En la vanguardia de la producción tecnológica

    Por Gustavo Baiman


    Héctor Otheguy
    Foto: Diego Fasce

    Como no podía ser de otra manera el verdadero hombre nuclear es argentino, se llama Cacho y es un empleado público. Claro que hay algunas diferencias con el viejo Steve Austin de la ficción. La principal misión del nuestro es llevar adelante una empresa, lo que por estas latitudes no es poco. Hablamos de Héctor “Cacho” Otheguy la máxima autoridad ejecutiva de Invap, una empresa estatal –pertenece en su totalidad a la provincia de Río Negro– dedicada al diseño y construcción de sistemas tecnológicos complejos con una reconocida trayectoria de más de treinta años en el área de energía nuclear.
    En plena crisis de 2001 la empresa tuvo motivos de festejos al ganar la licitación más grande de su historia para construir de punta a punta, llave en mano, un reactor nuclear en Australia por US$ 200 millones, y en agosto del año pasado obtuvo un reconocimiento mundial dentro de la comunidad científica con la puesta en marcha, en tiempo y forma, de ese reactor.
    A lo largo de los años Invap tuvo una política de diversificación e incorporó nuevas áreas dentro de los productos de alta tecnología. Una de las más importantes fue la de tecnología espacial, con el diseño y la producción de radares RSMA para el tráfico aéreo civil, y satélites de aplicación científica (el más importante es el SAC-C que orbita desde hace seis años).
    Otras de las áreas está dedicada a la producción de sistemas médicos, como equipos de radio terapia y simuladores para tratamiento de cáncer, entre otros. En este sector se cerró un contrato para exportar a Venezuela 18 centros completos de terapia radiante en una operación que supera US$ 53 millones.
    La empresa tiene también un área industrial que desarrolla equipos de avanzada para distintos sectores: construcción de plantas para residuos industriales; ingeniería de procesos químicos; plantas de liofilización (desecado en frío que sirve para conservar sin daño los más diversos materiales biológicos); y robots y herramientas especiales.
    Los últimos sectores en los cuales se incorporó Invap están ligados a las áreas de producción de software y sistemas corporativos; defensa y seguridad; y sistemas para gobierno y control fiscal.

    Reactivación nuclear
    Uno de los principales factores que impulsa el desarrollo de Invap es la reactivación a escala mundial del sector nuclear. Después de más de veinte años de una muy baja actividad, a causa de la tragedia de Chernobyl y los precios relativamente bajos del petróleo y el gas, el mercado empezó a mostrar señales de crecimiento a partir de un desarrollo importante en las medidas de seguridad en la instalación de los reactores y de la fuerte suba en los precios de los hidrocarburos. Por ejemplo, sólo en Estados Unidos hay pedidos de licencia para la construcción de veinte reactores luego de dos décadas en donde no se construyó ninguno.
    “Se ve un resurgir de la producción y uso de la energía nuclear, –afirma Otheguy– y para nosotros es una gran oportunidad para participar en distinto proyectos. Podemos hacer productos aquí, en el país, y exportarlos. Nos permite mostrar nuestra capacidad, que es muy buena, principalmente por la calidad de nuestros científicos. Como ocurre con toda oportunidad, también es una amenaza: hay escasez de recursos humanos especializados en estas áreas en todo el mundo, y por tanto tenemos que tener políticas para retener talentos, para que nuestros científicos puedan y quieran trabajar en el país. El gran desafío está bien encarado por el Gobierno nacional que está generando un plan creíble en el sector que tiende a ocupar a toda la comunidad nuclear argentina, un proyecto que resulta interesante y desafiante”.

