Estrategia en versión 2006

    Por Danila Terragno

    Ilustración: Agustín Gomila

    La estrategia empresaria, definida casi en su totalidad antes de los años ’80, se la debemos a unos pocos hombres:
    • Igor Ansoff: integración horizontal y vertical, matriz de crecimiento producto-mercado.
    • Alfred Chandler: “la estructura sigue a la estrategia”.
    • Peter Drucker: administración por objetivos.
    • Michael Porter: las cinco fuerzas competitivas, cadena de valor, estrategias genéricas.
    • Philip Selznick: análisis de factores internos (perfeccionado en Harvard y modelizado bajo el “análisis FODA”).

    Hoy en día estos conceptos siguen siendo la base de lo que se enseña en las escuelas de negocios. Pero la explosión de las comunicaciones, la aceleración del cambio tecnológico y el acercamiento de las fronteras geográficas están dando lugar a nuevos modelos, conceptos y herramientas más complejos, dinámicos e integrales.
    En una oficina versión 2000 resulta cada vez más difícil encontrar un área de Planificación Estratégica, tan venerada veinte años atrás. Las preocupaciones se han vuelto más prácticas y cortoplacistas. En la búsqueda constante no ya de satisfacer las necesidades de sus clientes sino de superarlas día a día, se ha devaluado la estrategia y sobrevaluado la acción.
    El foco en la primera parte de la década ha estado puesto en lograr resultados inmediatos mediante acciones que se van poniendo a prueba a medida que se implementan. A la manera del programa de televisión Showmatch, en el cual el conductor Marcelo Tinelli va monitoreando los resultados del rating minuto a minuto y adaptando sus acciones en tiempo real, los empresarios revisan y vuelven a revisar los indicadores de performance y se adecuan sobre la marcha.
    Pero el rating diario no garantiza que Showmatch siga incrementando su audiencia a lo largo del tiempo. De la misma forma, el descarte de lo estratégico a favor de lo operacional torna vulnerables a las empresas y atenta contra su crecimiento.
    El problema radica en que está instaurada la separación de estrategia y ejecución, así como también existe una noción secuencial de que la primera antecede a la segunda. Sin embargo, está surgiendo gradualmente un nuevo concepto que une mente con manos, pensar con hacer; se trata de una “estrategia integrada” que trae apareados modelos de management adecuados a los mercados actuales, hipercompetitivos, globales, en los que los consumidores dejan atrás su aceptación pasiva de la oferta de las empresas y pasan a ser protagonistas en el proceso estratégico de creación de valor. M

    Hora de renovar la biblioteca de Estrategia
    Los mejores libros en lo que va de la década

    Blue Ocean Strategy: How to Create Uncontested Market Space and Make the Competition Irrelevant, by W. Chan Kim and Renée Mauborgne (Harvard Business School Press, 2005).
    Resumen
    En el afán por crecer, las empresas pelean por lograr ventajas competitivas, libran batallas para ganar porciones de mercado y luchan por diferenciarse. Pero en las industrias actuales, tan repletas de jugadores, la lucha frontal derrama sangre y achica el caudal hasta que todos se encuentran compitiendo ya no en un océano azul sino en un charco rojo. Sobre la base de 150 casos, Chan Kim y Renée Mauborgne proponen abandonar las batallas y salir a la búsqueda de nuevos océanos azules, es decir, espacios de mercado aún sin reclamar. Un enfoque sistemático para hacer de la competencia un factor irrelevante.

    MarketBusters: 40 Strategic Moves That Drive Exceptional Business Growth
    , by Rita Gunther McGrath and Ian C. MacMillan (Harvard Business School Press, 2005).
    Resumen
    Ninguna empresa está exenta de dificultades para lograr cada vez más rentabilidad. ¿Entonces cómo es que algunas empresas superan todas las barreras y dejan atrás a sus rivales? Según Rita Gunther McGrath e Ian MacMillan la respuesta está en los “MarketBusters”: movidas estratégicas que reconfiguran drásticamente las fuentes de rentabilidad. Los autores identifican 40 de estas movidas, sobre la base de un estudio de casos reales llevado a cabo durante tres años.

