En este contexto, el proceso de
recuperación de la actividad fabril se caracterizó por dos etapas bien
marcadas: la primera, en la que se desarrollaron fuertemente los segmentos
exportadores (de rápida reacción y posibilidad de utilización de capital propio
para su desarrollo); y la otra, a partir de la segunda mitad de 2002, en la
que tomaron mayor impulso los sectores que sustituyen importaciones. Recientemente
han evolucionado sectores que se asocian más con el consumo de bienes
durables, como el sector automotor.
Así, en el año 2004, cinco sectores concentraron 80% de las ventas de la
industria manufacturera , con una participación similar al año 2000 (se tomó
ese año para realizar dicha comparación). Además, es importante destacar que
estos sectores (alimentos y bebidas; refinación de petróleo; sustancias y
productos químicos; fabricación de metales comunes; y automotor), están
ordenados por su importancia sobre un total de 25, con lo cual el grado de
concentración en términos de cantidad de ramas industriales también es
acentuado.
Se observan algunos cambios cualitativos en el interior de este conjunto de
industrias seleccionadas. El sector de refinación de petróleo, si bien ha
conservando el segundo puesto de ventas de 2004, registra una pérdida de participación
en términos porcentuales (pasando de 25,4% en el 2000 a 18,9% en 2004). Otro
de los sectores que merecen destacarse, es el de fabricación de metales
comunes que escaló tres puestos en el período que va de 2000 a 2004,
ingresando así entre los cinco primeros de mayor venta, pasando de una
participación de sólo 2,6% en el año previo a la devaluación, a 10,8% el año
pasado.
En el nivel sectorial es interesante notar que las industrias bajo análisis
ampliaron la cantidad de empresas que aparecen en el ranking 2004. El
destacado es el segmento de alimentos con el ingreso al mercado de 31
empresas, seguido por el sector automotor que incorporó 11 compañías,
mayormente del segmento autopartista, lo que repercutió en el mayor
desarrollo de la industria de metales comunes que anexó nueve entidades en
2004.
Adentrándonos en la causalidad que explica la performance de estos
sectores puede observarse lo siguiente:
Fuerte tracción de los agroalimentos
Se trata de un sector tradicionalmente competitivo en el país, que ha
mantenido su comportamiento en el período 2000-2004, y que se vio favorecido
por la devaluación en su inserción internacional, especialmente si se
considera el Mercosur. En este sentido, las exportaciones del sector
crecieron 39% en dicho lapso.
Este comportamiento favorable se consolidó entre 2003 y 2004, tanto por la
recuperación del mercado interno cuanto por el incremento de las ventas al
exterior de aceites y subproductos, y de lácteos, que componen el subsector
de agroalimentos.
Con respecto a las empresas que conforman el sector, tienen peso
preponderante Molinos Río de la Plata, Mastellone, SanCor y Danone Hermanos,
entre otras. Por otra parte, las empresas productoras de aceites y
subproductos son las que mayor facturación concentran en el sector en el año
2004, destacándose Bunge Argentina que ocupa la octava posición del
ranking, Aceitera General Deheza y Vicentín, que alcanzó el puesto 40. La
facturación de estas cuatro empresas reúne 89% de las ventas del subsegmento.
Refinación de petróleo
El procesamiento de petróleo acumuló (según el EMI) un crecimiento durante
2004 de 2,3% respecto de 2003, superando incluso la marca del 2000 en 1,2%. La
favorable evolución del sector estuvo impulsada por las ventas internas de
asfaltos, diesel-oil y fuel-oil, vinculadas a la mayor demanda de la
construcción, el campo y el sector energético respectivamente. La producción
de naftas fue la que mostró la principal caída con motivo del mayor uso del
gas natural comprimido en el transporte de vehículos particulares. Se debe
mencionar que las exportaciones se incrementaron en 80% respecto del 2000.
Entre 2003 y 2004, ingresaron cuatro nuevas empresas al ranking, para
totalizar 29 entre las 1.000 más relevantes por facturación. La petrolera YPF
conserva el primer puesto, y junto con Esso y Shell concentran 76% de la
facturación del sector en 2004.
Sustancias y productos químicos
Este sector de actividad muestra un importante dinamismo posdevaluación. Entre
los años 2000 y 2004 su producción creció aproximadamente 20% (según el EMI)
y las exportaciones, 40%.
No obstante ello, la salida exportadora que había sido el factor principal
de crecimiento en 2002 y principios de 2003, perdió importancia relativa
como impulsora de la industria química, siendo la reactivación del mercado
interno el motor del crecimiento desde principios de 2004. Entre los sectores
impulsores de la demanda se observa la actividad agropecuaria que, en función
de las todavía favorables condiciones de los mercados externos y la devaluación,
aumentó sus compras de agroquímicos. La construcción incrementó sus compras
de productos de plástico y la industria automotriz, la demanda de autopartes
plásticas y de caucho.
Metálicas básicas: al límite productivo
La industria de metálicas básicas registró en 2004 una producción 13%
superior a la del 2000. Desde hace un año, este bloque se encuentra operando
al máximo de su capacidad de producción.
En lo que respecta a las ventas externas, el dinamismo del mercado mundial ha
incidido en la evolución del sector, reflejado en un aumento de las
exportaciones de 11,2% respecto del 2000.
Hacia el interior del sector, en 2004 se observa que tres empresas concentran
83% de la facturación: Siderar (que ocupa el puesto 13 y ganó ocho posiciones
con respecto al año anterior), Acindar y Aluar.
Recuperación de terminales y autopartistas
Las principales variables del sector automotor continuaron expandiéndose en
2004. En la actualidad, la producción crece como consecuencia del aumento del
ritmo de producción en diversas plantas y el impulso de nuevos modelos,
derivados de una incipiente recuperación de la inversión, aunque todavía se
encuentra por debajo del nivel del año 2000.
Por su parte, el mercado interno sigue en ampliación, resultado de una
moderada recuperación del salario real y de las formas de financiamiento. De
todas maneras, presenta una caracterización diferente, con un predominio de
vehículos importados (en especial brasileños) y económicos. Por último, en lo
referido a las exportaciones, si bien el mercado brasileño se recupera para
los vehículos nacionales, ganaron relevancia los envíos a México y Chile,
gracias a los beneficios de acceso preferencial logrados a través de acuerdos
comerciales.
En términos de facturación, en 2004, Ford Argentina fue la terminal mejor
posicionada (puesto 19), seguida por VW (puesto 25). Asimismo, todas las
terminales automotrices excepto Daimler Chrysler Argentina han escalado
numerosas posiciones en el ranking respecto de 2003, destacándose Fiat
(ganó 63 puestos y llegó al escalón 106). El análisis del ranking
permite claramente confirmar la recuperación de la actividad autopartista, ya
que 75% de las empresas se reposicionó favorablemente en comparación con el
año precedente.