Estrategia. Informe especial

    ESTRATEGIA | Informe especial

    Mariano Botas, de Quilmes
    Coherencia con los compromisos

    En la empresa cervecera aseguran que este es un escenario complejo, distinto al de los últimos cinco años, que los obliga a ser más responsables en el uso de todos los recursos con los que cuentan. Como líderes en la industria de bebidas de la Argentina, desarrollan un amplio abanico de acciones sociales y comunitarias.
    Entre otras se destacan aquellas a través de las cuales la compañía promociona la venta y el consumo responsable de bebidas alcohólicas.
    “Pese al escenario externo más difícil, no hemos dejado de hacer ninguna de las acciones previstas. En momentos difíciles la renovación de estos compromisos es prueba de la coherencia de nuestras iniciativas, por eso seguimos comprometidos con todas nuestras propuestas educativas y con todas las comunidades en las que tenemos establecimientos industriales. Estamos convencidos de que nuestros programas son parte indisoluble y central de nuestro negocio”, dice Mariano Botas, vicepresidente de Relaciones Institucionales de Quilmes.
    Los programas se dirigen a diversos públicos: padres, adolescentes y comerciantes. Para este año tienen pensado un ciclo de charlas para padres y una campaña muy fuerte para que los comerciantes exijan documento a sus clientes para corroborar la mayoría de edad.
    “Entendemos que para que sean sustentables los programas de RSE deben estar alineados con el negocio de la compañía, y eso lleva a que seamos proactivos y al mismo tiempo flexibles. Por otra parte, consideramos que los programas vinculados al consumo responsable tienen que ser parte de un esfuerzo compartido con la familia, el Gobierno y otras organizaciones, como ONG y escuelas.
    Estas alianzas son clave para garantizar sustentabilidad a los proyectos. Por ejemplo, este será el segundo año en el que colaboraremos con el programa “Conductor responsable” que lleva adelante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Del mismo modo, hace dos años que venimos trabajando con el CIPPEC en un proyecto donde adolescentes de todo el país reciben el conocimiento y las herramientas para gestionar y desarrollar proyectos educativos en sus comunidades, apoyados por los municipios y las ONG locales”, concluye Botas.

    Jorge Oscar López, de Andreani
    La prioridad estará en mantener el empleo

    En la firma de logística y correo, la decisión es seguir trabajando en los planes con sus ocho stakeholders: clientes, colaboradores, accionistas, mercado, proveedores, comunidad, Gobierno y generaciones futuras.
    “Todo será más difícil con menos recursos, con una exigua rentabilidad o posiblemente trabajando a pérdida –dice Jorge Oscar López, vicepresidente de Grupo Logístico Andreani–, pero mantendremos nuestra estructura y fuentes de trabajo; de acuerdo a nuestra visión integradora de la responsabilidad social, tendremos que adecuar algunas inversiones y equilibrar entre proveedores, colaboradores, accionistas y clientes; todos resignaremos algo. Nuestra prioridad estará puesta en el empleo. En épocas de crisis los grupos de interés prioritarios son los clientes, los colaboradores, el mercado y los proveedores”.
    En la compañía afirman que solo se puede sustentar en el tiempo con una cultura que encarne valores y competencias que promuevan el equilibrio entre los ocho stakeholders. Los programas o acciones son pensados en función de la búsqueda de equilibrio entre los actores y desde tópicos que guardan relación con la principal actividad de la compañía.
    “Si basamos nuestra visión en términos de empresa sustentable y de crecimiento sostenible, nuestra gestión de la responsabilidad social estará agregando valor a la empresa y a los accionistas. Vamos a seguir invirtiendo en sistemas y tecnología para ofrecer cada vez más transparencia a nuestros clientes”, dice López.
    Entre los programas se pueden destacar “Conducción responsable” que se viene llevando a cabo desde 2006 dirigido a los transportistas y colaboradores de la empresa. Además, en los últimos años intervienen en programas impulsados desde los ministerios de Trabajo y de Desarrollo Social que apuntan a la inclusión e integración social.
    “Obviamente la rentabilidad no se podrá mantener; posiblemente desaparezca. En la crisis hay que priorizar más que nunca las políticas y acciones estratégicas a largo plazo, postergando legítimas aspiraciones de resultados coyunturales”, concluye López.

