Poderoso caballero es Don De Vido


    Ilustración: Agustín Gomila

    Francisco de Quevedo, el gran poeta del Siglo de Oro español, sabía
    que, quien al lado trae dinero, es hermoso aunque sea fiero.
    Esto lo sabe, también, todo aquel que administre fondos públicos.
    La lucha por las “cajas” es feroz en la Argentina, donde todavía
    no existe la Ley de Coparticipación Federal exigida por la Constitución,
    y el Ejecutivo cambia la Ley de Ministerios (o el Presupuesto Nacional) a cada
    rato, emitiendo Decretos de Necesidad y Urgencia.
    La falta de previsibilidad provoca enfrentamientos entre Nación y provincias;
    entre oficialismo y oposición; aun entre ministros del propio Poder Ejecutivo.
    La desaparición del Tribunal de Cuentas (reemplazado en 1994 por una
    Auditoría General de la Nación que sólo puede emitir opiniones
    a posteriori) y la negligencia del Congreso, que no considera los balances
    del Estado nacional (el último aprobado es el de 1996) hace que tales
    enfrentamientos se desarrollen sin reglas.
    Una de las pujas terminó con la expulsión de Roberto Lavagna –el
    ministro de Economía que capeó el temporal post-devaluación–
    y luego de eso se encumbró Julio De Vido, el actual Super-Ministro.
    El 22 de noviembre último, Lavagna denunció que algunos contratistas
    del Estado, se ponían “de acuerdo” para cobrar “sobreprecios”.
    Según él, los cartels se daban en el sector de la construcción.
    La afirmación no fue hecha en un ámbito cualquiera. Lavagna estaba
    ante medio millar de empresarios de la construcción, reunidos en la convención
    anual de la cámara que los agrupa, la CAC. Frente a ese auditorio subrayó:
    “El caso de Vialidad es bien conocido por ustedes y saben que está
    siendo investigado por Defensa de la Competencia [dependiente de Economía]
    e incluso por el Banco Mundial [que mantiene sus relaciones con el país
    a través de Economía]”. Todos entendieron el mensaje: Lavagna
    quería auditar a De Vido. En materia de obra pública, no podía
    funcionar un cartel sin la connivencia de un sector del Estado.
    Esa noche, el Presidente pareció desautorizar a su Ministro de Economía.
    Dejó a un lado la confrontación con los empresarios –una
    característica de sus discursos– para decirles a los contratistas:
    “Queremos que sepan que ustedes forman parte de la columna vertebral de
    la economía del país”.
    Era un rarísimo elogio, teniendo en cuenta que Kirchner vive descubriendo
    conspiraciones, oligopolios, abuso de mercado y manipulación de precios
    por todas partes.
    “Es un aval a De Vido”, interpretó un miembro de la CAC.

    Un poco de historia
    Lavagna estaba empeñado, desde hacía meses, en retomar control
    sobre la infraestructura y los servicios públicos.
    No era el primer inquilino del Palacio de Hacienda con preocupación por
    el tema. Durante el gobierno de Carlos Menem, Domingo Cavallo, no cejó
    hasta que el Ministerio de Obras y Servicios Públicos quedó dentro
    de su órbita.
    Con la caída de Fernando de la Rúa y de Cavallo –que había
    regresado al gabinete– se reestructuró el Ejecutivo.
    Ya no había un ministro de Economía fuerte. El primero que tuvo
    Duhalde fue Jorge Remes Lenicov.
    Por otro lado, el duhaldismo quería manejar –con vistas a las elecciones
    de las cuales surgiría el nuevo gobierno– algunos recursos de significación
    proselitista. Las obras públicas e hídricas, el desarrollo urbano
    y la vivienda pasaron a depender directamente de la Presidencia de la Nación.

