Nueva y mayor exigencia de las marcas


    Santiago Márquez (G2).


    Marcos Santi (141).


    Ezequiel Rocino (McCann).

    Fotos: Diego Fasce

    Por Patricio Cavalli

    Obviamente, la existencia del BTL implica necesariamente la existencia
    de un ATL (o above the line o “sobre la línea”),
    donde se ubican todos los medios que son masivos en su llegada al público,
    estén o no segmentados: TV, radio, vía pública, revistas,
    diarios, cable… Hay discusiones filosóficas: si una cenefa en Carrefour
    de Vicente López tiene más contactos con el público que
    un aviso en “La Hora Yugoeslava” en un canal de cable de zona norte,
    ¿cuál de los dos es ATL?: gana “La Hora Yugoeslava”.
    No tiene lógica pero es así.
    Lo más interesante de descubrir que existe un above y un below
    es ver que hay un concepto llamado the line, un paralelo 38, una línea
    siempre delgada y roja que separa un dominio de otro, una realidad y forma de
    trabajo de otra. Hay que ser sinceros: esa línea existe sólo y
    únicamente en las mentes de los directivos de agencias de publicidad
    y en la de los gerentes de marketing. En la mente de los consumidores (el verdadero
    campo de batalla) no hay líneas de ningún tipo: la marca es una
    sola, los mensajes tienen una única fuente y los impulsos se reciben
    holísticamente, como una unidad atómica, indivisible y primaria.
    La división del átomo en este campo es un invento de anunciantes
    y agencias.
    La línea es más delgada en aquellos que en éstas. Para
    el gerente de marketing suele tener igual peso la cenefa para la góndola
    del súper que el spot de TV; el folleto para la fuerza de ventas
    que el aviso de página de diarios. Sin embargo suele ser fuente de más
    dolores de cabeza conseguir esa cenefita que la filmación de un comercial
    de 35 segundos. Es que la línea se hace más gruesa en el terreno
    de las agencias, donde el BTL solía ser dejado a los trainees
    y pasantes, era mirado por ejecutivos de cuenta como el primo tonto que dejaba
    poca utilidad y por los creativos como la prima fea que no permitía lucirse.
    Durante años, incluyendo el big bang creativo de los años
    90 la tendencia fue dejar el trabajo BTL para lo último y privilegiar
    el ATL.

    El refuerzo imperioso
    Como ocurre con el desarrollo de toda tendencia, la marea está cambiando:
    con el tiempo, el BTL comenzó a ser valorado por los anunciantes
    más allá de la temporalidad de los mundiales y la falta de presupuesto.
    La recordación marcaria lograda a través de los medios masivos
    debe hoy ser reforzada con una presencia en el lugar donde se decide 90% de
    las compras: el punto de venta. Las cenefitas pasaron a ser televisores de plasma
    interactivos; se propagaron los medios, puntos y formas de contacto y las promociones
    en puntos de venta o lugares públicos pasaron a ser activaciones de consumo,
    experiencias vitales o instantes transformatorios de la relación del
    consumidor con el producto.
    “Es un cambio que se veía venir, era necesario dar vuelta la poca
    creatividad que había en lugares como el punto de venta. El tema de la
    traffic con unas promotoras no va más, está muerto”,
    dice Ezequiel “El Tigre” Rocino, director del área de activación
    y guerrilla de McCann Ericksson Argentina. Desde hace un año, tras la
    conversión creativa y la asunción de Papón Ricciarelli
    y Chavo D’Emilio en el management de la agencia, McCann transformó
    su área de BTL en una “dedicada a generar acciones rápidas,
    con menos recursos y alto impacto, en lugares donde está el target”,
    de ahí la denominación. El valor agregado primario y fundamental
    del equipo no es de todas formas la velocidad, sino el alto nivel de la propuesta
    creativa. “La filosofía de Papón y Chavo decantan en toda
    la organización –dice Rocino– y el cliente no sólo
    acepta ideas jugadas sino que te pincha para que levantes el nivel más
    y más”.
    Lo mismo ocurre con los consumidores. Cada vez más hostigado ante la
    proliferación de contactos e impulsos que lo siguen desde adentro de
    los programas de TV hasta en los asientos de taxis, baños o changuitos
    de supermercado, el público rechaza todo lo que no le resulte muy atractivo,
    muy agradable o muy sorprendente. “Ahí está la clave, depende
    de lo que vos le ofrezcas. Si yo me aparezco en una esquina diciéndote
    ‘tengo este producto, ¿lo querés comprar?’ y me tiro
    encima como el lavador de vidrios, no pasa nada. Ahora, si yo te propongo una
    cosa, como un entretenimiento, ahí es distinto –dice Rocino–
    se da una negociación con el cliente: sí, te quiero vender algo
    pero te doy algo a cambio. Ahí gusta: una cosa es que te seduzcan y otra
    que te violen”, resume mientras con un ojo relojea junto a Mercado el
    2 a 2 entre Suecia e Inglaterra.
    La clave para evitar una actitud renuente es generar empatía con el consumidor;
    quebrando la distancia de los medios masivos; generando experiencias diferentes,
    novedosas y que ayuden a construir la marca en su mente. Para su cliente aguas
    Dasani la agencia ideó un oasis urbano en pleno verano. Cuando el calor
    de las cinco de la tarde apretaba, los paseantes podían entrar en un
    túnel vidriado y regado con agua, decorado con una muestra de fotos que
    retrataban la vida del hombre y la ciudad, con aire acondicionado y vasos de
    Dasani disponibles. El slogan de la marca “La vida urbana te
    desgasta, recuperate” funcionaba como hilo conductor de toda la acción.

