El negocio de los seguros

    Según
    los datos de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN), la
    producción de seguros alcanzó, en febrero de 2005, $976,4
    millones, superando en 2,8% la del mismo mes de 2004. El total de la producción
    de los 12 meses comprendidos de marzo de 2004 a febrero de 2005, asciende
    a $12.423 millones,con un aumento de 13,6% con respecto a los 12 meses anteriores
    en valores constantes.
    Pese al crecimiento que viene experimentando, en la comparación mes
    a mes, la producción todavía no alcanza los niveles previos
    a la crisis económica. De todos modos, los resultados de las compañías
    sí superan
    a los de la convertibilidad. En junio pasado, el conjunto de empresas de
    seguros cerró su primer ejercicio con balances positivos en diez
    años, con una producción de alrededor de $11.000 millones
    y un crecimiento de 16% frente al ejercicio anterior.
    “El sector está más ordenado y evidentemente mejoró
    la situación económica de las compañías”
    ,
    expresa Víctor D’Atri, director de Herzfeld-Willis, quien señala,
    sin embargo, que los montos asegurados “no crecieron todo lo que
    deberían haber crecido”
    dada. Por ejemplo, la apreciación
    del euro no calculada en la valuación de maquinaria europea y el
    paso directo a pesos de propiedades antes cotizadas en dólares.
    Hay al menos tres factores que ayudaron a mejorar los balances de las compañías.

    Uno de ellos, aunque no el principal, es que hubo empresas que se fueron
    y en un mercado con menos jugadores,aunque atomizado, empezó a haber
    ajustes de sumas aseguradas de activos y mayor volumen de contratos por
    el incremento en las ventas de autos y las exportaciones. Pero el hecho
    fundamental que permitió a las compañías resultados
    positivos tiene que ver con los valores de los activos y pasivos tras la
    devaluación.“El bono que valía un peso hoy vale $1,4
    más CER, o sea más de $2, mientras que los salarios no aumentaron
    cien por cien y algunos de los pasivos de corto plazo se licuaron, como
    los siniestros pendientes no indexados, lo que produce una mejora patrimonial.
    Se licuan gastos y los activos mejoran su valoración”
    , explica
    D’Atri.
    Diego
    Sobrini, presidente de Mapfre Argentina, reconoce que desde la relación
    en moneda local, la crisis benefició los balances, pero advierte
    que el tema de los activos y pasivos “hay que verlo desde distintas
    perspectivas. A las compañías extranjeras la crisis las perjudicó
    en la medida en que los activos se devaluaron, y si la compañía
    estaba en rentabilidad, esa rentabilidad se devaluó, y tanto en patrimonio
    neto, como en rentabilidad y en inversiones, lo que tenía la compañía
    se dividió por tres”.

    Por su parte, Aquilino Madariaga, presidente de Federación Patronal
    –que a diciembre estaba segunda en la producción de seguros
    Patrimoniales, Retiro y Vida y con el balance cerrado en febrero se mantuvo
    primera en cuanto a activos, producción y situación financiera–,
    subraya que, con la pesificación, se registró una caída
    de activos y que “no obstante, el poder de recuperación del
    sector fue tan grande que actualmente la generalidad de las aseguradoras
    están con la fortaleza reconstituida y proyecciones de superación
    y desarrollo”
    .

    Menos robos
    La otra buena novedad que coinciden en señalar los representantes
    del mercado asegurador es la caída en el número de robos de
    autos, el segmento de seguros que representa casi la mitad de la producción.
    Y
    reconocen en este punto un logro del Gobierno.
    “Las medidas oficiales tomadas por las autoridades en materia de
    control de los desarmaderos han permitido que el sector de automotores haya
    bajado muy apreciablemente su déficit por la merma, principalmente,
    de los robos de unidades”,
    expresa Madariaga.
    Para D’Atri, la caída en la siniestralidad de vehículos,“fue
    parcialmente desaprovechada por las compañías, que empezaron
    una guerra de precios inmediata, con lo cual se hicieron de una parte muy
    mínima de la ganancia
    y aunque el precio es uno de los factores principales de la competencia,a
    uno le gusta ver compañías que ganan plata”
    .
    El presidente de Mapfre Argentina, destaca, por un lado, que las acciones
    contra los robos de vehículos también enfrentaron “el
    problema social vinculado con los secuestros y las muertes relacionados
    con estos robos”. Por el otro,“la baja fue a niveles históricos,
    lo que pasa es que a partir de la
    devaluación se había convertido en un muy buen negocio vender
    repuestos usados o robados por los valores de los repuestos. Hemos vuelto
    a la mitad de lo que era en 2002”.
    Sobrini asegura: “Los costos para el asegurado bajaron, aunque no
    lo perciba. Al principio hubo un aumento de costos no por que subieran las
    primas sino porque lo hicieron los valores asegurados, pero a partir de
    la caída de robos se notó una tendencia a la baja de las primas”
    .
    En cuanto a la siniestralidad en otros segmentos, D’Atri señala
    que “en transportes hace años que viene bajando por las medidas
    de seguridad, pero viene descendiendo también la prima con lo que
    el negocio se torna irrelevante, mientras que en el resto de los ramos se
    mantiene estable.
    La Argentina –dice– es un país que no tiene catástrofes
    naturales, lo cual elimina un área de enorme impacto, ni enormes
    conmociones sociales que produzcan daños masivos de destrucción
    de la propiedad, con lo cual el seguro es más de la cosa habitual,
    el choque del auto, algún incendio en una empresa”.