    Pero, más allá de los límites establecidos por la Ley de
    Ministerios, Lavagna –que el 27 de abril de 2002 sustituyó a Remes–
    fue adquiriendo poder por su éxito en la administración de la
    crisis. Su peso era tal que Kirchner –ansioso por reforzar sus chances
    electorales– se vio obligado a decir, en plena campaña presidencial,
    que su plan era confirmar al Ministro de Economía.
    Consagrado Presidente, Kirchner cumplió la promesa; pero antes negoció
    con Duhalde una modificación a la Ley de Ministerios.
    El nuevo mandatario quería tener, desde el primer día, a De Vido
    como contrapeso de Lavagna.
    Para que ambos asumieran junto con Kirchner, Duhalde debió emitir el
    Decreto de Necesidad y Urgencia 1283. Lo hizo 24 horas antes de traspasar el
    mando: el 24 de mayo de 2003.
    En los considerandos de ese decreto, se lee:
    “A los fines de reflejar con mayor precisión las metas de gobierno
    fijadas, en especial en materia de planificación de la inversión
    pública tendiente a un equilibrado desarrollo geográfico regional
    que consolide el federalismo, se estima aconsejable proceder a la creación
    de un MINISTERIO DE PLANIFICACIÓN FEDERAL, INVERSIÓN PÚBLICA
    Y SERVICIOS, al que, en atención a la especificidad de los cometidos
    a asignar, le es transferido las áreas de energía y comunicaciones,
    provenientes del actual MINISTERIO DE ECONOMÍA; lo atinente a las obras
    públicas, la temática hídrica, el desarrollo urbano, la
    vivienda y la energía atómica, entre otras, desde la órbita
    de la PRESIDENCIA DE LA NACIÓN; mientras que todo lo atinente al sector
    minero y del transporte, desde el actual MINISTERIO DE LA PRODUCCIÓN”.
    En teoría, Duhalde también fortaleció al Ministro de Economía,
    desarmando el anterior Ministerio de la Producción. A Lavagna le serían
    asignadas la agricultura, la ganadería, la pesca, la industria y el comercio.

    Sin embargo, ésas eran funciones meramente reguladoras. El Estado no
    tiene campos, ni ganado, ni buques pesqueros, ni industrias ni redes comerciales.

    De Vido, en cambio, podría autorizar la construcción de presas,
    licitar caminos, construir casas, otorgar concesiones mineras o dar subsidios
    al transporte.
    A la asimetría inicial fueron agregándose otras. Sucesivos Decretos
    de Necesidad y Urgencia ampliaron el poder de Planeamiento Federal.
    Cuando Lavagna decidió salir a frenarlo, sabía muy bien que estaba
    poniendo a Kirchner en una encrucijada.
    El discurso frente a la Cámara Argentina de la Construcción tuvo
    un significado clarísimo: “De Vido o yo”.

