capítulo 5
    Tareas y desafíos para el gerente general

    Otros son
    mirados con más desconfianza. No tiene el mismo glamour determinar
    el cash flow de la empresa; entender la lógica del presupuesto;
    disponer de tablero de comando o de cualquier otro indicador de gestión.
    Menos aún, analizar la transformación de la función
    operaciones, la determinación de costos, el análisis de
    área de compras, o apreciar el verdadero valor de la contabilidad.
    Sin embargo, todas esas tareas, aún sin el brillo que tienen los
    grandes temas teóricos del management, son esenciales en el éxito
    o el fracaso de un gerente general.
    Son las tareas y desafíos i
    neludibles. Sobre estos tópicos versa este capítulo de la
    Agenda del Gerente General. Todos estos temas, y otros conexos, pueden
    ampliarse con la consulta a la guía del archivo de MERCADO en Internet,
    que figura al final de esta sección.

    el presupuesto

    como herramienta efectiva

    El presupuesto es uno de los pasos fundamentales en el proceso de planificación
    empresaria. Si la estrategia es determinar fines con énfasis en
    los mercados y asignar medios, hay que entender que el manejo de la base
    de recursos de la empresa es una variable crítica.
    Más allá de cuestiones técnicas, el presupuesto como
    herramienta se transforma en un sistema de evaluación del desempeño
    de la empresa en términos de objetivos y metas. Este texto, condensado
    de un ensayo de Jorge Grinpelc, publicado por MERCADO, presenta el presupuesto
    como un elemento clave en el sistema de decisión y control de la
    empresa.
    El presupuesto, como herramienta de gestión empresarial, merece
    un detenido análisis por parte de las firmas que lo utilizan, a
    fin de lograr que, por un lado, actúe como elemento cohesionador
    del esfuerzo de planeamiento que involucra a los niveles gerenciales y
    operativos; y, por otro lado, permita un control de la realidad versus
    los planes, con la consistencia y la rigurosidad que el proceso presupuestario
    requiere.
    A fin de ofrecer una visión de los distintos aspectos que hacen
    a la labor de poner en marcha un nuevo sistema presupuestario en la empresa,
    vale la pena considerar adecuadamente:
    –El proceso de elaboración del presupuesto, desde la fijación
    básica de objetivos y estrategias hasta cada una de las variables
    que se considere necesario presupuestar (ventas, gastos, inversiones,
    etc.).
    –El proceso de control presupuestario, comparando los planes con
    las realidades a través del tiempo.
    –El enfoque para poner en marcha un sistema presupuestario eficaz,
    al lograr una activa inserción del presupuesto en el proceso decisorio
    de la organización.
    El proceso de planificación se inicia con la fijación de
    metas y estrategias empresarias. Es responsabilidad de los directivos
    fijar metas globales ambiciosas y descomponerlas en metas parciales, que
    deben cumplirse a distintos niveles dentro de la organización.

