Imaginación en instrumentos financieros para mantener el ritmo de crecimiento

    Con
    sectores de la economía trabajando al tope de su capacidad instalada
    y un bajo nivel de inversiones en la mayor parte de las áreas de
    infraestructura, aparece como vital la generación de instrumentos
    financieros que permitan el acceso a fondos para realizar las ampliaciones
    necesarias para que el país se mantenga en crecimiento.
    Ernesto San Gil, socio de Ernst & Young a cargo de la División
    de Finanzas Corporativas de Argentina y la Región, cree que aunque
    “ya fue excepcional que el nivel de inversión estuviera en
    2004 en 19 puntos, un indicador impensado hace un año y medio,
    en electricidad, gas, petróleo, transportes y otras áreas
    básicas todavía falta inyectar recursos. La refinación
    de petróleo, la industria del acero y otras más están
    trabajando a full, y en algún momento tendremos que generar los
    instrumentos para que puedan realizarse las ampliaciones necesarias”.
    “Una de las encuestas que hicimos el año pasado demuestra
    que las compañías invirtieron en proyectos necesarios para
    continuar produciendo, que ampliaban la capacidad instalada y que tenían
    un retorno bastante cercano”, señala el directivo de la firma
    de consultoría y auditoría en diálogo con Mercado.
    “Pero las empresas están reinvirtiendo sus utilidades y generando
    su propia capacidad de inversión”.
    San Gil considera que “para lograr una reforma que permita a Argentina
    acercarse a un umbral de exportaciones de U$S 40.000 millones no alcanza
    con la reinversión de utilidades y el crédito corto”.
    Es decir, es imprescindible que las firmas puedan volver a acceder a los
    mercados internacionales de crédito o buscar formas novedosas de
    financiación.
    “Para que empresas argentinas puedan acceder a mercados internacionales
    de crédito todavía hay un camino por recorrer, aunque hay
    compañías que están consiguiendo créditos
    a buenas tasas en el exterior y en el país”, dice el experto.
    “Existen instrumentos del mercado de capitales que van a permitir
    paliar parcialmente estas carencias y cuando se materialice la salida
    del default y se normalice la situación con los organismos multilaterales
    de crédito vamos a poder acceder a préstamos con garantías
    de distintos organismos, y eso abrirá las puertas para que muchas
    firmas accedan al financiamiento necesario para materializar sus planes
    de expansión. También me da la impresión –agrega–
    de que deben resolverse las cuestiones pendientes en materia tarifaria
    y del marco en el cual operan las empresas de servicios públicos”.

    Otras herramientas
    financieras

    Junto con los préstamos con garantías de organismos multilaterales,
    San Gil considera que el mercado tomador argentino también tiene
    entre sus posibilidades “profundizar el mecanismo de acceso al crédito
    con instrumentos del mercado de capitales, sean fideicomisos u obligaciones
    negociables con garantías”.
    Además de asegurar que “en el mercado de capitales argentino
    hay avidez por este tipo de instrumentos”, el socio de Ernst &
    Young destaca que “la duration y el promedio de vida de estos instrumentos
    se ha duplicado en dos años, y ahora la duration está ya
    acercándose al año de promedio, que implica una extensión
    de punta a punta de más de 18 meses, dependiendo de la estructura
    del instrumento”.
    “Antes –agrega– se prestaba contra stock de créditos
    ya otorgados o generados y ahora se está empezando a prestar contra
    flujo de ingresos futuros. También me parece que nuevos segmentos
    de actividad van a empezar a acceder a estos instrumentos: hasta el año
    pasado las personas accedían a financiación a través
    de préstamos personales y tarjetas de crédito exclusivamente,
    y este año hay un boom de prendas”.
    Los fideicomisos volvieron al ruedo después de la crisis y tuvieron
    un mayor crecimiento y aceptación a partir del segundo semestre
    de 2003. Los fideicomisos con oferta pública movieron en 2004 unos
    $ 1.700 millones y, sólo en el primer trimestre de este año,
    unos $ 900 millones.
    “Tenemos que esperar un año muy activo en fideicomisos. Tienen
    una muy buena ro/M_Productos/M_Mercado/M_2005/M_Junio/htm/imagenesn en el mercado, porque, salvo alguna excepción,
    resistieron a la crisis, no hubo defaults y se recuperó todo el
    capital invertido, con lo que el instrumento demostró ser bueno
    desde el punto de vista de calidad crediticia, de crecimiento y legal.
    El mercado aprecia mucho la garantía y solidez que da un fideicomiso
    al inversor, que tiene todo un mecanismo de salvaguardas por el que puede
    conocer bien la naturaleza del papel”, dice San Gil.
    “Los préstamos al consumo continúan creciendo y a
    esto hay que sumarle las prendas y la mayor participación de fideicomisos
    con subyacentes de flujos de fondos futuros; no de un activo que ya existe
    sino de prestar contra los ingresos que van a generar la empresas”,
    añade.

