El otro auge inmobiliario

    Ahora que es tiempo propicio para los agoreros –tanto los prudentes como
    los apocalípticos– y que parece obligado dar noticias alarmantes,
    reconforta ver el escenario inmobiliario del interior del país (y en
    otras plazas cercanas como Punta del Este).
    Es cierto que si se miran las estadísticas del año pasado, se
    comprueba que continuó la expansión en el sector de la construcción,
    pero a menor ritmo que el que estaba acostumbrado el mercado (5,4% con respecto
    a 2006). Pero menor ritmo no significa crisis aguda, como han pretendido algunos
    observadores.
    En todo caso, en medio de la barahúnda de cifras y opiniones, y con foco
    permanente en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, hay otro fenómeno
    que ha pasado desapercibido: el auge y el crecimiento continúa con intensidad
    en el interior del país con el respaldo de las economías regionales
    y de su producción.
    Poner el acento en este fenómeno casi inadvertido fue el propósito
    de la alianza de objetivos entre Reporte Inmobiliario y Mercado, dos
    protagonistas de máximo prestigio en el campo de los negocios inmobiliarios
    y en el ámbito de la economía y los negocios, que unieron fuerzas
    para esta producción conjunta que se repetirá periódicamente,
    toda vez que ambos socios detecten un tema de significación y envergadura
    en este campo que merezca un análisis especial.
    Así, el énfasis de este informe especial se puso en el crecimiento
    de Córdoba, en el resurgimiento de Rosario, en la fascinación
    que ejerce la Patagonia (y también las llamadas rutas del vino y del
    olivo, en Cuyo), además del permanente imán para la inversión
    inmobiliaria que representa Punta del Este, uruguaya, pero también en
    cierto modo argentina.
    Lo cierto, hablando de la significación global del sector, es que entre
    la actividad de la construcción y los servicios que representan las actividades
    inmobiliarias, empresariales y de alquiler sumaron 15,8% del producto bruto
    interno en 2007 (a precios constantes). La construcción volvió
    a aumentar en el año 2007 su participación en el PBI, tanto a
    precios constantes (6,4%), como a precios corrientes (5,7% según IERIC).

    Un ancla de certidumbre
    En lo últimos tiempos palabras como boom, burbuja, subprime,
    crisis, sonaron insistentemente asociadas al mercado inmobiliario internacional
    y aunque descontextualizadas se aplicaron y aplican en el real estate
    local, donde lejos se estuvo de vivir un boom del tamaño de
    otros mercados y en el cual no aparecen señales que permitan calificar
    de “burbuja” a la situación general por la que atraviesan
    los precios locales.
    Más allá de las palabras, lo cierto es que tanto a escala nacional
    como global las opciones y variantes de inversión inmobiliaria se multiplican
    y también se transforman conforme se producen cambios cada vez más
    rápidos en las variables económicas, sociales y psicológicas
    que influyen y afectan a todo lo que nos rodea.
    Sobre este escenario, ambas publicaciones seguirán produciendo informes
    en este ámbito que, desde su profundidad, iluminen el resto de los campos
    de actividad económica y le den sentido a la toma de decisiones.

    Al ritmo de la soja

    El nuevo esplendor de Córdoba

    Es la principal provincia sojera de la Argentina y, en línea con ese
    perfil productivo, el mercado local de la construcción vive con particular
    incidencia el impacto de los excedentes de la oleaginosa en la expansión
    de los negocios inmobiliarios.

    Por Florencia Ripoll

    A la hora de repasar las principales tendencias que se observan en el mercado
    inmobiliario cordobés, se pueden consignar el éxito de los condominios
    con servicios, el debut de los condo-hoteles como alternativa de alta rentabilidad,
    cierto “amesetamiento” en la demanda en countries contrarrestado
    por el consumo creciente de loteos privados (de parcelas más chicas)
    y el debut de la “concertación”, la herramienta de acuerdo
    público-privado con la que la Municipalidad quiere cambiar la cara a
    la ciudad de Córdoba.
    Pero, ciertamente, el indicador de mayor relevancia en los números del
    sector tiene que ver con el impacto de la soja, que transforma sus excedentes
    en ladrillos, dando vida a numerosos emprendimientos, tanto en las ciudades
    del interior provincial como en la ciudad capital.
    Córdoba es la principal provincia sojera del país y ello explica
    la particular incidencia de la rentabilidad de la oleaginosa en el sector inmobiliario
    local.

