Lideran los servicios, pero el sector de bienes crece

    Si analizamos la evolución del producto por el lado de la oferta, vemos
    que el aporte de los distintos sectores ha variado en importancia a lo largo
    del período post crisis 2001. En efecto, el crecimiento del producto
    en 2003 estuvo mayormente impulsado por el sector de bienes, que aportó
    más de 60% al crecimiento de la economía. Al mismo tiempo, los
    servicios contribuyeron con sólo 38,5% del incremento del producto. La
    explicación de este proceso puede encontrarse en que el tipo de cambio
    más alto luego de la devaluación otorgó competitividad
    al sector industrial al tiempo que obligó a sustituir importaciones por
    bienes elaborados localmente.
    Sin embargo, este proceso tendió a revertirse en los años subsiguientes.
    En 2004 los servicios contribuyeron con 56% mientras que los bienes lo hicieron
    con 44%, por lo que el aporte de ambos sectores resultó ser más
    igualitario. Esta tendencia se acentuó en 2005, año en que los
    servicios contribuyeron con 62,3% y los bienes con 37,7%. Finalmente, en 2006
    pudo apreciarse una nueva supremacía de los servicios sobre los bienes
    en su contribución al crecimiento. Sin embargo, la participación
    de estos últimos volvió a incrementarse, superando 42%. Así,
    si bien los servicios lideran el motor de crecimiento de la economía,
    el aporte de los bienes ha cobrado fuerza el último año.
    Con respecto a los servicios, podemos destacar que en el proceso de recuperación
    a partir de 2002, todos los segmentos mostraron un incremento generalizado,
    si bien en 2003 y 2004 se redujeron los servicios financieros, por lo que este
    sector se convirtió en el único que aportó negativamente
    al crecimiento. Por su parte, en 2005 se registró un incremento en todos
    los componentes del sector, resultando los de mayor participación en
    la generación de servicios el transporte y las telecomunicaciones (27%),
    seguidos por el comercio mayorista y minorista (24,3%) y la intermediación
    financiera (14,6%). Finalmente, en 2006 vuelve a registrarse un crecimiento
    en todos los rubros del sector. Al igual que ocurriera en 2005, los componentes
    de mayor participación en el total de servicios fueron el transporte
    y las telecomunicaciones (23,3%), seguidos por el comercio minorista y mayorista
    (20%) y la intermediación financiera, nuevamente con 14,6%. M







    ¿Qué pasará en
    Estados Unidos


    Las perspectivas en EE.UU. son moderadamente buenas, según una
    cantidad de especialistas en aspectos financieros, bursátiles
    y comerciales. No obstante, a algunos los desvelan temas como el desinfle
    de la burbuja inmobiliaria –que hace un año no preocupaba
    a casi nadie–, el dólar débil y el eventual sesgo
    proteccionista del nuevo congreso.
    También ronda, claro, el espectro de reveses económicos
    en China, lo cual subraya algo que pocos notan: la creciente dependencia
    de la economía estadounidense respecto de Asia oriental y meridional.
    No ya sólo de los países petroleros o de la Eurozona (los
    doce adherentes a la moneda común).
    En otro plano, la inclinación a una izquierda populista o moderadas
    en Latinoamérica parece converger con la creciente influencia
    económica de Venezuela, China, Rusia e India o de gigantes como
    Gazprom y Tata.
    En EE.UU. “se prevé menor crecimiento del producto bruto
    interno”, presume Jeremy Siegel (Wharton). Este indicador subía
    a razón de 5,6% en el primer trimestre, pero cedió a 2,6%
    en el segundo, 2,2% en el tercero y, probablemente, lo mismo en el cuarto.
    “Espero –apunta el analista– 10% de expansión
    en los indicadores bursátiles. Los tipos de interés se
    mantendrán estables y el Sistema de Reserva Federal quizá
    no rebaje tasas cortas hasta la segunda mitad de 2007. El dólar
    continuará vulnerable, pero sin llegar a cracs”.