Vuelve una tradición pero con mirada actualizada

    VIDA PRIVADA | Hedonismo

    Por Valeria Melon

    Si bien durante las últimas tres décadas las plumas fueron paulatinamente reemplazadas por nuevas tecnologías de alimentación –como el roller-ball, más barato y predecible– hoy vuelven a ser objetos apreciados por su ductilidad de trazo, la exclusividad de su manufactura o fabricación y la personalización que sólo el plumín puede dar a nuestra caligrafía.
    El mundo de las estilográficas reserva un espacio pequeño y precioso para las plumas de manufactura manual. Este maravilloso y ancestral oficio guarda secretos centenarios y técnicas mecánicas todavía asombrosas. Un mundo que se preserva analógico, humano y fantástico y que tiene grandes referentes tanto antiguos como nóveles. Entre las ediciones limitadas más preciadas (de plumas fabricadas a mano) encontramos las de Montegrappa, Montblanc, Faber-Castell o Tibaldi y también las de nuevas marcas como la italiana Visconti o la estadounidense David Oscarson. El valor de colección de estas plumas no está tanto en sus materiales preciosos, como en su historia y en la experta manufactura de maestros ebanistas y orfebres que trabajan incansablemente sobre piezas de edición absolutamente limitada, destinadas a un público igualmente reducido.
    Pero también en los últimos años, algunas marcas han desarrollado lo que hoy se considera la línea “Design”. Se trata de finos instrumentos de escritura que si bien no son de factura manual sino industrial, suman tecnologías, materiales y formatos inusuales y de alta calidad estética y funcional.
    Una de las empresas que más fuertemente está trabajando en esta línea, además de su compatriota Lamy, es la alemana Faber-Castell. La empresa inició su línea premium de instrumentos de escritura en 2003 a partir del desarrollo de su serie limitada de colección llamada Graf von Faber-Castell. Se trata de la edición especial “Pen of the Year” que este año estuvo dedicada al “Lemon Room” uno de los imponentes salones del que fue el castillo de los condes Faber-Castell desde el siglo 19 y que aún pertenece a la familia dueña de la marca. Esta serie exclusiva hizo surgir en 2005 la colección de escritura premium completa, con sus líneas Graf von Faber-Castell, Design y Porsche Design, que hoy cuenta con más de 150 productos.

    Nuevo concepto de exposición
    Hace poco tiempo la firma alemana encomendó al estudio de diseño Türemis Design el diseño de sus puntos de venta Shop-in-Shop destinados a sus líneas de escritura premium que le valió el reconocido premio internacional Red Dot Design.
    Se trata de un nuevo concepto de espacios de exposición y venta que Faber-Castell está implementando en todo el mundo y que en nuestro país ya está inaugurado en Unicenter, en el local de Grabatto.
    “Estos espacios, diseñados en forma exclusiva en Alemania, recrean un ambiente que cuida y favorece la exhibición y selección de los productos, desde la iluminación hasta los muebles que fueron creados especialmente para cada línea”, detalla Federico Bruno, responsable de ventas y marketing de la línea premium, en la filial argentina de Faber-Castell.

    –¿Cuántos productos de la línea premium se importan actualmente a la Argentina?
    –Se importa en su totalidad. Los productos son de origen alemán y tienen calidad garantizada. Buscamos que cada pieza tenga la exclusividad e innovación que exige un mercado destinado a la escritura fina y también de lujo. Cada uno de los instrumentos de escritura de las tres colecciones premium tiene una identidad bien definida y diferenciada, en cuanto a materiales y diseño, y esto es realmente valorado.

    –¿Cuánto tiempo tarda regularmente un modelo en llegar al país, desde su primer lanzamiento en Europa?
    –Obviamente, por una cuestión de producción, en el mercado europeo las novedades están disponibles con mayor anticipación. Pero estamos trabajando en forma coordinada para tener los nuevos productos en el país con una diferencia no mayor a tres meses.

    –¿Qué características exclusivas definen a la colección Design?
    –Lo que la destaca principalmente es el diseño innovador. En la Línea e-motion, por ejemplo, el cuerpo ovalado es la característica principal que se repite en cada detalle de las plumas. En los bolígrafos y portaminas, el sistema de apertura de giro es muy cómodo y ayuda a preservar el instrumento, alargando su vida útil. El capuchón es otro elemento esencial de diseño que, en el caso de las plumas, ofrece a las piezas un peso adecuado y una estética destacada y diferenciada para cada colección.
    Además, el concepto que caracteriza a e-motion, al igual que a las otras líneas de Design, es la utilización de materiales nobles. Esta línea también incluye el denominado “lápiz perfecto” fabricado en madera pero con capuchón cromado donde se esconde un estilizado sacapuntas.

    Innovación tecnológica
    La tercera de las líneas que componen la nueva colección premium de Faber-Castell es la edición realizada junto a Porsche Design Studio; un claro exponente de la innovación tecnológica aplicada a los nuevos instrumentos de escritura. Ambas empresas desarrollaron una exclusiva línea que incluye dos tipos de lapiceras fuente, roller-ball de tinta fluida, bolígrafo y portaminas.
    El cuerpo de la pluma está realizado en TecFlex, un entramado en forma de malla de hilos de acero inoxidable y oro 14k, que es a la vez sólido y flexible y se utiliza tanto en medicina como en la industria automotriz de alta complejidad. Si bien este entramado que recubre al cuerpo se mantiene rígido durante el transporte de la pieza, a la hora de escribir se vuelve elástico con sólo obturar un botón dispuesto en el extremo superior. El resto de las piezas metálicas están bañadas en plata y recubiertas con una fina capa de paladio que le da un acabado de textura satinada. Una pieza única por sus características pero pensada para ser apreciada y usada por largo tiempo.