El sueño emprendedor

    Con
    el propósito de reconocer la iniciativa de los productores y empresarios
    vinculados al sector agropecuario, el BBVA Banco Francés lanzó
    la 16ª edición del Premio al Emprendedor Agropecuario. Este
    certamen, según sus propios organizadores, se convierte en un adecuado
    ámbito de negocios para los productores que –por su escala,
    su tipo de actividad y por la dedicación que les imponen sus negocios–
    no tienen tiempo para desarrollar una acción promocional e institucional. 
    Para Gonzalo Verdomar Weiss, director de
    Relaciones Institucionales del BBVA: “El
    premio no es sólo un lugar de proyectos,
    es un ámbito de realizadores,de gente que
    renovó y mejoró la rentabilidad de su empresa;
    es una distinción para empresarios
    que han logrado éxito dentro de su organización”.

     

    Teniendo
    en cuenta los objetivos que se
    persiguen, este éxito puede estar reflejado,
    entre otros criterios,por la reducción de
    costos de producción o de comercialización,
    en la incorporación de nuevas alternativas
    de producción, en el desarrollo de tecnologías
    adecuadas que optimicen las producciones
    tradicionales y en el desarrollo
    de casos de integración vertical (tendientes
    a aumentar el valor de los productos primarios),
    y horizontal (procurando formas
    asociativas de producción). 

    “En un emprendedor actúan tres fuerzas
    que interactúan permanentemente –dice
    Verdomar Weiss– el sueño de una visión, la
    idea motor y la instrumentación de la acción.
    Con su vocación de esfuerzo, trabajo
    y trascendencia profesional, estas personas
    promueven la cultura del trabajo y generan
    riqueza económica y social.”

     
    Esta edición del certamen –que tiene abierta
    la recepción de los trabajos para quienes
    quieran participar hasta el 10 de julio–,
    además de otorgar el Gran Premio al Emprendedor
    Agropecuario, ofrecerá otras distinciones
    en distintas categorías de acuerdo
    con las particularidades de los productores:
    actividad con orientación educativa,
    social y comunitaria, tecnológica y productiva,
    ecológica y conservacionista, y un
    último premio a la actividad en la que se
    manifieste ingeniosidad empresarial. 

    Historias de vida 

    “Es muy emocionante ir al acto de entrega
    de los premios –agrega Verdomar Weiss–.
    Cada emprendedor es una historia de vida;
    no son números fríos que muestran únicamente
    la renta. Atrás de cada persona hay
    toda una vida invertida. El premio ocupa
    un lugar como si fuera el Oscar al mejor
    actor; significa mucho para un productor
    anónimo volver a su comunidad con esta
    distinción. Todos ellos viven rodeados de
    problemas que amenazan la subsistencia
    de la empresa. El emprendedor no busca
    únicamente la holgura económica, aunque
    naturalmente es un componente importante
    del trabajo. Pero ante todo está ese
    sueño y el espíritu para concretarlo.”

     
    El certamen comenzó a fines de la década
    de los ’80 con el objetivo de colaborar institucionalmente
    con los empresarios del
    sector después de analizar que los productores
    competían internacionalmente con
    empresas que recibían subsidios, fundamentalmente
    para aplicar mejoras tecnológicas,
    y que terminaban significando una
    desventaja altísima a la hora de competir. 

    “Esta conducta del emprendedor agropecuario, es un testimonio del
    empresariado argentino, un testimonio de cómo se crea valor social.
    Todo lo que hay detrás de estas empresas son las cosas que hay
    que difundir, hay vidas entregadas al trabajo y cualquier sociedad necesita
    imperiosamente estos testimonios de vida”
    , concluyó Verdomar
    Weiss.