“A
ningún otro país deudor se le exigió que atendiera
a quienes voluntariamente no hubiesen ingresado en una reestructuración”,
deslizó el ministro de Economía en varias reuniones
privadas, durante la asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), en Okinawa. Según colaboradores suyos, Brasil tardó
más de cuarenta meses en llegar a un arreglo con el fondo
especulativo de la familia Dart, que no había aceptado un
canje. No obstante, ni el Fondo Monetario Internacional ni algún
juez norteamericano le trabaron el acceso a los mercados ni le aplicaron
embargos desmedidos”.
Por cuerda separada, se supo que los abogados del gobierno en la
apelación al ambiguo fallo de Thomas Griesa presentarán
un extenso informe al tribunal de alzada sobre esa discriminación.
Mientras tanto, los contactos con el FMI buscan persuadirlo de no
asumir los intereses de fondos buitres, con relación a buena
porción de los bonistas que no quiso entrar en el canje.
También se le plantea no persistir en una actitud paralela:
elevar sin justificación razonable de 4 a 4,5% del PBI el
superávit fiscal primario.
Por otra parte, no gustó a la Argentina ni otros países
de la región la presencia del cabildeo que representa, precisamente,
a los fondos buitres. Vale decir, el Institute for International
Finance (IIF). Este grupo hizo circular un “documento confidencial”
–inmediatamente difundido a la prensa conservadora– donde
equipara Argentina con Venezuela en cuanto a “políticas
populistas”.
Pero el objeto real del “estudio” es apoyar las presiones
discriminatorias del FMI respecto de los US$ 19.500 millones que
no ingresaron al canje. En otro plano, Rodrigo Rato no fue a la
reunión en Okinawa porque se lo cuestiona internamente por
su continuo, caro turismo. Por ende, Lavagna enfrentó a Anoop
Singh, todavía jefe del hemisferio occidental (eufemismo
por Latinoamérica). El analista fue el funcionario del FMI
más jerárquico que se paseó por la lujosa isla
japonesa. Como es habitual desde el fin del gobierno presidido por
Carlos Menem, las relaciones entre Argentina y el cuestionado organismo
son tirantes. Dedicado a gestor de acreencias ajenas (como sostienen
Jeffrey Sachs, Michael Mussa y Paul Krugman), el Fondo no cesa de
reclamar soluciones para la deuda privada todavía fuera de
la reestructuración.
De paso, la entidad exige una política monetaria más
astringente para controlar la inflación y más ahorro
fiscal para solventar vencimientos externos en 2005/6. Contradiciendo
las restricciones antinflacionarias que receta, el Fondo también
quiere flotación cambiaria limpia (una rareza en el mundo
actual) y tarifas favorables a servicios privatizados. Eso añadiría
puntos a la inflación que Anoop, en teoría, desea
poner en caja.
Metas
del milenio
En este escenario, Guillermo Calvo disertó sobre “estrategias
de desdolarización en mercados emergentes” (sic), Un
tema algo desactualizado.
En un seminario previo, los expertos se dedicaron a diseñar
castillos en el aire. Hablaron, entonces, de ambiciosos proyectos
hídricos y sanitarios para alcanzar las “metas del milenio”.
Fiel al último libreto elaborado en Washington (el anterior
fue el consenso de 1989), la entidad piensa en un futuro imposible
de programar, diez siglos. En realidad, los graves déficit
en servicios sociales que padece Latinoamérica no pueden
esperar siquiera dos décadas.
Mucho menos puede esperar la interna generada en el seno del Fondo
Monetario. Anoop encabeza la misión a Okinawa porque Rato
fue virtualmente forzado a frenar un afán peripatético
casi papal. Según revela el “Financial Times”,
el equipo ejecutivo de la entidad criticó la serie de viajes
iniciada por el director gerente, inclusive antes de asumir un cargo
adonde había llegado no sin polémicas y dudas sobre
su aptitud.
Fondos
buitres
EM Limited, controlado por el especulador Kenneth Dart, presentó
un descargo ante al tribunal de alzada. Objeto: un fallo en favor
de Argentina, que deje los US$ 7.000 millones en bonos embargados
a disposición de los acreedores.
Esa demanda seguía a la apelación de NML Capital (Elliot
& Associates), esta vez contra el fallo de Thomas Griesa. Lo
curioso es que el juez de primera instancia dictaminase contra el
embargo… pero sin suspenderlo pendiente de apelaciones. También
fue sospechosa otra actitud de Griesa: inducir a que se reactivasen
viejas demandas contra Buenos Aires.
En los casos NML y EM, se trata de papeles en poder de Bank of New
York, como fideicomisario y agente de canje. Ambos demandantes,
otros bonistas, fondos y acreedores individuales buscan revertir
el fallo en primera instancia. Justamente, porque el embargo (o
su congelación) perjudica a todas las partes, de un modo
u otro.