    Provincia ART
    De la mano del negocio y por la integración

    En Provincia ART creen que las empresas de servicios tienen “un oportunidad única” de adoptar conductas responsables en el ejercicio de su negocio. El foco está en la ayuda integral a las personas con discapacidad.
    “El negocio de las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo –señalan desde Provincia ART– trata varios temas muy vinculados a la responsabilidad social, como trabajo decente y registrado, condiciones y medio ambiente laboral, prevención de accidentes y enfermedades laborales, cuidado de la salud e inserción de personas con discapacidad”.
    El trabajo de RSE de la ART del Provincia toma como punto de partida esta última área.
    “Si bien existe una amplia regulación en materia de inclusión y seguridad social –mencionan–, subsisten graves situaciones de discriminación que afectan al trabajador discapacitado. De hecho, es muy difícil medir su nivel de desempleo porque una gran proporción directamente no están activos: dejaron de buscar empleo o nunca lo intentaron”.
    A eso se suma un enfoque “eminentemente asistencial” del sistema de riesgos del trabajo como subsistema de la seguridad social que “concentra la atención en el tratamiento médico del accidentado” y deja en un segundo plano “temas importantes como el acceso a la información, la contención y el asesoramiento integral a la familia”.
    Allí es donde hace pie el programa “Integrando realidades” de Provincia ART, que apunta a asesorar al trabajador que adquiere una discapacidad y a su núcleo familiar (por ejemplo, para gestionar el certificado de discapacidad o conocer las bolsas de empleo inclusivo), capacitar al personal de atención al cliente sobre la problemática de la persona con discapacidad, promover –en forma directa y en clientes y proveedores– la contratación de personas con discapacidad, y apoyar, con Fundación Provincia ART, a los trabajadores que adquirieron una discapacidad y desean desarrollar un microemprendimiento.
    En Provincia ART reconocen que la crisis impacta sobre las acciones de RSE. Pero también destacan que “la formación de redes y articulación con organismos públicos y ONG les permite a las empresas mantener sus compromisos y seguir brindando servicios y apoyo mientras cuidan los aspectos presupuestarios”.

    Adela Sáenz Cavia, de Molinos
    Responsabilidad para involucrarse

    En Molinos entienden la RSE como algo integral, que incluye la contribución que la empresa hace a la sociedad a través del desarrollo de las principales actividades comerciales. Esta contribución está determinada por el modo en que la empresa maneja los impactos económicos, sociales y medioambientales y las relaciones con los distintos interesados. En especial accionistas, empleados, clientes, socios comerciales, gobiernos, comunidades y futuras generaciones. Sobre este criterio la compañía confirma la continuidad de todos sus programas.
    “La idea es continuar el camino que venimos construyendo –dice Adela Sáenz Cavia, gerente de RR.II. de Molinos Río de la Plata–, en ese sentido vamos a reforzar el programa “Nutrir cuerpo y alma” que presentamos el año pasado y que apunta a reforzar la situación alimenticia de comunidades cercanas a nuestras 22 plantas productivas. Como empresa que actúa en el ámbito de la alimentación hemos definido que el programa se despliegue en esta línea. Así, el foco principal de “Nutrir cuerpo y alma” es atacar el problema de la desnutrición, apoyando a comedores escolares y comunitarios dándoles mucho más que alimentos. El programa cuenta con la ayuda directa de instituciones cercanas a nuestras plantas, a las que se sumarán talleres de nutrición dictados por especialistas del CESNI”.
    Molinos analiza permanentemente si los programas que está encarando son los que realmente necesita la comunidad para seguir, en función de estas necesidades, generando propuestas acordes a los nuevos contextos.
    “No se puede planificar la responsabilidad social, si no es en el largo plazo. Somos conscientes de que cada acción que se desarrolla genera un impacto y además una expectativa. Por eso en Molinos pensamos en el largo plazo, pero con programas que pueden instrumentarse en forma escalonada y consistente, pero además concientes de lo que implica la responsabilidad de involucrarse”, concluye Sáenz Cavia.

