un perfil ambientalmente sostenible, que puede reforzarse y transmitir la política propia del fabricante y responsabilidad social, contribuyendo así a crear un atractivo perfil de la empresa.

    TNT
    Parte del problema y de la solución
    La industria del transporte mundial genera casi una quinta parte de las emisiones de CO2, motivo por el cual TNT mantiene una política orientada a minimizar el impacto ambiental que produce su actividad a través del ahorro de energía y el uso de tecnologías de bajo consumo de carbono. Impulsa estas iniciativas en todo el mundo, ya que, al ser parte del problema, la compañía sostiene que también debe ser parte de la solución.
    “Los clientes, el Gobierno, nuestros empleados y el público en general le dan cada vez más importancia a las empresas que se preocupan por el tema del calentamiento global. Y nosotros, como una empresa líder en la actividad, somos responsables de tomar una dirección proactiva y urgente en este tema. La idea es incentivar a todas las empresas a interesarse en implementar diversos programas que busquen colaborar con el cuidado del medio ambiente y mantener un negocio sustentable”, dice Alan Gegenschatz gerente general de TNT Argentina.
    Entre las acciones de mejora que llevó adelante TNT en la Argentina sobre el medio ambiente, se pueden destacar el cambio de una parte de la flota de vehículos utilitarios diésel por GNC, lo cual genera un impacto menor sobre el medio ambiente; el reciclado de cartuchos tóner de impresoras; la identificación de los residuos peligrosos que se generan en la actividad para tratarlos adecuadamente y la reducción de 10% del consumo de papel en las oficinas mediante la utilización de soportes comunicacionales digitales.
    “La estrategia de los temas sobre el medio ambiente se define desde el directorio y se estableció un responsable dentro de TNT para ejecutar las acciones que reporta al director de Operaciones. Cada área es responsable de implementar la mejora continua dentro de los parámetros de la ISO 14001 y de esta manera, todos los integrantes del equipo de TNT están involucrado en la reducción de impacto medioambiental”, concluye Gegenschatz.


    Alan Gegenschatz

    Verse más y viajar menos

    Cada vez más, las empresas eligen la videoconferencia y la telepresencia como alternativas efectivas para minimizar la cantidad de viajes. Reducir los traslados reemplazándolos por la posibilidad que brindan estas soluciones resulta muy útil para recortar las emisiones de CO2.
    En este sentido, tanto la videoconferencia como la telepresencia se transforman en herramientas de negocios ecológicas. Tandberg –fabricante noruego especialista en soluciones de videoconferencia y telepresencia– comprobó que esta modalidad de comunicación reduce la necesidad de viajar en aproximadamente 30%.
    Por otra parte, si una compañía permite a 100 empleados trabajar desde su hogar un día a la semana, se emitirían 46,75 toneladas de carbono menos a la atmósfera cada año. Esto es el equivalente a salvar los árboles que cubrirían la superficie de 5,5 campos de fútbol.
    “La videoconferencia es una de las soluciones que pueden ayudar a las organizaciones a abordar los ahorros en costos y objetivos medio ambientales; los 1.400 empleados de Tandberg realizan más de 75.000 videoconferencias y reuniones de telepresencia al mes, reduciendo de forma significativa la necesidad de viajar para las reuniones cara a cara. Las soluciones de videoconferencia de Tandberg tienen un retorno de inversión (ROI) demostrado. Por ejemplo, un equipo para ejecutivos cuesta lo mismo que dos de los viajes internacionales que dicho equipo tendría que hacer”, afirma Thomas Valentin, director general de Tandberg para América latina.

     