    Algunas empresas consideran sus metas y estrategias como información
    reservada y no las transmiten al resto de la organización. Las
    empresas que han desarrollado las mejores prácticas en sus procesos
    presupuestarios generan una discusión interactiva y un buen grado
    de consenso acerca de sus planes estratégicos y sus metas entre
    los niveles superiores y medios de la organización.
    Una vez definidas y transmitidas las metas, se está en condiciones
    de elaborar cada uno de los presupuestos:
    presupuesto de inversiones; presupuesto operativo; presupuesto
    financiero; balances proyectados; indicadores de gestión.
    Presupuesto de inversiones
    El presupuesto de inversiones contiene todos aquellos proyectos y adquisiciones
    que la empresa planea efectuar en el próximo ejercicio presupuestario,
    alineados con las metas y las estrategias definidas. Las inversiones representan
    activos que la empresa incorporará y que apuntalarán el
    perfil futuro que se le quiera dar a ésta.
    Presupuesto operativo
    El presupuesto operativo normalmente incluye los presupuestos de ventas,
    gastos y costos de la empresa.
    El presupuesto de ventas es el que requiere normalmente de mayor análisis
    para su elaboración, dadas las múltiples variables involucradas
    en él. En este sentido, es importante clarificar las dimensiones
    por considerar para la elaboración del presupuesto de ventas.
    Para la elaboración del presupuesto de gastos, cada responsable
    de centro de costos preparará el presupuesto de su sector clasificado
    por concepto del gasto (sueldos, materiales, depreciaciones, etc.), en
    concordancia con la clasificación y los criterios con que la contabilidad
    recopilará luego los gastos reales, a fin de garantizar una comparación
    consistente.
    El presupuesto operativo concluye con el cálculo de costos de los
    productos o servicios que la empresa comercializa, proceso que normalmente
    involucra técnicas de costos estándar, costeo basado en
    actividades, etc., a fin de atribuir los gastos primarios a los costos
    de los productos correspondientes.
    Presupuesto financiero
    El presupuesto financiero resume en términos de caja las consecuencias
    de los planes contenidos en los presupuestos de inversiones y operativos,
    ambos elaborados sobre base devengado. El presupuesto financiero nos dice
    si vamos a estar en condiciones de financiarnos autónomamente o
    tendremos que recurrir al crédito externo. Y puede decirnos también
    que tenemos que revisar nuestras inversiones o nuestras previsiones operativas
    a la luz de la imposibilidad de conseguir crédito externo para
    financiarnos.
    Balances proyectados
    La proyección de la situación patrimonial y el estado de
    resultados representa el último eslabón en la elaboración
    del presupuesto económico-financiero de la empresa.
    Indicadores de gestión
    La información económico-financiera ya no resulta suficiente
    para monitorear la gestión empresarial. El uso de tableros de comando
    con información clave sobre la marcha del negocio es necesaria
    para que la empresa pueda conocer su posición en el mercado.

    control

    presupuestario

    El control presupuestario permite comparar los resultados obtenidos con
    las metas planteadas a diversos niveles de detalle. Un control presupuestario
    eficaz requiere de un sistema que provea información comparativa
    adecuadamente segmentada por responsable y con niveles sucesivos de consolidación,
    desde los datos analíticos de base hasta los niveles de síntesis
    para consolidación. Brindando a cada responsable la información
    por el área que maneja.
    La puesta en marcha (o la reformulación) de un sistema presupuestario
    es un emprendimiento de gran trascendencia para una organización.
    Sólo puede hacerse con un total apoyo de la alta dirección
    e involucrando ampliamente a todos sus ejecutivos. Sólo así
    el presupuesto representará el modelo de gestión de la empresa.

    La definición del presupuesto que mejor sirva a los intereses de
    cada empresa requiere de un diseño del sistema presupuestario basado
    en un cuidadoso análisis de las variables por considerar para el
    planeamiento y el control, y de la información a generar con respecto
    a ellas.
    La selección de las adecuadas herramientas informáticas
    de apoyo para el desarrollo y la operación del nuevo sistema constituye
    otro factor clave para considerar. Afortunadamente, hoy existen múltiples
    tecnologías aplicables:
    Sistemas ERP (enterprise resource planning). Estos sistemas posibilitan
    un análisis muy dinámico tanto para la elaboración
    del presupuesto, al generar escenarios alternativos, como para una búsqueda
    muy dinámica de las causas de los desvíos presupuestarios.

    Herramientas de data warehousing, posibilitan analizar la información
    a través de sus múltiples atributos (análisis multidimensional).

