¿Una alianza Alfa Romeo-Audi?

    tras
    una supermarca
    ¿Una alianza Alfa Romeo-Audi?
    “Para imponerse en F1, se necesita una supermáquina. Pero para
    triunfar en el mercado, hacen falta marcas”. Así ha dicho varias
    veces Luca Cordero Montezemolo, hoy presidente de Fiat SpA. ¿Anticipaba
    una alianza italogermana?
    Fiat tiene en marcha el plan de Giuseppe Morchio, ex gerente general, que
    prevé 20 productos nuevos e inversiones por 2.500 millones de euros
    anuales.
    Eso explica ciertas iniciativas en cocina. En particular una de John Elkann,
    nieto de
    Giovanni Agnelli y vice del lingotto: una alianza entre Alfa Romeo y Audi,
    dos marcas que podrían generar un “polo europeo de lujo”.
    En verdad, la primera idea al respecto provino de Montezemolo, cuando sólo
    encabezaba sólo Ferrari e imaginaba un proyecto donde entrarían
    esa marca y Maserati (las más caras del grupo).
    Amén de pelearle espacio internacional a BMW, Volvo y Saab, el objeto
    de estos esquemas es recobrar participación general en el mercado.

    Jóvenes digitales
    La tecnología, ha parido una nueva generación de personas
    diferentes del resto en habilidades tecnológicas y comunicacionales.

    Son esos jóvenes, los empleados del siglo XXI, los que pueden hacer
    realidad el cambio para mejor en sus empresas. Con esta reflexión
    comienza un ensayo que aparece en la última edición de Strategy
    + Business.
    Esta nueva raza de empleados –los que aún no han cumplido 30
    años– se suma al mundo del trabajo con una experiencia digital
    sin precedentes: un promedio cercano a las 10.000 horas compitiendo con
    videojuegos, más de 200.000 e-mails y mensajes instantáneos
    enviados y recibidos, casi 10.000 horas hablando por teléfonos celulares
    o comunicándose y usando organizadores personales digitales; más
    de 20.000 horas consumidas frente al televisor viendo más de 500.000
    comerciales.

    ¿y la privacidad?
    La flota marina de Mongolia
    A la vera de la avenida Chínghiz Jan –Ulan Bator–, atiende
    la Administración Marítima de Mongolia. Pero esta república
    carece de costas. Tampoco existen ríos navegables y el único
    lago no tiene salida. ¿Entonces?
    No obstante, adentro, dos funcionarios manejan el registro de navegación,
    un servicio que cobra barato y no impone restricciones molestas. Mongolia,
    el mayor país del mundo (alrededor de 1.600.000 km2) sin costa marina,
    es el único de su tipo que vende bandera de conveniencia para ir
    por altamar. Su pabellón rojo, gualda y azul ondea hoy en 260 barcos
    y su inopinada presencia es una mezcla de negocio fácil, comercio
    e intrigas varias.
    Hay un factor clave: el 1° de julio entraron en vigencia nuevas normas
    internacionales sobre seguridad en navegación y puertos. Tener una
    bandera de conveniencia tan nueva y poco conocida es hoy una ventaja, porque
    las autoridades todavía no se fijan mucho en ella.