    Heriovaldo Silva, de Natura
    Valor económico, social y ambiental

    “La responsabilidad social empresaria está inscripta en el ADN de Natura desde su nacimiento, y frente a situaciones de crisis, este tipo de compromisos se redobla. La filosofía sustentable de Natura no pasa por una actitud asistencialista o coyuntural”.
    “El actual escenario intensifica la necesidad de compromiso social con la comunidad. No hacemos filantropía, la empresa es innovadora en conceptos, ya que la sustentabilidad es, desde los orígenes, eje del negocio y también el medio para enfrentar la crisis”, dice Heriovaldo Silva, gerente general de Natura Cosméticos Argentina.
    La proactividad es un factor decisivo en relación a la sustentabilidad. La empresa se posiciona como un agente de creación de valor, económico social y ambiental. Para ejercer este rol enumera distintas acciones: encarar las crisis como fuentes de oportunidad, innovar promoviendo la inclusión social y la conservación ambiental, crear cultura y conciencia a través de productos, servicios, modelos de negocios y gestión e influir en otras empresas y políticas públicas.
    “Es importante establecer alianzas estratégicas para optimizar los programas. Estas relaciones se concretan a partir del trabajo coordinado de redes. La articulación guía el flujo de la actividad. Un claro ejemplo es el programa “Creer para ver”, donde tenemos la posibilidad de ampliar el papel social de la empresa mediante una alianza con CLAYSS, Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario. Al adquirir los productos de la línea “Creer para ver” a través de las consultoras y consultores Natura, el consumidor contribuye a la realización de proyectos educacionales y de transformación social que benefician a niños, jóvenes y adultos”, dice Silva.
    El desarrollo sustentable para Natura se plasma en una visión a largo plazo, que sobrepasa la coyuntura mundial actual. Desde esta mirada, el desafío es equilibrar permanentemente la búsqueda de la rentabilidad y el crecimiento, con metas socio-ambientales. “Sin duda, la RS hace la longevidad de una empresa”, concluye Silva.

    Jack Smart, de Unilever
    Eslabones de la RSE con efecto positivo

    “En la Argentina somos más de 4.000 personas trabajando. Este el principal impacto que generamos en la sociedad: brindar trabajo genuino para nuestros empleados y nuestra cadena de producción y venta”. Para el director de Asuntos Públicos y Comunicaciones de Unilever para el Cono Sur, la RSE empieza por casa.
    El gigante de consumo masivo entiende el negocio hermanado a la RSE. “Desde la obtención de materia prima y los proveedores que cuidan el medio ambiente, tienen empleados formalizados y generan valor social, hasta la venta del producto a clientes que cumplen con nuestro Código de Principios de Negocios, todos los eslabones cuentan con estrategias y actividades que reducen el impacto ambiental y generan un efecto positivo en la sociedad”, asegura Smart.
    Igual la compañía tiene programas vinculados a su “accionar como ciudadano corporativo responsable”. Entre ellos destaca a “Jóvenes para sumar” (con el que forman y dan su primer trabajo a jóvenes en situación de vulnerabilidad), los centros de formación técnica en escuelas, el “Programa de re-educación alimentaria” (de capacitación para comedores comunitarios, jardines de infantes, hogares y centros de día), las donaciones al Banco de Alimentos, las campañas como las de Dove sobre la “belleza real” y las acciones de ahorro de agua y energía en plantas y oficinas.
    En cuanto a estrategias, el directivo afirma que “un buen proyecto contempla un plan que tenga un impacto estructural y genere cambios, una alianza con una entidad especialista en la temática y un vínculo con la tarea de Unilever como ciudadano corporativo”.
    Según Smart, el presupuesto de RSE creció “por la inflación” y la importancia de “continuar una tarea que se vuelve más necesaria cuando los problemas” se agravan. Los cambios, dice, responden “a la profundización de programas” por la mayor demanda de alimentos y productos de limpieza de parte del Banco de Alimentos y de capacitación en los centros de formación y los comedores comunitarios.

