Hay quien dice que los economistas son aburridos, mientras que la economía
–o al menos el comportamiento económico– es excitante. En
todo caso, este año los analistas han tenido que hacer ímprobos
esfuerzos por diferenciarse y llamar la atención advirtiendo sobre riesgos
futuros, mientras una catarata de buenas noticias se desplegaba sin fin desde
las páginas de los periódicos, acostumbrando a los argentinos
a una sensación de “todo anda muy bien”.
Lo evidente es que la Argentina es una fiesta: los precios internacionales de
productos básicos volvieron a subir. En el caso del trigo podrá
argumentarse que se debe a factores climáticos que pueden darse vuelta;
pero en los del maíz y la soja los motivos parecen ser más estructurales:
es una combinación de demanda asiática y calentamiento global
(que empuja al alza por la búsqueda de combustibles alternativos). Si
esto es así la recaudación seguirá dando sorpresas positivas.
Para los especuladores financieros también es una fiesta : no hay nada
mejor para ellos que un país “poco confiable” que no va a
entrar en default. Si es poco confiable tiene que ofrecer tasas de
interés altas y si no va a entrar en default las va a pagar puntillosamente.
Pocos lugares en el mundo son más apropiados para un negocio financiero
que la Argentina. Incluso el oximoron (contradicción en los propios términos)
de S&P parece deliberado para mantener ese negocio vivo, porque en teoría
“poca confiabilidad” e “imposibilidad de default”
son difíciles de conciliar.
El Presidente Kirchner, vive su propia fiesta: no necesita plan económico
por el momento. La entrada de capitales fogonea el nivel de actividad y empleo
y Felisa Miceli es mejor que Roberto Lavagna porque bajó la inflación.
¿Qué más puede pedir?
Nada cambiará –ni parece haber motivos– antes de las elecciones
de renovación presidencial del próximo año. Todo seguirá
igual, al menos hasta octubre, en materia de congelamiento de tarifas públicas
y controles de precios; de subsidios y de creciente inversión en obras
públicas; y en establecer un piso salarial de 13% a los aumentos, para
seguir teniendo la inflación bajo control.
Los principales analistas económicos admiten que en 2007 la economía
crecerá entre 7,4% (los pesimistas) a 9% (los optimistas). Lo que garantiza
el mantenimiento del superávit fiscal y un aumento en la recaudación
tributaria. Se supone que las exportaciones excederán los US$ 50 mil
millones, con lo cual también se mantendrá el superávit
comercial.
Para el gobierno, el nivel de inflación estará en 7,7%, mientras
que los economistas sospechan que será de 9 a 12%, con precios reprimidos
como hasta ahora.
Mientras tanto, y para no ser acusados de complacientes, los analistas advierten
sobre problemas futuros: crisis energética, nivel de inversión,
fracaso de la política de precios y disparada inflacionaria, falta de
una política de largo plazo, y algunos otros rubros. Pero nada le quita
al sueño al gobierno en este fin y principio de año.
Indicadores macroeconómicos
Veamos algunas demostraciones concretas de estas buenas noticias con que recibimos
el año nuevo. Los indicadores que siguen fueron seleccionados –a
pedido de Mercado– por la consultora abeceb. com.
El plano fiscal
Las finanzas públicas evidencian en los últimos años una
mejora significativa, alcanzando incluso niveles récord de superávit
primario.
Esta performance, se sustenta básicamente en una tendencia creciente
en los ingresos y una suba más moderada de los gastos, que si bien en
los últimos meses comienzan a crecer a tasas mayores, no presentarían
un riesgo para el superávit.
El sector externo
Un dato relevante –en el análisis del sector externo– de
los últimos meses es que las manufacturas de origen industrial (MOI)
están ganando participación en el total. De hecho en 2006 promedian
31,3% del total vendido al exterior, cuando 12 meses atrás ese guarismo
alcanzaba 29,3%.
Dentro de este rubro, la industria automotriz es la que más aportó
al crecimiento (56,5%), seguida por las manufacturas de metales preciosos, los
equipos eléctricos y la industria naval.
El nivel de empleo
Los datos de empleo también resultan positivos desde hace ya cinco trimestres.
Tanto es así que hoy la tasa de empleo está 5,3 puntos básicos
por encima de la registrada en los años 90 y más de 7,1 puntos
básicos por encima de su piso en 2001.
Por su parte, si bien las cifras de desempleo continúan siendo altas
en términos históricos, en los últimos trimestres se avanzó
sustancialmente en su control. Hoy el desempleo abierto se encuentra 8,1 puntos
básicos por debajo de su pico en 2002 y 1,3 puntos básicos por
debajo del promedio de la década del 90. M
Todos los gráficos son de abeceb.com