Un clásico de la publicidad

    Por Cintia
    Perazo

    El mercado
    publicitario ha cambiado mucho desde el año 1969, cuando se creó
    en Rosario el primer FIAP. Por aquel entonces, el festival se llamaba
    Hispano-Luso-Americano y sólo podían participar spots de
    cine y televisión. Las transformaciones producidas en el sector
    se reflejaron en el festival iberoamericano no sólo con la creación
    de nuevas categorías como Internet e Innovación en Medios,
    si no también con la incorporación del mercado hispano parlante
    de los Estados Unidos. “El FIAP está posicionado entre los
    tres o cuatro festivales más grandes del mundo, el más importante
    es el de Cannes, que tiene 10.000 inscriptos y del cual participan países
    muy importantes, que no pertenecen a la zona geográfica del FIAP”,
    comenta Pedro Marcet, director general del festival iberoamericano.
    Entre las principales innovaciones de la edición 2004, Marcet resalta
    que por la cantidad de material que reciben debieron extender el programa
    un día más. “En nuestro festival mostramos todas las
    piezas que se inscriben. Los otros eventos solo muestran una lista corta.
    En el FIAP exponemos todo, por eso, Alberto Borrini ha definido a esta
    muestra como la muestra gráfica más grande del mundo”,
    destaca el directivo.
    Actualmente existen innumerables concursos, festivales y eventos de publicidad
    pero son muy pocos los que se concentran en la región iberoamericana.
    Entre ellos se destacan “El ojo de Iberoamérica” y “El
    sol” (ex Festival de San Sebastián). Marcet prefiere no hablar
    de la competencia pero asegura: “Cada vez hay más festivales,
    pero ninguno con la antigüedad que tiene el nuestro. El FIAP es muy
    dinámico, muy ambicionado por los creativos porque sirve de introducción
    al de Cannes. El FIAP es a la publicidad lo que el campeonato Sudamericano
    es al fútbol. Luego de ganarlo el equipo va al mundial”.

    El vil
    metal

    En el sector aseguran que el FIAP se transformó en la plataforma
    de lanzamiento de muchas agencias que hoy son exitosas. Pero no sólo
    el prestigio y la importancia de este certamen es atractivo, también
    lo es el monto que mueve: compiten alrededor de 5000 piezas, por cada
    una de las cuales los concursantes deben pagar entre U$S 100 y U$S 200,
    según la categoría en la que se inscriban. “El año
    pasado la cantidad de inscriptos disminuyó. En 2002 los concursantes
    fueron más de 6000 y el año pasado 4000. Qué pasará
    este año es una sorpresa”, asegura Marcet.
    Otro valor a tener en cuenta es el costo de la entrada al FIAP. Existen
    diferentes tarifas –por ejemplo hay descuentos para estudiantes y
    para quienes solo acudan a algunas charlas– pero el costo para poder
    participar del origrama completo es de U$S 500. Esta cifra es muy interesante
    si se tiene en cuenta que generalmente asisten cerca de 1500 personas
    y de ellas entre 30 y 35% provienen del exterior. “Si habláramos
    del dinero que se mueve, sin duda es una cifra importante, pero es muy
    difícil organizar un festival teniendo en cuenta las características
    económicas de esta zona. Cannes, siempre es Cannes porque está
    integrada por varias potencias. En cambio en Iberoamérica las ‘potencias’
    que tenemos son España, Brasil, Argentina y México”,
    explica el director general del FIAP.
    Lo que importa es…
    La tarea más sacrificada está a cargo de los jurados, que
    son creativos de trascendencia internacional. Entre ellos se encuentra
    Papón Ricciarelli, director creativo de BBDO y juez de la categoría
    Televisión, radio y gráfica, quien comenta qué es
    lo que tiene en cuenta a la hora de evaluar el material: “en primer
    lugar la originalidad del mensaje, la creatividad y el esfuerzo que se
    ha hecho, sobre todo en compañías que son muy impermeables
    a la hora de aprobar ideas audaces”.
    Otro de los jueces, Joaquín Mollá, director general creativo
    y fundador de la agencia La Comunidad, también explica sus criterios
    de evaluación: “en primer lugar tengo en cuenta que la idea
    sea buena. Una vez que un aviso pasa esa barrera, analizo si esa idea
    cuida y potencia el tono de esa marca, si hay una estrategia detrás
    que sea relevante. Las ideas que pasan este filtro son mejores que ‘las
    ideas sueltas’. Busco y apoyo el trabajo más profesional.
    Por último evalúo si está bien realizada. Muchas
    ideas buenas dejan de serlo por cómo están producidas”.
    El fundador de La Comunidad agrega: “Esta tarea es muy interesante,
    sobre todo en un momento como éste en el que Iberoamérica
    se está afirmando como un polo creativo en todo el mundo. Aprendo
    mucho mirando lo que se hizo en la región, ese es el privilegio
    de ser jurado”.
    Por su parte Ricciarelli enfatiza: “Creo que el FIAP tiene una tradición
    y un prestigio sostenido en el tiempo. Es como el Clío dentro de
    la región. El Clío y el FIAP son ‘un clásico’.
    Muchas agencias hoy exitosas se han lanzado en el FIAP. Ese camino lo
    están empezando a andar El Ojo Iberoamericano y el festival de
    San Sebastián, pero el FIAP ya lo recorrió”