Por Gustavo Baiman
Andrés Navarro.
Foto: Diego Fasce
La salud y la educación avanzan en la región a mayores tasas que el producto interno bruto, por tratarse de una inversión social que cobra fuerza en las épocas de crecimiento económico.
Andrés Navarro, presidente de Sonda –uno de los principales integradores y proveedores de servicios y soluciones tecnológicas en América latina, con ventas anuales de más de US$ 300 millones– sostiene: “Estos sectores con alta sensibilidad comunitaria constituyen una buena oportunidad de negocio, por más que nuestros mayores ingresos provengan de la economía tradicional. Vimos que las organizaciones, tanto públicas como privadas, que administran y brindan servicios en las áreas de salud y educación, están tomando verdadera conciencia de los beneficios de utilizar tecnología”.
La empresa lleva 20 años en la Argentina (nació en Chile a mediados de los 70) y se apoya en alianzas estratégicas con marcas mundiales líderes en tecnología, como HP, Microsoft IBM y Autodesk.
“Nos transformamos en el hermano mayor de muchas compañías pequeñas –dice Navarro– y es un rol que asumimos y cumplimos con responsabilidad, no pretendemos saber todo y cada vez que tenemos la oportunidad de acceder a un contrato importante formamos equipos con otras empresas locales más familiarizadas con la situación y con el tema. La definición de nuestro negocio es que somos integradores de sistemas”.
Tercerizaciones
En el menú principal de servicios y soluciones que ofrece Sonda están las distintas modalidades de outsourcing (externalización) de todo o parte de la función informática, consultoría, plataformas –adecuadas a las necesidades de cada empresa u organización–, soporte de infraestructura y mesa de ayuda al usuario, desarrollo de aplicaciones de gestión y desarrollo de software.
“La relación con nuestros clientes es un camino de doble vía; por un lado, intentamos construir una alianza a largo plazo, pero por otro sabemos que nadie quiere sentirse atado y, por eso, en esa alianza estratégica, siempre dejamos puertas de salida que dan la libertad de elegir otro operador, lo cual obliga a mejorar constantemente nuestra calidad de servicio y eficiencia en el trabajo”, dice Navarro.
Según los datos de Sonda, la intensidad de uso de las tecnologías en la región todavía es bajo en comparación con el mundo desarrollado: en países como Japón, Estados Unidos, Inglaterra o Alemania el gasto anual para este tipo de tecnologías se aproxima a 2,5% del producto, en cambio en Latinoamérica sólo llega a 1%.
“Empezamos incorporando tecnología en las distintas áreas de negocio y ahora apuntamos también a los gobiernos; esto está siendo acompañado con un ansia de modernización que se da en casi todos los países de la región. Además, elaboramos una estrategia para introducirnos el año que viene en los mercados europeos y asiáticos”, concluye Navarro. M