    El Super-Ministerio
    Cinco días después, Lavagna tuvo respuesta: el Presidente le pidió
    la renuncia.
    A partir de ese momento, De Vido comenzó a afirmarse como el Super-Ministro.
    Desde los negocios con Venezuela –a través de la petrolera fantasma,
    ENARSA, que creó el Estado– hasta las tarifas del último
    peaje, todo pasa por sus manos.
    ENARSA es un sello de goma, pero tiene una enorme capacidad de negociación.
    Se constituyó como una Sociedad Anónima, en la cual el Ministerio
    de Planificación Federal posee 53% y puede incorporar socios libremente.
    Como el Estado ha puesto en cabeza de esta Sociedad Anónima toda la plataforma
    submarina, los recursos hidrocarburíferos que haya bajo el Mar Argentino
    podrán ser negociados por el Ministerio, vendiéndoselos de manera
    directa a Venezuela o cualquier otro socio.
    Las dos últimas adquisiciones de De Vido fueron la ex Aguas Argentinas
    y la ex Dirección de Fabricaciones Militares.
    El 21 de marzo, el Ministro anunció que el Ejecutivo acababa de rescindir
    por decreto el contrato con Aguas Argentinas, fundando tal decisión en
    incumplimiento, por parte de la empresa, del plan de obras comprometido: un
    plan cuyo objeto era la expansión y mejora del servicio. De Vido dijo,
    además, que la compañía había puesto “en peligro
    la salud de la población”, y respaldó tal afirmación
    con datos sobre el nivel de nitratos hallado en el agua en la localidad de Lavallol.
    El servicio de agua y cloacas para la Ciudad de Buenos Aires y 17 partidos del
    conurbano bonaerense fue asumido entonces por una empresa estatal creada al
    efecto: Aguas y Saneamiento Argentinos (AYSA), que actúa dentro del ámbito
    de Planificación Federal.
    El mercado cautivo que hereda AYSA no es para despreciar. No lo despreció,
    por cierto, el consorcio internacional que integró Aguas Argentinas,
    encabezado por la francesa Suez (N° 99 entre las 500 de Fortune) y completado
    por la Sociedad Aguas de Barcelona, el Banco de Galicia y Buenos Aires, Vivendi,
    Anglian Water y la Corporación Financiera Internacional.
    AYSA es presidida por el abogado Carlos Humberto Ben, que hasta el día
    de la rescisión del contrato de Aguas Argentinas era director de ese
    consorcio. El sindicato tiene, como en Aguas Argentinas, 10%; pero ahora su
    secretario general, José Luis Lingieri, ejercerá mayor influencia.
    La nueva empresa estatal invertirá, en el curso de un año, $349
    millones en desarrollar su red. Si se tiene en cuenta el área de influencia
    de la compañía, se comprenderá la importancia que puede
    tener el tendido de cañerías durante un período electoral,
    sobre todo en las condiciones ya anunciadas por el Ministerio de Planificación
    Federal: las tarifas permanecerán congeladas y no se despedirá
    ni a un solo trabajador.


    La Dirección General de Fabricaciones Militares, por su parte, es un
    complejo industrial apreciable. Produce armas portátiles, municiones
    para armas portátiles, repuestos de pistolas y carabinas, elementos de
    recarga; dinitrotolueno, trotyl, nitroglicerina, éter dietílico,
    barros explosivos, nitrocelulosas, gelignitas amónicas, agentes de voladura,
    emulsiones explosivas; ácido nítrico, ácido sulfúrico,
    amoníaco anhidro, nitrato de amonio; separadores de petróleo,
    vástagos y contravástagos, asientos y cuerpos de válvulas,
    pistones, camisas para cilindros, tanques de acero para almacenajes de combustibles,
    calderas, matrices, piezas forjadas y otros productos.
    Hay quienes creen que las fábricas militares, en tanto hacen a la defensa,
    son ajenas al Ministerio de Planificación Federal. Sin embargo, todo
    ese universo de productos significa gran cantidad de negocios. No se trata del
    eventual negocio oscuro, que tiene que ver con los famosos “retornos”:
    el solo hecho de aprobar o rechazar a un proveedor otorga, a quien ejerce esa
    facultad, un poder extraordinario. Aun cuando no haya contraprestación
    directa, toda adjudicación tiene un valor potencial.

    Poder administrador y político
    Es natural que De Vido despierte celos, envidias, sospechas, críticas
    a imputaciones. Todo eso se amplificará ahora, cuando el país
    se encamina a una nueva elección presidencial.
    En Diccionario de Política, una obra conjunta de varios politólogos
    italianos, se dice algo que parece definir el rol del Super-Ministro de Kirchner:
    “La conquista de las posiciones de poder político y la administración
    de los recursos públicos de carácter nacional y local acrecientan
    los recursos de los partidos electorales de masas, que mediante aquellas posiciones
    pueden satisfacer las demandas de estratos diversos de la población ganándose
    su favor”.
    Kirchner eligió a De Vido para administrar fondos públicos, confiado
    en la probada habilidad de su Ministro para financiar la satisfacción
    de determinadas demandas. Dicho de otro modo, para convertir poder administrador
    en poder político. M