    The Fortune at the Bottom of the Pyramid: Erradicating Poverty Through Profits, by C.K. Prahalad (Wharton School Publishing, 2005).
    Resumen
    Prahalad revela que el mercado de mayor crecimiento mundial se encuentra en el lugar menos esperado: la base de la pirámide. Los pobres del mundo, en su conjunto, tienen un enorme potencial emprendedor así como inmenso poder de compra. Propone a las empresas no desaprovechar la oportunidad de destinar recursos para abastecer este mercado, ayudando a los más carenciados a la vez que generando una buena ganancia. Ilustra con casos reales.

    The Future of Competition: Co-Creating Unique Value with Customers, by C.K. Prahalad and Venkat Ramaswamy (Harvard Business School Press, 2004).
    Resumen
    El consumidor hace rato que dejó de ser pasivo. Ya no son las empresas las que diseñan productos y servicios con valor agregado para luego distribuir a los clientes. The Future of Competition presenta una nueva forma de generación de valor a través de la interacción entre el cliente y la empresa. Valiéndose de las actuales infraestructuras tecnológicas y sociales, cada cliente “co-crea” experiencias personales de valor junto con una red de empresas con las que se relaciona.

    Strategy Maps: Converting Intangible Assets into Tangible Outcomes, by Robert S. Kaplan and David P. Norton (Harvard Business School Press, 2004).
    Resumen
    Los autores han desarrollado una poderosa herramienta –el “mapa estratégico”– que ayuda a las empresas a establecer un vínculo entre sus activos intangibles y la creación de valor de manera precisa y clara. Argumentan que el factor crítico de la estrategia es que su implementación resulte en generación de valor. Lograr esto depende de la gestión de cuatro procesos clave: operaciones, relaciones con los consumidores, innovación y procesos sociales y regulatorios.

    Double-Digit Growth: How Great Companies Achieve It-No Matter What, by Michael Treacy.
    Resumen
    El argumento central de Treacy es que toda empresa, por más moribunda que sea, tiene la capacidad de crecer. Sus “5 disciplinas” –retener la base de clientes, ganar participación de mercado, explotar al máximo el posicionamiento, penetrar mercados adyacentes e invertir en nuevas líneas de negocios– no resultan novedosas. El gran interés del libro reside en los casos que desarrolla para demostrar de qué forma algunas empresas han combinado estas disciplinas para crecer de formas inesperadas y sorprendentes.

    Jack: Straight from the Gut, by Jack Welch, John A. Byrne
    Resumen
    Como CEO de General Electric durante los últimos veinte años, Jack Welch ha incrementado la valuación de la empresa en más de $450 mil millones a la vez que se ha establecido como el empresario más admirado del mundo. Repleto de anécdotas y escrito con sentido del humor, este libro sin duda se convertirá en un clásico de la literatura de management.

    The Art of Profitability, by Adrian Slywotzky
    Resumen
    Un gerente aprendiz busca dominar “el arte de la rentabilidad” a través de una serie de clases con un maestro sabio, David Zhao. El autor recomienda leer sólo un capítulo por semana, de modo tal de meditar sobre cada enseñanza e incorporarla a la manera de los relatos Sufi. Sus 23 consejos se centran alrededor de un “mantra”: el camino a la rentabilidad está en la comprensión total del cliente. Una lectura diferente de estilo fábula-moraleja para los que buscan encontrar el Zen de los negocios.

     

    La Anónima | Farmacity

    Estrategas argentinos del retail

    Federico Braun habla de forma pausada y construye frases de perfecta gramática que relatan con detalle secuencial la historia y los desafíos de su empresa. Guillermo Bustos es más coloquial, habla rápido y transmite múltiples ideas en poco tiempo. Dos estrategas del retail, –uno en supermercados, el otro en farmacias–.

