Por Mariana Scalerandi
La provincia mediterránea está recuperando el perfil automotor –con los anuncios de producción en la planta de Fiat (incluso también para el grupo indio Tata), y los nuevos modelos de Renault en Santa Isabel– que la crisis había esfumado, y prácticamente al mismo tiempo también la industria de las motos se encaminó en ese sentido; lo cual genera expectativas y desafíos para las empresas y proveedores de la zona.
En Córdoba hay diversos proyectos para comenzar a producir las famosas dos ruedas, de los cuales tres se encuentran en estado avanzado: Zanella, Cerro Motos y Kymco, que invertirán $60 millones de pesos y emplearán entre 700 y mil personas en forma directa, y otras tantas de manera indirecta en el mediano plazo. Asimismo, hay algunas iniciativas más en estudio y un convenio de la delegación local Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y la Cámara de la Motocicleta de Córdoba para llevar adelante un programa de capacitación de recursos humanos.
El año pasado, la empresa Zanella anunció la reactivación de la planta de Cruz del Eje, que había cerrado hace más de una década, con una inversión de US$ 2 millones en el marco de un plan de US$ 12 millones en cinco años. En la actualidad, están ensamblando ciclomotores del modelo Vento, en sus versiones Classic y dos válvulas. Los planes de la compañía encabezada por Walter Steiner contemplan, a partir del año próximo, el montaje de otra línea de cuadriciclos y ambas llegarían a contar con 65% de partes nacionales. En los primeros meses se incorporaron alrededor de 40 personas, cifra que se ampliará hasta llegar a 200 en tres años aproximadamente.
Proyecto en tres etapas
En tanto, el proyecto industrial de Cerro Motos fue planteado en tres etapas, con un desembolso de US$ 8 millones. La primera, que actualmente está en marcha, contempla la importación de motos y cuadriciclos preensamblados y sus correspondientes repuestos. Específicamente compran tres mil unidades mensuales a China, de 16 modelos diferentes entre cubs, scooters, de calle, enduro, pisteras, choperas y seis modelos de cuadriciclos desde los 50 a 250 centímetros cúbicos.
En tanto, a partir del segundo trimestre del año próximo inaugurará una planta de ensamblado en CKD (totalmente desarmadas) importadas para fabricar dos modelos de los existentes; sobre una superficie de 1.500 m2 que se sumarán a los 1.800 m2 actuales. Entre ambas instalaciones se lograrán 30 mil unidades año.
A partir de esta fase se trabajará paralelamente en la incorporación de componentes nacionales para alcanzar una integración argentina de 10%, lo que traerá el desarrollo de proveedores locales. Y el último tramo, proyectado para 2009-2011, se apuesta a tener una nacionalización de los componentes del orden de 60%, lo que demandará 75% de la inversión prevista (US$ 6 millones). El establecimiento se ampliará a 6 mil m2, alcanzando un ritmo anual de producción de 100.000 motos (16 modelos, tres se ensamblarán en CKD).
Otra de las iniciativas es la de Importadora Mediterránea, que producirá las motos Kymco. La compañía, con más de cuatro décadas en el mercado, que conduce José Franco y que en 1968 había adquirido el patrimonio físico y tecnológico de Siambretta, despedirá el año con la apertura de una planta de unos 7.000 m2 en el barrio Villa Cabrera, que tendrá dos líneas de montaje para tres modelos de 110 y 125 centímetros cúbicos de licencia Kymco.
Inicialmente se fabricarán alrededor de 100 rodados por día, aunque los planes son más ambiciosos: llegar a 48 mil unidades año. Para esto, habrá un desembolso de $5 millones, que contempla la futura incorporación de otro sector para la elaboración de motopartes.
En la medida que estas iniciativas se lleven a cabo según los plazos previstos, en 2010 habrá 200 mil vehículos made in Córdoba, que podrían incrementarse si cobran impulso los otros proyectos; lo cual ubicaría a la provincia como el polo productivo de las dos ruedas.
El mercado del millón
Los proyectos tienen directa relación con la demanda, que experimentó un crecimiento sostenido en los últimos años y las perspectivas son más que interesantes. En 2002 se produjeron 4 mil unidades para saltar a 45 mil en 2005, cuando se importaron 90 mil y el año anterior cerró con un ingreso de 500 mil, según explicaron desde el sector. Asimismo, estiman que 2007 llegará a 600 mil unidades, lo cual significa un crecimiento de 20% con respecto a los 12 meses anteriores. Del total, Córdoba participa con 17%; una cifra significativa que aspiran a incrementar.
“En el período 2010-2012 se proyecta alcanzar entre 900 mil y un millón de unidades a escala nacional”, comentó Claudio Barrera, presidente de Cerro Motos, al tiempo que señaló que esos plazos se pueden adelantar teniendo en cuenta el ascenso de la demanda. Esta firma rubricó contratos directos con fábricas chinas, eliminando así al intermediario y logrando mejores precios.
