La economía global continúa mostrando un crecimiento sólido
y equilibrado. En efecto, y a pesar de que países como EE.UU. muestren
tasas de crecimiento menores a las de 2005, se espera que la economía
global crezca –como resultado final– 4,8% en 2006, superando incluso
el promedio observado para el período que abarca los cuatro años
anteriores.
Para 2007 se proyecta una desaceleración pequeña en el ritmo de
aumento del producto (4,5%). Pese a que la principal potencia, EE.UU. muestra
signos de debilidad (en tanto la expansión del producto será solo
de 2,7% debido, entre otros factores, al enfriamiento de la actividad inmobiliaria),
los niveles observados en el resto de las economías líderes podrán
mantener la demanda global. Tal es el caso de los gigantes asiáticos
como China (10,2%) e India (7,3%), y en menor medida Rusia (6,5%). En tanto,
los países del G7 crecerían 2,6% y los países de Latinoamérica
lo harían en 4,4%. Si bien los valores proyectados para 2007 son menores
que los estimados para 2006, en ningún caso se pronostica un escenario
recesivo.
Inflación controlada
Con respecto a los precios, se observa que las tasas de inflación se
mantienen bajas en las principales economías a pesar del incremento de
los precios de las commodities. En efecto, dentro de este grupo de
países, aquel cuyo índice de precios se ha incrementado en mayor
medida resulta ser EE.UU., que ha mostrado una tasa anual de 3,6%, similar a
la registrada en 2005. Siguen de cerca México (3,5%), Italia (2,4%) y
Reino Unido (2,3%). Japón presenta una tasa de 0,3%.
Entre las causas del aumento moderado en los índices de precios podemos
destacar los avances en la productividad del capital y la mayor oferta de trabajo
debido a la incorporación al mercado laboral de la población de
los gigantes asiáticos, lo que permite reducir los costos laborales.
También se suma el descenso, desde julio último, del precio del
petróleo, que redujo los costos de energía. Las causas de este
hecho pueden buscarse en las menores restricciones de oferta, disminución
de riesgos geopolíticos y menores presiones por el lado de la demanda.
Sin embargo, tal descenso no ha impactado en el precio de las materias primas
agrícolas.
Riegos insoslayables
Si bien las perspectivas de crecimiento a escala mundial parecen ser favorables,
hay que prestar especial atención a los desequilibrios en la cuenta corriente
de los países líderes.
EE.UU. es el caso paradigmático, ya que terminó el año
2006 con un déficit de cuenta corriente de 6,6 puntos del producto, el
máximo de los últimos años, y que además no da indicios
de revertirse. A eso se suma el abultado déficit fiscal que presenta
este país. La otra cara de este hecho se aprecia en los fuertes superávits
de Alemania y China.
Sin embargo, algunos economistas sostienen que el crecimiento mundial es sustentable
a largo plazo en tanto las modificaciones que se vislumbran en el mercado mundial
forman parte de un cambio de paradigma caracterizado por el aumento de la productividad
del trabajo en EE.UU., el aumento del factor trabajo en el mercado mundial producto
de la incorporación a la población económicamente activa
de países como China, Rusia e India y los elevados precios de las commodities.
Todo lo cual provoca que los salarios se mantengan reducidos en todo el mundo
y los incrementos de otros costos sean compensados por las ganancias de productividad
y el empleo. De esta forma, los déficit serían sostenibles en
el mediano y largo plazo y no sería necesario un ajuste en el valor del
dólar lo cual permitiría mantener elevada la demanda global, factor
crucial en el sostenimiento de las trayectorias expansivas del producto a escala
global.
En la otra vereda se encuentran quienes afirman que los déficits gemelos
que enfrenta el país del Norte (fiscal y de cuenta corriente), lo obligarían
a realizar un fuerte ajuste para equilibrar sus cuentas, provocando serios desequilibrios
en el crecimiento mundial. A ello se suma el enfriamiento del sector inmobiliario,
uno de los sectores más dinámicos de la economía estadounidense,
lo que podría obligar a reducir la demanda global de bienes.
Problemas potenciales
Al problema externo que enfrenta EE.UU. y su relevancia mundial, se suman otros
factores que podrían poner en peligro la continuidad del crecimiento
global.
En primer lugar, los elevados precios del petróleo podrían generar
una inflación de costos en los países centrales y, a su vez, una
expectativa de aumento de tasas de interés por parte de la Reserva Federal
atentando contra la liquidez de los mercados emergentes.
Igualmente, la solidez en los fundamentos económicos de los mercados
emergentes (superávit fiscal, de cuenta corriente, altas tasas de crecimiento
y baja inflación) parecen desestimar la posibilidad de una crisis global
en respuesta a shocks externos. A ello se suma que la política
de acumulación de bonos del tesoro estadounidense de diversos bancos
centrales del mundo (en especial de China e India) aseguran, al menos en el
corto plazo, el sostenimiento de la tasa de interés en sus mínimos
históricos. Cabe destacar que el descenso en el precio del petróleo
(US$ 62 dólares el barril en diciembre de 2006) luego del boom
reciente (se cotizó a US$ 77 en julio último) permite poner paños
fríos a las presiones inflacionarias a escala mundial.
También surgen dudas sobre cuál será el desempeño
de la economía china en los próximos años. En particular,
dado el régimen político existente en el país asiático,
surge el interrogante sobre cuál será su política de inversiones,
el respeto sobre los derechos de propiedad, y si se seguirán implementando
reformas que propicien el clima de negocios.
Por último, asoman dos riesgos no menores: el primero, el aumento de
las tendencias proteccionistas en algunos países puede perjudicar el
comercio internacional y con ello el crecimiento. El otro, factores geopolíticos
como el terrorismo internacional puede generar incertidumbre en el sector privado
y atentar contra las inversiones.
En síntesis, la Argentina enfrenta un contexto internacional aún
favorable; la expansión mundial liderada por los gigantes asiáticos
(China, India y en menor medida, Rusia), permite mantener elevado el precio
de las commodities, especialmente los argentinos, que se espera mantener
en el tiempo. M
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La región, a paso firme Las economías latinoamericanas continúan en el sendero |