    Evaluaciones ambientales

    Por Ing. Nicolás Ortner*

    En un contexto en el cual los consumidores demandan crecientemente “productos verdes” o “ambientalmente amigables”, es necesario que las empresas atiendan este pedido y se involucren activamente en su relación con el medio ambiente para mantener una imagen positiva en el mercado.
    Como punto de partida, las empresas e instalaciones industriales deben cumplir con la legislación y reglamentación ambiental aplicables tanto en sus fases de proyecto y construcción, como durante su operación y cierre. Para ello, es preciso que se conozcan y controlen las emisiones que la actividad genera (gaseosas, líquidas, residuos, ruidos, etc.), para poder minimizar su impacto sobre los medios receptores (aire, agua, suelos) y fundamentalmente sobre la salud de las personas.
    Respecto a los productos colocados en el mercado, resulta fundamental cuantificar la “huella ambiental” que ellos generan durante todo su ciclo de vida, en términos de consumo de recursos naturales, agua, energía y emisión de gases de efecto invernadero. Se entiende por “ciclo de vida” las distintas fases por las que transita un producto desde la extracción de materias primas y la producción, pasando por su comercialización y utilización, hasta su disposición final.
    Para poder generar confianza en el consumidor ambientalmente responsable, y que así prefiera los bienes o servicios que la empresa produce, resulta clave que esta demuestre el cumplimiento con la normativa ambiental aplicable e informe en forma transparente y objetiva el impacto de sus productos.
    Para concretar este fin, existen diversas prácticas, valoradas por clientes e inversores, tanto en el país como en el exterior. Entre ellas, se pueden mencionar las auditorías ambientales sobre establecimientos industriales, la inspección de integridad de instalaciones, la utilización de métodos de producción limpia, la evaluación periódica del desempeño ambiental, el análisis de ciclo de vida de productos, el diagnóstico de la eficiencia energética en instalaciones y edificios, la cuantificación de emisiones de gases de efecto invernadero y la certificación de la conocida norma ISO 14001.
    La realización de evaluaciones ambientales por parte de una organización independiente es una herramienta mediante la cual se certifican los resultados ambientales logrados, hecho que contribuirá a aumentar la confianza de las diversas partes interesadas y podrá facilitar la obtención de financiamiento.

    * El Ing. Nicolás Ortner es responsable del Área Medio Ambiente de TÜV Rheinland Argentina, organismo de certificación.

    Seguros y remediaciones

    A la hora de reparar, nada a medias

    Uno de los puntos más controvertidos de la Ley General de Ambiente es el de los seguros obligatorios. Los distintos actores discuten sobre la viabilidad de esta resolución. Los aseguradores y remediadores dicen que falta más control y fiscalización, en tanto que las empresas exigen más precisiones en la norma. En todo el país hay solo 80 pólizas cursadas.


    Jorge Furlán

    La responsabilidad sobre el cuidado del medio ambiente empezó a tomar verdadero curso legal a partir de la reforma constitucional de 1994. Entre otros temas, el artículo 41 de la nueva Constitución habla sobre la reparación del daño ecológico. Siguiendo este criterio en 2002 se sancionó la Ley General de Ambiente (25.675), en donde queda establecido que toda persona física o jurídica, pública o privada, que realice actividades riesgosas para el ambiente, deberá hacerse cargo de la recomposición del daño ambiental que pudiera causar.
    En agosto del año pasado se reglamentó la ley y se dispuso la obligatoriedad de contratar un seguro ambiental, definido como un seguro de cobertura por Daños de Incidencia Colectiva Ocasionados al Ambiente. Se entiende por daño ambiental de incidencia colectiva a cualquier alteración relevante que modifique negativamente el ambiente y sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas o los bienes o valores colectivos. La ley obliga a asegurar la disponibilidad de fondos necesarios para la remediación. En este escenario, surgen dos actores: las compañías de seguro ambiental y las empresas de remediadores.

    Seguro ambiental
    El seguro ambiental que actualmente ofrecen las compañías es un seguro de caución. Es una garantía a favor del Estado sobre la reparación de daños ambientales. Pero el tomador de la póliza no está transfiriendo ni su riesgo ni su responsabilidad. No lo exime del pago de la reparación. Solo en caso de no poder afrontar el gasto de la reparación, por quiebra o alguna otra circunstancia, la aseguradora se hace cargo de ese gasto.
    “Lo que busca la ley es certidumbre sobre la reparación del daño, es decir que se realice efectivamente. Una de las formas posibles de materializar esa garantía es el seguro de caución. La responsabilidad de quien contamina no queda limitada por la existencia de esta cobertura. Faltaría una cobertura de responsabilidad ambiental. Este seguro solo contempla la reparación del deterioro provocado, pero no de sus consecuencias. El seguro tampoco contempla el tema de los residuos peligrosos para eso hay otra ley que es la 24.051 que incluye sanciones penales y económicas. Una garantía no es menor; si se toman en cuenta los informes mensuales de quiebras y concursos se ven más de 120 casos mensuales. Entre esas empresas se puede encontrar alguna que no haya reparado daños ambientales. Esto es nuevo pero tiene mucho impulso”, dice Jorge Furlán, presidente de la Cámara Argentina Aseguradora de Riesgo Ambiental.
    Entre las cuatro compañías que conforman la cámara –Prudencia, Escudo, Nación Seguros y Horizonte– solo hay confeccionadas 80 pólizas de seguros ambientales. La póliza requiere un estudio de Situación Ambiental Inicial que configura un diagnóstico al momento de ser otorgada la cobertura para determinar el pasivo ambiental. Después, a través de una fórmula fijada por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, se determina el capital asegurado. La fórmula contempla distintos factores como el de vulnerabilidad y materiales peligrosos, y también pondera la ubicación de la industria. Una misma actividad pero en lugares distintos son riesgos diferentes.
    “Respecto al tema de los montos asegurados se dijeron muchas cosas que no son ciertas. La Superintendencia de Seguros, por ejemplo, autorizó a Prudencia asegurar hasta $1.700.000, pero a su vez la compañía tiene reaseguros que contemplan montos de hasta $13 millones y, si uno se excede de ese monto la superintendencia puede hacerle a la compañía aportes de capital. Por otra parte, hay coseguros con otras compañías que extienden aún más los montos disponibles. A esto hay que agregarle que, según un estudio hecho por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el rango de exigencia está entre $450.000 y $50 millones, por fuera de estos montos son acciones de responsabilidad civil que nada tienen que ver con la Ley 25.675. En cuanto a la tasa, se cobra entre 1,2 % y 1,8% del capital asegurado. Por ejemplo, sobre un capital de $1 millón se pagan $12.000 anuales”, concluye Furlán.