    Coherencia creativa
    Mantener la unidad, continuidad y el nivel creativo en toda la línea
    de la comunicación es ahora una condición fundamental para las
    acciones de marketing. No existe más, al menos en las agencias que lideran
    el cambio de este mercado, la campaña que surgía de una idea para
    la TV, repetía el jingle en la radio, replicaba un fotograma
    del spot en vía pública y ponía el logo del producto
    en la puntera de góndola. “Cuando vos venís con un problema,
    de acá no va a salir un spot de TV o un aviso, el brief
    no pide eso. La solución de comunicación va a ser una idea, que
    trabaja con el concepto de 360º. Es lo que acá llamamos creatividad
    sin costuras”, dice Santiago Márquez, director general de G2, el
    spin-off de Grey Argentina para la actividad BTL. Sentado
    cómodamente, con los pies sobre la mesa ratona del informal despacho
    con vistas a Plaza San Martín de su jefe, el CEO de Grey Marcelo Delbarba,
    Márquez explica: “Frente a un problema, no importa si entra por
    Grey o por G2, va a salir una solución múltiple. Si ves los casos
    del grupo te das cuenta que tienen múltiples aristas y es difícil
    ver cuál es la pieza madre, de dónde salió la solución
    y eso es porque todas tienen un peso bastante similar.”
    Hay clientes para las cuales las acciones BTL son toda la comunicación
    que pueden hacer, debido a restricciones legales. Es el caso por ejemplo de
    las tabacaleras, como la British American Tobacco (en la Argentina Nobleza Piccardo),
    cliente de G2. “En su caso sistemáticamente nos vemos obligados
    a buscar nuevas formas de comunicación para llegar a nuestros consumidores.
    Eso hace que por ejemplo el envase no sea sólo el envase sino un medio
    para comunicarse, la llave a más actividades”, dice Márquez.