    Internet, que posibilita hoy el acceso a todo tipo de información
    acerca del mercado.

    el análisis

    del balance

    Entender un balance es bastante más que leer una colección,
    presentación e interpretación de datos económicos.
    Es un verdadero documento cuyos clientes internos y externos son los que
    deciden la evolución de los negocios, los niveles de inversión
    y la viabilidad de proyectos empresarios.
    Son muchas las conclusiones que pueden obtenerse del análisis de
    estados contables, según Hugo Alberto Luppi de Deloitte & Touche
    (el ensayo completo, en el archivo de MERCADO en Internet), siguiendo
    ciertos pasos ordenadamente y utilizando herramientas simples y efectivas.
    La mayor o menor calidad de dichas conclusiones dependerá del grado
    de capacitación técnica y la experiencia del lector de los
    estados contables. No obstante ello, si se tiene un razonable conocimiento
    del mercado o los mercados en los que opera la empresa emisora de los
    balances, y de las características de sus operaciones principales,
    es factible efectuar interpretaciones válidas. Éstas se
    referirán principalmente a la situación financiera de la
    empresa, su solvencia y capacidad para cancelar deudas, su rentabilidad
    y la composición de sus resultados; sobre esta base podrán
    efectuarse algunas mínimas predicciones sobre su evolución.

    En la actualidad, y como consecuencia de la permanente actualización
    de las normas contables, los estados contables de publicación ofrecen
    elementos suficientes como para aplicar las técnicas de análisis.
    En general se publican cifras comparativas con el año anterior
    (y si no fuera así, la comparación con estados de años
    anteriores es de fácil preparación), se incluye un estado
    de movimientos en el capital corriente o de origen y aplicación
    de fondos, y los requerimientos en materia de notas complementarias a
    los estados contables satisfacen las preguntas principales que un analista
    puede formularse. Si se trata de empresas incluidas en el régimen
    de oferta pública, la información adicional es más
    rica e incluye datos sobre volumen físico de producción,
    ventas domésticas y de exportación, y una explicación
    sobre las cuestiones principales que se presentaron durante un período
    dado.
    Primer paso: clarificar el objetivo del análisis El lector del
    balance tiene que definir cuál es el propósito que persigue
    en su análisis. Puede aplicarse un distinto enfoque, darse un diferente
    énfasis a cierta información o utilizarse algunas herramientas
    diferentes, según a qué se apunte. Evaluar capacidad de
    repago de deudas al posicionarse como proveedor o prestamista es evidentemente
    diferente de ubicarse como posible inversor.

    Segundo
    paso:
    leer detenidamente el documento completo Esto implica comenzar
    por la memoria de los administradores (y la reseña informativa,
    si es una empresa del régimen de oferta pública), continuar
    con el informe de los auditores externos y de los síndicos. Si
    la sociedad cuenta con este régimen, entrar en los estados básicos
    a partir de su encabezamiento, luego las notas complementarias y concluir
    con los anexos.

    Tercer
    paso:
    ayudarse mediante la utilización de relaciones porcentuales
    e índices En muchos casos, la tentación del analista es
    comenzar directamente con la aplicación de estas herramientas,
    que son exclusivamente tales, es decir una ayuda para precisar con alguna
    medida ciertas conclusiones extraídas del paso anterior.
    El margen bruto y el margen neto sobre ventas, así como la significación
    porcentual de los diversos gastos de operación por funciones (administración,
    comercialización) sobre ventas netas son los más simples.
    Contar con las mismas relaciones para una serie de períodos y no
    solamente para el último ejercicio ayuda mucho para comprender
    la tendencia de la estructura de resultados de la empresa analizada.
    Las relaciones entre ciertos elementos patrimoniales, como activos corrientes
    versus pasivos corrientes (liquidez corriente o una medida de la capacidad
    de la empresa para cumplir en término con sus obligaciones de corto
    plazo), pasivo total versus patrimonio neto (endeudamiento, o una medida
    del grado de financiación obtenida de terceros frente a la que
    proveen los propietarios o inversores permanentes), son clásicas.

    No debe dejar de considerarse que los números que proporcionan
    estas relaciones son indicadores de ciertas circunstancias, pero no medidas
    exactas de situaciones existentes en la empresa analizada.

    Cuarto paso: hacer benchmarking
    Cualquiera haya sido la batería de herramientas de análisis
    aplicada, es necesario siempre efectuar comparaciones con empresas que,
    además de operar en el mismo ramo, lo hagan en condiciones y a
    escala similar. Carecería de sentido concluir sobre la empresa
    analizada sin efectuar una recorrida sobre lo que se presenta en el mercado.