    Lo que viene
    En líneas generales, más allá de la incertidumbre que genera
    el conflicto del Gobierno con el campo, el mercado inmobiliario cordobés
    promete una buena performance para 2008, según pronostican a
    coro sus propios actores. Y además coinciden en que la actividad ya acumula
    un primer trimestre que entusiasma.
    “La tasa de crecimiento del sector de la construcción seguirá
    convergiendo a la del producto general: eso implica una expansión anual
    superior a 6%”, anticipa Raúl Hermida, economista y director del
    Instituto de Investigaciones de la Bolsa de Comercio de Córdoba.
    El especialista aclara que se trata de un proceso esperable: “En ciclos
    expansivos como el que se desató inmediatamente luego de la crisis, es
    normal que el PIB construcción se dispare por encima del PIB general.
    Con el tiempo, eso se corrige y el primero tiende a acomodarse al nivel del
    segundo”, señala. Tanto Hermida como los empresarios consultados
    para esta nota ven un solo nubarrón con potencial de aguar la fiesta
    al negocio inmobiliario: la inflación.
    Claro está que su capacidad de daño dependerá de hasta
    dónde la deje llegar el Gobierno nacional. “El problema no sólo
    es que existe, sino que tampoco hay datos confiables sobre su magnitud y su
    tasa de crecimiento. Esa clase de información es un insumo vital para
    el sector desarrollista”, reclama el economista.
    De todas maneras, “misión cumplida” podría decírsele
    a la construcción a la hora de valorar lo que viene haciendo por la economía
    cordobesa. Según los últimos datos oficiales disponibles, el sector
    reportó un crecimiento interanual de 16,8% (a valores constantes), ubicándose
    en el segundo lugar del ranking de segmentos que más contribuyeron al
    incremento del Producto Bruto regional, luego de la industria manufacturera.
    La suba fue impulsada fundamentalmente por el sector privado, reflejando la
    consolidación del proceso de recuperación del nivel de actividad
    económica provincial. Las 10 mayores desarrollistas de Córdoba
    reportaron ventas por $366 millones.

    El auge de Nueva Córdoba
    En la ciudad de Córdoba, los excedentes de la soja transformados en ladrillos
    se vuelcan principalmente a la explosión en altura del barrio Nueva Córdoba.