    Cargos específicos

    El 26 de abril, el Senado convirtió en ley un controvertido proyecto,
    según el cual las obras de generación, transmisión
    y distribución de energía serán financiadas mediante
    aportes compulsivos de los usuarios.
    No se fijó el monto de los aportes ni se aprobó un plan
    de obras. Todo eso fue delegado por el Congreso en el Poder Ejecutivo.
    En realidad, en el ministro De Vido, quien tendrá a su cargo esas
    responsabilidades, a través de fondos fiduciarios.
    Esta nueva ley viene a agregar un poder incalculable al que ya ejercía
    el ministro.
    El gobierno ha defendido los “cargos específicos” y
    la oposición ha denunciado que son inconstitucionales. Para formarse
    un juicio propio, independiente de los intereses de oficialistas y opositores,
    conviene saber qué dice la ley aprobada:
    • Créanse “cargos específicos” para el
    desarrollo de obras de infraestructura energética.
    • Facúltase al Poder Ejecutivo a fijar el valor de los cargos
    específicos, y a ajustarlo en la medida que considere necesario.
    • El Poder Ejecutivo podrá exceptuar a las categorías
    de pequeños usuarios que el propio Poder Ejecutivo determine.
    • El producido de los cargos específicos se incorporará
    a los fideicomisos creados o por crearse para el desarrollo de las obras.
    • Facúltase al Poder Ejecutivo Nacional a asignar los cargos
    específicos entre los distintos fideicomisos creados o por crearse.
    • A través de esos fideicomisos se repagarán las inversiones
    y “cualquier otra erogación” asociada a la ejecución
    de las obras.

    Identikit

    En el sitio web del Ministerio de Planificación Federal
    (http://www.minplan.gov.ar) no figura el curriculum vitae del
    Ministro. Están los antecedentes personales de secretarios y subsecretarios;
    pero no los del N° 1 del Ministerio.
    Por informaciones periodísticas se sabe que De Vido es porteño,
    que estudió arquitectura y que fue empleado de la ex Empresa Nacional
    de Telecomunicaciones, en la cual se desempeñó también
    como sindicalista.
    Contratado por una constructora, se trasladó en 1982 a Río
    Gallegos, donde terminó estableciéndose.
    Allá trabó amistad con Néstor Kirchner.

    Historias de Pago Chico

    El amo del feudo

    Alguien que lo conoció bien es Daniel Osvaldo Gatti, un ex militante
    de la Juventud Peronista, que combatió a la dictadura militar y sufrió
    cárcel, entre 1977 y 1982. Al reestablecerse la democracia, Gatti se
    radicó en Santa Cruz, donde años más tarde se destacó
    en el periodismo político.

    Sus programa radiales (“A los Cuatro Vientos”, FM Abril; “Séptimo
    Día” LU12 Radio Provincia de Santa Cruz) lograron irritar, en su
    momento, al gobernador Néstor Kirchner.
    Gatti es autor de una “biografía no autorizada” del actual
    Presidente de la Nación, publicada bajo el título “Kirchner,
    el Amo del Feudo”. Despojándolo de opiniones personales del autor,
    sarcasmos y sobrenombres, creemos interesante tomar de ese libro –inhallable
    en librerías– referencias a Julio De Vido; un personaje de cuya
    existencia los argentinos, fuera de Santa Cruz, no fueron conscientes hasta
    2003. Habiendo omitido o sustituido párrafos inapropiados [lo cual se
    indica mediante corchetes] reproducimos a continuación algunos conceptos
    de Gatti.