    Quinto
    paso:
    formular conclusiones
    Podría pensarse que, cubiertos los pasos anteriores, ya se cuenta
    con conclusiones válidas. Sin embargo, no es así. Al igual
    que en medicina el diagnóstico de un paciente no se agota por la
    comparación de la tabla de valores que aparecen impresos en el
    informe de un análisis clínico con los que arrojó
    el examen de una determinada sustancia humana, sino que se requiere un
    juicio adicional del médico consultado, lo mismo –salvando
    las distancias– puede decirse para el análisis de estados
    contables.
    Antes de formular cualquier conclusión, es necesario repasar todo
    lo hecho y todos los elementos observados (información contenida
    en los documentos leídos, números comparativos, resultados
    de calcular las relaciones o índices) y enmarcarlos con la realidad
    de los negocios que presenta el mercado. Obviamente, ésta es la
    parte más compleja y requiere del máximo conocimiento de
    los negocios sociales y de las condiciones imperantes y las interrelaciones
    entre ambos.

    la revolución
    de los costos

    La preponderancia de los temas estratégicos dentro de las distintas
    áreas del management ha originado un replanteo general de algunas
    de las herramientas básicas de la administración de empresas.
    John Shank, uno de los más reconocidos especialistas en gerencia
    de costos, ha desarrollado y aplicado exitosamente una nueva visión
    a la que denominó gerencia estratégica de costos. Shank,
    explica aquí por qué los sistemas tradicionales de costos
    son totalmente obsoletos y por qué es fundamental aplicar esta
    nueva visión para lograr una ventaja competitiva.
    Tradicionalmente, se considera al análisis de costos como el proceso
    para estimar el impacto financiero que ejercen las distintas decisiones
    gerenciales. ¿En qué se diferencia la gerencia estratégica
    de costos (GEC) de otro tipo de análisis? Básicamente, la
    GEC toma un contexto más amplio, en el que los elementos estratégicos
    aparecen en forma más explícita, formal y consciente. En
    este caso, los datos de costos se utilizan para desarrollar estrategias
    superiores a fin de alcanzar una ventaja competitiva que se pueda mantener
    a lo largo del tiempo.
    Concretamente, la GEC resulta de la combinación de tres temas fundamentales
    tomados de las teorías de gerencia estratégica:
    El análisis de la cadena de valores.
    El análisis del posicionamiento estratégico.
    El análisis de causales de costos.
    Cada uno de estos tres temas representa una corriente de investigación
    en la cual la información de costos se considera de una forma diferente
    de la que contempla la contabilidad gerencial tradicional.
    Dentro del esquema de la GEC, una administración eficiente de costos
    requiere un informe global externo. Porter denominó a este enfoque
    cadena de valores, el conjunto interrelacionado de actividades creadoras
    de valor, que se extiende durante todos los procesos, desde las materias
    primas hasta el producto que se entrega al consumidor. Este enfoque es
    externo: la empresa es sólo parte de una cadena mucho más
    extensa.
    En contraposición, la contabilidad tradicional suele adoptar un
    enfoque dirigido a los factores internos de la empresa: sus compras, sus
    procesos, sus funciones, sus productos y sus clientes. Esta perspectiva
    se denomina de valor agregado: comienza con los pagos a proveedores (compras)
    y termina con los costos pagados por el consumidor (ventas). El asunto
    clave en este tipo de análisis es maximizar la diferencia (valor
    agregado) entre compras y ventas.
    Pero el concepto de cadena de valores es fundamentalmente diferente del
    concepto de valor agregado que, desde el punto de vista estratégico,
    tiene dos problemas: comienza demasiado tarde y termina demasiado temprano.
    El hecho de iniciar el análisis con las compras hace que se pierdan
    valiosas oportunidades de aprovechar los lazos existentes con los proveedores.
    El papel que desempeña el análisis de costos puede variar
    sensiblemente de acuerdo con la manera de competir que haya elegido la
    empresa. Siguiendo el diseño propuesto por Porter, un negocio puede
    competir con costos más bajos (liderazgo de costos), o con productos
    de calidad superior (diferenciación de productos). Como la diferenciación
    y el liderazgo de costos involucran posiciones gerenciales distintas,
    es lógico que también requieran perspectivas de análisis
    de costos diferentes.
    Por ejemplo, para una empresa de artículos de consumo que adopte
    una estrategia de liderazgo en costos, probablemente el análisis
    de costos de producción será una de las herramientas principales
    para llevar adelante esa estrategia. En cambio, para una empresa que busque
    su ventaja competitiva en la diferenciación de productos, el análisis
    de costos se centrará en otras áreas, como por ejemplo “investigación
    y desarrollo”.
    En la GEC la perspectiva del análisis tradicional cambia radicalmente.
    De acuerdo con esta nueva visión los costos son causados o impulsados
    por múltiples factores que se interrelacionan en forma compleja.
    En la teoría tradicional el costo es básicamente función
    de una sola causa: el volumen de producción. En la GEC, en cambio,
    el volumen de producción como tal representa muy poco de la totalidad
    de los factores de costos.
    ¿Cuál es, entonces, la mejor manera de explicar el comportamiento
    de costos?
    Existen al menos dos grandes categorías: los costos estructurales
    y los costos de ejecución. Los primeros se relacionan con la estructura
    económica de la empresa, entre ellos: la escala, la extensión,
    la experiencia, la tecnología y la complejidad de la línea
    de productos. Los segundos, en cambio, son decisivos para establecer la
    posición de costos de una empresa y dependen de su habilidad para
    ejecutarlos con éxito. Se pueden citar los siguientes: el compromiso
    del grupo de trabajo hacia el mejoramiento continuo, los programas de
    calidad total, la utilización de la capacidad instalada, la configuración
    del producto, el aprovechamiento de los lazos existentes con los proveedores
    y con los clientes.

