La hora de la movilidad

    Por Mario Lia

    Cuando se habla de movilidad se puede estar haciendo referencia a muchas cosas, pero en esta oportunidad el eje será las aplicaciones de negocios.
    Las aplicaciones móviles nacen de la necesidad de automatizar algunas funciones que el empleado realiza en el campo de trabajo.
    Entre las primeras aplicaciones que se han visto hace años se encuentran las que van desde la toma de pedidos, a la lectura de medidores de gas o electricidad, donde se trata de eliminar el trabajo posterior de carga de datos y darle al operario un estado de cuál fue la lectura anterior, por ejemplo. Estas aplicaciones generalmente se realizaban con dispositivos de buena resistencia física y alguna clase de interfaz para la descarga de los datos. Posiblemente la más recordada marca en esta categoría sea Symbol.
    Luego llegaron las handhelds o PDA (Personal Data Asistants), orientadas a la productividad personal del usuario pero poco integrables con procesos de negocio para los que no estaban pensadas. Pero esas PDA luego abrieron paso a las PC de bolsillo y a otros asistentes que permitieron al usuario el acceso a datos en el campo, aunque no en tiempo real. Por esta categoría pasaron las Newton de Apple, las Psion y las Palm Pilot, estas últimas con una notable característica diferenciadora: la capacidad de sincronización de datos de sus archivos con los de un host, mediante un acceso telefónico más simple que el de sus competidores.
    Más tarde comenzaron a proliferar las notebooks y paralelamente explotó Internet y con la gran red, llegaron las aplicaciones web, que son aplicaciones que pueden ser accedidas a través de Internet con diferentes dispositivos o interfaces de acceso (clientes), incluyendo los browsers convencionales. Aquí comienza una nueva historia.

    La movilidad sumada al trabajo remoto
    Internet trajo la posibilidad de usar correo electrónico y otras capacidades que por su utilidad fueron replicadas en dispositivos como son los teléfonos inteligentes o de tercera generación, lo cual representa un nuevo desafío cuando se trata de integrar su uso a las aplicaciones empresariales. Utilidades como GPS, el uso de accesorios de lectura de códigos de barras o etiquetas RFID, enriquecieron el panorama de posibles aplicaciones de negocio.
    El escenario se hizo más complejo: los teléfonos inteligentes dejaron de tener sistemas operativos ignorados para tener sistemas operativos que deben ser tenidos en cuenta a la hora de desarrollar aplicaciones. Las PDA se convirtieron a su vez en teléfonos y las redes IP comenzaron a extenderse fuera de los ambientes físicos de las empresas gracias a Wi-Fi y otras tecnologías en crecimiento como Wi-Max, de las que se espera la capacidad de conectarse vía IP en entornos metropolitanos. La seguridad, que es indómita y siempre pasible de ser mejorada (y vulnerada) encontró nuevos desafíos antes de haber siquiera dominado la seguridad de acceso a los entornos convencionales de redes locales y extendidas.
    Resumiendo, se debe decir que las soluciones demandadas son cada vez más complejas. Eso lleva a la necesidad de implementar estrategias y acciones capaces de generar un entorno base en el que apoyar aplicaciones móviles con el fin de facilitar la mejora de los procesos del negocio y extender su alcance fuera de la empresa.

    El aparato no es el centro del problema
    Hoy existen diversos aparatos de bolsillo con capacidad de recepción de e-mails, sincronización con servidores como Exchange o Lotus Notes; con browsers para Web y otras aplicaciones personales, además de telefonía. La tecnología conocida como GPRS (General Packet Radio Service) hace posible el acceso a Internet desde casi cualquier teléfono celular.
    Entre los grandes jugadores que disputan el segmento de los dispositivos de acceso se encuentra el actual líder del mercado, BlackBerry, de la firma Research in Motion o RIM; el novedoso iPhone de Apple y otros como Nokia, Motorola, Palm y muchos más.
    Estas plataformas difieren en términos de sistemas operativos, niveles de seguridad y servidores para su integración a la red, ya sea propia o de un necesario carrier de comunicaciones o del proveedor que terceriza el hosting de las aplicaciones.
    Tecnologías nuevas en términos de hardware y sistemas operativos móviles, redes inalámbricas, nuevos problemas de seguridad y administración; además de integración de datos. Son demasiadas cosas para la gente de IT –que no siempre abunda en la empresa– y han frenado la inversión en proyectos de complejidad avanzada.
    Aquí es necesario detenerse para analizar cuál debería ser el punto de partida para una estrategia. El primer paso sería el estudio de los procesos para determinar cuáles generan ventajas competitivas si se aplica movilidad. Dónde se gana tiempo, calidad, volumen y menores costos, por ejemplo.
    Una vez determinado el valor que representa para el negocio la incorporación de las aplicaciones móviles a ciertos procesos, cabría contemplar la creación de la infraestructura necesaria. Si la empresa necesita incorporar la capacidad de “movilizar” toda su información para ser más competitiva, hará falta una plataforma capaz de posibilitar esa movilidad tanto como lo requiera el negocio.
    Las empresas pueden apoyarse en sus actuales proveedores. Empresas como IBM, Oracle, Sap y HP, cuentan con los recursos y el middleware necesarios para que sus aplicaciones o las de terceras partes puedan operarse desde aparatos como BlackBerry u otros. Otras compañías, como Sybase, también ofrecen soluciones para la creación de una plataforma de esta naturaleza. Existen otros proveedores, menos conocidos, que ofrecen soluciones para aprovechar las infraestructuras de Microsoft.

