La seguridad como servicio de soluciones integrales

    Por Gustavo Baiman


    Osvaldo Montero
    Foto: Gabriel Reig

    La actividad de las empresas de seguridad privada lleva más de quince años de crecimiento sostenido. En todo el país hay registradas unas dos mil compañías que ocupan a 120.000 “vigiladores”. El principal factor de crecimiento es sin duda el aumento en los índices de inseguridad, pero también incide la radicación en el país de empresas extranjeras –son las principales consumidoras de este servicio–, la proliferación de barrios privados y los edificios que son centros corporativos.
    Brújula es una de las empresas nacionales líderes en el sector. Comenzó su actividad en 1991 como una empresa familiar con sólo cinco empleados. Hoy es una organización que emplea a 1.800 personas, con 250 clientes, que tiene su propio centro de capacitación y una estructura nacional con sucursales en todas las provincias. Su principal actividad es la atención de empresas.
    En el sector hay un alto grado de concentración: 20% de las compañías manejan 80% del mercado. Las tres empresas más grandes son multinacionales: Prosegur, Securitas y Search.
    Según el director general de Brújula, Osvaldo Montero, la principal estrategia de crecimiento de la compañía se basó en hacer una reingeniería de consolidación del management, incorporando profesionales en distintas áreas, como licenciados en marketing, en finanzas, en recursos humanos y en ventas.
    “Inicialmente esta actividad se hacía con retirados de las fuerzas de seguridad y fuerzas armadas, con un criterio sólo operativo y con escasa planificación. Le sumamos management. Las áreas ahora están manejadas por profesionales en cada materia que vienen con trayectorias distintas y no siempre vinculadas a las empresas de seguridad. Ya no es necesario emplear retirados de las fuerzas; hoy Brújula se nutre de profesionales. En sus inicios comercializar un producto se hacía básicamente por referencias, pero ahora cambió, el negocio es mucho más complejo”, dice Montero.
    En el sector, los recursos humanos son escasos. Los requisitos para incorporar “vigiladores” son cada vez mayores. En la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, es necesario tener el secundario completo. Entre la búsqueda y la capacitación –aseguran– que los costos de reclutamiento en los últimos años aumentaron 200%.

    Retener personal
    “La falta de personal encarece los servicios de seguridad. Y si la gente se va a los tres meses, luego de ser capacitada, es pura pérdida. Hay que retenerla y darle posibilidades de crecimiento dentro de la empresa. El tema de la promoción interna es muy importante. 90% de nuestros clientes son multinacionales que tienen un estándar muy alto de calidad y muchos requisitos para la incorporación del personal”, afirma Montero.
    Los principales servicios que ofrece la firma son seguridad física de empresas, monitoreo de alarmas y de imágenes, rastreo satelital de automóviles y camiones, seguridad para altos ejecutivos y para eventos, y custodia de mercadería en tránsito.
    “Cuando se presupuesta un servicio, antes se hace un estudio para saber la necesidad que tiene el cliente y poder, así, ofrecerle un servicio racional a un costo aceptable. No vendemos paquetes ni productos estandarizados; nuestros servicios son integrales. Nuestra ventaja competitiva es que tenemos alcance nacional y hoy muchas empresas que tienen oficinas en distintas provincias quieren tener la misma cobertura en seguridad. Son pocas las firmas que podemos satisfacer esa expectativa. Además, tenemos una buena atención personalizada y esto nos permite resolver problemas rápidamente. Nuestro próximo objetivo es abrir oficinas en Chile, Brasil y Uruguay”, concluye Montero.