    no alcanza
    con
    negociar precios

    El nivel de competitividad que impone la globalización obliga a
    no comprarle al proveedor que ofrece el precio más bajo, sino al
    mejor. La tendencia es formar con otras empresas pools de compras que
    permitan aumentar el volumen de operaciones.
    Axel Schmidt, uno de los responsables del Competence Center de Operaciones
    de la consultora europea Roland Berger, explica de qué modo nuevas
    herramientas como el innovative sourcing permiten reducir hasta en 15%
    los costos totales de las compras.
    En la negociación de precios es necesario ver más allá,
    observar los procesos y la forma en que está estructurada la empresa.
    Es preciso instalar la mejora continua en el área administrativa
    del mismo modo que se hizo en el sector de producción. Permanentemente
    debemos preguntarnos si estamos haciendo lo correcto, con los recursos
    adecuados, de manera conveniente. Y también hay que tener en cuenta
    todo lo que está involucrado en el departamento de compras. Primero
    ver la base de proveedores y analizar la posibilidad de reducirla, dejando
    sólo a los de clase internacional. Luego estudiar los productos
    que fabricamos y examinar su grado de estandarización y su nivel
    de valor agregado. Tenemos que preguntarnos cuánto puede pagar
    el cliente por eso. Por ejemplo, en la industria automotriz, si existe
    una autoparte que el cliente no necesita, no vale la pena hacerlo pagar
    por ella. Pero también hay que mirar el mercado, comparar nuestros
    requerimientos con los de empresas similares para ver si podemos aumentar
    los volúmenes de compra.
    Es preciso aclarar que el innovative sourcing persigue dos objetivos.
    El primero es la reducción de costos en materiales y operaciones.
    Pero existe, además, otro propósito, que es mejorar la calidad
    de todo el proceso de compra, trabajar sobre todo con productos de alto
    volumen y gran importancia, y no perder el tiempo en las actividades rutinarias
    del negocio. Esta segunda parte es muy difícil de cuantificar pero,
    si hablamos solamente de reducción de costos del material, creemos
    que en promedio se puede reducir entre 5 y 15% sobre el volumen de compra.
    Si uno tiene en cuenta que entre 50 y 70% del costo de la producción
    depende de los volúmenes de compras, es posible imaginarnos lo
    que puede suceder si uno logra una reducción de 10% de los costos.

