Hay simultaneidad en el consumo de medios


    Lucas Mentasti
    Foto: Gabriel Reig

    De 34% de adultos que podían recordar una marca en un programa de TV
    en 1965; en 2000 sólo había 9%. Para 2010, estimamos que la publicidad
    en televisión será sólo 35% de lo efectiva que era en 1990,
    dijo Mentasti, en 2007, durante la conferencia sobre Brandemocracy
    de la Cámara Argentina de Anunciantes.
    Havas Digital, la empresa que dirige hoy, es la división digital del
    grupo Havas Media. Su función es llevar adelante las estrategias e implementaciones
    digitales de los clientes del grupo; incluyendo las comunicaciones en aparatos
    móviles, con una división especial que se lanzará en 2008,
    llamada Movext, cuya existencia los lectores de Mercado están
    conociendo en exclusiva.
    Y la aparición de Havas Digital tiene un porqué cuando se mira
    al futuro de la actividad. No es una reacción, es un síntoma.

    “Hace cuatro años el CEO mundial de Havas Media dijo: ‘Sabemos
    que en cinco años el mix de medios pasa de 80% en TV a 50%; algo hay
    que hacer, esto va a pasar. Y está pasando, lo vemos en varios aspectos.
    La gente ve menos televisión y se vuelca menos a los contenidos tradicionales.
    Esto se da principalmente por la proliferación de medios; hay cada vez
    más cosas para ver y en cada vez más medios. La gente está
    haciendo dos cosas: durmiendo menos y perdiendo menos tiempo; no hay tanto tiempo
    libre porque siempre hay un medio cerca para ver o hacer algo”.
    En su monitoreo cotidiano del nuevo medio, Mentasti tiene el recuerdo de un
    análisis hecho para Coca-Cola en dormitorios de adolescentes, posiblemente
    uno de los segmentos testigo más importantes a la hora de investigar
    y detectar cambios. Tienen un televisor en el fondo del cuarto, sí, a
    veces prendido; pero su atención está centrada en la computadora.

    Dispersión mediática
    El MSN no está de fondo en ese escenario, explica. “Lo que vemos
    es la simultaneidad de consumo de medios. Hay muchos medios que están
    de fondo, y uno que es protagonista. El teléfono o el chat se llevan
    la atención principal, porque si no se pierde concentración”.

    El relato de Mentasti coincide con lo que muchos neurólogos y psiquiatras
    están estudiando en el campo de las neurociencias. Los jóvenes
    y niños tienen cada vez más capacidad de atender varios medios
    a la vez. Sus espacios de tiempo concentrados en ellos son, en contraparte,
    cada vez más cortos.
    ¿Están entonces los medios digitales eliminando los otros medios?
    No, pero los están mandando al segundo plano, explica. Lo que las personas
    hacen con la computadora es mucho de lo que antes hacían con otros mecanismos:
    hablar; informarse; trabajar. Los jóvenes –o sea, el futuro–
    lo utilizan además para encontrarse, conocerse, relacionarse; pero también
    para mostrarse y ver a los demás.
    El viejo dicho de “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”,
    puede ser un buen mecanismo para entender el impacto del medio digital. Según
    Mentasti, sólo basta preguntarse cómo sería cada cosa que
    se hace gracias a la Web o al medio digital, sin ese medio. ¿Cómo
    es trabajar sin MSN, sin Google?
    Cualquiera que viva en la Argentina y soporte el servicio de los operadores
    de Internet locales, puede responder la pregunta capital, que él le hace
    a sus clientes día a día: ¿Cómo era la vida sin
    Internet?

    Conexión sin fin
    La pregunta es válida, sobre todo para las marcas.
    Al estar todo el tiempo conectado –vía celular, mail,
    SMS, Blackberry–, también se está todo el tiempo en contacto
    y compartiendo sus experiencias con marcas, explica. “Antes una persona
    tenía un problema con una marca y lo comentaba en su círculo cercano.
    Hoy, una simple cola que se hace demasiado larga puede comentarse a millones.
    Y esa cola que se hace larga se comenta en un SMS, en el momento”.
    ¿Un ejemplo? Los millones de SMS que circularon alertando sobre irregularidades
    en las mesas de votación de las pasadas elecciones nacionales. No hubo
    denuncias formales, o procedimientos. Fueron los SMS, llamados, y mails
    de los ciudadanos enviados entre sí y a blogs, medios online,
    canales de TV y radios los que movilizaron a personas, fiscales de partidos
    políticos y periodistas.
    En esta sociedad intolerante con la pérdida de tiempo y armada hasta
    los dientes con herramientas de comunicación de impacto inmediato, se
    mueven las marcas.

    Sin medir, sin responsables
    En ese sentido es que Mentasti ve con preocupación la falta de visión
    de muchas de ellas, y de muchos anunciantes. “El marketing está
    cambiando mucho más rápido de lo que cambiaba antes. Y no están
    viendo los cambios. ¿Cuánto es el esfuerzo que se está
    poniendo al online versus el offline; cuánto invierten
    hoy por ejemplo las automotrices en su página web y cuánto
    en su comercial de TV?
    ¿Cómo se compra un auto; en base a un comercial de televisión,
    o en función de lo que se ve en la Web antes de ir a la concesionaria?
    Ahí está la clave.
    Detrás del problema, Mentasti ve un problema generacional. “Las
    cosas mas interesantes vienen de los gerentes de marketing que tienen hijos
    jóvenes”.
    Pero el interés por el futuro es poco, dice. “Los medios interactivos
    no son una preocupación para los altos directivos”. ¿Cuál
    es la razón? “En un país que viene creciendo a 8% anual,
    todo el mundo cumple con el presupuesto. Y no hay mucha preocupación
    por ser más eficientes. El marketing en la Argentina no se mide; y no
    hay demasiada preocupación por medirlo. No es sólo Internet lo
    que está subinvertido, sino el research. Se mide, pero no se
    busca saber en forma constante. Y eso pasa porque Marketing no está exigido
    hoy; los CFO de las compañías no le exigen resultados a Marketing”.

    En ese escenario, las marcas y el management tienen que aprender, explica.
    “Todavía con los medios tradicionales las marcas pueden andar.
    Pero si entra una marca fuerte en lo online, ¿cómo les
    iría?”. La otra parte es definir cuánto tiempo quieren las
    marcas que las personas pasen con sus marcas.
    Su posición como director del capítulo digital de Amdia le da
    el pie. “Esto se viene, inviertan; y aprendan”, le dice a agencias
    y centrales. No todas están preparadas, dice, de hecho la mayoría
    no lo está.
    Es una cuestión de vida o muerte. “Estamos tomando hoy los lugares
    que nos están dejando libres muchas agencias. Veo que los departamentos
    digitales de las agencias están atrasados, lentos, en el rincón.
    Es el lugar de penitencia; o el de ‘alguna vez vas a pasar a ATL’.
    Y eso nos da lugar a los que estamos apasionados con la tecnología”.

    Queda claro que los santos vienen marchando, desde la zona de Plaza Lavalle.

    pcavalli@mercado.com.ar