    Massalin Particulares
    La responsabilidad empieza por el producto

    Hay negocios y productos en los que el concepto de RSE tiene un carácter particular. Sin dudas, el de la industria del tabaco es uno de ellos. “Para nosotros –especifican en la firma– la responsabilidad empieza con el producto; por eso estamos comprometidos a comunicar de manera abierta y transparente los riesgos para la salud que provoca el cigarrillo”.
    “También a respaldar la legislación sobre el tabaco”.
    La tabacalera analiza la RSE “como un estilo de gestión que busca la sustentabilidad del negocio, teniendo en cuenta el impacto de las actividades de la compañía en el entorno, sus actores y empleados”. Las acciones abarcan toda la cadena de valor, “desde la plantación y cosecha del tabaco hasta la venta del producto”, con un énfasis especial en las iniciativas sobre las comunidades en las que viven y trabajan los empleados y de las que proviene su tabaco. “Concentramos nuestras contribuciones principalmente en las áreas de necesidades humanas y sociales, la agricultura y el medio ambiente y la ayuda para combatir el hambre”, puntualizan desde Massalin.
    Las acciones están dirigidas a cuatro objetivos: fortalecer las capacidades sociales de las localidades donde opera la empresa, participar de manera activa en la erradicación y prevención del trabajo infantil (en particular en el NEA y NOA), desarrollar programas de forestación y elaborar estrategias para evitar que menores fumen, con programas de capacitación dirigidos al público y los distribuidores. Además, la compañía incluye en sus estrategias “mantener los estándares más altos en cumplimiento de reglas, comportamiento responsable e integridad corporativa”.
    Sobre los tiempos de crisis, sostienen que es clave “mantener el compromiso sobre todo en estos momentos, cuando la ayuda que se pueda brindar se torna más importante y necesaria”. Y concluyen: “La decisión de contribuir a mejorar la sociedad y preservar el medio ambiente es vital para la sustentabilidad del negocio, aunque implique un mayor esfuerzo para lograrlo”.

    Carolina Cappelloni, de BASF
    Foco en la comunidad, educación y nutrición

    Los programas de RSE de la compañía química se apoyan sobre tres pilares interrelacionados: la nutrición infantil, la educación y los vínculos con las “comunidades locales”. “Los niños –resume la gerenta de Relaciones Institucionales– son el futuro”.
    El entramado de acciones se unifica bajo el paraguas de “Innovación Social” e incluye los programas “Mi escuela crece” (con el que asisten a cinco escuelas públicas vecinas a sus plantas), un sistema de becas para hijos de colaboradores de la compañía con buenas notas en escuelas estatales y campañas solidarias vinculadas a la infancia.
    La estrategia es la sociedad. “Tenemos programas que integran colaboradores, clientes, áreas en las que actuamos, organizaciones del tercer sector y productos BASF. Además unimos esfuerzos con otras empresas que también apuestan a generar cambios en la sociedad y con ONG y fundaciones del tercer sector”, comenta Cappelloni.
    Para la compañía química también son campos de acción la seguridad, la salud y la ecología, así como “la integración de aspectos sociales y ambientales en los procesos comerciales”. Por eso dicen tener como compromiso fabricar “productos que ofrezcan seguridad en los procesos de producción, utilización, reciclado y eliminación”.
    La gerenta reconoce que “el escenario 2009 se presenta como un desafío”, pero asegura que como “la educación y la nutrición infantil son fundamentales en cualquier contexto” mantendrán sus programas “a largo plazo”.

    Mario Yaniskowski, deTGS
    Proactividad en tiempos de crisis

    Dicen que sí, que se puede tomar la iniciativa en épocas de vacas flacas. Apuestan a reforzar los programas de formación en oficios porque anticipan que por allí pasará este año la principal demanda social. Educación, salud y alimentación.
    Esos son los tres focos a los que apuntan las acciones de RSE de Transportadora de Gas del Sur. ¿Por qué? “Consideramos que la capacitación y el desarrollo saludable de las personas son valores inscriptos en la misión, visión y valores de la compañía. Y, por otra parte, ser una empresa socialmente responsable no implica solo ofrecer productos y servicios de calidad, generando utilidad y empleo, sino también aportar en la búsqueda de soluciones a las problemáticas que aquejan a nuestras comunidades más cercanas”, responde Mario Yaniskowski, gerente de Relaciones Institucionales.
    Los “programas insignia” de TGS son el de formación profesional “Aprendé un oficio”, “Invernaderos para el desarrollo” (huertas familiares en la Patagonia), el voluntariado corporativo, las becas con Fundación Cimientos, y “Transportando conciencia” (sobre el cuidado y la prevención que se debe tener con las instalaciones de transporte de gas).
    Yaniskowski asegura que la compañía está desarrollando todos los programas de acuerdo a los presupuestos y cronogramas pautados. Y que “no hay diferencia” en cuanto al manejo de la RSE en épocas normales y en las de vacas flacas. Sin embargo, sí menciona que “en tiempos de crisis vuelven a aparecer demandas por necesidades básicas” y que, por eso, tratan de “vincular esas inquietudes hacia programas de voluntariado, por ejemplo”, y están “más atentos a que los pedidos de donaciones se transformen en programas sustentables”.
    ¿Se puede ser proactivo en tiempos de crisis? “Sí, es posible. Las crisis requieren una visión crítica de los programas de RSE para mejorarlos o re-enfocarlos al contexto. En TGS venimos trabajando desde hace cuatro años en programas sociales vinculados a la educación, en especial la formación en oficios para personas con dificultades para acceder al sistema educativo. Y en 2009 esos proyectos se fortalecen aún más porque la demanda principal será la de brindar herramientas para generar trabajo”.

