Factores relevantes que no hay que ignorar

    Strategy+business, un sitio de Booz Allen Hamilton especializado en
    management y marketing indaga continuamente, buscando señales,
    en sectores como autos, servicios financieros, productos de uso final, combustibles,
    energía, salud o tecnología de punta. En general, las tendencias
    más significativas de un sector tienden a interactuar con las de otros.
    Por ejemplo, en este momento la crisis crediticia estadounidense desborda sobre
    otras economías occidentales. Por su parte, asoma una tendencia a revalidar
    las tecnologías de la información (TI), con posibilidades de surtir
    efectos macroeconómicos benignos. En esos planos, pues, Booz Allen Hamilton
    detecta ocho factores críticos para 2008 y más allá. Algunos
    todavía no son evidentes y su relevancia se basa, esencialmente, en que
    muchos líderes están pasándolas por alto.

    1. Burbujas más frecuentes
    Si bien el desinfle inmobiliario puede llegar a 2009, queda en el mundo industrial
    y petrolero un exceso de capitales que requiere destinos. Pero varias de las
    mejores plazas parecen de pronto inciertas. Entretanto, otra burbuja se gesta
    en las tarjetas de crédito. Al mismo tiempo, la deuda personal no titulizada
    supera las posibilidades de repago asociadas a salarios y empleo, particularmente
    por la eliminación de horas extras en muchos sectores.
    Las economías en desarrollo del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India, China)
    y afines seguirán expandiéndose, pero a ritmo incierto. La competencia
    de empresas originadas en esos países continuará este año
    presionando. Basta una muestra: la india Tata Motors presentó en febrero
    el Lak, un coche de US$ 2.500. Por otro lado, nadie sabe hasta qué punto
    cederá el dólar.
    Según Booz Allen Hamilton, el resultado de estos factores serán
    burbujas más frecuentes e intensas. Pero ¿qué es una burbuja?
    Simple: una coyuntura donde los precios de cierto activo suben a mayor velocidad
    que el efectivo disponible. Por tanto, a medida como se pinche una, los capitales
    especulativos irán a otras.
    Agachar la cabeza y aguardar el chubasco casi nunca es una estrategia plausible.
    Lo es, sí, estructurar carteras internacionales bien equilibradas y gestionadas.
    Algunos grupos financieros, como HSBC, ya desarrollan managers globales,
    capaces de moverse en varias regiones y dispuestos a sacrificar “lujos”como
    una familia. Por lo común, los ejecutivos exaltan la internacionalización,
    sin llevarla a cabo. Ahora, deberán aceptarla como clave de gestión,
    aunque al principio sea arduo.

    2. Costos de energía y combustibles
    Esta área vive sacudidas desde octubre de 2006 y existe un creciente
    consenso: el “mix” de combustibles cambiará hasta
    cierto punto. Así, el carbón debe excluirse –genera monóxido–,
    excepto en China y durante un lapso. Por el contrario, vuelve la energía
    nuclear, pues los combustibles no fósiles y renovables plantean incertidumbres
    sobre su viabilidad (salvo la hidroelectricidad). Por tanto, el gas natural
    sobrevivirá como combustible fósil a falta de opciones limpias.

    Estratégicamente, la tendencia básica más relevante no
    implica algo específico, sino opciones ambiguas. Esto afectará
    los negocios, pues la proliferación de fuentes presupone mayor complejidad
    y costos. Igual que cuando una firma se expande a otros mercados, las opciones
    varían por sector y área. La flexibilidad es una clave, pero tiene
    sus límites.