    Estos factores, acompañados, según el director de Herzfeld-Willis,
    por la presencia de varias compañías internacionales y la
    baja dependencia del reaseguro facultativo que hacen que los precios se
    definan localmente, permiten que “en general,el nivel de precios
    de los contratos esté muy bien,
    similar al de otros países y a veces inferior”
    .

    Autos al frente

    La caída en los siniestros de automotores es importante para el sector
    debido a que el segmento concentra casi 50% de la producción, según
    muestran los datos de la SSN y corroboran los directivos de las compañías.
    En conjunto, los seguros patrimoniales representan casi 70 % de la producción
    total, mientras que los de personas reúnen algo más de 30%.
    A su vez, automotores representa poco menos de la mitad de los patrimoniales,
    seguido por incendio y combinado familiar, riesgos del trabajo y granizo.
    Entre los seguros de personas, más de 40% son de vida, algo más
    de 30% de renta vitalicia (AFJP) y el resto se divide entre los de vida
    previsional, retiro, accidentes personales y renta vitalicia (ART).
    Sobre la evolución de los distintos ramos en los últimos años,
    D’Atri subraya la caída en transportes causada por las fuertes
    medidas de seguridad que requerían las compañías. “Creo
    que fue un mal paso de los aseguradores, porque hubo poca creatividad: entre
    no hacer nada y tener dos autos con custodia armada hay bastantes alternativas
    en el medio. Por cómo se planteó, lo que antes se consumía
    en seguros de transporte ahora se consume en empresas de seguridad”
    .
    Para Sobrini, con la crisis económica “el que más
    sufrió es el seguro de vida con capitalización, que explotó
    en la década de los ’90 a partir del país dolarizado,
    y sufrió por un problema de confianza y capacidad de ahorro”
    .
    En cuanto a distribución geográfica, entre la ciudad y la
    provincia de Buenos Aires suman casi 70% de la producción y Córdoba
    y Santa Fe reúnen cada una alrededor de 6,5%, en porcentajes que
    se mantienen bastante estables en los últimos 15 años.
    El de seguros es un mercado atomizado en el que los jugadores de mayor peso
    apenas superan 5% de la producción total. Al 31 de marzo de 2005,
    la SSN tenía registradas 192 compañías de seguros (23
    de retiro, 50 de personas, 15 de riesgos del trabajo y 104 patrimoniales
    o mixtas); un año antes tenía registradas dos compañías
    más, pero a principios de 2001 había 226 firmas.

    Tendencias

    Al hacer una análisis sobre los segmentos que más están
    evolucionando, el presidente de Mapfre Argentina señala al sector
    corporativo, el vinculado con las Pymes y los seguros del agro, sobre todo
    el de granizo y agrega: “creo que el seguro de salud es algo que
    se tiene que explotar. En otros países, el negocio de salud tiene
    una parte importante en el sector asegurador, y en Argentina está
    prácticamente en manos de la medicina prepaga y las obras sociales;
    hoy parece un negocio de segmento, pero en el largo plazo debería
    expandirse”
    .
    El director de Herzfeld-Willis, por su parte, destaca:“Están
    creciendo ramos chicos, los riesgos emergentes. El mundo es dinámico
    y hay riesgos nuevos, que pueden ser por temas políticos, económicos,
    sociales o de tecnología. Por ejemplo, todo lo que es responsabilidad
    civil del directorio y los gerentes fue impulsado por la legislación
    y han crecido negocios que hace 15 años no existían.
    En la Argentina, todo lo que es riesgos portuarios, un mundo que ingresa
    con la privatización y construcción de puertos”.