    Planeado a comienzos del siglo 20 bajo el influjo europeo que soplaba en la
    Argentina del Centenario, con sus palacetes y casonas Nueva Córdoba se
    convirtió en el hogar de las familias cordobesas más elegantes.
    Hoy, luego de una década de expansión edilicia, su perfil es muy
    diferente: algo de ese pasado de gloria sobrevive en el puñado de mansiones
    aún en pie, otra cuota se renueva en clave moderna en complejos de torres
    de alta categoría (por citar dos casos, Torre Elysée, de Grupo
    Regam; y Ecipsa Center, de Ecipsa). Pero la mayor parte del espacio disponible
    se la llevan los edificios de gama media, con 12 pisos de altura y un formato
    en el que el departamento de un dormitorio es rey.
    ¿Quiénes lo ocupan? En amplísima mayoría, el aluvión
    de estudiantes que llega a la ciudad a cursar carreras universitarias y superiores
    (la Universidad Nacional de Córdoba está a metros de allí),
    un caudal que aporta 15.000 jóvenes cada año.
    Muchos de ellos son hijos de productores rurales del interior que, ayudados
    por los dólares sojeros, compran departamentos. La alta rentabilidad
    del campo potenció este fenómeno más allá de la
    mudanza filial, y las inmobiliarias siguen despachando unidades que se adquieren
    como inversión. “La rentabilidad de los alquileres creció
    allí en torno a 20% en el último año. En febrero, un departamento
    de un dormitorio promedio nuevo se alquilaba a $850, mientras que en igual mes
    de 2007 estaba en $700”, señaló Edgardo Calás, presidente
    de la Cámara de Corredores Inmobiliarios de Córdoba.
    Como barrio, Nueva Córdoba hace gala del metro cuadrado más caro
    de la ciudad: “Los departamentos de un dormitorio van de US$ 52.000 a
    US$ 55.000 en pozo, y US$ 60.000 a US$ 68.000 terminados. Aunque algunas operaciones
    llegan a US$ 75.000”, explica Sergio Villella, cabeza de la inmobiliaria
    homónima, una de las más grandes de la provincia. Al hablar del
    mercado en que opera, él insiste en trazar siempre la diferencia: Nueva
    Córdoba y el resto del mundo.
    Por ese barrio –y en menor medida el aledaño General Paz, alcanzado
    hace rato por el auge de la construcción en altura–, sigue pasando
    hoy la mayor cuota de las operaciones que se cierran en Córdoba, que
    en 80% no superan los US$ 100.000.
    Con tamaña soja-dependencia, ¿se sintió el affaire
    “suba de retenciones”? “Sólo generó un paréntesis
    de 22 días, pero ya retomamos el ritmo de captación de nuevos
    clientes que traíamos”, asegura Villella. Lo mismo opina Horacio
    Parga, socio de la desarrollista Edisur y presidente de la Cámara Empresarial
    de Desarrollistas Urbanos de Córdoba (Ceduc).
    “Hubo una pequeña disminución durante el conflicto del campo,
    pero luego de eso se aceleró el ritmo de las operaciones y el primer
    trimestre del año cerró mejor que el último de 2007. Muchos
    compradores buscan cubrirse de la inflación y el departamento capta mayor
    demanda que los lotes”, explica. El grupo empresario que integra Parga
    creció en forma exponencial en el último lustro, en paralelo a
    la demanda por el producto que hizo debutar en Córdoba: las “casonas”.
    Se trata de condominios de alta gama que cruzan rasgos con pegada en el mercado
    local como baja altura (el cordobés promedio no se lleva bien con las
    torres, aunque ese rechazo está cediendo), mucho verde, amenities,
    seguridad y ubicación dentro de la ciudad. El grupo ya suma cinco de
    estos complejos en enclaves estratégicos.