    Si bien no comparten el mismo estilo han alcanzado el éxito a través de la implementación de una estrategia clara e inquebrantable a lo largo de las historias de ambas empresas.
    1908, Punta Arenas. Mauricio Braun convence a su suegro, José Menéndez, de fusionar sus hasta entonces rivales almacenes de ramos generales. El emergente es la Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia (“La Anónima”), una empresa con buques y puntos de venta propios, que se convierte en la empresa de mayor influencia en la zona austral.
    Dos amenazas externas y una interna debilitan poco a poco la posición de La Anónima: en 1914 comienza la decadencia de Punta Arenas ante la apertura del canal de Panamá; en 1930 llega la crisis financiera internacional, y entre 1949 y 1953 mueren los socios fundadores. La empresa pierde su rumbo, se realizan inversiones en compañías diversas y se inmoviliza gran parte del capital en forestación e inmuebles.
    Federico Braun, el penúltimo de los 65 nietos del fundador Mauricio Braun, asume la dirección en 1968 luego de convencer a su padre de que la única manera de llevar a cabo la reconversión estratégica de La Anónima es retomando control de la compañía.
    “Cuando uno entra en una compañía que tiene problemas, no hay estrategia; hay táctica, hay acción, hay poco tiempo”, dice Braun recordando los primeros años de su gestión. “A la empresa le había faltado cariño y foco por parte de los dueños en el quehacer diario. Lo más importante era la presencia física. Yo tomaba inventarios: contaba los calditos y los trapos de piso. Era más simbólico que otra cosa: ‘vean que estamos interesados en la empresa’.”
    Apenas los problemas se solucionaron y Braun comprendió los detalles del negocio, realizó un curso con Alberto Levy que lo ayudó a comenzar a pensar en términos de estrategia: “En la medida en que uno se va metiendo, comienza a ver las oportunidades y las amenazas, las debilidades y las fortalezas. La empresa tenía la fortaleza de su nombre, su historia; estaba en un rubro en crecimiento con poca competencia; había un mercado potencial enorme.”
    La decisión de pasar de almacenes a supermercados ya estaba tomada desde antes de que ingresara Braun, pero hacía falta ponerla en práctica. Comenzó entonces a evaluar modelos de supermercadismo en países más desarrollados para copiar y adaptar las mejores prácticas. Wal-Mart surgió como el benchmark imbatible. La cadena había sido fundada en Pentonville, Arkansas, por Sam Walton hacía no muchos años, en 1962. Gracias a su esposa Helen, quien se negaba a vivir en cualquier ciudad que tuviera más de 10.000 habitantes, Walton implementó la estrategia que catapultó a Wal-Mart hacia el éxito: su foco inicial en pequeñas ciudades. Esto requirió la construcción de sistemas propios de distribución y comunicación que se convertirían en un arma estratégica de información y una significativa barrera de entrada a potenciales competidores.

    Los siete bastiones
    Eran siete las pequeñas ciudades en las que La Anónima tenía supermercados cuando Braun ingresó a la empresa: Viedma, Trelew, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia, Río Gallegos, Río Grande y Esquel. Su punto de partida no era despreciable pero su meta era alcanzar el volumen necesario para que el negocio funcionara, siguiendo los pasos de Walton. Nació así la estrategia: “Ser supermercado líder en pequeñas y medianas ciudades, buscando un crecimiento orgánico de sur a norte” que condujo a las 58 bocas que tiene hoy La Anónima desde Ushuaia en Tierra del Fuego hasta Rafaela en Santa Fe.
    Toda vez que la empresa salió de su camino obtuvo malos resultados. Como cuando en 1989 ingresó en el negocio hotelero. O cuando desembarcó en Capital Federal. La capacidad de reacción para rectificarse y volver a encarrilar el tren sobre las vías originales impidió que La Anónima se estrellara como lo hicieron otras cadenas regionales como Americanos de Córdoba o Todo de Bariloche que “se dejaron tentar por el canto de las sirenas de las grandes ciudades”.
    El foco no sólo garantiza la supervivencia de la empresa sino que simplifica la toma de decisiones estratégicas, como la compra de la cadena santafesina Supermercados Quijote en octubre de 2004: “Quijote encaja perfecto. Es una cadena de supermercados en ciudades pequeñas, con muy buenas ubicaciones, y un nombre con 100 años de presencia.”
    “No me canso de repetirme a mi mismo la estrategia porque sino, me equivoco” confiesa Braun con una sonrisa. “Aprendimos algo en la década de los ’90: foco, foco, foco”. Coincidiría sin duda con este enfoque Jack Welch, el ex CEO de General Motors, quien en su reciente libro autobiográfico usa la analogía de los buenos estrategas prusianos de la primera guerra mundial: “La estrategia no consistía en un largo plan de acción. Era la ejecución de una única idea de manera constante a lo largo de circunstancias cambiantes.”
    “Cada localidad es un mercado”, dice Braun, quien en sus 37 años de gestión se ha beneficiado de la acertada estrategia de “océano azul” que torna irrelevante a la competencia. Es como dice el prospecto que la compañía publicó en 2000 cuando emitió obligaciones negociables: “la mayoría de las ciudades en las que opera [La Anónima] no tienen la escala mínima de población como para resultar atractivas para las principales cadenas de hipermercados y supermercados nacionales e internacionales.” Pero el riesgo está latente. La musa inspiradora que fue Wal-Mart en los ’60 comienza a disputarle a La Anónima algunos espacios, como el de Comodoro Rivadavia donde la empresa estadounidense compite a la par de la argentina. Pero si bien Braun no niega esa realidad, se siente con confianza para competir a la par de su maestro: “Con nuestro know how no tenemos nada que envidiar a nadie. No hay mucho secreto. Es la creatividad y el conocimiento local lo que nos da la ventaja competitiva.”