    Ambos coinciden en que también hay espacio para crecer en los seguros
    tradicionales debido a que en automotores, pese a la obligatoriedad, sólo
    60% de los vehículos está asegurado, mientras que en lo que
    es viviendas ese porcentaje baja a 25%.
    Un renglón aparte merecen los riesgos del trabajo. Por un lado, Sobrini
    destaca que la producción de este segmento “tuvo un incremento
    importante por el aumento en la cantidad de empleo, ya que las cápitas
    pasaron de 5 a 5,5 millones, y los incrementos salariales que dio el Gobierno”.

    Por otro lado, D’Atri menciona: “Los cambios que se originaron
    y se van a originar en la ley de accidentes de trabajo tras la jurisprudencia
    de la corte que permitió la demanda civil. Es evidente que va a haber
    una nueva ley, ya que sería un pecado generar incertidumbre en un
    sistema que funciona muy bien por el sólo hecho de que algunos consideren
    que las indemnizaciones en casos graves son escasas; la corrección
    inmediata podría ser aumentar las indemnizaciones sin sacarle certidumbre
    al sistema”.

    “Si bien el sistema creado en la década del ’90 tiene
    muchas cosas para mejorar –añade el titular de Mapfre–,
    es mucho mejor que lo que había hasta entonces. El sistema fue bueno
    porque hubo menos accidentes que antes y en términos de costos, ya
    que el gasto en riesgos de trabajo pasó
    de 8% a 2%. Los proyectos que hay de modificación de la ley hacen
    que el empleado tenga una mayor cobertura con un costo algo mayor”.


    Perspectivas

    Uno de los aspectos en los que el sector tiene que trabajar, dice D’Atri,
    es “en el cumplimiento más rápido de los compromisos.
    Esta es la única actividad en el que alguien paga y no le dan nada,
    sólo una confirmación, pero la póliza llega 30, 60
    ó 90 días después.Y hay que poner más énfasis
    en la necesidad de pagar los siniestros a tiempo”
    .
    De cara al futuro, añade:“Es muy probable que este año
    vuelva a crecer muy fuerte la venta de autos, lo que da una inyección
    de primas impresionante. Es evidente que va a haber una corrección
    de los valores asegurados, hay además una corrección por actividad
    económica: las empresas tienen más stock y lo rotan más
    rápido, producen más, lo transportan más y así
    sucesivamente.
    Aumentan un poco los sueldos y eso incide en el seguro de vida previsional
    y en la ART.Hay un aumento paulatino pero firme de la construcción.
    Las perspectivas son buenas”.

    “La rentabilidad del sector en el último ejercicio fue de
    2%, incluyendo el rendimiento financiero”, reconoce Sobrini. Sin embargo,
    considera “deseable una rentabilidad algo superior, con 5% como piso
    y entre ese valor y 10%”.

    Para Madariaga,“el crecimiento del mercado asegurador está
    en sintonía con el crecimiento de la economía del país.
    Si ésta crece, las necesidades aumentan y el seguro está como
    respaldo de todo ese patrimonio que se incorpora. Actualmente, estamos frente
    a una incipiente pero firme reactivación de la economía. Esto
    es positivo para el país y fructífero para el sector asegurador.
    El sector va a crecer y se va a consolidar económico-financieramente
    y, a su vez, como mejor respaldo de los capitales que les acercan para su
    custodia como mejor garantía”.


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    Perspectivas positivas

    Para
    el superintendente de Seguros, Miguel Baelo, "la evolución del
    sector asegurador en los últimos años es realmente auspiciosa
    en todos los aspectos: el mercado global crece en valores constantes a una
    tasa de 13% anual, superior a la del PBI, con récords de producción
    en, por ejemplo, los seguros agrícolas".
    Asimismo, aunque destaca que "la rentabilidad del último ejercicio
    fue positiva después de una década de resultados negativos",
    advierte que es "preocupante" que ello se logre "a través
    del resultado financiero y no del técnico".
    "Las perspectivas del sector son halagüeñas. Hay una tendencia
    general de crecimiento no sólo en la facturación (probablemente
    el 2005 cierre con una tasa mayor a 13%), sino que también es dable
    observar crecimiento en las inversiones y patrimonios. Por nuestra parte,
    estamos empeñados en generar un marco que favorezca ese desarrollo,
    promoviendo la calidad de la gestión y la responsabilidad de los
    integrantes de los cuadros directivos", concluyó el titular
    de la SSN.