    Mejores tasas
    y duración

    Distintos analistas señalan entre las bondades de los fideicomisos
    el pagar tasas mayores a las de los plazos fijos, no tributar ganancias
    –en el caso de los de oferta pública– y tener un plazo
    breve y determinado, a lo que se suma la intervención de la Comisión
    Nacional de Valores como órgano de contralor y la obligación
    de los administradores de rendir cuentas periódicamente.
    Un estudio de Ernst & Young muestra que la duration promedio de los
    fideicomisos evolucionó de menos de seis meses en el primer trimestre
    de 2003 a unos diez meses en el mismo período de este año
    (lo que implica que pasaron a una extensión total de alrededor
    de 20 meses). Sin embargo San Gil sostiene que “la duración
    es todavía insuficiente”.
    El especialista advierte al mismo tiempo que es difícil que las
    tasas de estos instrumentos se mantengan en los niveles actuales, inferiores
    a 7% y por lo tanto al actual ritmo inflacionario. También observa
    que “la brecha entre las tasas de duration más cortas y más
    largas empezó a moderarse, a hacerse menos distinta”.
    Además de destacar el crecimiento de los montos (de menos de $
    100 millones en el primer trimestre de 2003 a casi $ 900 millones en enero-marzo
    de 2005), destaca como se amplió “la variedad de activos
    securitizados subyacentes”. En 2003, los créditos personales
    significaban 72% de los activos securitizados y las tarjetas de crédito
    reunían otro 9%, mientras que en 2004 el peso de los créditos
    personales bajó a 58%, el de las tarjetas de crédito subió
    a 27% y ya comenzaron a salir del rubro “otros” los flujos
    futuros (5%), los hipotecarios (5%) y los corporativos (5%).
    En cuanto a los operadores, señala que hay “tres o cuatro
    asesores financieros y cinco o seis bancos organizadores”, y sobre
    los clientes a los que la firma está asesorando dice que hay de
    todo tipo. “No sólo están comprando las AFJP, sino
    también las compañías de seguros, las ART, personas
    de banca privada y las tesorerías de los bancos”.

    ON, acciones
    y créditos del exterior

    Como herramientas de financiamiento, San Gil menciona también “las
    obligaciones negociables, que se emitieron con bastante éxito en
    algún momento del año pasado”, aunque cree que “los
    inversores tienen alguna preferencia por los fideicomisos, comparando
    instrumento contra instrumento”, y no descarta “la emisión
    de acciones. Me da la impresión de que algunas compañías
    de entre las 250 primeras del país pueden empezar a evaluar algún
    tipo de acciones equity o casi equity, alguna emisión de preferidas
    o similar”.
    “También, singularmente, notamos interés de bancos
    de países sudamericanos en financiar a empresas argentinas de primera
    línea, y si se materializa la salida del default creo que vamos
    a ver más bancos latinoamericanos prestando a estas empresas”,
    prevé el analista.
    En cuanto a la naturaleza de las operaciones, comenta que “hay temas
    de financiamiento pero también movimiento en compras: hay muchos
    argentinos comprando empresas de extranjeros que se fueron. Todavía
    no vemos el regreso del inversor europeo o estadounidense, pero sí
    vemos enorme interés de Brasil y de México por invertir
    en Argentina”. Y concluye que, si hubiera que hacer hoy un ranking
    de origen de los inversionistas, estaría primero un argentino,
    luego un brasileño y tercero un mexicano.