    Río y concertación
    A la misma línea de “condominio con servicios” apuestan otros
    emprendimientos, como Miracielos (en el citado General Paz) o Torres del Río,
    complejo que levanta Grupo Regam (en Santa Fe y Costanera), junto al río
    Suquía, que atraviesa la ciudad.
    Esa zona es además el escenario donde bullen varias novedades de peso
    para el sector inmobiliario: el despunte de una nueva área-auge que capta
    emprendimientos para el segmento ABC1 (la costanera) y el debut del mecanismo
    de “concertación” (o acuerdo de mutuo beneficio) entre los
    privados y la Municipalidad de Córdoba, una práctica con la que
    el flamante Gobierno de Daniel Giacomino quiere sumar densidad y altura a la
    ciudad y financiar obra pública.
    El mecanismo funciona así: en proyectos de gran envergadura en zonas
    que el municipio quiere desarrollar, le permite a los desarrollistas “irse
    de norma” (generalmente más altura de la admitida). El beneficio
    extra que obtienen por ese plus se cuantifica como plusvalía, y el privado
    debe retornarla al Estado financiando obra pública.
    “Es la fórmula con la que se renovó Rosario. Vamos a usarla
    con transparencia, haciendo que un organismo independiente como la Universidad
    Nacional de Córdoba calcule la plusvalía”, promete el intendente.
    Con ese esquema, Giacomino apuesta a sumar, de una vez por todas, al Estado
    en la promoción de la recuperación del río.
    Ese proceso en las márgenes del Suquía largó en forma incipiente
    en 2004, cuando el grupo Vesinm comenzó a construir Coral State, una
    torre “inteligente” de viviendas y oficinas en el tramo céntrico
    de la costanera. Casi en paralelo, la administración comunal de Luis
    Juez lanzó entonces con pompa el proyecto Portal del Abasto: una política
    de promoción de desarrollos urbanos sobre el río que incluía
    el enclave de un edificio municipal (la sede del Concejo Deliberante) como motor
    de la revalorización, y flexibilidad normativa (mayor altura) para estimular
    la inversión. La idea que sobrevolaba el proyecto era generar en esas
    hectáreas de río céntrico algo con puntos en común
    con el Puerto Madero porteño: edificios más altos al promedio,
    de perímetro libre, que conjuguen vivienda y oficina, y susceptibles
    de albergar un corredor gastronómico.
    Empantanado en la burocracia estatal, el proyecto oficial aún no pasó
    del título. Pero sí ayudó a estimular el interés
    privado en la zona, multiplicando los emprendimientos sobre el río.
    Por caso, Regam lanzó el complejo ya citado y la desarrolladora GNI junto
    a la constructora porteña Teximco comenzaron a levantar Capitalinas,
    un conglomerado de torres premium –el m2 de oficinas corporativas
    ronda los US$ 1.600– que aterrizó con varias novedades para el
    mercado local: oficinas corporativas AAA y el primer condo-hotel cinco estrellas
    de la provincia, que será operado por la cadena Radisson.
    El proyecto insumirá US$ 50 millones y también incluirá
    torres de vivienda de alta gama. “Es un producto homologable al mejor
    de Buenos Aires, pero además incluye una ventaja competitiva que defendemos
    frente a cualquiera: un margen de retorno a la inversión superior al
    de Puerto Madero”, desafía Marcelo Roca, director de Capitalinas.
    Un capítulo importante en esa rentabilidad se juega en el formato “condo”:
    que consiste en la compra de una unidad en un edificio, pero no para uso personal
    ni renta individual, sino para participar de un sistema de administración
    hotelera (operado por cadenas expertas) en el que, descontados los gastos, la
    ganancia se reparte entre los propietarios.
    El formato hace furor en el mundo (en Buenos Aires hizo punta el Faena Universe
    Hotel), entre otras cosas por su jugosa rentabilidad para el inversor. “Casi
    2,5% mensual, más del triple de un alquiler de un departamento de un
    dormitorio de similares características”, aseguran desde la desarrollista
    Edilicia Suez, firma que sobre el final de 2007 lanzó otros tres hoteles
    bajo ese formato en Córdoba: el céntrico Mégaron City (ya
    en marcha) y los dos que le seguirán este año, Mégaron
    Spa Urbano y Mégaron Aeropuerto.

    ¿Y qué pasa en los countries?
    Desde 1989 con Las Delicias –el exitoso country con el que Grupo
    Ecipsa y Alvear hicieron punta en uno de los bordes de la ciudad–, la
    multiplicación de barrios cerrados de diferente escala y categoría
    extendieron la mancha urbana de la capital provincial, dibujando un explosivo
    eje de expansión hacia el noroeste. Así, Córdoba avanzó
    sobre una serie de localidades del Gran Córdoba donde las sierras hacen
    sus primeras y tímidas ondulaciones (como Villa Allende, Mendiolaza,
    La Calera y Unquillo), que quedaron convertidas en ciudades-dormitorio.
    Sobre el inicio de esta década, esa proliferación de barrios privados
    comenzó a replicarse –con menor intensidad– en el sur de
    la ciudad, y poco después en el corredor de 36 km que une Córdoba
    con Villa Carlos Paz. En el último año y medio y siguiendo el
    ritmo de la demanda, junto a emprendimientos de gran categoría (como
    Valle del Golf, desarrollo slow life de Ecipsa), creció la oferta
    de un formato que intenta conservar los servicios más demandados del
    country (seguridad y espacios verdes) a precios accesibles para un
    segmento medio alto. Así, los lotes de no menos de 1.500 m2 bajaron a
    800 m2, 700 m2 y hasta 360 m2, con precios que promedian US$ 35.000 dentro de
    la ciudad y US$ 15.000 en ciudades del Gran Córdoba.
    Según las voces del sector, ese formato tendrá un excelente 2008.







