Por Martín Cuccorese
Minna
Olga Cossetini 1691 (esq. Vera Peñaloza)
Todos los días de 10.00 a 1.00. Almuerzo 12.00 a 16.00 hs.; cena 20.00 a 1.00 hs.
Tel. 5787-3090
Estacionamiento: 1 hora sin cargo.
Foto: Gabriel Reig
Madero Este viene convirtiéndose en un polo gourmet alternativo (alternativo al originario de Alicia Moreau de Justo), al ritmo que crecen los complejos edilicios. Decir “polo gourmet” no significa decir que allí se encuentra la avant garde de la cocina argentina, sino que las características del lugar han permitido el despliegue de una serie de restós con diseños contemporáneos, un buen nivel en los platos y una propuesta gastronómica diversa donde dominan los sabores asociados al gusto local o, lo que es lo mismo, aquello que el turismo espera en una mesa porteña.
Minna-Cocina Pasión, que abrió sus puertas recientemente en 2006, tampoco se aparta de este libreto. En la esquina de Olga Cossetini y Rosario Vera Peñaloza se presenta con el tono que apenas separa lo público (la calle) y lo privado (el restó) con grandes ventanales desde donde se pueden observar los diques. De noche, la intimidad de alguna manera es preservada con una iluminación tenue acompañada de velas en cada mesa. La suave música también ayuda a la intimidad.
Llegamos un nocturno jueves de este tórrido verano y mientras revisábamos la carta pedimos dos tragos. Interesante “Green Apple Martini” ($14), una variación del Martini, pero respetando la búsqueda de un trago seco. También un “Mojito” ($16) levemente dulce, algo femenino. Pero sobre gustos…
Minna-Cocina Pasión ofrece en su menú una orientación ítalo-mediterránea; su fuerte son pizzas gourmets a la parrilla (grande $32/30) y pastas –también la carta contempla carnes rojas y blancas por si hay antojo de otro plato–. Evaluamos las segundas pero lo primero es lo primero y fuimos a por las entradas. “Crocantes de masa filo” ($13) rellenos con ricota, trocitos de jamón crudo, albahaca y aderezado con aceite de oliva. Una conjunción clásica mediterránea, fresca y liviana como manda el verano. Correcto. “Rotolo de mozzarella” ($16) con salmón ahumado, mayonesa de eneldo, rúcula, tomates secos, ensalada verde y olivas. Este plato –una especie de arrollado de mozzarella relleno de salmón– no nos terminó de convencer no por la combinación de texturas sino por cierta neutralidad en los sabores. Las porciones en ambos casos fueron generosas.
Vayamos a los platos principales: dividimos la elección en una pasta seca y otra fresca. Ambos cumplieron bien en los puntos de cocción aunque con diferencias. La pasta seca “Fussili” ($21) con vegetales asados (champiñones, tomates cherry), tomillo y escamas de parmesano. Y la fresca “Gnocchi” ($26) elaborados con papa asada y acompañados con una salsa crema de berros, habas y tomates confitados. Los fussili respetaron más la tradición italiana, es decir, entender “al dente” una pasta que ofrece cierta resistencia al masticar. En cambio, los gnocchi se acercan más al gusto local, algo apenas más blanda que la versión itálica. De todas formas, ambos platos superaron la prueba de la presentación, de los sabores y mantuvieron el concepto de platos abundantes sin exageraciones. Para el cierre, un desvío impredecible de este cronista lo llevó a una variación del tradicional postre vigilante denominado “Desafío” ($11). Un Boca/River entre queso atuel y dulce de calabaza versus queso fresco y dulce de batata. Obvio, este postre no exige comentario alguno, salvo aclarar que la materia prima era buena.
Una atención cordial y respetuosa (cubiertos $5 p/p), atenta a las preguntas y solicitudes sin realizar pegajosa marca personal. Además, Minna tiene una muy buena cava de vinos visible y bien representada en una inteligente carta que lleva adelante el sommelier Fernando Ferraro (ex Sucre). Hay opciones por copa y botella, las marcas conocidas y también esas raras etiquetas nuevas. La alternativa tragos también resulta seductora tanto para el atardecer como para aperitivo.
Teniendo en cuenta que Minna hace poco que abrió sus puertas, el saldo es positivo. Un restaurante necesita tiempo para ir consolidando su equipo y también sus platos. Nos quedaron ganas de hacer un recorrido por sus pizzas a la parrilla. Pero eso será otro día. M