    La máquina de cooptar
    Kirchner asumió la intendencia de Río Gallegos en 1987. Ese mismo
    día, comenzó a trabajar por su candidatura a gobernador. De Vido,
    junto con Cristina Fernández, tendría un papel de suma importancia
    en su estrategia. Éste es el relato de Gatti sobre la ceremonia inaugural
    del intendente Kirchner: “Los bombos hicieron vibrar el salón mientras
    Oscar Vázquez […] juraba como secretario de Gobierno; luego Ramón
    Alberto Lascano […] en Obras Públicas y Urbanismo; Luis Salvidia, en
    Hacienda; y la más aplaudida de todos, Alicia Kirchner, en la flamante
    Secretaría de Promoción Social. En tanto, el demócrata-cristiano
    Hugo Gárdes, asumió la Secretaría General. [Kirchner] se
    encargó de dejar en claro, a los integrantes del Frente Municipal, que
    el jefe era él; y luego inició [la tarea de] cooptar cuadros ajenos.
    Para ello generó el Consejo de Planeamiento, Asesoramiento y Consulta,
    conducido por su esposa Cristina; y por el arquitecto Julio De Vido”.

    La caída de dos gobernadores
    El gobernador Jaime del Val –quien nunca se recuperó plenamente
    de una embolia cerebral que sufrió en 1989– fue destituido en 1990
    por corrupción. La acusación fue llevada adelante por Cristina
    Fernández. Destituido Del Val, asumió el vicegobernador, Ramón
    Granero, y Cristina Fernández, vicepresidente 1ª de la Cámara
    de Diputados, quedó primera en la línea de sucesión.
    Granero accedió a nombrar a Héctor Icazuriaga como ministro de
    Gobierno; Daniel Cámeron como ministro de Economía; Alicia Kirchner
    como ministra de Asuntos Sociales; y De Vido al frente de Vialidad Provincial.
    La gestión Granero duró poco. Acosado por la crisis económica
    y las internas peronistas, el 2 de mayo de 1991 presentó su renuncia.

    Cuando De Vido se enojó con Kirchner
    Kirchner, lanzado ya a la gobernación, buscó tejer alianzas en
    el interior de la provincia. “Uno de los mayores interrogantes era quién
    lo reemplazaría en la intendencia. Su hermana Alicia estaba entre sus
    anhelos, pero no crecía en las encuestas. Con mejores números
    aparecía De Vido”.
    “El 12 de abril de 1991, se realizó un acto en el cine Carreras.
    El orador inicial fue Felipe Ludueña, un aliado de Kirchner, perteneciente
    a la derecha peronista ortodoxa, amigo [del sindicalista] Diego Ibáñez
    e impulsor de la intervención federal al gobierno de Jorge Cepernic [quien
    estuvo preso durante la dictadura por haber facilitado la filmación de
    La Patagonia Rebelde]. […] Entre los presentes estaba Carlos Lemarchand, un
    intendente UCR que ese día cambió de bando”.
    “Un nervioso De Vido [cosechó pocos aplausos] cuando fue presentado
    como el candidato a intendente de Río Gallegos. Titubeante y con la voz
    nerviosa, su discurso nunca tomó vuelo. La barra no lo acompañó”.

    “La noche siguiente, De Vido le entregó una plaqueta de la Municipalidad
    de Río Gallegos al boxeador Locomotora Castro […] y los silbidos de
    la popular colmaron el Hispano Americano. Luego, la laguna María la Gorda
    se cubrió con volantes [contra] su candidatura [atribuidos a] Rudy Ulloa
    Igor, chofer de Kirchner y quien ya manejaba los aparatos movilizadores del
    Frente para la Victoria”.
    “La candidatura de De Vido fue reemplazada por la de Manuel López
    Lestón, un anciano peronista, tío de Kirchner”.
    “De Vido reunió a su escasa tropa y acusó a Kirchner de
    ’autoritario y absolutista’, palabras que volaron hasta los oídos
    [del propio Kirchner], quien lo mantuvo bajo castigo hasta diciembre de aquel
    año”.
    En realidad, lo protegió. “Kirchner había entendido que
    De Vido no era representativo hacia adentro del PJ y que en Gallegos había
    nacido un nuevo fenómeno: [el radical] Alfredo Freddy Martínez,
    que sería el intendente de Gallegos por ocho años. López
    Lestón “fue llevado, en un desgaste inútil, a una elección
    que se había dado por perdida”.