    Para Lucky Strike, por ejemplo, la agencia desarrolló un medio de comunicación
    propio, la revista Original Voice que provee a sus clientes contenidos editoriales
    exclusivos, sin publicidad. Hay más: la agencia es autora de la promoción
    del detergente Magistral, en la que donaron el producto para limpiar los pingüinos
    empetrolados en Punta Tombo. “La idea prendió tan fuerte que hasta
    los noticieros la levantaron”, dice Márquez. Además se creó
    un website que enseñaba al público a limpiar pingüinos y
    donde se organizaba un sorteo para que los interesados pudieran ir hasta el
    lugar a ayudar con la limpieza. “Te preguntabas ¿Dónde empieza
    la campaña y dónde termina? y es algo muy difícil de determinar,
    no se sabe si es algo institucional, o algo de promoción y la verdad
    es que es un ciclo de comunicación de la marca que se aprovecha lo más
    posible.”
    La experiencia de Grey en el mercado del BTL no termina allí.
    Desde febrero de 2006 participa de un emprendimiento sui generis en
    la Argentina: junto a Ogilvy crearon GO, agencia integrada para atender las
    necesidades de un cliente específico: Coca-Cola. Mientras Ogilvy se ocupa
    del trabajo ATL, Grey es responsable por el trabajo BTL del
    gigante de las gaseosas.

    Los que atraviesan la línea
    Dentro de este esquema de integración de las comunicaciones, hay agencias
    que han comenzado a tratar de romper la línea psicológica del
    BTL y el ATL. 141 Bonta, filial nacional de la agencia especializada
    del grupo WPP, cuyo nombre pronunciado en inglés (one four one) suena
    parecido a “uno por uno”, acuña el concepto y neologismo
    del TTL: through the line ó “a través
    de la línea”. 141 surge en Inglaterra en 1992 para atender específicamente
    a tabacaleras y empresas de bebidas alcohólicas, impedidas por las leyes
    de hacer publicidad ATL. “Esto hizo que 141 empezara a desarrollar
    estrategias que fueran más allá de la publicidad tradicional.
    Y ese trabajo nos hizo expertos en el mundo en la disciplina que luego se llamó
    below the line
    .” Quien habla es Marcos Santi, gerente general de
    la agencia desde 2005 y con 24 años de carrera en el mercado argentino.
    “Con el tiempo fueron apareciendo clientes con una necesidad impuesta
    no por reglamentaciones, sino por el mercado y las marcas comenzaron a ver que
    había diferenciales muy importantes en cómo llegar a los consumidores
    de una manera mucho más directa, a través de métodos y
    formatos no tradicionales. Así creció 141 en todo el mundo”.

    El diferencial de la agencia frente a sus competidores y frente a otras agencias
    del grupo propiedad de Sir Martin Sorrell es este proceso que denominan TTL.
    “No estamos posicionados ni específicamente en el ATL
    ni únicamente en el BTL –explica Santi– nuestra
    filosofía es que hoy, para transformar el comportamiento de los consumidores
    no basta un aviso bien colocado por más impactante que sea, sino que
    llegar al consumidor es la resultante de un proceso mucho más complejo:
    lograr sorprenderlo, involucrarlo, lograr que cambie un hábito de consumo
    que le viene de hace tiempo, de su familia, y que tome decisiones a favor de
    la marca.”
    La cultura de trabajo de 141, dice Santi, es hacerlo todo en casa: no tercerizar,
    tener todas las herramientas en la agencia, usar las mismas cabezas creativas
    para el trabajo ATL como el BTL, no llamar freelances
    para las tareas de una u otra área y eliminar divisiones humanas, estratégicas
    o geográficas. Esta concentración de aspectos de la comunicación
    es la que permitirá a las agencias prevalecer en el mercado, dice. “No
    somos una boutique creativa. Hoy aparecen agencias chicas alrededor
    de una personalidad creativa muy fuerte, pero con grandes limitaciones para
    satisfacer las necesidades de los gerentes de marketing, que están día
    a día con la espada de Damocles viendo cómo pueden ganar market
    share
    y lograr que el consumidor vaya hacia sus productos.”
    En esto coinciden todos los especialistas: la exigencia de los anunciantes para
    obtener soluciones efectivas, de alto impacto creativo, que generen recordación
    de marca, construyan branding y logren ventas es cada vez mayor. Las
    nuevas tecnologías, la digitalización, la explosión de
    medios y la presión financiera están dándole forma a un
    mercado que hace años hubiera sido impensable. ¿Se imaginaban
    los publicitarios hace quince años haciendo creatividad para celulares
    o dándole tanto tiempo a generar la idea de una promoción en un
    súper como a la de un spot de TV? La respuesta es invariable:
    “La verdad que no.” M