De la gestión de emergencia a un mercado en crecimiento

    El presidente de
    Unilever Argentina, Luis Mario
    Castro, sostiene que, tanto las marcas como los retailers
    pasaron, en los últimos años, de la gestión de crisis a un período de
    crecimiento, limitado por la depreciación del salario real y signado por un
    consumidor que, aunque vuelve a darse gustos, lo hace de un modo más
    racional.
    Hay un cambio en el humor de la gente, menos incertidumbre y angustia, y un
    deseo de volver a disfrutar, afirma el directivo de Unilever.
    Para Castro, el repunte objetivo del consumo tiene su principal limitación en
    la caída del salario real con respecto a su nivel anterior a la crisis. Según
    especifica, si bien el salario real formal actual es similar al de 2001, el
    salario promedio es 13% menor al de entonces, y el informal alcanza sólo 63%
    del nivel que tenía antes de la devaluación, sin incluir los últimos aumentos
    acordados.
    Otro aspecto que destaca en el nuevo mapa, y con el que coinciden diversos
    analistas, es que el consumidor es menos compulsivo, más previsor y
    racional, pero se permite más que durante la crisis y la poscrisis.
    Hubo un aprendizaje: el consumidor es hoy más experto y analista, y menos
    crédulo.
    En la base de la pirámide continúa todavía no se
    dan los gustos de antes pero siguen eligiendo marcas como garantía de
    calidad. La mayor aspiración es la de contar con dinero para el desarrollo de
    los hijos. En la cúspide, vuelven los proyectos, el ánimo está fortalecido,
    regresan las marcas y el consumo premium, y
    las preocupaciones son la inseguridad, el futuro del país y cómo resolver el
    tema de la indigencia.

    Tendencias, respuestas y desafíos
    En el marco del Tercer Encuentro Nacional Retailer
    celebrado en Buenos Aires, que contó con la asistencia de más de 3.500
    ejecutivos y directivos de empresas del sector y proveedores, el empresario
    habló acerca de dónde venimos y adónde vamos, cuáles son las tendencias, las
    respuestas que dio Unilever y los desafíos
    actuales.
    En ese contexto, hizo un análisis del mercado desde distintos puntos de
    vista. Desde el consumidor, es fragmentado; la cúspide volvió a las grandes
    superficies, hay una búsqueda de comercios especializados y una consolidación
    de autoservicios y almacenes. Desde los canales, sigue la concentración, hay
    nuevos formatos ( discount, étnicos, cadenas
    de farmacia y perfumería), mayor competencia y financiamiento al consumidor,
    fuertes descuentos y presiones en los costos. Desde los proveedores, existe
    mayor competencia, oferta de marcas adaptadas, mayor concentración y, a la
    vez, diversificación; y, además, presiones en los costos.
    También señaló que Unilever pasó recientemente al
    programa ver para seducir, en un contexto donde se recuperan las marcas del
    deseo y la gestión de crecimiento, reaparece el tercer segmento de marcas de
    bajo consumo, y el principal insight
    es la tormenta ya pasó.
    Ante estos cambios, las respuestas de Unilever
    giraron sobre la construcción de seducción junto a los clientes, por
    ejemplo en packs y góndolas; el desarrollo
    de formas novedosas de comunicar, como la revista Sedal
    Mag
    o las campañas de la universidad
    Axe; la transmisión de contenidos relevantes la campaña
    de Ala relacionada con la escuela o la de Rexona
    con el deporte; el desarrollo y regreso de marcas; la búsqueda de interacción
    con el consumidor, con portales y pantallas interactivas en los puntos de
    venta; y la generación de nuevos mercados, como el de adolescentes
    Rexona Teens, aprovechando
    posibilidades de cobranding.
    Castro definió como desafíos a la inflación, el aumento de costos por las
    subas del petróleo y los servicios, la creciente presión impositiva en los
    municipios algo que preocupa mucho al sector y el
    riesgo de una crisis energética.
    Para finalizar, el presidente de Unilever Argentina
    eligió una frase que, en gran medida, resume una de las ideas centrales sino
    la principal que sobrevolaron el encuentro entre
    las cadenas y sus proveedores, al referirse a la necesidad de armonía y
    equilibrio entre el canal y la marca en la búsqueda de la rentabilidad y la
    competitividad. En síntesis, buscar la complementariedad entre los dos
    sectores, en lugar de la competencia.