    Mano derecha
    La reconciliación no tardó mucho. Kirchner llegó a gobernador
    y necesitó tanto la capacidad de cooptación como la habilidad
    para administrar fondos que De Vido había demostrado en la intendencia.
    A lo largo de los 11 años de gobierno kirchnerista en la provincia, De
    Vido estuvo al lado del gobernador.
    Fue su ministro de Economía hasta 1999.
    Y su ministro de Gobierno hasta 2003. M

    Cavallo, Manzano, Kirchner & De Vido

    Mucho se ha hablado del dinero que el gobierno de Santa Cruz envió
    al extranjero y que nunca volvió, o volvió sólo en
    parte.
    Lo que nunca se ha dicho fue de dónde salió ese dinero.
    Se da por sentado que corresponde a “regalías mal liquidadas”.
    Sin embargo, la Nación negaba que hubiese liquidado mal las regalías,
    y el caso estaba en manos de la Corte Suprema de Justicia.
    ¿Qué fue lo que hizo cambiar de posición al gobierno
    nacional, entonces a cargo de Carlos Menem? ¿Por qué pasó,
    de negar toda deuda, a reconocer una deuda multimillonaria y cancelarla
    de inmediato?
    Todo fue resultado de una negociación, en la cual cumplió
    un papel muy importante el apoyo de Santa Cruz a la privatización
    de YPF:
    Los $630 millones que Menem pagó a Kirchner fueron resultado de
    un “acta acuerdo” que negoció De Vido.
    Esa acta acuerdo –que hoy está en los archivos de la Corte
    Suprema de Justicia– lleva cuatro firmas, que hoy llaman la atención:
    Domingo Federico Cavallo.
    José Luis Manzano.
    Néstor Kichner.
    Julio de Vido.
    Esos cuatro hombres decidieron una transferencia de fondos que inició
    un proceso del cual aún no se conocen todos los pasos.

    El poder de los plumazos

    En 2005, el presupuesto del Ministerio de Infraestructura Federal aumentó
    1.006 millones en un día. Fue en virtud de un Decreto de Necesidad
    y Urgencia.
    Este año, otro plumazo le agregó 1.085 millones al presupuesto
    que le había asignado el Congreso. También en este caso,
    el Presidente usó la facultad de sancionar decretos de necesidad
    y urgencia.
    La Constitución dice que estos decretos pueden dictarse “solamente
    cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites
    ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción
    de las leyes”. Hay quienes objetan que estas condiciones se hayan
    dado en los casos de estas modificaciones del presupuesto nacional, que
    han favorecido al Ministerio de Infraestructura Federal.

    3.000 millones fuera del Presupuesto

    Los fondos fiduciarios –que han sido objeto de cuestionamientos
    por la Auditoría General de la Nación– son “presupuestos
    paralelos”, que colocan gran cantidad de recursos en manos del Ejecutivo,
    sin los mismos requisitos contables y controles que rigen para los fondos
    presupuestarios.
    De Vido maneja, en esas condiciones, unos 3.000 millones anuales.

    Maledicencia opositora

    De Vido ha recibido ataques de izquierda y derecha. Desde la diputada
    progresista Elisa Carrió hasta el ex-Secretario de Cultura
    menemista Jorge Asis, fueron varios los que dirigieron el dedo índice
    contra el Super-Ministro.
    Hasta ahora, ninguno de los acusadores aportó pruebas capaces de
    comprometer judicialmente a De Vido.
    De hecho, quien acudió a la justicia es él mismo, para querellar
    a Carrió por calumnias e injurias.
    Fue el 19 de mayo de 2004, ante el Juzgado Federal 3, entonces a cargo
    de Rodolfo Canicoba Corral. El Ministro pidió que se condenase
    a la querellada a tres años y medio de prisión; pero Kirchner
    entendió enseguida que eso sería un boomerang publicitario.