    3. Riesgo participativo
    Entidades financieras y aseguradores afrontan contextos más inestables
    y deberán repensar la gestión de riesgos. Según Booz Allen
    Hamilton, sus clientes tendrán que compartir responsabilidades en cuanto
    a limitar riesgos, no ya sólo cubrirse contra ellos.
    Las aseguradoras médicas –hoy con severos problemas en Estados
    Unidos–, en especial, deben replantear la relación entre costos,
    cobertura y actitud de los beneficiarios. Verbigracia, ¿quién
    impondrá al público mejores prácticas en salud? La pregunta
    sigue en el aire, en parte porque los servicios médicos no son un rubro
    de consumo.

    4. Procuración estratégica
    Este año, el abastecimiento de máquinas, componentes, materiales
    y servicios adquirirá más relevancia que nunca. Esta tendencia
    deriva de la escasez y –según afirman expertos de BAH–, por
    primera vez desde la Segunda Guerra Mundial faltarán simultáneamente
    acero, aluminio, minerales críticos, cobre, etc. En general, el fenómeno
    responderá a la demanda del grupo BRIC y otras economías en desarrollo.

    5. Tres diferenciadores
    Son subtendencias que datan de años anteriores. La primera se
    traduce en presión de costos, en tanto la competencia global se acentúa
    y la expansión de mercados promueve fusiones y adquisiciones, pese a
    la presente crisis de compras apalancadas.
    En segundo lugar, cada vez es más difícil reducir costos. La tercerización
    ya no es una panacea para reducir costos en mano de obra, pues va convirtiéndose
    en fuente de mejores recursos humanos. Por supuesto, más caros.
    Ligada a la anterior, la tercera subtendencia es el déficit
    de oferta laboral. En los últimos años, la escasez de trabajadores
    calificados ha empezado a perturbar o encarecer operaciones en energía,
    transportes e industria. En economías tan densamente pobladas como China
    e India, las empresas necesitan personal formado. Mientras tanto, la generación
    surgida desde 1980 transforma en normales atributos antes excepcionales: familiaridad
    con Internet y sus tecnologías, diversidad étnica o sexual, informalidad.

    6. Tecnologías ecológicas
    A fines de los años 90, cuando no se sabía bien cómo aprestar
    las computadoras al cambio de fecha, a un año de empezar el siglo 21,
    todo el mundo rediseñaba tecnologías y la fiebre se llamaba “Y2K”.
    Ahora, los riesgos climáticos plantean a entes multilaterales, Gobiernos
    y empresas el “desafío invernadero”.
    En los años venideros, eso promoverá una ola de innovaciones y
    efectos insospechados, algo que puede ocurrir ya en 2008. Ello no significa
    que las ideas convencionales sobre las ventajas de futuras tecnologías
    limpias sean correctas. Pero, sea como fuere, cambiarán las prioridades
    de inversión.

    7. Renace la TI
    Pese a predicarse la necesidad de menores gastos en TI, va resurgiendo el interés
    en su papel revitalizador de negocios. Tecnócratas y ejecutivos rescatan
    las funciones estratégicas, más allá de lo estructural.
    Por supuesto, en algunos sentidos la ley de Moore sigue vigente y crece la potencia
    de las computadoras por cada dólar invertido en ellas. Lo mismo vale
    para la ola de adelantos asociada a Web 2.0, que permite aplicaciones
    más refinadas y coparticipación activa.

    8. Marketing digital, un imperativo
    Durante 2007, las investigaciones de Booz Allen Hamilton confirmaron que el
    juego ha cambiado. Nuevos medios modifican la cultura y el valor estratégico
    del marketing, que se hace imperativo.
    Al respecto, Christopher Vollmer –vicepresidente de la consultora–
    sostiene que “se inicia una fase digital centrada en el usuario. Las formas
    tradicionales en marketing de bienes y servicios ya no sirven. Las antiguas
    relaciones excluyentes entre marketineros, agencias de publicidad y
    medios atraviesan un proceso de reconfiguración”. Para los primeros,
    la gran oportunidad apareció en 2006. Se identifica con nuevos parámetros,
    con base en la riqueza de datos sobre las actividades del cliente en línea
    y en los nuevos medios”.