    Hay diversos niveles de innovative sourcing. El primero consiste en analizar
    la cantidad de empresas a las cuales les compramos. No se puede manejar
    o coordinar una base de 10.000 proveedores de manera eficiente. Debemos
    reducir esa cantidad en forma drástica. En el segundo nivel uno
    tiene que adaptar su propia estructura organizativa para lograr la integración
    con el proveedor. Si observamos cómo evolucionó la industria
    automotriz japonesa, hace 15 años ellos tenían 1.500 proveedores.
    Redujeron el número y terminaron teniendo 500 proveedores en 1990.
    Ahora están desarrollando un sistema para dejar de comprar piezas
    individuales y adquirir conjuntos prearmados. Así han llegado a
    tener 100 proveedores.

    nueva dimensión
    de la función operaciones
    Las actividades operativas no se sostienen con decisiones operativas.
    Hay un proceso de management estratégico que permite a una empresa
    competir sobre la base de su cadena de valor y sus procedimientos operativos.
    Este artículo sintetizado de Enrique Hofman (versión completa
    en archivo de MERCADO en Internet), señala por dónde pasan
    los desafíos de la nueva función de operaciones.
    Hay una transformación muy importante en las empresas en este momento;
    es profunda y tiene que ver con varios aspectos. Uno de ellos es la evolución
    de las funciones tradicionales (marketing, finanzas, operaciones, logística,
    etc.), que han sufrido cambios. Uno de los principales, es que se están
    desdibujando las áreas de frontera de estas funciones. Antes quedaba
    muy claro un departamento, un área de acción, un área
    de responsabilidades; esto ahora ya no es así y, en beneficio de
    la competitividad, va a ser cada vez menos claro.
    Esta transformación de la organización y del área
    de operaciones, consiste en el paso de las actividades tradicionales a
    los deliveries, palabra que significa proceso de entrega a los clientes.
    El proceso de entrega es la parte final, se inicia con una generación
    del producto o del servicio, investigación y desarrollo, con la
    operación, con una cantidad de circunstancias administrativas,
    y finaliza con la entrega y el contacto con el cliente.
    Este proceso atraviesa horizontalmente la organización; entonces
    parece más lógico estudiar los procesos que estudiar las
    funciones. Sin embargo, entendemos que una organización es tal
    cuando vemos un organigrama que define las distintas gerencias y esto
    se entiende bastante bien, aunque tiene dos problemas graves: el primero
    es que los organigramas nunca están actualizados y el segundo es
    que no reflejan lo que es una organización. No se puede dibujar
    una organización en papel en dos dimensiones.
    Aquí estamos introduciendo un cambio. La organización, la
    estructura, cambia día a día, debería cambiar día
    a día. Si no lo hace, se esclerosa. Si se esclerosa la estructura
    organizacional, impide que se produzcan las modificaciones que el entorno
    necesita y esto provoca falta de competitividad. Hay una relación
    entre la competitividad, la estructura organizacional y los procesos.
    La competitividad es la capacidad constante de integrar al gusto del cliente
    o el consumidor lo que éste está deseando, y moverse lo
    más flexiblemente posible. La competitividad también significa
    seguir el ritmo o igualar al número uno del mercado. Nuestras organizaciones
    deciden muy poco, las decisiones las toman los clientes y fundamentalmente
    el número uno del mercado, que es el que lidera el proceso de cambio
    (el mejor en su clase).
    Cambiar de una organización por funciones a una organización
    por procesos lleva mucho tiempo, de tal manera que el proceso de instalación
    de nuevas empresas es mucho más rápido que la transformación
    de las ya existentes.
    Transformar una organización implica un replanteo y una redefinición
    de las pautas fundacionales. Si hay un proceso que no agrega valor, debemos
    eliminarlo de la organización. Hay procesos que sí agregan
    valor, pero tienen incluidas tareas o actividades que no agregan valor.
    Un proceso que podría tener cuatro o cinco etapas, tiene de siete
    a diez etapas.
    Se trabaja con equipos multidisciplinarios de varias áreas para
    que estudien y mejoren un proceso. Este equipo de mejora o reingeniería
    de procesos, no va a estar de ninguna manera bajo la tutela jerárquica
    de ninguno de los gerentes de las áreas funcionales. Es un equipo
    que responderá a un comité ejecutivo que administra el cambio
    de la organización y hace de consultor. Mejora un proceso y lo
    eleva a la línea, a las gerencias correspondientes, para su aplicación
    o no. No toma decisiones, pero sugiere.
    Quedan dos organizaciones superpuestas: la anterior, funcional, que decide,
    opera y trabaja en la línea y todo lo que sea horizontal (los procesos
    y su mejora) que no está tomando decisiones en la línea
    sino sugiriendo cómo cambiar los procesos, recoge las críticas
    y efectúa las correcciones. Si este trabajo lo hace una gerencia
    de área, va a tener todos los vicios producidos por una visión
    funcional única.
    Cuando modificamos los procesos, el valor de la experiencia decrece, hay
    áreas o personas que pierden poder dentro de la organización
    y, cuando eso sucede, se genera resistencia al cambio. Por eso tenemos
    que tener equipos multidisciplinarios que diseñen la mejora de
    los procesos y no estén dentro de un área específica.