Claudio Barrera
Foto: Gabriel Ferreyra
La puesta en marcha de los procesos de industrialización es un paso importante ya que 90% de las motos que se venden en el país son importadas –nueve de cada diez provienen de China–. Al respecto, hay que tener en cuenta que en 2006 la Secretaría de Industria de la Nación dispuso una restricción progresiva al ingreso de los productos chinos, e impulsó la nacionalización de los mismos; motivo por el cual se presentaron planes como los mencionados anteriormente.
Los grandes jugadores del mercado nacional son Honda, Gilera, Guerrero, Yamaha –que anunció una inversión de US$ 1,2 millón para llegar a las 100 mil unidades– entre otros, y los productos con más salida son las unidades de 110 centímetros cúbicos, que cuestan alrededor de $4 mil, dependiendo del modelo y la marca (los demás jugadores también anunciaron inversiones.
Otra de las razones que explica la expansión es el precio en comparación con el de un auto. Hoy para tener el primer vehículo usado se requiere alrededor de $15 mil, mientras que por $2 mil pesos se accede a una motocicleta nueva. Además, la recuperación del empleo y los inconvenientes en el servicio de transporte impulsaron la adquisición de estas alternativas de movilidad que se multiplican en los centros urbanos.
De acuerdo a los datos existentes, en el país se registra una penetración de estos vehículos en 3% de la población, un guarismo bajo en comparación con Brasil, por ejemplo, que llega a 5%. De concretarse las proyecciones de los industriales, se duplicará la penetración en cinco años, pero el principal socio del Mercosur pasaría a tener 10%.
Proveedores y RR.HH.
Los planes de las empresas se enfrentan con algunas dificultades, que esperan superar con éxito en el mediano plazo. Por un lado, se plantea la necesidad de desarrollar proveedores para avanzar en la nacionalización de las piezas. Estas firmas deberán también realizar inversiones para adaptar sus procesos productivos y sumar capacidad instalada, trabajando junto con las empresas ensambladoras. En su momento, con la práctica desaparición del sector, también lo hicieron los proveedores, que se aggiornaron a las nuevas demandas del mercado en otros sectores. En ese sentido, Barrera comentó que hay compañías cordobesas con intenciones de involucrarse otra vez en este mercado y avanzan las negociaciones en esa dirección.
Hugo Graglia, presidente de la Cámara de la Motocicleta de Córdoba, considera que hay proveedores, pero que no son competitivos. “La mano de obra subió 27% con respecto al dólar desde 2002; la materia prima, 45% promedio y los insumos menores, 47%. Sin embargo, la moto como producto terminado bajó 35% medido en valor dólar como consecuencia de la reducción de costos de los chinos, los principales productores del mundo”.
Por otra parte, la inexistencia de escuelas técnicas desde hace una década también se hace sentir ya que no hay recursos humanos formados y los empresarios tienen que destinar tiempo y dinero en capacitarlos, lo cual demora los planes. Al respecto, los diferentes sectores industriales piden como prioridad la reapertura de alternativas de educación técnica y apuestan al avance del acuerdo de capacitación firmado por representantes de la UOM con la institución local, que comenzará con el dictado de cursos en los próximos meses.
Patentamiento, otro desafío
A diferencia del mercado automotor, que tiene información exhaustiva de las adquisiciones de cero kilómetros o usados, son pocas las motos que están patentadas, que realizan la Inspección Técnica Vehicular (ITV) y en consecuencia, legalmente es como si no existieran. Así es difícil tener una estadística certera del mercado y su evolución. El principal motivo de esta situación irregular es el valor de patentar: mientras que los autos pagan 2% de su valor, los vehículos de dos ruedas deben abonar 10%. Si bien los montos difieren considerablemente entre los vehículos mencionados, el elevado porcentaje exigido es un freno para la regularización, especialmente si se tiene en cuenta que gran parte de las dos ruedas son utilizadas como herramienta laboral, especialmente por sectores con ingresos acotados.
“10% es para las motos nuevas, pero para las usadas llega hasta 50% del valor. Se paga entre $150 y 200 por una transferencia de un ciclomotor de $400”, comentó Graglia.
En ese sentido, desde la cámara local están realizando gestiones (desde 1994) ante las autoridades para lograr reducir el monto a pagar al momento de realizar el trámite con dos argumentos de peso: por un lado, a pesar de que se reduzca el porcentaje el Estado incrementará su recaudación como consecuencia de un incremento de la inscripción y por el otro lado, permitirá al sector disponer de una radiografía cabal.
Importación por nacionalización Al igual que otros sectores, las motos made in Argentina son contadas y la “Puma”, fabricada en las instalaciones de Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado, camino a Villa Carlos Paz, quedó en la memoria de quienes la usaron a mediados del siglo pasado, aunque todavía es posible ver alguna “joyita” por las calles cordobesas. |