En maquinaria agrícola hay cuatro sectores con diferente dinámica

    El análisis de la consultora Key Market sobre el sector de maquinaria
    agrícola muestra cuatro segmentos de diferente dinámica, concentración
    y valorización: tractores, cosechadoras, sembradoras y pulverizadoras,
    divididas, a su vez, en automotrices y de arrastre. El año pasado, los
    dos primeros reunieron aproximadamente la mitad de las unidades vendidas, aunque
    representaron 63% en valor.
    En el mercado de tractores y cosechadoras predominan los importados, que alcanzan
    entre 80% y 85% de las ventas, con fuerte presencia de transnacionales, mientras
    que en sembradoras y pulverizadoras la participación de productos extranjeros
    es casi nula y la primacía es de Pymes nacionales, en varios casos de
    estructura familiar.
    Pese a cierta atomización en cuanto a la cantidad de empresas, en líneas
    generales se trata de un sector con una concentración media/alta. La
    concentración es más notoria en los mercados de tractores y cosechadoras
    y la atomización en los de sembradoras y pulverizadoras.
    En el sector operan unas 280 empresas localizadas casi exclusivamente en las
    provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, en línea con la
    mayor demanda de los sectores productivos agropecuarios de la región
    pampeana.
    Las cadenas de negocios son importantes hacia atrás, en los sectores
    productivos de agro partes, neumáticos, acero y motores; y hacia delante,
    en el área comercial y de servicios. A los alrededor de 6.000 empleos
    propios se suman unos 30.000 de manera indirecta.

    Contexto
    Tras la fuerte recuperación de ventas de 2003 y, en menor medida 2004,
    por la conjunción que se había dado entre buenos precios agrícolas
    y la necesidad de reposición después del proceso recesivo, en
    2004/2005 el sector se vio influido por un contexto de estabilización
    de las expectativas determinado por los menores precios agrícolas y una
    demanda más satisfecha.
    En el crecimiento del sector también contribuyó notoriamente el
    avance sostenido de la superficie sembrada y el rendimiento por hectárea
    de los principales cultivos exportables en los últimos 12 años,
    entre los que se destaca claramente la soja.
    Mientras que entre 1993/1994 y 2004/2005 la superficie sembrada creció
    20%, la producción granaria aumentó 110%, lo que muestra un drástico
    incremento de la productividad vinculada con una mayor inversión en tecnología
    por parte de los productores a través de agroquímicos y semillas,
    pero también de maquinaria agrícola.
    Un punto que podría llamar la atención es que los importados no
    redujeron sustancialmente su presencia tras la devaluación, lo que obedece
    tanto a una demanda sostenida vinculada a trayectorias de marca y calidad como
    a las insuficientes alternativas de reemplazos nacionales de algunos productos
    de difícil sustitución.

    Tractores
    La mayor parte –entre 70% y 80%– de la oferta de tractores apunta
    a las necesidades de la pampa húmeda, mientras que el resto se concentra
    en formatos adaptados a necesidades extrapampeanas, entre los que se destacan
    los equipos fruteros y viñateros.
    Por los cambios tecnológicos –particularmente la siembra directa–,
    la demanda se inclinó hacia tolvas (depósitos en los que se almacena
    de manera transitoria el grano, habitualmente traccionados por tractores) de
    mayor volumen, y hacia motores más potentes (para el arrastre de sembradoras
    más pesadas).
    Al mismo tiempo, los cambios registrados entre 1998 y 2003 por la quiebra de
    la principal empresa nacional y su atomización y el traslado de firmas
    extranjeras a países limítrofes modificaron la correlación
    de fuerzas entre firmas locales y transnacionales. Los nuevos fabricantes nacionales
    se vieron desafiados a innovar para diferenciar sus modelos de las matrices
    anteriores y lograr un posicionamiento medianamente alentador, aunque todavía
    predomina el enfoque de precio.
    Como empresa, el segmento es liderado por Agco Argentina –propiedad de
    Agco Corporation– con sus modelos Agco Allis y Massey Ferguson, ambos
    importados. La firma cuenta con 72 concesionarios Agco y 48 Massey. La segunda
    es John Deere, también con un modelo importado y con 55 concesionarias.
    En cuanto a marcas, John Deere queda primera seguida por Massey Ferguson, New
    Holland y Valtra. Entre las cuatro acaparan 81% del mercado. Las ventas se concentran
    en las provincias de Buenos Aires (26%), Córdoba (21%) y Santa Fe (17%).