    Tres líneas de trabajo
    En agosto del año pasado el Gobierno anunció el plan nuclear nacional, que básicamente desarrolla tres líneas de trabajo. La primera es la culminación de la central nuclear Atucha 2 y el comienzo de una cuarta central (hay dos en funcionamiento, Atucha 1 y Embalse); la segunda es el desarrollo de un reactor con tecnología totalmente nacional (proyecto CAREM); y por último la tercera, la reactivación de la planta de enriquecimiento de uranio en Pilcaniyeu. Invap tiene asegurada una participación importante en cada uno de estos proyectos.
    Otro objetivo permanente es la posibilidad de aumentar las exportaciones. Luego de la instalación del reactor en Australia y de haber ganado licitaciones en Rumania, Polonia y Egipto, la empresa logró instalar su marca y ganar prestigio en la comunidad internacional. El blanco está puesto principalmente en el mercado más importante, Estados Unidos, con proyectos con empresas como Westinghouse, que es una de las compañías nucleares más grandes del mundo.
    “Tenemos dos caminos, el mercado nacional con estos tres grandes proyectos, y la posibilidad de participar en los concursos internacionales. Logramos una buena diversificación de clientes en el área nuclear y un nombre reconocido a lo largo de todos estos años, sumado a la Comisión de Energía Atómica que es otra organización importante y que constantemente nos apoya. Invap logró demostrar que la capacidad tecnológica argentina es seria y creíble, en un mercado sumamente competitivo y en crecimiento”.
    El único problema que se plantea en todo el mundo desde el sector y que todavía no tiene una solución, es qué hacer con los residuos del material radiactivo. Por ahora parte de ese material se recicla para volver a utilizarlo y otra parte se almacena. Si bien este último proceso los pone en constante conflicto con las organizaciones ambientalistas, desde la industria aseguran que este tratamiento para los residuos es absolutamente seguro y que se hace mientras se realizan investigaciones para darle una solución definitiva. Por otra parte, agregan, esta energía es muchos menos contaminante que el petróleo, el gas y el carbón porque no genera dióxido de carbono que es la principal causa del recalentamiento global del planeta.

    Modelo de negocio
    Comparada con otras empresas de alta tecnología del exterior, Invap no cuenta con una gran estructura. Tiene 600 empleados –80% son científicos–, no tiene presupuesto oficial asignado –es una organización que se autofinancia-, y tampoco puede recibir el aporte de capitales privados por tratarse de una sociedad puramente estatal. Por otro lado los márgenes de rentabilidad son muy acotados, nunca superan 5% del valor de las ventas. Por eso en la empresa insisten en que la investigación y el desarrollo están ligados necesariamente a lo productivo. No hay un gran presupuesto destinado sólo a la investigación, no hay producción en serie y todo lo que se fabrica está hecho por pedido y para cada cliente.
    En este contexto el compromiso del Gobierno como cliente es esencial para el funcionamiento de Invap. La compra por parte del Estado de productos de alta tecnología como radares o equipos para reactores, no sólo la mantiene productiva sino que además le puede garantizar una estructura para participar en proyectos internacionales.
    “Hay una necesidad del Estado de equiparse con elementos tecnológicos. Por ejemplo, para controlar el tráfico aéreo tienen que comprar radares. A esta necesidad concreta nosotros respondemos con productos de calidad y con un buen precio. Es lo que llamamos el uso inteligente del poder de compra de Estado”.

    Propiedad horizontal
    El modelo de gestión llevado adelante por Otheguy, que ocupa la gerencia general desde 1991, es el de una organización horizontal: “Los gerentes formamos un solo cuerpo, después vienen los jefes de grupo y por último el resto de los científicos y técnicos, nada más. Podemos decir que hay sólo 3 ó 4 niveles, y esta modalidad genera una velocidad de respuesta y una comunicación muy fluida, que es la única forma de trabajar en esto por toda la diversidad de negocios que manejamos. Muchos se sorprenden al ver cómo con tan poca gente hacemos todo. La respuesta está en nuestra estructura y en las formas de hacer los negocios. Por otra parte, contamos con una planificación muy dinámica; mes a mes estamos cambiando para encontrar los mejores proyectos. Pero además nuestro mayor logro es haber conseguido el compromiso de la gente, en Invap a pesar de no tener los mejores sueldos del mercado, hay un bajo porcentaje de rotación en el personal”. M
    G.B.