    Una cadena de farmacias
    Farmacity no se remonta a épocas lejanas. Sus orígenes se encuentran en un plan de negocios que se escribió nueve años atrás sobre la base de una idea: armar una cadena de farmacias modernas y accesibles al público.
    Guillermo Bustos, el CEO de este modelo de negocios que revolucionó el sector farmacéutico en la Argentina, no es ajeno al autoservicio en el retail. Antes de asumir la dirección de Farmacity, tuvo funciones ejecutivas en Norte, Tía y Carrefour. Su tarea fue adaptar ese formato que él conocía a un sector que aún no lo poseía.
    Si bien la propuesta de Farmacity –locales amplios con góndolas de autoservicio y múltiples cajas para pago, apertura 24 horas y un surtido variado– ya existía en otros países que se tomaron de modelo, en la Argentina de mediados de los años ’90 la única opción era la farmacia tradicional de barrio, más limitada en oferta de productos, visibilidad de opciones y horarios de atención. Para darse cuenta del cambio que produjo Farmacity, Bustos propone entrar en una máquina de tiempo: “Si recorremos la Avenida Santa Fe de 1997, u otras avenidas en barrios como Flores, Floresta y Liniers, y visitamos luego esos mismos lugares hoy en día nos vamos a sorprender. Porque al aparecer el modelo de Farmacity, el sector evolucionó. Ya no se le vende lo que uno quiere al consumidor. El consumidor elige y además hay que atenderlo muy bien”.
    El consumidor está en el centro de la estrategia de Farmacity y ha sido el motor de las pequeñas y continuas adaptaciones que se han hecho al plan de negocios de 1997. Al igual que en La Anónima, “el camino grande” de la empresa que comanda Bustos no ha cambiado. Sigue enfocada en la apertura de más farmacias con el mismo principio de mejorar y agilizar la experiencia de compra de los clientes.
    La empresa jugó su rol en producir un cambio, sin duda de importancia e impacto sobre el sector farmacéutico. Creó su propio “océano azul” y con él la ventaja de ser pionero y poseer primero los instrumentos de navegación adecuados. Pero Bustos cuenta que también una decisión del Estado fue crucial en que el modelo se aceptara y se extendiera: la ley de genéricos. Proveer opciones va de la mano del concepto de autoservicio y ni bien se extendió por ley la distribución de medicamentos genéricos se exhibieron a la par de las marcas establecidas en las góndolas de los locales de Farmacity.
    Cuando la Argentina entró en crisis a principio de década, el factor precio se convirtió en la variable casi única de decisión de compra. Fue un momento en que muchas farmacias de barrio bajaron sus cortinas. Mientras tanto Farmacity mantuvo su surtido completo, incluyendo los genéricos, y desarrolló proveedores locales donde escaseaban medicamentos importados. Con el cliente como brújula e invirtiendo cuando los demás retiraban su flota, Farmacity navegó la crisis argentina exitosamente y pasó de cuatro locales en 1998 a 75 en la actualidad.