    Cosechadoras
    La localización en la región pampeana es en las cosechadoras aún
    más fuerte que en los tractores, y para algunas firmas esa zona del país
    representa 90% de sus ventas.
    Como en el caso anterior, tras la fuerte recuperación de 2002/2003, el
    segmento ha ido estabilizando sus necesidades de reposición. La incidencia
    de productos importados llegaba a 81% en 2004.
    La empresa líder es John Deere con su marca homónima, mientras
    que segunda se ubica CNH Argentina –cuyo capital pertenece al Grupo Fiat–
    con Case y New Holland, ambas importadas y que cuentan con 18 y 44 concesionarias,
    respectivamente.
    John Deere también lidera como marca seguida por Agco Argentina, New
    Holland y Vassalli. Entre las cuatro reúnen 90% de las ventas del segmento.

    Sembradoras y pulverizadoras
    Los segmentos de sembradoras y pulverizadoras tienen mayor presencia de firmas
    de capital nacional y una menor concentración de las cuotas de mercado.
    En las pulverizadoras de arrastre, la propia morfología de los equipos
    permite que haya menores barreras de ingreso y muchos más operadores,
    mientras que las autopropulsadas –de mayor complejidad tecnológica
    y requisitos de capital– muestran un mercado más concentrado.
    La empresa líder en sembradoras es Agrometal, perteneciente a la familia
    Negrini y que cuenta con 70 concesionarias; la sigue Crucianelli, de la familia
    homónima, con 100 puntos de venta. Ambas son de capital nacional y lideran
    como marcas escoltadas por Gherardi y Bertini; entre las cuatro aglutinan 46%
    del mercado.
    En el segmento de pulverizadoras, la líder es Metalfor, de capital nacional,
    perteneciente a la familia Dadomo y de comercialización por venta directa,
    mientras que segunda queda Multijacto, de Jacto Brasil, que tiene 60 concesionarias.

    Oportunidades
    Las perspectivas del sector están alineadas con las de los precios agrícolas,
    que cayeron durante 2004/2005 y modificaron las expectativas a corto plazo.
    Las primeras proyecciones internacionales arrojaban para el primer cuatrimestre
    de 2006 un panorama de precios tranquilo y sostenido.
    Una oportunidad bienvenida por el sector está en las posibilidades de
    acceso al crédito, mientras que también puede seguir operando
    en forma positiva para los fabricantes locales el mantenimiento de ciertos incentivos
    como el reintegro de 14% sobre la fabricación de bienes de capital, que
    de todos modos estaría acumulando algunas demoras.
    Otro elemento positivo lo constituyen las perspectivas de exportación.
    Ya existen ventas efectivas y exploraciones de mercado que pueden ser alentadoras
    para productos locales que ofrecen calidad, nivel tecnológico y competitividad.

    Amenazas
    Por el lado de las amenazas, quizás la principal está vinculada
    con la caída de los precios agrícolas, que recorta la rentabilidad
    de los productores agropecuarios, clientes finales del sector. Al respecto,
    a los vaivenes que provocaron en los precios del mercado granario internacional
    los huracanes del año pasado en el sur de Estados Unidos se suma el golpe
    que la gripe aviar podría ocasionar en la demanda de harinas proteicas
    para la nutrición de las aves de corral de la Unión Europea.
    También es una amenaza para el sector la posibilidad de que aumenten
    las retenciones a las exportaciones agropecuarias, lo que impactaría
    negativamente en las expectativas.
    Algunos fabricantes comenzaban a registrar el año pasado problemas de
    retraso cambiario que incidirían negativamente en sus costos frente a
    los importados, sobre todo brasileños, y el complejo tiene un desfasaje
    entre el IVA de 21% pagado por los insumos y el de 10,5% cobrado por las ventas
    que genera un crédito fiscal no susceptible de ser descargado. M

    La fuente




    Este artículo ha sido elaborado sobre la base de una investigación realizada por Key Market, quien colabora con Mercado compartiendo los highlights de sus estudios sectoriales sobre diversos negocios de la economía argentina.


    Key Market es una empresa de Investigación de Mercados dirigida por Adriana de Bossi y Mariano Gier. Para mayor información sobre éste u otros informes, contactarse al 4328-4842 / e-mail: mercado@keymarket.com.ar / www.keymarket.com.ar