    Marcelo Roca: “horizonte positivo”


    –Capitalinas es un proyecto premium para el
    mercado local, ¿cómo se está comportando la demanda?

    –Vendimos 85% de la primera etapa; 22.000 m2 de oficinas corporativas
    y 8.000 m2 de cocheras que inauguraremos en marzo de 2009.

    –¿Cuál es la inversión mínima
    para comprar oficinas?

    –Parte de US$ 300.000.

    –Un umbral muy alto para el típico inversor de
    departamento, el más activo en Córdoba…

    –De ese segmento, fundamentalmente de inversores sostenidos en
    productos inmobiliarios que buscan diversificarse, estamos teniendo
    demanda para la etapa que lanzamos formalmente este año: el condo-hotel
    cinco estrellas. Allí se podrá participar desde US$ 120.000,
    con una tasa de retorno más interesante que la de un departamento.

    –¿Cómo ve el desempeño general del
    sector de la construcción este año?

    –Creo que no seguirá creciendo despojadamente como lo venía
    haciendo años anteriores, porque la crisis generada en el último
    mes (el conflicto del campo con sus estribaciones políticas y
    económicas) detonó cierta cautela en la gente. De todas
    formas, veo un horizonte positivo.









    Sergio Villella: “una excelente
    inversión”


    –Si un inversor tiene US$ 60.000, ¿dónde
    le recomienda ponerlos?

    –Hay varias alternativas. Si quiere tener renta por alquiler y
    la posibilidad de venderlo en cualquier momento, comprar un departamento
    de un dormitorio en Nueva Córdoba da esa posibilidad. Sobran
    clientes para alquilar, las propiedades se valorizan muy rápido
    y en 30 días se vende.

    –Esa es una alternativa, otra sería…
    –Otra excelente opción es construir dúplex de tres
    dormitorios en barrios de clase media, como Poeta Lugones, que salen
    lo mismo de costo. Pueden alquilarse por unos $1.400 y tienen mucha
    demanda, porque en Córdoba hay un enorme déficit de vivienda
    para sectores medios. Eso sí, venderlos lleva más tiempo.

    –¿Y los nuevos condo-hoteles?
    –Son una opción mucho más rentable que un departamento.
    Y tiene futuro, porque la ciudad necesita hotelería de categoría.
    Allí el desafío para el inversor es romper ciertos paradigmas
    sobre la renta inmobiliaria.

    –¿Cómo se comportarán los precios
    de los inmuebles este año?

    –Subieron 20% en 2007. Lo esperable es que trepen otro 10% a 15%
    como mínimo este año.









    Diálogo y concertación


    Ecipsa es otro de los grupos que apuestan al río, y se preparan
    para “concertar” en él. La desarrollista compró
    a fines de 2006 –trascendió que por US$ 2,5 millones–
    un predio de 20.000 metros cuadrados sobre el río Suquía
    que alberga un edificio emblemático para la ciudad: la Cervecería
    Córdoba, histórico inmueble de 1917. Allí, planea
    un ambicioso complejo habitacional y comercial que incluye seis torres
    y 28.000 metros cuadrados de cocheras subterráneas.
    Por su envergadura, localización y el hecho de que tiene proyectadas
    torres de 80 metros (por encima del límite que marca la normativa
    de edificación en el área), el emprendimiento tiene el
    perfil ideal para intentar un “acuerdo de concertación”
    con el municipio. En tono muy informal (puesto que además no
    está aprobada la norma que habilita esa herramienta), el grupo
    abrió el diálogo con la intendencia, que deslizó
    que pediría a la desarrollista fondos para extender la Costanera
    y mejorar la “Isla de los Patos”, un espacio verde ubicado
    frente al futuro complejo.