    El caso BlackBerry
    La adopción de dispositivos personales tiene una característica especial respecto al proceso de adopción en la empresa: la preferencia nace de las personas y no de las áreas técnicas.
    Esta preferencia se hace notoria en el caso de BlackBerry, un dispositivo inalámbrico capaz de manejar el e-mail, integrado para aplicaciones Sap y Oracle y con aplicaciones PIM.
    La cabecera de playa de BlackBerry fue la preferencia de los ejecutivos en las empresas, lo que llevó a los departamentos de IT a seguir la corriente. Su costo accesible, la velocidad con la que se puede implementar y su simple integración con los sistemas back-end fueron factores determinantes.
    Este particular proceso de adopción puede también impulsar a otro favorito de las multitudes, el iPhone de Apple y, porqué no aceptar la posibilidad, a otros como el próximo Android de Google o el Palm Treo.
    El hecho de que la selección de la plataforma móvil venga desde fuera de los ambientes de IT, deja una premisa estratégica: la plataforma que soporte la movilidad debe ser agnóstica respecto a las plataformas y pensada en base a estándares, no a características propietarias de los productos. Lo mismo ocurrirá con las aplicaciones que son centrales para la empresa y las arquitecturas de componentes y servicios.

    Los puntos clave
    La seguridad es el primero y el middleware tendrá que ofrecer autenticación, control de acceso, administración de identidad, protección contra virus, además de administración y automatización de aplicación de correcciones.
    La administración de los dispositivos en términos de: quién lo tiene, dónde lo tiene y qué contiene. Estos dispositivos son robados y extraviados con frecuencia y sus contenidos deben ser respaldados con funciones de backup y recuperación, preferentemente continuos, como CPD (Continuous Data Protection), función que forma parte de algunas plataformas de respaldo.
    Inventario de software en las máquinas: el software debe ser actual y seguro, con contenidos protegidos por herramientas de versión.
    Administración de conexiones: siendo que los usuarios se conectan a diferentes redes inalámbricas, el middleware utilizado debe ser capaz de optimizar las comunicaciones y su costo. La persistencia de las sesiones, el tiempo de conexión por aire y la conmutación entre redes inalámbricas son parte de la administración necesaria.
    Finalmente, se encuentra la configuración de los sistemas y aplicaciones, donde hará falta una administración de su ciclo de vida, implantación y configuración de clientes, además de versiones.
    Si alguien creía que la cosa era elegir un dispositivo y escribir una aplicación, lamentamos desilusionarlo. Si el lector es un técnico, le pedimos disculpas por la superficialidad. El objetivo fue describir la problemática desde el ángulo del negocio empresarial.

    Información segura

    La confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información son aspectos fundamentales en el manejo de los negocios.
    Los datos, la información, los documentos que maneja una organización son recursos fundamentales para llevar a cabo su actividad. Desde datos para el contacto con los clientes hasta prototipos de producto, informes de finanzas o documentos legales, todos son elementos de vital importancia sin los cuales el buen funcionamiento de una empresa se puede ver afectado. Hoy en día, estos datos son manejados en su mayoría a través de sistemas informáticos cuyo funcionamiento en muchos casos garantiza la marcha del negocio.
    Para asegurar una buena gestión de estos aspectos tan relevantes para una organización, se creó una norma internacional que especifica los requisitos para Sistemas de Seguridad de la Información. Se trata de la ISO 27001, –explica Natalia Zimmermann de Tüv Rheinland, empresa certificadora de calidad– una norma que es aplicable a toda organización que necesite demostrar su capacidad para manejar información tanto interna, como de sus clientes.
    La norma se focaliza básicamente en tres aspectos: la confidencialidad de los datos, para protegerlos y que no caigan en manos no deseadas; la disponibilidad de los datos, para asegurarse que estarán al alcance cuando se los necesite; y la integridad de los datos, para garantizar que la información que se maneja es adecuada y correcta. Estos aspectos y un sistema basado en la gestión por procesos, similar al aplicado para la gestión de la calidad según ISO 9001 son los fundamentos de esta norma, compatible con otros sistemas de gestión y factible de implementarse de forma integrada.
    Las organizaciones en todo el mundo comprendieron estas ventajas y así lo demuestra el crecimiento exponencial en cantidad de certificados. En marzo de 2003, cuando se comenzó a aplicar la norma, la cantidad de certificados emitidos en todo el mundo era de 53. En marzo de este año se llegó a superar los 4.400 certificados. El país con mayor cantidad de certificados emitidos es Japón, seguido por India y el Reino Unido. En la Argentina se está comenzando a conocer esta norma y todavía no llega a 10 el número de certificados, aunque el interés es creciente.