BCE: su inanidad es símbolo de una Eurozona tambaleante

    La entidad no sale de la
    confusión y a principios de julio su presidente
    corría serios peligros políticos. Mientras se estancaba la economía en la
    Eurozona (los 12 de la moneda común) y se desplomaba el
    consenso político en la propia UE (los 25), Jean-Clade
    Trichet Banco Central Europeo
    justificaba los temores emergentes de su forzado nombramiento. El banquero
    estaba involucrado en un gran escándalo financiero (privatización de
    Crédit Lyonnais, años 90) y
    Jacques Chirac obligó en 2003 a desprocesarlo
    para que no perdiera el nuevo puesto.
    El desinfle político de Chirac, a causa del no al plebiscito, dejó a
    Trichet sin paraguas. A fines de junio, los medios franceses sugerían su
    renuncia.
    El BCE fue creado en 1996 al calor de dos tratados (Maastricht, y luego el
    pacto de estabilidad fiscal hoy cuestionado en Francia, Alemania e Italia).
    A la sazón, la incapacidad del pacto y del banco para promover una
    reactivación salpicó a los gobiernos de la Eurozona e influyó mucho en el
    no de Francia y Holanda. Por lógico contagio, el público se ha vuelto
    contra el propio euro.
    Por ende, el congelamiento del proyecto constitucional y sus secuelas
    ruptura anglofrancesa y francogermana sobre presupuesto y subsidios
    agrícolas, cuestionamiento de futuros ingresos a la UE han llevado a la
    profunda crisis desatada el 18 de junio. Se cuestiona abiertamente la validez
    de la propia Comisión Europea (dominada por conservadores pro mercado). En un
    extremo, parte de la alianza italiana de derechas pedía la vuelta de la lira.
    En el otro, la ortodoxa Ocde recomendaba al BCE abandonar reticencias y bajar
    tasas.
    Entretanto, asomaba otra amenaza. Frustradas por crecientes versiones sobre
    postergación de negociaciones para entrar en la UE, Rumania, Bulgaria y
    Turquía eran tentadas por Mefistófeles. Para el caso, discretos sondeos de
    Rusia para integrar una especie de antieurozona, que incluyese a Rusia
    blanca, Ucrania, las repúblicas caucásicas y Asia central. Sería
    el mayor bloque petrolero del mundo.