    El proceso de cambio implica romper con paradigmas. Para aprender, es
    necesaria la capacidad de olvidar.

    Dos empresas
    superpuestas

    Mientras la empresa esté en curso de cambio (esto va a suceder
    seguramente en los próximos años) tendremos dos organizaciones
    superpuestas, la tradicional por funciones y la nueva por procesos. Los
    clientes estarán mucho más enganchados con la organización
    nueva que con la anterior. Esto significa un vuelco total, un cambio de
    forma de pensar en la organización, un cambio cultural, de estructura
    organizacional.
    Un momento de verdad se produce toda vez que algo o alguien del proceso
    toman contacto con el cliente interno o externo al proceso.

    Comité
    de cambio

    Por un lado, el comité ejecutivo de cambio (CEC) realiza todo el
    management para transitar por el camino, fija objetivos, asesora y propone
    a la organización las herramientas y las políticas necesarias
    en cada caso. Éste es un grupo exclusivamente staff que desarrolla
    el know how y maneja la cultura del cambio.
    Todo proceso, incluyendo el de cambio organizacional, necesita de un sistema
    de seguimiento y de medición, fijación de: variables, atributos,
    índices, unidades a medir, campo de aplicabilidad y pautas de confiabilidad,
    para permitir la inserción en un planeamiento estratégico,
    y fundamentalmente para el análisis y la toma de decisión
    de los ajustes que se realizan en el camino.

    indicadores

    para evaluar
    la gestión

    Desde hace unos años se ha producido en la Argentina un auge de
    los indicadores y los tableros de comando. Todo el mundo habla de ellos
    y la mayoría de los gerentes quisiera tener uno para capturar toda
    la gestión a su cargo en una hoja de papel, de forma tal de no
    leer demasiado y acudir a un responsable en cada tema relevante. Lo que
    sigue es la síntesis de un trabajo de Jorge Carballeira (PriceWaterhouse
    Coopers), cuya versión completa se encuentra en el archivo de MERCADO
    en Internet.
    Pocas de estas iniciativas, en cuanto a estas herramientas, han sido efectivamente
    implantadas, y esto obedece fundamentalmente a las siguientes causas:

    Confusión entre estas herramientas y las herramientas de
    sistemas. Muchos piensan que adquiriendo software que cubra indicadores
    y despliegue adecuadamente gráficos montándose sobre los
    sistemas de información existentes, alcanza. Pero estas son herramientas
    de management, no de sistemas…
    Concepción de que lo único que cambia es la forma
    de mostrar la información gerencial actual; en lugar de estados;
    cuadros y reportes, utilizamos indicadores. El cambio va mucho más
    allá de las formas…
    Falta de claridad o consenso respecto de la ambición y la
    estrategia (al no estar éstas claras, los indicadores tampoco tendrán
    contenidos claros; luego perderán esencia y quedarán relegados).

    Inadecuada integración en la empresa de variables clave
    de la gerencia tales como: estrategia; procesos y controles; aunque sólo
    sea en forma conceptual e informal.
    Creencia en que los indicadores tienen como propósito fundamental
    mejorar el monitoreo y el control (la idea esencial de los indicadores
    de un tablero es valor y cambio).

    Los indicadores
    son herramientas gerenciales compuestas por los siguientes elementos:

    un instrumento que mide algo con sentido para la gerencia (metric);

    una meta genérica, idealmente obtenida mediante benchmarking
    (goal);
    una exposición gráfica del comportamiento del metric
    que muestre evolución, proyección, distancias, etcétera;

    distintos tipos de análisis que contengan los siguientes
    componentes:
    definición concreta del tema o el problema,
    causa fundamental u origen,
    impacto efectivo en el negocio,
    acciones concretas.
    Una de las principales características de los indicadores es su
    permanente estado de cambio (varían cada vez que se producen cambios
    estratégicos u organizacionales más o menos relevantes en
    la empresa). Esto los diferencia de los sistemas tradicionales de gestión
    que son más rígidos y adoptan en general tipologías
    estándares o convencionales.

    ¿Para
    qué sirven?

    Aunque desconocidas por muchos, tienen otras utilidades relevantes además
    del monitoreo y control entre ellas:
    Capacidad de lograr que las cosas se hagan realidad (implantación).
    Por ejemplo, mayor valor de la acción (propietarios); cumplimiento
    de agendas (dirección); logro de iniciativas operacionales (gerencia);
    etcétera.
    Capacidad de identificación proactiva y cambio (administración
    del cambio). Por ejemplo: cambios de comportamiento de la gente; mejora
    de performance de los procesos; etcétera.
    Capacidad de comprender el origen o la causa fundamental de los
    problemas y no quedarse sólo con las primeras impresiones-impulsos
    o con la simple teoría (diagnóstico). Por ejemplo: discursos
    versus hechos reales; aspectos aislados versus situaciones correlacionadas
    y con una tendencia firme.
    Algunos beneficios específicos de los indicadores son:
    clarificar la estrategia (hacer realidad lo que la mayoría
    de las veces parece ambiguo y, por tanto, inalcanzable);
    focalizar la empresa en los temas prioritarios (priority issues);

    alentar la mejora continua de los procesos y las personas;
    promover el trabajo horizontal o en equipo (romper las barreras
    interdepartamentales);
    motivar (lo que se mide, se consigue);
    centrarse en metas o performances más que en datos.
    Esto implica que el sistema se encuentre empotrado en los procesos gerenciales
    de la empresa; que sea parte del día a día; que sea considerado
    o se sienta imprescindible para la operación normal (como son habitualmente
    considerados otros procesos de negocio tales como vender, facturar, pagar
    a proveedores, contabilizar, etcétera).

    Para profundizar
    Quien desee consultar otros enfoques y puntos de vista sobre este tema,
    podrá hacerlo utilizando las direcciones del sitio de MERCADO que
    se detallan a continuación:
    La
    revolución de los costos

    No
    alcanza con negociar precios

    El
    ABC de la era global

    Nueva
    dimensión de la función de operaciones

    Indicadores
    para evaluar la gestión de la empresa

    10
    pasos para construir el tablero de comando

    Cómo
    analizar un balance

    Valuación
    de activos