    Variables de seducción
    “Una de las grandes habilidades que ha tenido la compañía es que ha sabido interpretar al consumidor”, cuenta orgulloso Bustos, quien junto a su equipo no ha dejado de agregar “variables de seducción” según pasa el tiempo y aprenden más acerca de su base de clientes. Así, se incorporó el pago de servicios a través de la modalidad de Pago Fácil y se desarrolló el pago en cuotas con tarjeta de crédito.
    Ser el pionero es una ventaja, pero cuando el éxito comienza a ser visible pronto entran otros jugadores. Hoy disputan el mercado no sólo miles de farmacias individuales o pequeñas cadenas, sino también modelos similares como Vantage, Zona Vital, Selma y P+P. Pero Farmacity tiene la vocación de estar siempre un paso adelante.
    Su campaña comunicacional actual, con eslógans como “Farmacity te cuida” ó “Farmacity te mima”, demuestra cómo ha absorbido las últimas tendencias de experiencias de consumo hedonistas. La investigación es permanente y la incorporación rápida, como ilustra Bustos con un ejemplo: “Hoy hay un auge de yogures, aguas saborizadas, barritas de cereales, cosas saludables. Ahí nos tenemos que mover rápido. Si hay ciertos productos que son diferentes a los que había años atrás, la farmacia se tiene que adaptar.”
    Han llegado hasta innovar en campañas institucionales convirtiéndose en los primeros del sector de farmacias en formalizar campañas de trabajo con la comunidad, a través de aportes –no sólo en dinero sino también en capacitación y recursos humanos– a organizaciones como UNICEF, Casa Cuna y Fundaleu. “La gente se lo dice a los cajeros: ‘yo dejo el vuelto para UNICEF porque sé que el vuelto de Farmacity va a parar a UNICEF’. Y ese es el reconocimiento que tiene el cliente con nosotros.”
    Si bien ha logrado avances extraordinarios, Farmacity aún tiene mucho lugar para crecer. Con locales en Ciudad de Buenos Aires y Córdoba, y un porcentaje del mercado que Bustos estima no llega a 2% a escala nacional, el fragmentado sector de farmacias sobre el mapa argentino se muestra repleto de oportunidades. Pero la expansión está acotada por restricciones legales. En provincia de Buenos Aires regulaciones antiguas fijan un límite a la cantidad de farmacias que puede haber por barrio. Según Bustos, el resultado es que los consumidores terminan pagando precios mayores y no siempre consiguen lo que buscan.
    Mientras tanto, la empresa no se queda quieta. Hace dos años se lanzó al mercado internacional y desembarcó en Colombia, donde hoy ya tiene 14 locales. Gran parte del éxito de Farmacity está en la locomotora de su gerencia, nueve personas que han estado desde la creación de la empresa y que se encargan de ir corriendo cada vez más lejos las metas a alcanzar. M

    Federico Braun.
    Presidente de La Anónima

    Años al frente de la empresa
    37 (“el supermecadista con más antigüedad en la plaza”).
    Definición personal de estrategia
    “Saber dónde estoy parado hoy y a dónde quiero ir: el camino grande por el que quiero transitar.”
    El mayor acierto estratégico de la empresa
    “Buscar el liderazgo en pequeñas y medianas ciudades.”
    El mayor error estratégico de la empresa
    “Haber sido tentados por un negocio [el hotelero] que parecía tener sinergias pero que no tenía nada que ver con lo nuestro.”
    Descripción del escenario competitivo
    “Sometido a un contexto hipercomplicado, con una mezcla de amenaza de control de precios y muchos metros cuadrados ocupados.”
    Dónde estará la empresa en 5 años
    “Manteniendo nuestra posición de cuartos en el ranking de supermercados, pero mucho más próximos al tercero.”
    Libro de estrategia que lo haya impactado
    En busca de la excelencia de Tom Peters.

     

    Guillermo Bustos.
    CEO de Farmacity


    Foto: Diego Fasce

    Años al frente de la empresa
    9 (desde su creación).
    Definición personal de estrategia
    “Tener una visión para saber a dónde se quiere llegar y un equipo para lograrlo.”
    El mayor acierto estratégico de la empresa
    “Su gente”.
    El mayor error estratégico de la empresa
    “En los primeros años haber sido demasiado conservadores”.
    Descripción del escenario competitivo
    “Sector que ha evolucionado muchísimo en los últimos diez años pero que le falta mucho por evolucionar para que la distribución de medicamentos sea eficaz y al alcance de toda la población.”
    Dónde estará la empresa en 5 años

    “Prestando servicios no sólo en la Argentina sino en otros países. No hay muchas marcas argentinas exportadas. A nosotros nos entusiasma exportar una marca argentina como Farmacity.”
    Libro de estrategia que lo haya impactado
    Made in America, la historia de Wal Mart escrita por su fundador, Sam Walton.

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