    Lilian Blanco, de Chevron
    Ingenio y alianzas para mantener la continuidad

    En épocas de crisis el presupuesto de RSE suele ajustarse al ritmo del presupuesto global. Los responsables del área en la empresa petrolera afirman que por eso es importante “trabajar ingeniosamente para lograr buen impacto con los recursos asignados”.
    En Chevron, la cuarta productora de petróleo de la Argentina, dicen que fue después “de un exhaustivo análisis sobre las necesidades presentes en la sociedad” que decidieron concentrar su plan de inversión social “en las áreas de salud, educación y construcción de capacidades”, que, además, están en línea con las acciones globales de la compañía.
    Los programas más destacados son “Preparados para vivir” (con Fundación Leer) y “Lazos saludables” (junto a Fundación Compromiso), con los que trabajan en escuelas para mejorar la autoestima y educar para la salud (prevención de adicciones, embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual).
    Consultada por las modificaciones a las que obliga la crisis, Lilian Blanco, gerente de Asociaciones y Relaciones Externas, responde que “el cambio se ve reflejado principalmente en la capacidad de obtener recursos para invertir y desarrollar en un ambiente de negocios incierto”. Y que, por eso, “el desafío consiste en buscar en forma conjunta –con asociaciones, fundaciones, ONG– alternativas que permitan potenciar y dar continuidad a los programas generando nuevas capacidades a través de alianzas”.

    –¿Qué diferencias hay con respecto a épocas normales?
    –En toda situación de crisis se produce un desequilibrio: por un lado, la demanda crece exponencialmente, y por otro, el presupuesto de la empresa se ve afectado y, consecuentemente, el destinado a RSE, que forma parte integral del plan de negocios. El desafío es trabajar ingeniosamente para lograr buen impacto con los recursos asignados.

    –¿Se puede ser proactivo en RSE en tiempos de crisis?
    –Claro que sí. Identificando aquellas áreas que requieren de una mayor atención por su urgencia y trabajando proactivamente para cubrir las necesidades insatisfechas. El plan de inversión social que desarrolla nuestra empresa genera programas de alto impacto a largo plazo, con lo cual debemos trabajar de forma proactiva y creativa para dar continuidad a proyectos que duran hasta 5 ó 6 años.

    McDonald’s
    Más allá de las contingencias

    Es lo que plantean desde McDonald’s, conscientes de que las mayores demandas en tiempos de crisis implican un desafío especial. Los programas de RSE sostienen desde la compañía, responden a sostener la actividad responsable de la firma. Las acciones se desarrollan con distintos focos.
    Ellos son: integración, a través de un programa de empleo para más de 120 empleados con discapacidad junto a Fundación Discar; el cuidado del medio ambiente, con el reciclado de aceite, la revisión continua del packaging y el uso de materiales reciclados en la construcción, equipamiento y operación de los restaurantes; y la exigencia de estándares de RSE a los proveedores.
    Pero el principal programa es La Casa de Ronald McDonald (que tiene sedes en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza y una Unidad Pediátrica Móvil) y a la que la compañía asiste económicamente, por medio de su voluntariado corporativo y con el aporte de sus proveedores.
    Ese programa lleva más de 33 años en el mundo y 14 en la Argentina. “Durante todo este tiempo –señalan desde la cadena de comida rápida– McDonald’s ha conservado su sólida convicción de brindar un aporte sustentable en la vida de miles de niños más allá de las contingencias económicas de los diferentes países”.
    En la compañía saben que “en tiempo de crisis global, las necesidades sociales se incrementan”. Y desde ahí afirman que su “desafío” es “seguir desarrollando los programas de RSE con especial atención a los programas de salud de las comunidades locales”. Y añaden: “Nuestra RSE está asociada al modo en la que llevamos adelante nuestra actividad, donde priorizamos un compromiso y sustentabilidad a largo plazo. Por eso en tiempos de crisis seguiremos en este camino”.