    Dos días más tarde, De Vido se vio obligado a emitir la
    siguiente declaración pública: “En el esfuerzo
    por no dejar lugar a dudas sobre mi vocación democrática,
    he de acceder al pedido del Presidente y limitaré mi petición
    judicial exclusivamente en lo civil”
    .
    De Vido se había sentido agraviado por unos dichos de la titular
    del ARI, quien lo había acusado de servir como “cajero”
    y “recaudador”.
    La actual diputada no se amilanó. El 5 de mayo de 2005 le dijo
    a La Nación: “Hoy toda la caja negra se concentra en
    el Ministerio de Planificación con De Vido. El subsidio al transporte
    es escandaloso, hay que seguir lo que está investigando la Auditoría
    General de la Nación (AGN). Lo de fideicomisos es escandaloso.
    Pesca es escandaloso. Hay sobreprecios en obras públicas y retornos
    que son más caros que los del menemismo. Están en el orden
    de 10 y el 15%, con un aditamento: empresas de testaferros del poder,
    de De Vido, de Kirchner, ganan licitaciones”
    .
    En extraña coincidencia, Asís aseguró que De Vido
    instrumenta el “sistema de acumulación kirchnerista”.
    Para fundar semejante afirmación, citó un presunto antecedente:
    en Santa Cruz, “Kirchner maltrataba a los empresarios, jugando
    de malo, y luego De Vido hacía de hombre bueno. Los atendía,
    simulaba que el Jefe no sabía nada, y facilitaba el comienzo de
    las operaciones”
    , particularmente de obra pública. De
    esa manera, el actual Ministro de Planeamiento habría “aprendido
    en Santa Cruz a sacarle jugo a los ladrillos”
    .
    Un servicio clandestino de noticias, supuestamente vinculado a ex agentes
    de la SIDE, ha lanzado acusaciones más feroces, responsabilizando
    al ministro de hechos trágicos.
    En el gobierno atribuyen todos los ataques a una pobre táctica
    opositora: “Como el Presidente tiene 70% de aprobación,
    no pueden ir contra él directamente. Han elegido como blanco a
    un hombre de bajo perfil, un técnico, que se caracteriza por su
    eficiencia y su lealtad. Los calumniadores saben que, atacando a De Vido,
    atacan a Kirchner, sin asumir el costo político de enfrentar al
    presidente más popular que la Argentina ha tenido en treinta años”.

    Cómo los Decretos de Necesidad
    y Urgencia y las Decisiones Administrativas engrosan el presupuesto del
    Super-Ministro

    2005
    Esto es lo que le asignó el Congreso Esto fue lo que gastó
    el Ministerio Variación
    7.248 millones 9.665 millones + 33,35%

    NOTA: No se incluyen gastos figurativos ni aplicaciones financieras

    El Decreto 228/2003

    Este es un decreto del Poder Ejecutivo nacional que ha ocasionado varias
    polémicas:

    SINDICATURA GENERAL DE LA NACION
    Decreto 228/2003
    Desígnase Síndica General Adjunta. Bs. As., 19/6/2003

    VISTO el artículo 111 de la Ley Nº 24.156 de Administración
    Financiera y de los Sistemas de Control del Sector Público Nacional
    y sus modificatorias.

    EL PRESIDENTE DE LA NACIÓN ARGENTINA
    DECRETA:
    Artículo 1º
    Desígnase Síndica General Adjunta de la SINDICATURA GENERAL
    DE LA NACIÓN a la doctora Da. Alessandra MINNICELLI (D.N.I. Nº
    16.029.508).
    Artículo 2º
    Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección
    Nacional del Registro Oficial y archívese.

    KIRCHNER. – Alberto A. Fernández.

    (Alessandra Minnicelli es la esposa del ministro De Vido).