    Marcelo Cavalieri

    El escuadrón de los expertos
    Una vez causado el daño, intervienen los remediadores, que son las empresas capacitadas técnicamente para solucionar y revertir el pasivo ambiental. Son entidades que están agrupadas en la Asociación de Remediadores Ambientales, una organización gremial empresaria que cumple una función técnico-política. Realizan tareas operativas, de diagnóstico y actividades de concientización sobre el cuidado del medio ambiente.
    “Somos quienes introdujimos la revolucionaria palabra ‘remediar’ –dice Marcelo Cavalieri, presidente de la Asociación de Remediadores Ambientales–. La conciencia mundial indica que los cambios climáticos tienen que ser comprendidos y atendidos por el sector industrial; este sector debe entender que los daños en los ecosistemas son producto de una mala educación industrial. El tema de remediar no tiene que ser considerado como un gasto sino como una inversión más”.
    Los remediadores toman distancia de los consultores; afirman que, a diferencia de ellos, las empresas asociadas en esta organización brindan soluciones prácticas en el lugar del pasivo ambiental. Subrayan que pertenecen a una actividad interdisciplinaria donde intervienen distintas formaciones académicas como geólogos, ingenieros civiles, químicos, expertos en seguridad e higiene, etc.
    “Hoy no sé si todas las industrias podrían tener un seguro ambiental debido al pasivo que tienen. Hay muchas industrias de gran envergadura donde el pasivo es mucho más alto que todos sus activos. Por ejemplo, si se corrigiera el pasivo que Repsol se comprometió a arreglar, nos tendrían que devolver la empresa. Hay compañías multinacionales que hacen acá lo que no pueden hacer en su país de origen porque tienen mas fiscalización y más regulación”, concluye Cavalieri.

    La opinión de los empresarios

    Para el Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS), la Ley General de Ambiente tiene dos grandes falencias. Una es el artículo 27, que define el daño ambiental de una manera imprecisa, y la otra es el artículo 28, que asigna responsabilidades ilimitadas al conceptualizar la recomposición de forma poco realista. Aseguran que, así, difícilmente se encuentre un seguro que cubra este riesgo, que es incierto o bien de magnitudes superlativas.
    “Sí contáramos como en Europa o más precisamente España, con una normativa que defina el daño ambiental de una manera razonablemente precisa, ese riesgo sería determinable –dice Sebastián Bigorito, director ejecutivo del CEADS–. Si pudiéramos desarrollar un esquema de recomposición realista, es decir, disminuir a niveles de riesgo compatibles con la calidad de vida del lugar, sin lugar a dudas nos encontraríamos ante una oferta de seguros variada y por ende atractiva. Incluso combinable con otras garantías financieras más allá de seguros y cauciones, mejorando la aplicabilidad para todo tipo de organizaciones. Con la normativa actual se genera la situación de la frazada corta, puesto que las herramientas actuales poseen serias restricciones en los dos extremos: por un lado, en términos de cobertura, y por el otro, en la capacidad de transferir el riesgo”.
    “Una definición de daño ambiental más precisa, y un concepto de recomposición más realista son las dos condiciones normativas imprescindibles para un verdadero sistema de garantías financieras que asegure una respuesta efectiva sobre el ambiente, disminuyendo considerablemente la incertidumbre jurídica, tanto a quien contrata el seguro, como al asegurador”, concluye Bigorito.