Los argumentos de Dart, que dice poseer US$ 720 millones en bonos,
son en esencia dos. Primero, Argentina puede efectuar el canje,
aun si una parte de los papeles entregados permanece embargada.
Segundo, los bonos en cese selectivo de pagos ya pertenecen al estado
argentino, no a los bonistas. Por supuesto, Economía no piensa
de ese modo, aunque tampoco apruebe las actitudes de Griesa.
Polémica
por la inflación
Entretanto, lejos de la isla japonesa, en Buenos Aires, este debate
quedó en segundo plano postergado por la abrumadora polémica
en torno a los niveles de inflación.
En tono sensato, Daniel Heymann, economista de la Cepal, quién
fuera el primero en alertar sobre el peligro inflacionario a raíz
del fenomenal crecimiento económico, sostiene que “hay
que pensar a mediano plazo y moderar el exceso de demanda”.
“Es importante el esfuerzo fiscal pero también habría
que buscar la manera del restringir el consumo privado y generar
ahorro que permita un incremento de la inversión”, sostiene
Heymann.
Por último, el economista considera acertada la estrategia
del Gobierno que busca quitar trascendencia a la escalada inflacionaria
por los efectos contagios que tiene en el resto de la economía.
“Hay que evitar los tiempos en que cuando aumentaba la nafta
arrastraba aumentos en todos los precios”, sostiene.
Por su parte, el ex presidente del Banco Central y otro de los economistas
cercanos al Gobierno, Javier González Fraga, ha dejado en
claro su diagnóstico del pico inflacionario al pedir que
no se carguen las tintas en el Banco Central. Sostiene que se deber
encarar la solución a través del incentivo a la inversión
y que resolver la incertidumbre energética es una de las
prioridades.
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Dólar
y petróleo en alza perjudican a los mercados en desarrollo
La
firme alza de precios petroleros, el rebote del dólar y de
tasas norteamericanas ha puesto en problemas a ciertos mercados
o franjas. Empezando por los llamados “emergentes”. O
sea, en desarrollo.
Este grupo había subido 22,5% en dólares durante el
año pasado y, hasta fines de febrero último, acumulaba
8,6% en iguales términos. Pero, al cabo del primer trimestre,
el avance se había achicado a 1,2%.
Entretanto, de principios de febrero a la primer semana de abril,
el rinde para letras de Tesorería a diez años (o sea,
la tasa larga estadounidense) pasó de 4,39 a 4,475%, con
picos de 4,51%. Bastante más caliente, el crudo tejano intermedio
avanzó 28% en igual lapso y, el lunes 4, marcaba un récord
nominal absoluto de US$ 58,18 el barril en el arbitraje verpertino,
Nueva York. El repliegue posterior no modificó las cosas.
Por ende, los inversores norteamericanos colocados en mercados emergentes
han sido perjudicados por la declinación de esas plazas y
el rebote del dólar. Sobre todo en las recientes seis semanas.
Sólo en marzo, el dólar se recobró contra diecieséis
de las veintiséis monedas representadas en el índice
Morgan Stanley Capital Internacional para mercados en desarrollo.
Inclusive hubo dos casos extremos, el rand sudafricano (+7,4%) y
el peso oro (zloty) polaco (+6,8%).
Este alza de la divisa referencia reduce el valor de las inversiones
en otras monedas –fuera de EE.UU.– al repatriárselas.
Entretanto, se deterioran hasta 50% las ganancias generales de los
norteamericanos en esas plazas. En monedas locales el índice
MSCI para emergentes subió 2,4% en marzo, comparado con +1,2%
en dólares. Los grandes perdedores se registraron en África
y Europa centroriental, que habían apostado fuerte por un
dólar débil.
Obviamente, el declive de rendimientos emergentes va generando un
efecto de estampida entre inversores y especuladores. En las últimas
cuatro semanas, por ejemplo, sólo los fondos mutuales sacaron
de esos mercados unos US$ 700 millones, el mayor drenaje desde mayo
pasado.
Surge ahí un inquietante paralelo. Entre el 12 de abril y
el 19 de mayo de 2004, el MSCI cayó 20,4% y esos fondos sacaron
del circuito emergente US$ 1.930 millones. Después, ese indicador
fue recobrando terreno, pero le tomó hasta el 12 de noviembre
compensar todo lo perdido. ¿Pasará lo mismo este año?
Este interrogante sigue en pie, pese a curiosas declaraciones formuladas
por Alan Greenspan. Según el presidente del Sistema de Reserva
Federal, los propios mercados se encargarán de promover la
producción y frenar el alza de hidrocarburos. Ni siquiera
Robert Lucas creería en esta clase de “expectativas
racionales”.
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