70 años certificados

    Por Matías Maciel

    La historia cuenta que un grupo de entidades nacionales (públicas y privadas) y algunas personalidades del quehacer nacional se reunieron en mayo de 1935 y decidieron la creación del Instituto Argentino de Racionalización de Materiales. De allí surge la sigla IRAM que se mantiene hasta la actualidad, aunque el nombre del organismo ha sido modificado por el de Instituto Argentino de Normalización y Certificación. El propósito de los fundadores era constituir una institución independiente, sin fines de lucro, que sirviera como instrumento para desarrollar las normas técnicas que requería un país en pleno crecimiento como el nuestro por aquellos años. Se trataba de algo nuevo en esta parte del mundo y para su diseño se tomaron como referentes a los organismos de normalización de Alemania, Gran Bretaña y Francia. En rigor, el IRAM fue el primer organismo de normalización de Latinoamérica y el tercero en América luego sus similares creados en Estados Unidos (en 1928) y en Canadá (en 1931). En la actualidad, el Instituto es el representante argentino en la International Organization for Standarization (ISO), en la Comisión Panamericana de Normas Técnicas (COPANT) y en la Asociación Mercosur de Normalización (AMN). Quien preside el IRAM desde hace tres años, y tiene también a su cargo la dirección ejecutiva, es José Francisco López. Es ingeniero mecánico, pero ingresó en el organismo cuando todavía era estudiante: tenía sólo 18 años. "Setenta años en la vida de una persona son muchos, pero también representan mucho para las instituciones, porque hacen a su consolidación", introduce el directivo.

    – Y más todavía en un país donde esos setenta años no fueron fáciles…

    – Por supuesto. Todo lo que ocurrió en la Argentina en este tiempo hizo todo más complicado. Sin embargo, la estructura del Instituto permitió que no se produjeran alteraciones. Aquí participan todos los sectores: los actores de la producción, del consumo, los intereses generales, como el gobierno, las universidades y las estructuras científicas y técnicas. Contamos con más de 2.200 socios y a partir de su participación se conforma un órgano de conducción política que es el Consejo Directivo, donde están representados todos los sectores y se renueva cada tres años, a fin de dar continuidad y estabilidad a las ideas y a las políticas que se implementan.

    – ¿Cómo definiría la misión del IRAM?

    – Es promover la utilización racional de los recursos para mejorar la calidad de vida de las personas y el medioambiente. La base esencial de todo sistema nacional de calidad radica en la aplicación de las normas técnicas. A tal fin, considero que el Instituto brinda un servicio muy importante para el desarrollo del país, por medio de profesionales con sólida experiencia en sus respectivas áreas de conocimiento.

    – ¿Cómo administran los recursos que genera el Instituto?

    – Provienen de las cuotas que pagan sus miembros y de los servicios que presta la asociación. En tanto, las ganancias obtenidas se reinvierten en capacitación. En los últimos cien meses, por ejemplo, han pasado más de 50 mil personas por nuestras aulas para capacitarse. Eso es un hecho trascendente. No obstante, también son muchos los ejecutivos que viajan al exterior para realizar cursos de capacitación.

    – Hace ya algunos años comenzó a hablarse en nuestro país de la RSE, pero también sobre la dificultad para medirla. Es decir, ¿cómo se certifica o quién tiene la autoridad para establecer que determinadas prácticas son responsables?

    – Mientras no haya norma, no se puede hablar de referencia. En la actualidad existe, en todo el mundo, un debate sobre qué se entiende por RSE y la Argentina, a través del IRAM, está participando. Hace algunas semanas, una delegación participó de un encuentro en Tailandia, donde comenzaron a delinearse algunas pautas al respecto. Es probable que el año que viene se haga una nueva reunión de ese sector de la ISO y Buenos Aires es candidata para ser sede de ella.